Capítulo 19: Leyenda

Me quedé sentada en un tronco de un árbol mientras esperaba que Kilian y Samay terminaran de evaluar toda la mitad del lobo muerto, quizás ya ha pasado una hora desde que están observando, comentando y analizando cual fue el arma que mato a aquella criatura sobrenatural, podría poner mi aporte en la investigación, el problema de ello es que Kilian me ordeno a sentarme y callar mi boca para no interrumpir su investigación, eso sin decir que él y Samay se siguen manteniendo alerta por si algún cazador, perro o guardabosque se acerca por el perímetro en donde nos encontramos, lo cual ha hecho que ni siquiera pueda hacer cualquier ruido porque eso también interfiere en su instinto auditivo.

Inhalo profundamente aire para luego exhalarlo con el aburrimiento de solo quedarme sentada, por supuesto que si perseguí a Kilian fue con el objetivo de descubrir su parte licántropo pero de todo esto, también estoy aquí porque quiero integrarme en la investigación y ayudarlos a encontrar el assasin que le hizo esto al lobo.

Observo como la mitad del cuerpo colgado del hombre lobo ha dejado de gotear sangre pero el olor a carne en estado de descomposición ha comenzado a revolver mi estómago, eso sin decir que algunas moscas han empezado a llegar; la simetría del rasgado del cuerpo de aquel hombre es como si hubieras cortado con una arma poco filosa su cuerpo, ya que en desde al frente como atrás se puede ver como hay un corte en forma de triángulo, aquella vista desde mi ángulo la puedo detectar un poco bizarra, ya que además de ver la carne despellejada y colgando puedo ver algunos huesos y órganos que rozaron con el arma.

La cara de aquel hombre lobo se encuentra golpeada, pero no solo eso parece como si le hubieran quitado los ojos ya que veo unos enormes moretes violetas en todo el alrededor de ambos ojos, además de ello que tiene una cortada en la cara y los labios hinchados.

Me levanto de mi lugar y empiezo a caminar hasta donde se encuentra Kilian y Samay, ambos primos que hasta el momento me sorprende no haber conocido su familiaridad, terminan por observarme hasta que uno de ellos me impide el paso poniendo su mano en frente de mí.

—Gemma, te dije que te quedarás sentada—gruñí al escuchar a Kilian.

—Estoy aburrida y quiero ayudar—dije en tono de reproche.

—Si tocas, perderemos el olor del assasin—comentó.

—No tocaré, solo observaré—intenté convencerlo.

—Vamos Kilian, un par de ojos más pueden servirnos de ayuda—sugirió Samay.

Kilian que aún se encuentra indispuesto a querer dar su brazo a torcer, al final accede a darme paso a investigar todo el cuerpo; sigo sin poder encontrar más de lo que ellos quizás ya saben, pero intentando descubrir algo nuevo, mis ojos se quedan aún evaluando aquellas cortadas que provocaron la muerte del hombre lobo al ser asesinado cortando la mitad de su cuerpo.

Por las heridas en triángulos, la forma en como fue cortado el cuerpo y la parte en que no hubo tropiezos en cortar algunos huesos, tuvo que haber sido un arma con mucho filo y velocidad, porque un cuchillo o una espada se quedan cortas con la escena del crimen.

— ¿Qué tipo de armas usan los assasins?—le pregunté a ambos.

—Armas antiguas, la mayor parte de siglos pasados. —Respondió Samay.

Un recuerdo vago llego a mi mente al recordar las armas que el assasin de Yakima tenía en aquella habitación de su casa, apenas puedo centrarme en las armas de fuego y blancas que se encontraban colgadas en la pared, una más grande que la otra y eso sin decir de las piezas de artefactos antiguos que tenía en vitrinas de vidrio como si fueran utilizadas para una exposición de arte de un museo.

Fue entonces que al repasar aquellos rincones de mi mente, recordé haber visto una espada, no una común y corriente que se usaban en las primeras guerras de la conquista, sino que una con forma de dientes.

Busque una rama de un árbol y aleje un par de hojas de la tierra para empezar a hacer un dibujo, entre ellas una que esperaba que fuera habitual para Kilian y Samay.

— ¿Reconocen esto?—les pregunté a ambos.

Ambos primos se dieron una mirada y observaron el dibujo que hice en la tierra húmeda, antes de poder concluir en la idea que no sabían de lo que hablaba, Kilian abrió los ojos y se sentó en el talón de su pie para registrar más el dibujo.

—Es una macuahuitil—dijo sin dudarlo.

— ¿Una qué?—dije extraña.

—Una macuahuitil, un arma con forma de espada de madera, está integrada de diez a doce navajas primaticas de obsidiana. —Explicó Kilian.

— ¿Eso puede matar a un hombre lobo?—pregunto con curiosidad.

—Gemma, es como que me preguntes si la mordida de un perro no duele. —Encogí los hombros.

—La obsidiana proviene del cristal o piedras de vidrio volcánico, estás suelen ser más afiladas que un simple metal, ya que su componente es un cerámico ígneo. Lo cual una herida de está arma ocasionaba heridas graves y de difícil curación. —Me admiré con las palabras de Samay.

—Lo que me hace poner en duda no es la creencia que tienes por imaginar que ocuparon esa arma sino por qué un assasin tendría una de ellas. —Quedé en incógnita con la pregunta de Kilian.

— ¿A qué te refieres?—pregunté.

—A lo que voy es que me parece extraño que un assasin tenga un macuahuitil cuando todos los ejemplares fueron destruidos desde hace siglos. —Se levantó del suelo y miró el cuerpo del hombre lobo. —A no ser que...—Kilian se mordió el labio.

— ¿Qué sucede?—preguntó Samay.

— ¿Cómo sabes de está arma?—ahora paso a cuestionarme.

—Un assasin me rapto y bueno... Entre a una habitación donde tenía todas sus armas e investigaciones que hizo sobre hombres lobo durante años. —Le mencioné.

—Solo que haya sido ese assasin que...—Lo interrumpí.

—Él está muerto, Kilian. —Abrió sus ojos sorprendido.

Me dio una mirada que me hizo dudar de si está bien contarle toda la historia de cómo sucedieron las cosas.

— ¿No será que tú lo mataste y te robaste su arma?—elevó una de sus cejas.

—Kilian...—Me acaricié las sienes—No he matado a nadie y no le he robado a nadie, simplemente, me entrometí en un problema y de un momento a otro me encontraba con ese hombre que creyó que era una mujer lobo, todo sucedió rápido, fue asesinado por otra persona mientras que salía huyendo. —Le conté una versión resumida de mi historia.

—Gemma...—Samay se puso de interferencia entre ambos al ver que su primo no me creía.

—Vamos Kilian, dice la verdad... ¿Qué buscas de esto? Ella no es un assasin, si lo fuera, ya lo hubiéramos descubierto, solo es otra novata en estos casos. —Samay me dio una mirada. —Es mejor que llevemos el cuerpo con la manada, será mejor que ellos hagan su propia autopsia, aquí solo perdemos tiempo y sabes que el tiempo no perdona y si nos encuentran o encuentran el cuerpo, estaremos en problemas con el padre. —Kilian suspiró al comprender las palabras de Samay.

—Está bien. Busca entre mi chaqueta un bote, no sé si es ácido sulfúrico o hidróxido de sodio. —Le dio unas indicaciones a ella. —Tenemos que eliminar el olor del lugar antes que un perro de casería o uno policial lo rastreé. —Samay asintió. —Ve con ella, Gemma. Llevará a tu auto. —Suspiré sin renegar.

En el camino mientras nos alejábamos más de cuerpo y de Kilian quien lo bajará en intentará no tocarlo para no dejarle sus huellas y olor a la criatura, decidí hacerle unas preguntas a Samay, ya que esperaba que entre más nos alejáramos, Kilian no nos terminase escuchando.

— ¿Por qué no estás con Caden y su manada?—le pregunté en susurros.

—No pertenezco a su manada y te sugiero que no lo nombres en frente de Kilian. —Enarcó la ceja.

— ¿Por?—pregunté sin quedarme callada.

—Nuestras manadas son enemigas... En realidad con él soy más que un beta sin familia, por eso Zöe se cree mi líder cuando no lo es. —A travesamos unos árboles antes de salir del bosque.

— ¿Por eso es que estabas con ella aquel día?—Asintió. — ¿Con qué propósito lo haces?—ella bufó.

—Nos mantenemos en guardia para que la manada de Caden no nos vuelva a atacar. —Respondió con tono neutro.

— ¿Ataco su manada?—dije asombrada.

—Fue hace mucho tiempo pero no podemos bajar la guardia cuando su manada puede planear un nuevo ataque—comentó de forma melancólica.

—Y ¿él no ha llegado a descubrir tu plan?—niega.

Me impacta saber lo estratégica que puede llegar a ser Samay en está ocasión, porque sé que librarse de Caden no es un asunto fácil y más cuando él es un alfa y tiene el poder de destruir a otro lobo que sea inferior que él. Ahora la valentía con la que Samay trabaja para Zöe me ha asombrado al grado de dejarme con la boca abierta para lograr engañar a Zöe.

—Por eso no le has dicho nada a Kilian sobre que me conoces, ¿no?—me dio una mirada.

—Bueno, en realidad me caes bien y la última vez que te pusiste en peligro no fue una buena idea—comentó riendo—, Kilian es muy persuasivo, lo conozco porque crecimos juntos y nos cuidamos uno del otro—contó—, si abro la boca en decirle que conoces a los Dankworth es posible que se vuelva obsesivo contigo. —Enarcó la ceja.

— ¿Qué le ha hecho Caden para que él actué así?—nos detuvimos.

—Su familia mató a nuestros padres, quedamos huérfanos de manada y de familia al ser unos cachorros. El odio que le tenemos es profundo pero al integrarnos con una manada pequeña solo nos queda que vivir nuestra vida, atacar la manada de Caden es poner en riesgo nuestra vida y la de nuestra aldea. Por eso es que hasta el momento no hemos podido vengar la muerte de nuestra familia y de aquellos que murieron también en el ataque. —Suspiró molesta y triste.

No me hubiera imaginado que la familia de Caden haya hecho algo horrible con otros hombres lobo, antes pensaba que entre ellos mismos se cuidaban sin importar la diferencia entre colonias pero ahora todo en mi pensamiento ha cambiado.

—Gracias por darme el voto de confianza con Kilian cuando me pregunto sobre el assasin. —Le agradecí.

—Por lo menos no abriste la boca para mencionar a Caden, eso debo de agradecerte yo. —Sonrió.

—Y ¿qué haces aquí y no en Portland?—pregunté.

—Vine a ver a Kilian hace un mes, de todas formas me entere que te habías ido. —Hice una mueca.

No quería presumir y decir que Caden pudo haber estado hablando de mí pero recuerdo que ella tiene un lazo de amistad falsa con Zöe y es posible que Caden haya abierto su boca con ella para luego contarse a Samay.

—Que pequeño es el mundo para habernos encontrado—comenté.

—Demasiado pequeño. —Ambas reímos.

Llegamos hasta mi auto, bueno el de mi padre, y busque en la chaqueta de Kilian un frasco que dijera algo de sulfúrico o sodio y cuando lo encontré, Samay y yo, nos adentramos de nuevo al bosque, donde no nos tardamos en movernos entre los árboles y encontrar a Kilian quien ya había bajado al hombre lobo y lo tiene a un lado con unas sábanas negras.

—Aquí está—le enseñé el frasco.

—Bien... Gemma, tendrás tu primer trabajo. —Se puso unos guantes azules de látex. —Dejaras ir esas hojas de los árboles en el río para que la misma corriente se las lleve—me enseño unas hojas cubiertas de sangre.

—Te agradezco el trabajo que me has otorgado, Kilian. —Le dije en tono sarcástico.

—Samay, llévate el cuerpo y cuéntale al padre lo que sabemos por el momento. Yo limpiaré aquí con el hidróxido de sodio. —Concluyó Kilian.

—Está bien. Nos vemos luego—se despidió Samay antes de tomar el cuerpo con facilidad y marcharse.

—Vamos en marcha. Tenemos que apresurarnos antes que alguien llegue. —Puse los ojos en blanco ante la orden de Kilian.

—Como usted diga, jefe. —Me burle de él para empezar a limpiar.

(...)

Nos tardamos dos horas aproximadamente en limpiar todo rastro de sangre de aquel hombre lobo; antes de irnos del bosque, Kilian tuvo que volver a supervisar si no había quedado algún rastro que podía ser evidencia para cualquiera que se acercara al lugar; durante el trayecto del camino ambos estuvimos en silencio, por un lado fue un silencio reflexivo que ambos necesitábamos, él posiblemente por la muerte del hombre lobo y yo, mayormente por todas las emociones que he descubierto hasta el momento.

Al llegar a casa, les tuve que dar una explicación a mis padres por haber salido de la casa sin mencionarles nada, pero gracias a Kilian, sus palabras y la idea de decirles a mis padres que lo ayude a hacer una diligencias a último momento, al final ellos no terminaron por desconfiar en mí a pesar que les llegué a mentir.

— ¿Quieres entrar?—Kilian se hizo a un lado mientras esperaba afuera.

—Claro. —Le sonreí.

Ahora que sé la verdad sobre él, no tengo porque desconfiar en sí entrar o no a su casa; la sorpresa fue que su hogar está más ordenado que mi propia habitación y eso sin decir, que el ambiente y el interior de la casa parece más una biblioteca. Todo lleno de libros, mesas, lámparas, artefactos antiguos, instrumentos de astrología, etc.

—Tu casa es... Increíble—miré todo mi alrededor hasta chocar con un esqueleto de ave que está colgado en el techo.

—Gracias. —Dijo halagado.

Seguí observando su casa mientras él desaparecía por una de las habitaciones, me fui acercando a la primera estantería y con señalar mi dedo el título de cada libro, fui descubriendo que se trata de enciclopedias, libros de historia, libros de cultura, de tabú y geografía. La mayoría de ellos son grandes y gruesos que al tomarlos puedo sentir como su peso recae en mis brazos y hace que tenga que apoyarme de la pared para equilibrar mi cuerpo con el peso del libro. Empiezo a abrirlo y encuentro información importante que jamás he llegado a ver en otros libros que descubrí en la biblioteca de las escuelas y universidades que fui y eso sin decir que las imágenes antiguas y en blanco y negro fue lo que más me gusto y llamo mi atención.

—Veo que eres muy curiosa—me dio una taza con café.

—Algo así... ¿Tienes algo de tu especie?—él dejó ir una risa jocosa.

—Sí pero no aquí, sino que en el sótano. —Enarcó una ceja. —No dejaré en evidencia mi raza, si te recuerdo tengo a veces visitas y vecinos que pueden interesarles mi vida y puedan que piensen que soy un obsesionado en hombres lobo si ven todos mis libros. —Comprendo su punto.

— ¿Puedo ver el sótano?—él respira hondo y pronto deja ir todo el aire.

—Vamos. —Me hace seguirlo.

Cruzamos unos pasillos de su casa para luego ver cómo nos detenemos, Kilian saca una llave de su pantalón y pronto la inserta en la cerradura de la puerta, al escuchar el "clic", la abre y lo primero que veo es la oscuridad del sótano, él busca el interruptor de la luz y lo presiona para luego ver unas escaleras de madera y la luz amarilla cálida. Bajamos juntos y es aquí es donde veo un espacio reconfortarle para poder quedarse a leer horas, no es como me lo imaginaba pero es más una habitación normal, una sala hecha para un literato quien se puede apasionar del silencio y la armonía al crear sus obras o leerlas; Kilian se queda observándome mientras me acerco a un libro café, el cual parece viejo por su empastado y algunas hojas sobresaliendo de él.

— ¿De qué es esté libro?—le señalo el libro que está en el podio.

—Un bestiario pero solo de la historia del hombre lobo—me impresiono.

— ¿Puedo?—le pido permiso para abrirlo.

Me hace una señal para que lo abra y cuando lo hago, puedo ver una escritura diferente que la de mi idioma, tanto que parecen jeroglíficos que no podré entender a simple vista, son tantos que puedo ubicarme que escriben una historia y sobre ella, muestran imágenes que captan mi atención.

—Dios, esto es más de lo que supuse... —Le daba vueltas a las hojas.

—Bueno, si creías que las leyendas de los hombres lobo no era interesante, pues ahí la tienes completa—Me quedé sin palabras al escucharlo—... La historia de los hombres lobo tuvo un inicio, para muchos el cuento simplemente comienza en la Edad Medieval pero para nosotros empezó mucho antes. —Lo escuché decir.

— ¿Puedo escuchar la historia?—me senté cerca de la chimenea mientras dejaba el libro de la historia de los hombres lobo en el suelo.

—Es larga—se sentó en el suelo casi a mi lado.

—Mis padres confían en ti, así que dudo que se preocupen si no vuelvo durante un par de horas a la casa—encogí los hombros.

—Está bien, espero que no te aburras...—Lo interrumpí.

—Eres profesor de historia, debes de tener alguna táctica para que tus alumnos no se aburran de ti—empezó a reír.

—Sí, pero con esta historia, dudo que te aburras si te parece a ti interesante, así que... Porque mejor no abres el libro. —Me dio el permiso de quitarle el cinturón de cuero al enorme libro.

—Está bien. Comencemos. —Dije casi gritando de la emoción.

"La historia de los hombres lobo pueden llegar a relatarse de diversas formas, cada una de ellas mantiene su propia historia, su propio cuento, una propia leyenda... Pero nadie sabe cómo realmente llegamos a ser formados, de quién es nuestra madre, sobre nuestro primer padre y por supuesto, de todas aquellas enseñanzas que por muchos, hemos llegado a descubrir mediante nuestra familia crece al paso de los años, décadas y siglos".

"Muchos, han querido distorsionar esta historia que ha dependido que nos cuidemos de nosotros mismos, hemos llegado a ver como otros seres mitológicos y figuras historias terminaron por extinguirse por la mano humana que jamás comprendió la realidad de nuestras vidas, es comprobable que nos vean como un peligro para la sociedad y hasta podemos ver y escuchar cómo han creado historias de nosotros sobre lo malvados que somos pero jamás mencionan el hecho del porque somos lo que somos".

"La vida ha llegado a cambiar durante los siglos, los humanos ya no nos persiguen, no nos buscan e intentan asesinarnos a sangre fría, simplemente hoy por hoy, nos hemos mantenido en cautiverio para que todo lo que lleguen a saber de nosotros solo sean ahora nada más que simples leyendas urbanas que las personas han ido olvidando con el tiempo".

"Aun así, no podemos decir que actualmente nos hemos librados de algunas bestias que a través de los años siguen buscándonos hasta exterminar con el último hombre lobo que pueda estar escondido en lo más profundo de una cueva, ahora no podemos confiar en nadie, ni siquiera de nuestra propia sombra. Esa es la razón por la cual nos ocultamos de todos y seguimos viviendo en lo más profundo de los bosques, desiertos y nevadas".

"Toda esta historia de nosotros empezó mucho antes de la época de la Europa Medieval, una época en donde provinieron las leyendas de pueblos antiguos procedentes de Escandinavia, Francia, Alemania, Silicia, Europa Central y Oriental, Los Balcanes y Grecia. Además, no podemos olvidarnos de pueblos precolombinos poblados en América, aquellos en donde los hombres lobo fueron descubiertos antes que el propio Cristóbal Colón conquistara el Nuevo Mundo".

"Mayormente todo esto empezó antes del tiempo de la existencia de Cristo, hablamos casi cerca de la edad prehistórica, en donde nuestros primeros ancestros mantuvieron la costumbre de envolverse en pieles de lobo, esto era usado durante la caza se alimentos, en donde estos cazadores adquirían habilidades para su sobrevivencia en la tierra, en donde se ponían este tipo de piel con la creencia de ser imbuidos por la fuerza y las destrezas de estos predadores, pero durante el paso del tiempo nuestras pieles ya no solo ofrecían capacidades sobrenaturales cuando se mantenían encima de aquellos primeros hombres en la tierra, sino que luego empezaron a ver cinturones y mantos mágicos que adquirían los mismos poderes".

"A partir de aquí es donde los lobos comienzan a ser parte del mundo humano, ya que para el año 1 a.C. aparece la leyenda griega del rey Licaón o también llamado Lycaon, hijo de Pelasgo, el primer hombre que vivió en la Arcadia, quien la conquisto, fundó, pobló y le enseñó a varios humanos como vivir de forma civilizada, cubriéndose los cuerpo con ropa, comer alimentos cocidos y vivir en cabañas. Tiempo después que Pelasgo murió, su único hijo Licaón, heredó todo de él, se llegó a decir que él era demasiado sabio e inteligente, pero desafió sus propias habilidades al punto de hacer sacrificios humanos, es aquí, que él fue quien estableció la antropofagia".

"Licaón, creo su propia ciudad sobre una montaña la cual bautizo con el nombre de Licosura, la cual ha sido hoy en día, una de las ciudades más antiguas de toda Grecia. Ahí mismo, el construyo un templo para el dios Zeus, a quien le ofrecía sacrificios, no con animales sino que humanos, los cuales la mayor parte de ellos fueron viajeros que caminaban en rumbo a dicha ciudad".

"Pero todo cambio un día, en donde el mismo dios Zeus, se encargó se averiguar si todos aquellos sacrificios que el mismo Licaón le entregaba se basaban en carne humana y no animal; en donde pronto fue hacía la tierra y ahí mismo se hizo pasar por un visitante, muchos pobladores de Arcadia se dieron cuenta que se trataba de un dios, debido a la resplandeciente luz que reflejaba todo el cuerpo del mismo Zeus, pero Licaón retando al propio dios griego, le sirvió carne humana con la idea de descubrir si era o no un dios del Olimpo; Zeus al descubrir los crímenes que Licaón hacia y le ofrecía a él, destruyó todo lo de su alrededor, donde pronto de castigo, convirtió a Licaón en un feroz lobo, debido a que el significado del nombre de esté, lleva dicho término".

"La única forma de poder volver a ser un humano, era que Licaón debía permanecer durante diez años en abstinencia de no comer carne humana, pero el problema consistió que aunque el mismo Licaón se lo llegaba a proponer, de nuevo volvió a cometer los mismos sacrificios y a su vez, a comer carne humana, esto provocó que él de nuevo volviera a convertirse en lobo".

"Esta leyenda, la más antiguas para nosotros los hombres lobo, hace relevancia en que el mismo Licaón no se resignó, ya que cada cierto tiempo, en noches de luna llena, salía al claro del bosque o a los caminos a aullar pidiendo el perdón de Zeus, pero siempre volvía a la suerte de atacar a presas que deambulaban solas en el lugar para comérselas".

"Desde luego, las leyendas griegas a pesar de ser ciertas, también podemos afirmar la aparición de otros hombres lobos, de los cuales fueron transformados por su propias condiciones clínicas, en donde el siglo II se detectaron casos de licantropía, que Marcellus de Sidón la describió como "una especie de melancolía". Estos casos especiales se manifestaban por medio de las enfermedades mentales que empezaron a surgir en hombres los cuales les causaban sensaciones de transmutarse en algún animal".

"Podemos predecir que está serie de sucesos se ven empleados gracias a los dones que ofrecía nuestra madre Luna, quien para demostrar el regalo que le dio a estos hombres, en cada luna llena, ellos debían de usar su instinto animal, en donde podían desgarrar carne cruda con sus dientes, aullar y chillar, en ocasiones de descontrol los cuales abarcaba al ataque a otras personas con una delirante sed de sangre y mordiendo las gargantas de sus víctimas con un incontrolable frenesí, la madre Luna, les quitaba su poder para luego dejarlos a merced de la enfermedad mental que los demás humanos solían creer".

"La siguiente historia, se encuentra a partir del año 1521, en Francia, hace diecinueve años, protagonizada por Pierre Burgot y Michel Verdum quienes fueron ejecutados como hombres lobo. Cuando Burgot estaba tratando desesperadamente de juntar a sus tormentas asustadas por la tormenta, se encontró con tres misteriosos jinetes vestidos de negro. Uno de ellos le aseguró la protección futura de sus ovejas y le dio algo de dinero. A cambio, el extraño le pidió a Burgot que lo obedeciera como el Señor. Burgot aceptó la oferta y accedió a reunirse con ellos nuevamente. En la segunda reunión, el llamado Señor anunció las condiciones completas del trato; Burgot debe denunciar al Dios, a la Santísima Virgen, a la Compañía del Cielo y al bautismo".

"A medida que pasaba el año, Burgot se mostró reacio a mantener el pacto. Entonces fue llamado por Michel Verdum. Verdum le ordenó desnudarse y frotar un ungüento mágico sobre su cuerpo. Cuando Burgot lo siguió, según le indicaron, encontró que sus brazos y piernas se habían vuelto peludos y sus manos se habían transformado en patas. Verdum también se transformó en hombre lobo y juntos corrieron por el campo circundante. Ellos cometieron varios crímenes horribles. Rompieron a un niño de siete años, mataron a una mujer y secuestraron a una niña de cuatro años. La desafortunada chica fue completamente devorada por dos de ellos. Cuando fueron capturados fueron debidamente ejecutados. Su imagen fue colgada en la iglesia local como un recordatorio de todos los actos malvados que los hombres podían cometer bajo la influencia de Satanás".

"Dos años después, llegó a aparecer varios cuerpos de niños a medio comer, las autoridades de la ciudad de Dôle, en la provincia de Frenche—Comté, pusieron precio a la cabeza de los hombres lobo en 1573. Dos meses después de la orden judicial, un presunto hombre lobo llamado Gillas Garner fue arrestado. La mayoría de sus víctimas eran niños de nueve a doce años. Los mató con sus patas y dientes. Para satisfacer su apetito, comió carne de sus muslos, piernas y vientre. La historia de sus crímenes y ejecuciones aún sobrevive a través de canciones populares".

"Uno de los casos más conocidos fue el de Peter Stubbe o también llamado Petter Stumpp, mejor conocido como «el hombre lobo de Bedburg». Fue acusado de ser un hombre lobo en Alemania en 1589, tras asesinar y comerse a muchos niños, mujeres y animales, durante más de 25 años. Además de ello, Peter Stumpp. Supuestamente, Peter fue atrapado por sus vecinos en su forma de lobo. Lo vieron quitarse su "faja de lobo" cuando se acercaron a él. En ese momento, volvió a asumir su forma humana. Peter confesó asesinato, violación y canibalismo. Su amante y su hija fueron ejecutadas tortuosamente inmediatamente después de él. La razón por la que fueron ejecutados... Por tener conocimiento de sus crímenes y sexo con él. Sí, su hija fue ejecutada por haber sido violada por su padre. ¿Qué es peor? Su padre había matado a su hermano y se había comido el cerebro antes de ser capturado".

"Nuevamente en 1598, Jacques Rollet fue juzgado por matar y comerse a un niño de quince años. Era conocido como el hombre lobo de Caude. Cuando lo encontraron en el bosque, estaba medio desnudo con el pelo largo enmarañado y las manos cubiertas de sangre. Todavía sostenía un trozo de carne. En su juicio, describió cómo había asesinado a varias personas, incluidos varios abogados, abogados y agentes judiciales. Aunque fue condenado a muerte, más tarde fue enviado a un manicomio. Por extraño que parezca, se quedó allí solo dos años".

"Entre otros casos de hombres lobo, la historia de un sastre destaca por su peculiaridad. El supuesto hombre lobo se escondería en los bosques y para un transeúnte. Cada vez que podía tener una oportunidad, saltó y mató a la persona confiada. Tenía una tienda y la usaba como cebo para los niños. Los tentaría en su tienda y los mataría. En sus bodegas almacena partes del cuerpo y huesos en barriles. Los registros acumulados durante su juicio fueron tan repulsivos que el tribunal decidió destruirlos".

"Hay un registro de un niño hombre lobo también. Fue Jean Grenier de Aquitania. Su historia era más o menos como la de Burgot. Cuando su padre lo golpeó, huyó de su casa y vagó por el campo. Una noche, otro niño llamado Pierre La Tihaire lo llevó a las profundidades del bosque. Según ellos, el señor de la selva estaba allí. Era un hombre alto, vestido de negro y oscuro, sobre un caballo oscuro. El Señor bajó de su caballo y besó a Grenier con labios helados. En la segunda reunión, los dos muchachos se sometieron al aclamado Señor, quien se rascó los tatuajes en sus muslos como marcas. Sacó una bolsa de vino y les dio una bebida. También les presentó pieles de lobo y un ungüento. El Señor les enseñó a frotar sus cuerpos con la pomada antes de ponerse el pelo".

"Durante su reinado de terror, quince niños, incluido uno de la cuna de Grenier, desaparecieron. Cuando finalmente Grenier fue atrapado en 1603, confesó que se los había comido a todos. En ese momento tenía catorce años, física y mentalmente retrasado".

"Teniendo en cuenta su edad y su capacidad mental limitada, el juez ordenó que Grenier fuera confinado en un claustro de por vida. Allí se negó a comer cualquier comida regular y devoró los despojos. Siete años más tarde, cuando un hombre llamado Pierre de Lancre lo visitó, se había vuelto demacrado y delgado. Sus profundos ojos negros eran como bolas de fuego, las manos eran como garras con uñas dobladas y dientes como caninos. Al parecer, disfrutaba escuchar sobre los lobos y los imitaba fácilmente. Después de un año más murió, para ser recordado para siempre en el anal de los hombres lobo como el "licántropo niño".

"El caso de Greiner se encuentra entre aquellos que contribuyeron al cambio de actitud hacia el fenómeno del hombre lobo. El jefe del comité de investigación que examinó este caso lo encontró incapaz de pensar racionalmente y mencionó que "el cambio de forma solo existía en el cerebro desorganizado de los locos. En consecuencia no fue un delito que pudiera ser castigado". Los jueces comenzaron a considerar los casos de hombres lobo con más tolerancia".

"Uno de los casos más conocidos y documentados tuvo lugar en la población de Ansbach (en la región de Baviera) en el invierno de 1685, cuando el odiado burgomaestre de la población, Michael Light, fue asesinado por sus conciudadanos y poco después hizo acto de presencia en la población un enorme lobo que desató el miedo y la locura en el lugar. Muchos fueron los vecinos que aseguraban que aquel animal salvaje no era sino que la reencarnación del fallecido representante municipal que había vuelto de entre los muertos para vengarse".

"El conocido como 'hombre lobo de Ansbach' fue apresado por los hombres del pueblo, asesinado y colgado de un poste en el centro de una plaza. Cabe señalar que son muchas las fuentes que, evidentemente, señalan que el mencionado 'hombre lobo' no era más que un gran y majestuoso lobo salvaje".

"Si centramos la historia de los hombres lobos en España podemos encontrar que se han dado varios casos, siendo el más conocido el que tuvo lugar en Galicia durante la primera mitad del siglo XIX y cuyo protagonista se llamaba".

"El caso de Romasanta es el del típico vecino tranquilo y trabajador que de la noche a la mañana se convierte en un depravado y salvaje asesino. Su profesión era la de sastre y, a pesar de tener una baja estatura (no llegaba a los 140 centímetros), poseía una fuerza descomunal, tal y como especifican algunos relatos de la época".

"Tras una serie de asesinatos cometidos por varias poblaciones gallegas, finalmente la Policía pudo determinar que el criminal había sido Romasanta, quien llegó a confesar la autoría de trece muertes, la mayoría mujeres y niños a quienes tras haber matado extraía el sebo (grasa), que posteriormente vendió en los mercados ambulantes".

"Se le acuñó con el sobre nombre de "el hombre lobo de Allariz" tras haber declarado que se transformaba por las noches en ese animal salvaje. Tras ser juzgado se le condenó a muerte, pero la intermediación por parte de un experto en psiquiatría y mente humana hizo que finalmente la propia reina Isabel II de España le conmutase la pena de muerte por la cadena perpetua".

Seguí escuchando cada historia peculiar sobre los hombres lobo, parecía todo tan infinito que no puedo despegar la mirada del libro y de Kilian, él está demasiado concentrado que no hay nada que lo interrumpa; solo sé que cada vez que él habla es como que si de su boca saliera la esencia y la magia mitológica de los tiempos; es increíble que muchos no crean en los hombres lobo porque pueden ser seres irreales y que solo han sido causa de enfermedades psiquiátricas del hombre pero ante la realidad que se ha expuesto en mis ojos últimamente, no puedo dejar de informarme y de querer ser parte de ellos; por un lado, para mí esto parece no ser nuevo, es como si de alguna forma ya lo conociera y lo recordará como en una vida pasada; me dejó guiar por esa sensación estupenda que llena mi alma hasta ver como Kilian termina de hablar y cierra el libro.

Se queda pensativo por un momento hasta que me da una mirada a los ojos, quizás Vernon tuvo razón por un lado y es que olvidarse de un hombre lobo no sea fácil, pero la razón más astuta es que aquí no hay un hombre lobo específico sino que hay muchos de los cuales su historia está plasmada en ese libro y más, que está es una gran historia que quiero formar parte.

—Sé que esto puede ser nuevo para ti pero... No somos malos, hemos ido evolucionando con el paso de los años que estas cosas ya no se ven y tratamos de adaptarnos a la vida ordinaria del hombre. —Suspiró. —Somos más que unas simples bestias. Y si los demás nos conocieran un poco más... Sabrían quienes somos en realidad. -Dijo desanimado.

— ¿Qué sucedería si te digo que quiero formar parte de la vida de los hombres lobo?—Kilian parece no entender mi pregunta.

—Soy un beta, Gemma. No puedo morderte y convertirte en una mujer lobo—Bromea.

—Lo sé, a lo que voy es que no necesito una transformación para ser parte de una manada, simplemente quiero... Seguir cerca de los hombres lobo—comento.

— ¿Por qué quieres eso?—sigue dudoso.

—Hay algo en mí que me dice que me involucre en esto. Quizás no sea una loba pero puedo aprender rápido y sobre todo, ayudarlos. —Él se asombra.

— ¿Cómo?—sonrió.

—Bueno, soy humana. En estas situaciones como hoy, pueda ser que pueda ayudarlos a investigar sobre los asesinatos de estos hombres lobo, a encontrar un assasin y pueda ser que a acabar con ellos y hacer que ustedes no se conviertan en historia de animales extintos. —Kilian empieza a reírse.

—No será fácil—hago un gesto de menor importancia.

—Y ¿quién dijo que lo sería?—pronuncie.

Él se queda pensando por un minuto hasta que suelta una sonrisa amistosa y se levanta del suelo para darme la mano y así ver como él pronto acepta mi propuesta.

—Vete a casa, mañana comenzará tu entrenamiento. Una humana quizás nos sirva en este equipo. —Salto de la alegría.

—No te defraudaré. —Le prometo.

—Lo sé, Gemma. Eso sin duda lo sé.

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Continuará...

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