Capítulo 18: Mi prima

Aún no me acostumbro a la idea de tener que levantarme temprano para ir a trabajar mientras que en la noche me quedo en mi casa haciendo cualquier cosa, es una rutina diferente que con el tiempo podré acoplarme a ella, sé que no debería hacerme ilusiones en quedarme en Maryland pero últimamente las mareas que se habían comenzado a desbordar en mi vida han comenzado a tranquilizarse que puedo respirar sin necesidad de preocuparme por tener tantos problemas en el día.

Mis padres querían que me quedará un tiempo en casa, ayudándoles con cualquier deber del cual puedo encargarme pero mayormente mantener la mente ocupada es mejor que estar siempre en el ambiente en el cual por mucho tiempo quise librarme, así que preferí buscar un trabajo temporal y lo bueno fue, que lo encontré para unos tres a cuatro meses, así que eso afortunadamente hará que además de colaborarles a mis padres en pagar algunos gastos de la casa, también pueda tener ahora dinero sin necesidad de estar pagando el alquiler de un apartamento el cual me quitaba mucho dinero.

Volver con mis padres ha sido bueno y malo, lo bueno es que han cambiado su aspecto conmigo al modo de poder dejar que pueda decidir por mi vida y mayormente ser independiente y aprender de mis pequeños errores con solución; el lado malo es que aún me sobreprotegen un poco pero creo que cualquier padre se preocupa por cualquier cosa con su hijo, así que en ese lado no me quejare pero tampoco espero que ellos lleguen a sobrepasarse de la línea que aún se mantiene abajo con los cuidados que me tienen.

Con las tres semanas que ya llevo viviendo con mis padres, he podido sobreponerme de todo y aunque en la segunda semana Justin se comunicó conmigo para hablar sobre Elaine, al final solo aproveche en mencionarle que no sabía de ella desde que me marché de Portland, que lo único que había recibido era unos documentos que testificaban que ella me dejaba su casa; pero por lo demás preferí mejor no mencionar ni una sola palabra, ya que como había prometido a Caden, Adrién y Vernon, no hablaría nada sobre los hombres lobo y dicha manada suya.

Por el momento, no he llegado a saber nada de Caden, quizás sea lo mejor después de todo lo que me sucedió al saber su secreto, ese secreto que jamás debió de ser revelado a una humana, pero ahora, me toca cargar con ese trabajo, de no solo ocultar ese increíble secreto que ha sido inesperado, sino que también por preservar a esas criaturas que hasta el día de hoy siguen ocultándose entre todos los humanos ordinales del mundo. Aunque por un lado, también lo hago por Elaine, porque ahora ella también forma parte de esa manada y a su vez, su sangre ahora es de una mujer lobo. Y si alguien sabe de aquel secreto, es probable que quieran atrapar a todo hombre o mujer lobo, a lo cual, no puedo arriesgarme que Elaine sea una de las primeras en ser atrapadas.

Siento como unas gotas de mi helado de fresa se resbalan en mis dedos haciendo que estos se endulcen y queden pegajosos, hace un poco de calor que preferí comprar algo frío cuando salí de trabajar y creo que no fue mala idea, por lo menos, el fin de semana ya llegó y puedo hacer mi actividad favorita, la cual es dormir.

Antes de llegar a casa, observó a Kilian junto con dos niños mirar un árbol, los tres parecen estar conversando mientras que señalan unas ramas, en el paso que me voy acercando a ellos, me doy cuenta como una pelota de plástico se ha quedado entre medio de unas ramas altas; Kilian no tardó mucho en observar el objeto para pronto dar un enorme salto, que hizo que se sostuviera de una rama gruesa y de ella, diera un giro que provoco que de nuevo saltara pero ahora mucho más alto hasta que tomó la pelota y cayó al suelo sin que tuviera que golpearse o caerse accidentalmente.

Los niños se quedaron asombrados que no tardaron en aplaudirle y elogiar las maniobras que él hizo para tener la pelota en sus manos. Dejé ir una risa mientras que Kilian le regresaba la pelota a los niños y ellos volvían a jugar en la calle.

—Fantástico, quedé asombrada con esos movimientos—me acerqué a él.

—Gracias—dijo él apenado.

Kilian se limpió las manos frotándoselas en sus jeans, en su cabello hay unas cuantas hojas pequeñas que agarre y se las quite haciendo que él no se moviera hasta que ya no tuviera ninguna que quitar de su cabello entre castaño y rubio.

— ¿Dónde aprendiste eso?—pregunté interesada.

No es que tuviera que predecir que Kilian fuese un hombre lobo pero de algo que aprendí de Caden es observar muy detenidamente a quienes se encuentran a mi alrededor y ahora a quien tengo en vista es a Kilian, ya que la única forma que él puede hacer esos movimientos con mucha agilidad y destreza es que sea un tipo de agente secreto o que haya sido entrenado en una academia policial o también, que le guste jugar con su vida con deportes extremos.

—De niño mis padres me enseñaron a ser flexible en ciertas actividades físicas, así que creo que se debe a eso—entro sus manos en los bolsillos de su jeans.

Me quede por un momento analizando aquellas palabras y aunque lo poco que sé de los hombres lobo siempre hace referencia a que ellos son entrenados desde pequeños, da la casualidad que también Kilian forma parte de esas familias, pero también tengo que poner a dudas la posibilidad que sea un humano ordinario cuando pudo haber ido a clases de aeróbicos o gimnasia de niño y sea la razón por la cual él es demasiado flexible y rápido.

Así que no me queda otra que averiguar la verdad, si Caden mencionó alguna vez que los lobos cambian de ambiente y hogar y pronto de adaptan a él, quien dice que un hombre lobo no puede hacer lo mismo; de todas formas si en Portland hay hombres lobo, quien dice que en Maryland no hay.

Quizás esta vez no sea un cazador o un assasin quien deba atrapar a un hombre lobo, si uso mi astucia e inteligencia, es posible que el mismo depredador caiga en mi trampa. No es que esta vez tenga que usar kilos de carne, un omega, un bosque y un aullido para atraer al lobo, simplemente me las tengo que ingeniar para cazar a un humano que por dentro lleva su lado licántropo.

—Profesor, venga a jugar con nosotros—levantó la mano uno de los niños.

Miré de forma extraña a Kilian mientras que los niños golpeaban la pelota para darle un pase a él y pronto él regresarles la pelota; pero inesperadamente Kilian la golpeó un poco fuerte que provocó que se fuera dentro de un cobertizo de una casa.

—Me das un minuto. —Asentí.

Él camino rápido a la casa en donde cayó la pelota, sorprendiéndome nuevamente, corrió rápido y dio un salto que hizo que entrara al territorio de uno de los vecinos en donde pronto no tardo en salir sin dificultad hasta devolverles de nuevo la pelota a los niños.

—Por Dios profesor, es sorprendente, primero la pelota cayó en el árbol y ahora en la casa de los esposos Daking... ¿Puede hacer que llegué mucho más lejos?—preguntó animado uno de los niños.

—No lo creo, Simon. —Él le acarició la cabeza al niño. —Será mejor que vuelvan a casa, el anochecer se acerca y es mejor que se encuentren ya en sus casas para que sus padres no se preocupen, ¿sí?—miró a ambos niños.

—Está bien. —Ambos niños corrieron de regreso a sus casas.

Él empezó a reír mientras se acercaba a mí, se rascó un poco el cabello para volver a darme una mirada. Antes que hablará se me ocurrió una idea, quizás sea precipitada pero pueda ser que resulte mejor de lo planeado.

—En dónde nos quedamos...—sonrió.

— ¿Quieres cenar hoy conmigo y mis padres?

(...)

Agarré el tazón de ensalada para caminar en dirección al comedor de la casa, mi padre y Kilian llevan varios minutos hablando sobre el partido de béisbol que se dio hace poco, como soy nueva en el tema, no comprendo de lo que hablan, entre ellos, de las jugadas, jugadores, partidos y otras cosas. Dejo el tazón en medio de la mesa y regreso a la cocina en donde mi madre se encuentra sirviendo el jugo en algunas copas de vidrio que se encuentran guardadas; ella las sigue limpiando mientras que me encargo de la comida.

— ¿A qué se debe la invitación sobre que Kilian esté en nuestra casa?—preguntó mi madre con una sonrisa en su boca.

Reí al imaginarme lo que pueda estar pasando por su cabeza, no es de dudar que mis padres puedan sentirse satisfechos y felices porque esté saliendo con alguien como Kilian, por lo que he conocido de él las últimas semanas es que es un buen hombre y hasta el momento mantiene un buen record de opiniones positivas, en donde nadie se ha quejado de él, ni por su personalidad, ni por los trabajos que hace a diario por sus vecinos.

—Solo estoy tratando de hacer amigos—encogí los hombros con gracia.

— ¿Amigos?—ella elevó las cejas con risa.

—No te burles, mamá. Sé que mencioné que me quedaría temporalmente aquí pero también necesito tener amigos—agregué a mi mentira piadosa.

—Kilian es guapo...—me insinuó.

—No mamá, nada de novios—le advertí.

—Entonces, dime la razón propia—insistió.

Ni siquiera puedo hacerle mención a mi mamá sobre mi plan, no por la razón que quiero tenderle una trampa a Kilian para saber la verdad, sino que es porque si es un hombre lobo, su sentido auditivo está demasiado desarrollado para no escuchar lo que hablo con mi madre, lo cual significa que si escucha de mi boca salir que puedo tener la idea que es un hombre lobo, es de esperar que él intenté huir.

—Ya te dije mamá, quiero hacer amigos. —Le repetí.

—Bien, si tú lo dices. —Suspiró.

Llevé los platos y los cubiertos a la mesa mientras que mi madre trae una jarra de jugo y unos vasos. Ambas nos sentamos en la mesa para luego ver como como mi madre hace una oración, cuando termina, hace una señal en donde nos permite agarrar la comida, me doy cuenta como Kilian no sabe que agarrar de la mesa, solo se queda mirándonos en espera que él pueda ser el último es escoger algo; pero como me encuentro a su lado, no tardo en agarrar un trozo de carne con unas pinzas de cocina para ponérselo en su plato.

—Tardas mucho en escoger—le di una mirada simpatizante.

—Lo siento—una timidez reveló sus ojos.

—Agarra lo que quieras, estás en tu casa—le dije a lo que él respondió con una sonrisa.

Observé como tomó un poco de arroz y ensalada, sin tardarse, partió un pedazo de carne y empezó a comer, la ligereza con la que cortaba la carne es indiscutible pero aunque fuera cierto, no me había dado cuenta que Kilian apenas agarró ensalada y de lo que más se adueño fue de la carne, en donde no se detuvo en seguir y seguir hasta que ya no le quedó.

— ¿Quieres otro pedazo?—le ofrecí.

Mi madre se quedó admirada al ver lo servicial que empecé a ser con Kilian, intenté no reír por el simple hecho que ella no sabe que esto lo hago para crear un lazo de confianza con Kilian y a la vez, en buscar la forma en saber si él es un hombre lobo o no; pero no debería preocuparme cuando cada vez voy descubriendo cosas nuevas de él.

—Sí, esta deliciosa. —Alzó el plato.

Por la vez que Caden, Adrién, Vernon y yo tuvimos que atrapar a Elaine cuando se transformó en un lobo, ahora tomó un poco de esos planes que el mismo Caden formaba en su cabeza para ser yo, quien por mi cuenta cazaré a un lobo. Pero de buena forma, ahora solo utilizaré trozos de carne para firmar algunas de mis hipótesis, si todo sale como lo creo, es posible que confronté a Kilian para saber la verdad.

En total, había llegado a comprar tres trozos de carne solo para Kilian, después de todo, no fue imposible que él no se los llegará a devorar, ya que al ser así, empezaría a descartar ciertas ideas pero por ahora, me mantengo aún con el mismo dilema.

—Gemma, estás muy pensativa... Apenas has tocado la cena—miré mi plato y comprendí las palabras de mi madre.

—Es que tengo costumbre en digerir lento la comida, mamá—le sonreí con falsedad.

—Te crecerá la nariz de Pinocho—elevé una ceja con la respuesta de Kilian.

— ¿Ah sí? ¿Por qué crees que miento? Si no me conoces bien—intenté provocar que él hablará más del tema.

—Mis padres decían que podemos saber cuándo una persona miente al ver algún gesto sospechoso que comúnmente alardea en situaciones de evasión del tema. —Enarqué la ceja.

— ¿A qué te refieres?—dije confundida.

—Bueno, si no fuera muy observativo diría que no frunces la nariz o evades la mirada al responder una pregunta de la cual sabes que estás mintiendo para no afrontar la verdad—achiné los ojos.

Punto para Kilian, no sé cómo se dio cuenta de ese rasgo de mí, pero lo que sí sé es que si frunzo la nariz y evado la mirada cuando tengo que responder con mentiras a lo que una personas me pregunta y quiere que le diga la verdad. No me esperaba ese ataque estratégico de parte de él pero aun así no dejaré de pensar que se me hace extraño algunas cosas de parte de él.

— ¿Debería impresionarme?—dije con indiferencia.

—No. Es normal que sea muy observador en detalles pequeños o desconocidos en las personas—dijo orgulloso de su habilidad.

¿Observador, eh? Bueno, puedo tomarlo como un claro efecto de reflejos desarrollados en sus ojos pero no debo de tomarme con mucha rapidez mis dudas, tengo que llegar a buenas conclusiones antes de referirme a él con poderes sobrenaturales de un ser mitológico.

—Escuché que los niños te llamaron profesor, ¿lo eres?—pregunté cambiando el tema.

—Sí, lo soy. —Sonrió satisfecho de su vocación.

—Kilian es profesor de primaria, se destaca en dar clases de ciencias sociales—se refirió mi madre.

— ¿Te encanta los temas de relieve, geografía, cultura, tradiciones y todo eso?—seguí cuestionándolo.

—Sí, me encanta hablarle de esos temas a los niños. —Comentó.

—Gemma es buena en geografía—le comentó mi padre a Kilian.

— ¿En serio?—me miró sorprendido.

—Sí, ella sabe mucho de ello y de varias culturas de muchos países—prosiguió mi padre.

Kilian me dio una mirada con interés, no voy a negar mi preferencia con temas sobre geografía porque para ser realista, la historia y la cultura de varios países siempre me ha interesado, lo cual siempre creí que de eso podía dedicarme en la vida y tomarlo como una ventaja, pero al final en mis intentos en la universidad siempre tomaba otras carreras en vez de un profesorado en historia, lo cual no comprendo porque siempre me daba miedo a seguir con mi sueño de algún día dar clases sobre historia y enseñarles a otras personas mi conocimiento sobre todos los países del mundo.

—Es increíble. ¿Estudiaste algo similar?—negué.

—No, en realidad. No terminé la universidad, pero sé un poco de todo—encogí los hombros.

— ¿Un poco de todo?—Asentí.

—Ciencias empresariales, ciencias jurídicas, ética, medicina... Hasta cosas científicas—comenté.

—Vaya, eso es nuevo—dejé salir una pequeña sonrisa.

—Soy una novata en todo pero aprendo rápido si me lo propongo—por primera vez me emocioné a hablar sobre mi desagradado pasado.

Hablar sobre mi pasado es casi como si me estuviera quemando las manos en el fuego o tuviese que estar caminando con los pies descalzos en un camino lleno de vidrios rotos; el tema casi para mí se convertía en vergonzoso por la idea de nunca haberme podido enfocar en mi vida y aunque muchas veces intento conformarme con lo que hacía, solo era más que otro intento en vano.

Si obtuve trabajo es porque tengo buenas recomendaciones en mi currículo pero en otra ocasión, es claro que estuviera viviendo en la calle y comiendo de sobras de la basura si nunca me hubiera propuesto a hacer algo en mi vida aunque jamás me llegase a sentir bien. Si obtuve aquel trabajo en el bar y duré mucho más tiempo de lo imaginable fue porque me enfoque en darme una vida sana, no una descontrolada en donde cambiará trabajo a cada mes como si me tratará de cambiar la ropa o los zapatos, por ello, es que me propuse a cambiar de ambiente y creo que por el momento, fue algo positivo.

—Cuéntame un poco más de ti—dijo interesado Kilian.

Mi boca se abrió por si sola así como mi corazón, hablar de mi vida, mi trabajo y mis amigos fue algo que ocasiono una comodidad en mí que mi cuerpo se relajó al contar todos aquellos buenos momentos que viví durante los últimos meses; me despreocupe de saber si a mis padres le agradaría saber sobre cómo vivía antes y eso sin decir, de las rutinas que cambie y las acople más a un nuevo comienzo.

No sé cuánto tiempo paso en que solo hablé de mí pero por una vez en mi vida me sentí importante para alguien, mis padres y Kilian me escuchaban atentos, tanto que en ocasiones se reían conmigo y me insistían que continuará, no sabía si ellos realmente lo hacían para complacerme o todo es real ante mis ojos, pero por lo menos me sentía bien al liberar mis sentimientos y emociones de las cuales muchas veces ocultaba y retenía para contárselo a las demás personas.

(...)

—La cena fue caótica y entretenida—hice una mueca al escucharlo.

—Hable de más. Lo siento si te aburriste algún momento y más porque no dejaba de hablar—me pase la mano en el cuello.

—No te preocupes, tus historias fueron fantásticas. En realidad, me sorprendes—arqueé la ceja.

— ¿Por qué?—dije con extrañez.

—Porque cuando alguien cuenta una historia, hay ocasiones que personas olvidan los detalles esenciales y especiales de los sucesos y mientras otros... Agregan de más y la historia se vuelve un poco aburrido y tedioso—comentó—. En cambio tú, entre más hablabas, se veía la sinceridad y el orgullo de tu trabajo reflejado en tus ojos. —Sonreí.

—En serio, eres muy observativo—ambos reímos.

Dejamos de caminar cuando llegamos a la casa de Kilian, él sacó las llaves del bolsillo de su jeans y cuando entro la llave en el cerrojo, pronto encendió la luz de la sala principal de la casa.

— ¿Quieres entrar?—negué.

—A la próxima, por ahora necesito una buena dormida... Contar mi vida ha sido muy agotador—no le mentí.

—Me imagino. —Rió.

—Nos vemos luego. —Me despedí.

—Buenas noches Gemma, gracias por la cena y por... Darme la oportunidad de conocerte. —Me quedé mirándolo un momento.

—No es nada. —Le sonreí antes de marcharme a casa.

(...)

***

«No tendrá un mate, su pareja será un alfa...»

«Nos olvidará, olvida todo... Y está vez, no tenemos opción»

«Un diente bastara»

«Tenemos que protegerla»

« ¡Mami! ¡No me dejes!»

***

Levanté la mitad de mi cuerpo de la cama para poder recuperar la respiración y volver a despejar mi cabeza de aquellos recuerdos y voces que se me hacen conocidas y desconocidas a la vez, esos sueños no me dejaban en paz desde hace años pero desde que Caden apareció a mi vida, se volvieron cada vez más intensos al grado de sentir como si yo estuviera viviendo aquellos eventos que solo suceden como escenas cortas de películas que pronto se quitan y muestran una nueva para proseguir con el mismo movimiento hasta confundirme y terminar por asustarme.

Me rascó los ojos y me doy cuenta como apenas ha comenzado a salir el sol bajo la oscuridad de la madrugada. He olvidado cerrar la cortina de mi ventana que es la razón por la cual en la mañana los rayos del sol molestarán mis ojos, así que levantándome para arreglar el próximo problema, antes de cerrar de golpe las cortinas naranjas me doy cuenta como alguien camina a trotes por las calles, pero se queda mirando a través de las casas como si buscará algún indicio de alguien despierto en una madrugada de un domingo, al ver que nadie lo sigue, vuelve a dar otros trotes más hasta que se detiene y vuelve a ver a mi ventana.

Me escondo a un lado de la ventana para que Kilian no me observé y cuando creo que ya paso suficiente tiempo para que no se diera cuenta de mi presencia, observó de reojo la calle de la comunidad para darme cuenta que Kilian ya no está; me parece extraño su comportamiento que no dudo rápido en cambiarme de ropa y pronto salir corriendo de mi casa sin antes agarrar las llaves del auto de mi padre para así seguir a Kilian.

Empiezo a orar para que pueda encontrarlo en la siguiente cuadra de la casa, apenas conduzco a una velocidad de 10 km/h cuando lo veo cruzar unas calles, así que lo empiezo a seguir hasta que entra a un callejón; salgo para ver que sucede pero pronto observo lo inimaginable, él empieza a trepar las paredes de una casa hasta que llega al techo y de ahí empieza a correr y saltar de casa en casa; tengo que volver a entrar al auto para poder seguirlo y cuando es así, tengo que mantener la mirada pendiente entre la calle y Kilian para no perderlo de vista.

Manejo de forma cautelosa y es cuando me doy cuenta que no sé a dónde se dirige, es tan imprensendible tener que ubicarme en un lugar de Maryland cuando hay lugares que son boscosos y eso sin decir que hay comunidades que también se encuentran cerca, por lo cual no puedo adivinar con certeza hasta dónde quiere llegar Kilian.

Veo como él pronto cambia de dirección, así que al momento de agarrar una calle del lado este, sorpresivamente termino por frenar el auto al tenerlo en frente y por supuesto, con los brazos cruzados.

Lo miro desde dentro del auto y a pesar que se mantiene serio, ninguno se mueve de su lugar, me resulta poco viable tener que huir concluyendo que es un hombre lobo y me alcanzaría más rápido a pesar que manejase rápido y eso sin decir que tampoco le conviene a él hacerme algo cuando estamos en medio de una comunidad llena de casas en todo nuestro alrededor.

Veo como empieza a caminar en dirección al auto y antes de poder asumir la tarea de marcharme, él pronto llega al auto y golpea la ventana del lado del copiloto.

—Déjame entrar. —Suspiró fastidiada y sin retarlo, quito el seguro de las puertas y dejó que entré.

Antes podía haberme contradicho y luchar para que no entrará pero estoy segura que Kilian no me hará daño, una parte de mí confía en él y aunque me sienta nerviosa al ver como entra al auto y me menciona que dé la vuelta para volver a casa, al final no tardó en hacer lo que dice.

—Veo que subestime tu habilidad—habló.

—Entonces, ¿eres un hombre lobo?—dije yendo al grano.

—Y tú... ¿que eres?—detuve el auto y le di una mirada.

—Debes tener por seguro que no soy una assasin, un cazador o un científico que busca experimentar con ustedes—se quedó admirado con mi respuesta.

— ¿Cómo sabes...?—suspiré.

—Sé algunas cosas sobre ustedes—dije siendo sincera.

Me dio una mirada de cabeza a pies, evaluándome detenidamente para saber si estoy hablando con la verdad, y aunque no fuera así, rápido lo hubiera descubierto solo con detectar el latido de mi corazón, pero cualquier cosa me podía esperar, después de todo, no conozco muy bien a Kilian y cualquier sorpresa que suceda ahora mismo es probable que tenga que considerar que sea una amenaza de su parte para que cierre mi boca y no nombre algo sobre los hombres lobo.

— ¿Qué sabes de nosotros?—Rodé los ojos.

—Kilian, si te interesa saber si tengo malas intenciones contigo...—me interrumpió.

— ¿Por qué debería creerte? Me has estado persiguiendo desde que salí de mi casa—respiré hondo para no darle un golpe.

—No me extraña tu desconfianza pero dime tú... ¿Qué haces a altas horas de la mañana corriendo sobre los tejados de las casas?—gruñó.

Se quedó callado mirando la ventana del vehículo como si tratase de buscar las palabras correctas o quizás... la verdad para decirme lo que en realidad tiene planeado a hacer por la madrugada.

— ¿Qué me hace confiar en ti?—hice una mueca desagradable por sus palabras.

—Te conté mi vida—dije exasperada.

—Puedes haberme mentido—quedé boquiabierta con sus palabras.

— ¿Lo hice?—le pregunté resaltada.

Si le hubiera mentido con respecto a mi vida, ni siquiera yo podría verme a los ojos, además siempre hablaba con la verdad cuando se trataba de mí y mi fantástica vida. Siendo sincera, jamás he llegado a poder cambiar la historia y aunque quisiera no tengo esa habilidad que algunos tienen en poder pensar con rapidez en cambiar algunos eventos de su vida para hacerla poco o más interesantes.

—Quizás no tenga motivos suficientes para demostrarte mi lealtad pero créeme Kilian, no quiero hacerte daño—lo miré fijamente a los ojos.

Inhaló aire como si hubiera llegado a estar reteniendo la respiración durante un buen tiempo; sus ojos se quedaron mirando los míos hasta que asintió y sonrió.

—Pasaste la prueba—enarqué la ceja.

— ¿Qué?—dije sin entender.

—Cuando hablas con el corazón, es inconfundible tener que dudar en la persona—suspiré.

—Kilian, eres un tonto—le di un empujón.

Ambos reímos mientras no podía creer que simplemente él me había puesto a prueba para ver si decía o no la verdad, pero ahora reconozco que cada hombre lobo, tiene sus propios trucos bajo la manga.

—Y bien... ¿Dónde ibas?—crucé los brazos.

—Necesito ir a Liberty Reservoir. —Comentó.

—Desde Sykesville está a unos quince o veinte minutos—él asintió.

—Entonces, ya que estoy dentro del auto de tu padre, conduce...—me alentó a manejar.

—Tengo la licencia de conducir vencida—hice una mueca.

Kilian puso los ojos en blanco para quitarme el cinturón de seguridad y hacerme una señal para que me moviera, así que mientras ambos cambiamos de lugar para ser él quien tomará mi lugar de conductor, para ser yo el copiloto.

—Qué bueno que traje conmigo la licencia de conducir—sonrió.

—Deja de ser irritador y conduce—le dije.

Salimos de nuestro pueblo Sykesville para pasar a Eldersburg, el viaje fue casi lento y tranquilo, en ciertas ocasiones solo nos dábamos una mirada para seguir con la vista al frente de nosotros; observé como el siguiente pueblo que solo se encuentra a unos metros que el de nosotros se mantiene tranquilo y casi desolado por las altas horas de la mañana; Kilian entra a la calle Liberty Road hasta entrar a un pequeño centro llamado Eldersburg Commons, pero me impresiona más, ver que se estaciona frente al restaurante Denny's.

—Desayunaremos antes—le pone la palanca al vehículo antes de salir.

Salimos del auto de mi padre para entrar al restaurante Denny's, observó cómo pronto escogemos una butaca para ver como una mesera nos entrega los menús para escoger algún desayuno que tengamos como preferencia pero por cuestión de hambre, termino por pedir unos huevos con tocino, pancakes con nutela y banano y trozos delgados de yuca frita. Kilian eligió también unos huevos con tocino, pancakes con margarina y unas salchichas.

— ¿Por qué quieres ir a Liberty Reservoir?—Pregunté después que se retiró la mesera.

—He recibido un aullido que me indica que asesinaron a un hombre lobo en ese bosque—inhalé profundamente aire.

— ¿Quién?—arrugó una servilleta.

—Un assasin, no debo decirte que son porque ya debes de tener una idea después que escuché tu respuesta—hice un gesto de poca sorpresa.

—Idiotas—murmuré.

—Puedo saber la razón por la que sabes de... —Reí al ver que no continuó con el final.

—Conocí a tres hombres lobo y bueno, aprendí de ellos unas semanas—intenté evadir algunos temas.

—Al menos veo que aprendiste de ellos, aunque debo decirte que debes de ser más minuciosa en intentar atrapar a un lobo—sugirió.

—Soy una novata—le recordé las palabras de anoche—pero no quiera decir que no aprenda rápido. —Le sonreí de forma burlesca.

Al darle fin a la conversación, la mesera llega en su respectivo momento para dejarnos nuestros desayunos y así nosotros empezáramos a desayunar antes de volver a nuestro respectivo camino.

(...)

Veo como nos detenemos en la carretera, Kilian ha dejado estacionado el vehículo detrás de unos árboles para que nadie llegué a descubrirlo y así perseguirnos; nos fuimos adentrando cada vez más al bosque y aunque nuestras pisadas siempre se mantuvieron lentas y cautelosas, no sucedió nada desde que entramos, a lo lejos el sonido del lago Liberty se comenzó a escuchar, tanto que Kilian y yo salimos de un pequeño terreno de árboles para ver la planicie del lago.

—Tenemos que ser precavidos, hay personas que vienen a pescar, acampar o dar paseos con su familia—mencionó.

— ¿Dónde está el hombre lobo?—le doy una mirada al panorama.

—Puedo sentir el olor a sangre a unos metros, el problema es que tenemos que cruzar algunas laderas, es posible que nos encontremos a unos perros y humanos—hubiera querido tener su sentido de olfato desarrollado para decir lo mismo.

—Será mejor que caminemos rápido, si dices que hay perros, es posible que encuentren antes el cuerpo y pueda llamar la atención de algunos guías o turistas—empecé a regresar dentro del bosque.

— ¿Por qué me ayudas en esto?—suspiré.

—Es increíble que lo diga pero... Siento una extraña conexión con su mundo de la cual no puedo mantenerme alejada—cada vez nos vamos alejando del lugar por donde entramos.

—Bueno... Por algo se empieza todo. —Puse los ojos en blanco por su comentario.

Nos encontramos a mitad del bosque cuando encontramos varios caminos de los cuales podemos retomar, hace un par de minutos Kilian intentó seguir su instinto del olfato pero con el tiempo el olor lo fue perdiendo, haciendo que ahora sintiera no solo el olor a sangre, sino que a comida, a pelaje de perro, humo y excremento. Nos encontrábamos perdidos que por un momento creí que no encontraríamos el cuerpo del hombre lobo muerto, pero pronto unos pasos se escucharon y después de ello, un gruñido.

Kilian y yo nos dimos la vuelta para ver detrás de nosotros un lobo, puedo ver cómo nos muestra sus afilados colmillos y sus grandes garras, se ha puesto en una posición de ataque que es posible que si doy un paso, termine por tirarse encima de mí e intentar morderme para dejarme sin defensa, pero al ver a Kilian poco preocupado, entendí que él conoce a aquel lobo.

— ¿Lo conoces?—Pregunté.

—La conozco. —sonrió. —Samay, es una amiga—me presento Kilian.

Me acerqué a Samay y puedo ver como ella no deja de gruñirme, mientras camino hacia adelante, ella retrocede cada paso en la cual intentó acercarme; así que me detengo para mirarla a los ojos, puedo ver como dejó de mostrarme sus colmillos para quedarse mirándome sin parpadear, su pelaje erizado empezó a bajar y a pesar que no moví tan solo un dedo, ella poco a poco se fue acercando a mí, hasta que quedamos a unos centímetros cerca, levanté un poco la mano y pronto la puse debajo de su cuello, donde ella se apoyó más hasta que se quitó y pronto camino hasta Kilian.

—Samay, llévame hasta el hombre lobo que encontraste—le dijo.

Ella empezó a moverse de una forma más ágil y rápida que no alcancé a ver a dónde se llegó a adentrar, así que Kilian solo me tomó de la mano para empezar a correr con más rapidez, me golpeé algunas partes de mi cuerpo con ramas de árboles y tropecé con algunos troncos o piedras, casi le maldigo a Kilian pero no tuve demasiado tiempo cuando lo que resto del camino, intenté evadir varios obstáculos, fue entonces que dejamos de correr cuando nos detuvimos de repente, al ver a una chica mirando el cuerpo... mejor dicho... la mitad del cuerpo del hombre lobo colgado de brazos en una de las ramas gruesas de un árbol enorme.

—Oh cielos... No creí que estuviera así—Kilian se acercó al cuerpo. — ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que lo encontraste Samay?—él le preguntó a la chica.

—No hace más de cinco horas, escuché un aullido desgarrador a medianoche, busqué por toda la ciudad y comprendí que podía estar aquí—él asintió.

Antes de poder seguir admirando con terror aquella escena del crimen, me di cuenta como Samay se dio la vuelta para darme la cara y fue entonces que la mirada de susto que antes tenía, se convirtió ahora en una de sorpresa, al ver que tengo en frente a una de las amigas de Zöe. Una de las que estuvieron presente cuando nos encontramos con Caden aquella mujer lobo muerta en los campos de manzana de Yakima.

—Gemma, ella es Samay, mi prima... Samay, ella es Gemma, una amiga de la cual podemos confiar—nos presentó de forma más formal, Kilian.

—Claro que podemos confiar en ella—me sonrió. –Mucho gusto, Gemma. –Me brindo su mano.

—El placer es mío. —Tomé su mano para darle un apretón.

Demonios, veo que ni yo misma puedo huir de mi pasado porque siempre estará presente en donde quiera que esté.

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