Capítulo 15: Confesiones

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«Es una niña»

«Algún día, ella tomará mi lugar»

«Huye...»

«Corre... No mires atrás... Sigue corriendo...»

«Adiós, familia Hewlett»

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Abro los ojos de repente sin darme cuenta que ya es de día; un dolor empieza a aproximarse en mi cabeza haciendo que gruña del dolor y tenga que levantarme despacio antes que se vuelva más grande; miro a mi alrededor y veo que las cosas siguen igual, además de ello, sigo con la ropa del día anterior.

Apenas recuerdo que mi cansancio fue por toda la adrenalina que descargue para que Caden, Adrién y Vernon atraparan a Elaine.

Pronto abro más los ojos y el nombre de mi amiga circula en mi mente al solo pensar que hoy se tendrá que ir de Portland para marcharse a la manada de Caden, dejo ir un suspiro al no saber cuánto tiempo no podré verla y no solo eso, ahora a quién tendré además de Justin para contarle mis sucesos tontos del día.

El tema me pone tan sentimental que me dejo caer en la cama e intento no llorar al pensar la razón por la cual tuvo que haber sido Elaine la elegida para ser mordida en vez de haber sido otra persona. No me quiero imaginarme a ella, sola y en un lugar desconocido en donde solo habitan bestias que se comportan como animales salvajes, cazando conejos y ciervos para alimentarse, beber de riachuelos y correr por los bosques intentando proteger su territorio de otra manada que quiera conquistarla... No Gemma, no debería describir de esa forma a los hombres y mujeres lobo, ellos y ellas también forman parte de la sociedad e intentan llevar una vida ordinaria como nosotros.

De todas formas, tampoco debería referirme a ellos como animales salvajes porque pronto Elaine será una lobo, lo cual, ella también se adaptara a esa vida y si es posible, en algún momento la vea con su transformación así como lo hace Caden, Adrién y Vernon.

Me levanto de la cama y pronto camino a la ducha, me quito la ropa del día anterior y la pongo en una canasta con otras ropas en donde tendré que llevarlas luego a la lavandería; cuando giro el grifo, este mismo hace un ruido chirriante que pronto me hace entender que necesitara aceite para moverse, el agua cae en mi rostro y dejo ir un grito al sentirla fría.

Quito todo rastro de sudor y tierra para quedar muy limpia, desenredo mi cabello y luego cierro el grifo para tomar dos toallas, una para cubrir mi cuerpo y la otra más pequeña para secar mi cabello.

Camine y busque una ropa adecuada de la cual ponerme, tuve que apresurarme en todo para llegar a tiempo, por lo que escuché, Adrién se marchará pronto con Elaine, ya que necesitara de la transformación para aligerar el paso antes del atardecer.

Escuchó como tocan la puerta de mi apartamento y apenas me queda tiempo de gritar cuando doy unos saltos mientras intento meter mis pies en mi botines y luego en subir el zipper; cada vez siguen tocando más fuerte la puerta hasta que una voz hace que dé un grito y ponga la mano en mi pecho al ver a Caden detrás de mí y con una sonrisa en su rostro.

—Tonto, casi me matas del susto—dije cabizbaja.

—Me preocupe, no contestabas la puerta—rodé los ojos.

—Se supone que tienes un buen sentido auditivo... ¡Grite que ya iba de camino!—intenté normalizar mi respiración.

Se mantuvo callado, observando cada uno de mis movimientos sin decir nada, eso me da a entender que si había escuchado pero siempre tuvo la intención de entrar a mi apartamento. Giro mi rostro y veo la puerta intacta pero detrás de Caden se encuentra la ventana de la cocina abierta, y conociendo la distancia entre su apartamento y el mío, más la agilidad con la que puede saltar y la rapidez de entrar y llegar hasta donde está ahora donde me provoco un enorme susto, es más que suficiente para confirmar que así se dio el hecho de como Caden se encuentra hoy en mi hogar.

—Tengo curiosidad de saber qué piensas—le di una mirada corta.

—Que bien que los lobos no tengan un poder de telepatía—dije con burla.

—Mmm, graciosa—dijo irónico.

Antes de poder seguir con mi camino, sentí como atrapo mi cintura e hizo que diera unos pasos hacia atrás, en donde casi caigo encima del sillón viejo y polvoso. Quedamos a unos centímetros de distancia y antes de poder seguirme moviendo aparto un mechón de mi cabello que estorbaba mi vista, en donde al dejarlo detrás de mi oreja, este volvió a deslizarse hasta de nuevo posicionarse en su lugar haciendo que dejará salir una risa y más al sentir como los dedos de Caden, rozaban con delicadeza la piel de mi rostro.

— ¿No me tienes miedo?—preguntó con un tono preocupado.

— ¿Por qué debería tenerte miedo?—dije con extrañez.

—Por ser un lobo—giré mi cabeza a los lados para entender lo que dice.

Me quedé callada un par de segundos interpretando su propia respuesta, por un lado quizás sea anormal que tenga un par de vecinos que se convierten en hombres lobo y al parecer he tenido que descubrir muchas cosas de ellos en donde esto parece una película, y no solo eso, verlos en varias posturas que también no puedo decir si mi vida algún momento llegará a peligrar porque estoy tratando de lobos quienes tienen grandes garras, filudos colmillos y en ocasiones tienden a perder la consciencia hasta morderte o matarte.

—Bueno...—Sentí como Caden se separó de mí.

—Es hora, creo que Adrién nos debe de estar esperando ya—camino directo a la puerta.

—Caden—intenté detenerlo pero ya se había alejado suficiente para evitar entrar en un conflicto por él.

Tomé mis pertenencias necesarias y las coloque en una cartera, camine a la puerta que ya se encontraba medio abierta para cerrarla y ponerle llave; necesitaba alcanzar a Caden antes que tuviera que viajar por mi propia cuenta, así que a pasos ligeros y casi saltando varios escalones de cada piso del apartamento, llegue a la puerta principal, me despedí del vigilante y cuando estuve a punto de entrar al auto de Caden, me di cuenta que Vernon ya se encontraba en el asiento del copiloto, en donde casi con vergüenza, cerré la puerta y abrí la trasera para sentarme en los asientos de atrás, en donde debía de haber pensado antes haber tenido que irme.

— ¿Preparada?—preguntó Vernon amablemente.

— ¿No puede visitarnos aunque sea una vez al mes o al año?—crucé los dedos con alguna posibilidad.

—Lo lamento Gemma, pero mediante Elaine se acople más a la manada, se le hará más fácil olvidar su vida pasada y comenzar una nueva. —Sugirió.

Me pregunté qué idea se le habrá ocurrido a Elaine ahora que se marchará mucho tiempo y no podrá tener ni una comunicación con su familia y amigos cercanos a ella; si todo este entrenamiento dura más de tres años, es probable que sus padres se preocupen por la desaparición de su hija pero lo que más me deja nerviosa es que buscaran cualquier medio para encontrarla y aunque estoy segura que Caden tiene un plan para este caso, es posible que como amiga más cercana intenten sacarme hasta la última gota de la verdad. Y a pesar que nada más sé que se irá lejos y en total, no conozco la dirección de la manada de Caden, el secreto de su huida la sé más que nadie en este mundo y es posible que nadie me crea al decir que Elaine se fue porque se convirtió en mujer lobo. Por lo tanto, espero que jamás se dé ese evento.

Pronto llegamos a la casa de Elaine después del tormentoso viaje en silencio que hizo que viera por medio del retrovisor del auto, el rostro de Caden, el cual se mantiene aún molesto y decepcionado después de no haberle dado una respuesta.

Salimos del auto todos en conjunto para yo ser quien toca la puerta de la casa y ver como Balto es quien abre y con una sonrisa, se hace a un lado para dejarnos pasar. Mi corazón empieza a latir de miedo, tanto que Vernon coloca su mano en mi hombro y deja salir una sonrisa para que me tranquilice; me sobrepasa y pronto los tres ya nos encontramos en la sala, Elaine acaricia su cabello y parece seguir mirando el suelo sin percatarse que ya nos encontramos en su casa, mientras tanto Adrién, la vigila por si no tiene un arranque de enojo y termina por transformarse.

—Elaine—la llamó y ella levanta la mirada.

Me sorprendo al ver que sus ojos han vuelto a ser cafés, ya no hay un rastro de ver si uno es amarillo y el otro azul, simplemente, han vuelto a su normalidad.

Vernon quien es especialista en estas situaciones, se acerca a ella y de su bolsillo saca una lámpara, abre cada parpado de mi amiga y empieza a inspeccionar hasta que los suelta y parece dejar ir un suspiro de alegría.

—Elaine no corre riesgo ahorita—nos índica a todos.

—Eso significa, ¿qué puede viajar sin transformarse en el camino?—Caden es el siguiente en acercarse a Elaine.

—Dejen de observarme tanto—ella se levanta del sofá para agarrarme la mano y llevarme a lo que parece su habitación.

Está nerviosa, se le llega a ver porque sus pasos son toscos, se ha mantenido callada y pensante y por supuesto, se quiso retirar de la mirada de todos aquellos hombres lobo antes que el pulso de su corazón se acelerará y terminara de nuevo por sentir como cada vibra de su cuerpo no se controlará hasta transformarse.

—Sé que me iré sin dar muchas explicaciones—cerró ella la puerta.

—Lo sé—musité.

—Pero no tienes por qué preocuparte si piensas que algún hacen una investigación de mí sobre mi desaparición—enarqué la ceja.

— ¿Por qué?—dije dudando.

Ella de unas gavetas de su tocador saco unos documentos que se encontraban en un sobre manila. Deslizo sus dedos en cada orilla y borde de aquel papel naranja y antes de poder seguir hablándome sobre lo que tiene pensando, me extendió el sobre para que lo tomara. No sabía de qué trataba todo esto, pero sé que ella ya debe tener un plan en marcha para que nadie la busque, quizás esto ha sido por lo que ella se encuentra preocupada; pero suponiendo que ella ya tiene muy bien planificado su huida de Portland, debe ser gracias a Adrién, quien la ayudo a maniobrar cada punto esencial para que nadie la busque y encuentre.

Me hace una instintiva señal para que abra el sobre y pronto saco de ella unos papeles como supuse, pero a la vez, un disco en donde está grabado con el nombre "Verdad" en plumón azul como título; levanto de forma lenta mi rostro y me encuentro que los documentos además de tener la firma de ella, parecen hablar sobre el inmobiliario de la casa, de su nueva dueña y de todo el registro legal que deja en nombre se esa persona.

—No quería irme sin antes dejarte esto—la miro sorprendida.

—Elaine...—me interrumpe.

—Te dejo mi casa, quiero que te vayas de ese apartamento y vengas a vivir aquí. Es un lugar más espacioso y limpio y tendrás muchas más cosas aquí que allá. —Mi rostro en este momento debe ser de sorpresa. —Ahí tienes todos los comprobantes que te designo a ti, como la nueva propietaria. No habrá nadie que te la quiera quitar y además, ya está pagada por tres meses adelantado. —Deja salir una corta sonrisa. —Y por si nadie te cree, el disco es para eso. Me grabé diciendo que te dejo todo legalmente a tu nombre, que no he sido presionada para dártelo y que lo he hecho porque he visto la necesidad en que tú necesitas un hogar. —Casi se me cae la evidencia de mis manos al sorprenderme lo rápida que ella pensó en todo.

Mis ojos se llenan que lágrimas al ver el acto de empatía que ella está haciendo conmigo, ni siquiera puedo imaginar porque exactamente Elaine está haciendo esto por mí, cuando yo soy quien le debo muchas cosas a ella.

Dejo los documentos sobre su cama, para caminar hasta ella y abrazarla; escuchó como ella empieza a sollozar y yo soy la siguiente en hacerlo; aunque se vaya lejos, muy lejos, y termine por convertirse en una mujer lobo, seguirá siendo mi amiga, mi hermana, la persona que a pesar de todo, siempre ha estado conmigo en las buenas y malas y la que jamás me abandono cuando tuve problemas económicos y personales; ella ha sido esa familia que he necesitado después que preferí renunciar a la verdadera para rehacer mi vida sola, solo ella y Justin son los que me siguieron hasta donde estoy y ella fue el primer motivo para ser valiente y fuerte ante todas las adversidades que el mundo te ofrece para que atravieses todos esos malos momentos para luego llegar a la felicidad.

—Te extrañare—le dije sin soltarla.

—Solo serán unos años, nos volveremos a ver. Te lo prometo—dijo con voz entrecortada.

—Donde quiera que estés, está siempre será tu casa y yo, siempre te recibiré con los brazos abiertos, como mi hermana que siempre has sido—asintió.

—Te quiero, Gemma. —Susurró.

—Yo también, te quiero, Elaine. —Nos separamos. —Cuídate y hazles ver a esos lobos de raza pura que una humana los derrotara. —Ella sonrió.

—Sí.

(...)

Salimos de la casa, mientras observaba como Vernon les daba unas indicaciones a ambos antes de marcharse.

Elaine terminaría por irse con las manos vacías, después de todo, Caden le informó a ella que le ofrecerían vivienda, vestimenta y comida cuándo llegará a su manada; así que eso lo consideré como un peso menos y despreocupante.

Observé como Vernon concluía con sus palabras en el momento en que cerraba su boca y le daba una mirada ambos; él se acercó y pronto les deseo suerte por última vez, aunque antes de alejarse, parece que él les dio algo en sus manos, que no pude registrar que era, porque tanto Elaine como Adrién lo terminaron por apuñar y esconderlo dentro de los bolsillos de su suéter.

Me acerqué a Elaine y termine por darle un último abrazo, aún puedo sentir como tiembla del miedo bajo mis brazos, ni siquiera puede decir otra palabra porque entiendo que su voz terminaría por entrecortarse y más en este momento, se ha contenido a no derramar ni una lágrima aunque su nariz demuestra ese lado melancólico que ella se ha permitido seguir escondiendo.

—Cuídala, a veces te dará problemas pero, creo que sabrás tolerarla—le dije a Adrién.

—La protegeré como lo haría un beta con su alfa—Elaine suspiró sonriendo ante las palabras de Adrién.

Caden quien ya hace unos minutos se ha vuelto impaciente al ver como el amanecer comienza a asomarse a lo lejos, y Adrién y Elaine aún siguen aquí, prefirió acercarse a nosotros para terminar de una vez las despedidas; después de todo, el viaje sería largo y en algún momento Adrién tendría que guiar a Elaine en el momento que se transformaran para aligerar más el paso para llegar antes del anochecer a la manada.

—Es hora, tienen que marcharse antes que la zona se vuelva una completa feria—sugirió Caden.

—Enviaré un nuevo clan para ti. Creo que lo necesitaras, después de todo, no estaré a tu lado para cubrirte. —Mencionó Adrién.

—Solo encárgate de tu nuevo deber. —Miró a Elaine. —Puedo arreglármelas sólo. —Dijo seguro de sí mismo.

—Bien. Pero aun así, me encargaré que no siempre te las ingenies sólo. A veces por arrogante te va mal. —Caden puso los ojos en blanco con la respuesta debe Adrién.

—Una cosa más—centro su mirada a Elaine—. Será difícil que al principio te adaptes a la vida de lobo y también que algunos de la manada, te acepten por ser un theta...—Elaine abrió la boca.

—Eso no creo que sea un problema—intentó mantenerse firme.

—Lo será, y más para ti. —Lo dijo con seriedad. —Obedece a Adrién en todo lo que te diga, si te dice cállate, lo harás; si te dice escóndete, lo harás; si te dice ataca...—ella volvió a interrumpirlo.

—Lo haré—dijo molesta que le dieran órdenes.

—No. Esta vez, no debes de detenerte. —Ella lo miró extraño. —Lucharas y no te resistirás, deberás combatir hasta que tu corazón dejé de latir. Ahora, eres parte de mi manada y como tal, tu deber sea de un beta u omega, es siempre cuidar de tu alfa. —Preferí no decir nada con lo último que me dejo en dudas.

—Está bien. —Ella prefirió no discutir el tema.

—Pronto entenderás mejor las cosas, ahora, deben de partir. Se hace tarde y entre más pronto lleguen, pueden evitarse algún disgusto en el camino. —Termino por decir Caden.

Observé como Adrién asintió despacio mientras intentaba buscar la mejor ruta para irse; así que puso la mano detrás de la espalda baja de Elaine para darle unos empujoncitos para que empezara a moverse; ambos caminaron unos pasos hasta que ella dio por una última vez una mirada hacia atrás, parece, como si quisiera guardar por última vez la imagen de nosotros, de su hogar y de Portland.

Se dio la nuevamente la vuelta y siguió los pasos de Adrién hasta que ambos empezaron a correr con esa velocidad que para un humano es difícil de mirar y comprender.

Cuando ya no llegue a observarlos a ambos, escuché como las botas de Vernon dejaron varios ruidos cortos y chirriantes al acercarse a Caden y a mí; él con un rostro cansado y una sonrisa visible por el movimiento sutil de sus labios, se rascó el cuello hasta dejar salir un bostezo.

—Iré a descansar, ha sido unos días largos y agotadores. —Dejo unas palmadas en el hombro de Caden. —Si aparece otro omega, llámame. —Insinuó antes de marcharse.

Caden no dijo ni una palabra, solo se mantuvo callado y observando como Vernon se marchaba al edificio donde los tres vivimos; aún sigo sin comprender esa distancia de amistad que Caden tiene con Vernon, pero por ahora, siento que no es apropiado que pregunte.

Me quedé pensando en que quizás debía de haber acompañado a Vernon, ya que soy la siguiente en sentirme cansada y con sueño, y está claro que en la mañana y tarde no tengo planes para salir y desde que comenzó el problema de Elaine, al final pedí mis vacaciones por adelantado, para poder resolver todo este conflicto, donde es de milagro que mi jefe y gerente hayan aceptado sin protestar o excusarse sobre el favor que les pido.

— ¿Tienes algo que hacer ahora?—lo miré de reojo.

—No, creo que le seguiré la corriente a Vernon. Es temprano y dormir un poco más, quizás evite que piense en todo lo que ha sucedido últimamente—me hice un masaje en el cuello.

—Bien, pensaba invitarte a desayunar—enarqué la ceja.

—No es necesario, Caden—resopló ante mis palabras.

—Quiero y dudo que puedas evitarlo. Además, intentó llevarme bien con un humano—dejé ir una risa.

—Eres humano, Caden. Solo que internamente llevas esa parte de licántropo en tu ser. —Me refiero a todo lo que debe ser parte de ser hombre lobo.

—Bien... Entonces, ¿acepta?—hice un gesto de pensar en su propuesta.

—Está bien, pero, necesito que me hables un poco más de ti—le sonreí con inocencia.

—Curiosa bestia. —Se acercó a mí y me sonrió. —Si te deja más tranquila descubrir un poco más de mí, quizás veas que no soy muy malo como aparento serlo. —Negué.

—No lo eres. Pero eso no quita que no sigas siendo un misterioso. —Él dejó salir una hermosa sonrisa como si no lo negará.

Tomó mi mano y me dirigió hasta su auto, abrió la puerta del copiloto y espero a que fuera la primera en entrar para luego cerrar la puerta y él, rodear su camioneta para entrar a su vehículo y comenzar a conducir.

En el camino, ninguno de los dos prefirió decir una palabra, simplemente el ambiente agradable y silencioso, provocó un momento de paz entre ambos; antes de haberme marchado de la habitación de Elaine donde tuvimos nuestra última conversación, le comenté acerca de las palabras de Caden me había mencionado por la mañana acerca si temía de él. Sinceramente, no me esperaba que Elaine me respondiera de una forma pasiva después de su pelea con Adrién, pero algo me decía que los problemas de ambos, ya se habían resuelto la noche anterior, así que por ello, fue capaz de decirme que confiara en Caden, que no le tuviera miedo solo por ser un hombre lobo y que algún momento pueda hacerme daño, sino que, siempre intentará darle una nueva oportunidad a las situaciones que se presentan en mi vida.

Después de todo, cada vez más, el mundo de Caden me llama más la atención y es espectacular saber que existen seres sobrenaturales en esta época del año.

Nos adentramos a un restaurante que pronto el maître nos señaló una mesa privada solo para dos personas, aquellos lujos donde extrañamente son complacidos por Caden, me hacen sentir en un nuevo mundo, y más porque sigo en duda sobre cómo el sobrevive en el universo humano cuando tiene que supervisar que no haya un descontrol anormal en la ciudad que tenga que ver con la parte lobuna de una persona.

Antes que el mesero se marchara para darnos tiempo en pedir el desayuno, Caden le pidió de anticipación dos tazas de café americano; posiblemente no sea la única que se siente cansada en este momento pero agradeceré a Caden por haber hecho el honor de pedir café cuando más lo necesito.

—Y bien, ¿qué necesitas saber de mí?—quite la mirada del menú para verle a él unos segundos.

—Quiero saber que harán con Elaine, no es que siga en desconfianza, sino, es por curiosidad—baje la carta del menú para que ambos nos diéramos la cara.

—Primero tendrá que pasar por unos análisis del chamán de nuestra manada, es para asegurarnos que la mordida no perjudicara su proceso de lobo—asentí informándome de lo que sucedería en primera mano. —Luego, se le designará un entrenador...—no me quedó de otra que interrumpirlo porque mi voz ya había sido ese intercepto.

— ¿Entrenador? ¿Qué eso no lo haría, Adrién?—le pregunté confusa.

—No, Adrién no forma parte de ese rol de la manada. Más bien, él es un guardián, así que mientras Elaine entrena, él volverá a su trabajo—encogió los hombros.

—Eso siempre me he preguntado—levantó la mirada— ¿De qué trabajáis ustedes? Es que, en su estadía en Portland solo se han encargado de atrapar omegas y eso...—esperé ser clara con la pregunta.

—Adrién es abogado, Vernon es médico y yo, lo típico, un empresario. —Abrí la boca admirada. —Fuera de la manada tenemos una vida aparte. —Comenzó a decir. —La evolución de los hombres lobo ya no son como los años de la antigüedad en donde debíamos de escondernos y vivir en bosques. —Interpretó. —Ahora es diferente, bueno para mi manada, porque hay otras que siguen con la misma cultura y costumbre de sus raíces pero nosotros hemos tratado de adaptar la vida humana y animal que tenemos, es decir, convertirla en una sola y controlar todos aquellos aspectos de nuestra vida como humanos y lobos. —Asentí comprendiendo cada vez más esa nueva metodología de la vida.

—Que más...—intenté que siguiera hablando.

—Bueno, con respecto al tema anterior. Siempre existen reglas, desde las cinco de la mañana cada lobo puede marcharse del bosque para realizar su vida como humano pero a las seis de la noche debe estar de vuelta. —Comentó.

— ¿Por qué?—pregunté interesada.

—No es por nada, Gemma. Pero así como hay humanos ordinales que no creen en nosotros, existen otros que si creen y buscan la forma de encontrarnos. —El tema parecía cada vez oscuro. —Tenemos enemigos en nuestra palma de la mano que no dejan que vivamos una vida plena, siguen pensando que somos una amenaza para la humanidad y que nosotros somos ese producto imperfecto que la tierra dejó durante su creación. —Hice una mueca.

— ¿Quiénes son sus enemigos?—pregunté.

—Contra mi manada, tenemos tres, los científicos, los cazadores y los assasins. —Dijo tenso. —Los primeros siempre buscan a un lobo de raza pura para encontrar esa biología de la transformación de nuestro cuerpo, pero últimamente, los cazadores se han unido a ellos, empleándoles un trato de dinero y lujos en cambio de llevarnos a ellos. —Sus ojos se tornaron oscuros al contarme algo tan frívolo que hacen con ellos.

Fue entonces que recordé una vez de como ambos nos encontramos en el bosque y un cazador nos estaba persiguiendo, de cómo Caden trato que aligerara el paso pero inevitablemente no pude conseguir moverme a su mismo ritmo y de como toda esa locura termino en ver a un lobo morir, en donde antes pensaba que era un simple animal y ahora con todo esto que él me comenta, parece ser que era un hombre lobo.

El mesero volvió y nos dejó los dos cafés con una caja de sobres de diferentes tipos de azúcar, así que mientras que Caden pedía un desayuno al estilo alemán, no me había percatado de esa parte difícil de su vida y de cómo debe y tiene que seguir lidiando con esos científicos y cazadores, en donde para que no descubran la raza de hombres lobo, tiene que ser cuidadoso y proteger a los suyos. De último, termine por pedir un desayuno simple y típico, de todas formas, intentó que Caden no gaste mucho por mí.

—Y, ¿los assasins?—pregunté.

—Ellos son lo contrario de los otros dos. Lo que buscan es deshacerse de nosotros, matarnos sin piedad y simplemente eliminar todo paradero de un hombre lobo. La diferencia con un cazador es que estos están acostumbrados a usar armas con balas de metal o que lleven acónito y los assasins, usan métodos regularmente viejos, casi no descarto las posibilidades que la mayor parte de ellos siguen usando lanzas, flechas, cuchillos y otras cosas que estén también marcadas con acónito—se quedó un momento callado.

—Pero eso se escucha más fácil de escapar que con un cazador que lleva un arma de fuego—establecí mi opinión.

—En realidad no, un cazador no conoce muy bien nuestras habilidades sobrenaturales, mayormente se dejan guiar por instinto y no por conciencia. Por eso, se les hace difícil matarnos, en cambio los assasins, saben cómo encontrarlos y matarnos; con el paso de los años, ha aprendido de nosotros, de la velocidad con la cual viajamos, los lugares en donde podemos escondernos, del uso de nuestros sentidos, de nuestros defectos y problemas de manada o lobos solitarios... Cuando me refiero que saben mucho, es casi todo. Nos han estudiado durante años que sus movimientos cada vez se vuelven difíciles de acertar...—Suspiró. —Este año, hemos perdido ya a diez hombres lobo por ataques sorpresivos y lo peor de esto, es que además de cortarles el cuello, les arrancan el corazón. —Se pasó una mano a través de su cabeza.

Le puse una mano encima de la suya para darle fuerzas sobre aquellas cosas horribles que ha llegado a ver; no me quiero imaginar lo difícil que debe ser cuidar de tu manada de aquellos enemigos que no tienen buenas intenciones con los hombres lobo, por un lado sé que habrán personas que les asusten ver a estos seres sobrenaturales que querrán que los asesinen para salvar sus vidas y las de sus seres queridos pero por otro lado, se debe de entender que Caden tiene razón, estamos en pleno siglo XXI en donde ya existe un mejor control sobre estos hombres lobo y sé que ahora ellos deben de tener más cuidado en su subexistencia.

Cortamos un momento la conversación porque el mesero dejo los platos de comida en la mesa, antes de empezar a comer, observé y estudie lentamente el plato de Caden, el cual mayormente casi solo se basaba en embutidos y huevos; realmente existen cosas por las cuáles no cambiaran de un hombre lobo y quizás eso sea, los gustos por la comida basada en carnes.

— ¿Siempre te alimentas de carne?—dije mientras cortaba un trozo de omelet.

—Sí, también hay lobos vegetarianos por si tienes duda. —Dejó salir una risa.

— ¿No te gustan las verduras?—le pregunté.

—Sí, pero estoy acostumbrado a ser más carnívoro—entró en su boca un pedazo de jamón.

—Solo por ser un depredador—elevé una ceja.

—Cuando eres cachorro, tu familia te acostumbra a comer lo que ellos te dan, sin importar si son raíces de árboles o carne de ciervo. —Lo último que dijo fue inesperado.

Antes de poder decir algo, comí un poco más de omelet y frijoles, quizás aún tengo que asimilar algunas cosas pero sinceramente creo que deben ser despacio.

—Calma Gemma, tu corazón se aceleró demasiado rápido y esa no es mi intención a no ser que sea provocado porque intente robarte un beso—trague hondo al ver rostro bajo y con una sonrisa en sus labios.

— ¿Cazas animales?—pregunté muy bajo pero sabía que él había escuchado bien.

—No. Pero creo que fui demasiado lejos al decir eso—irguió su espalda. —En realidad, no somos bestias, Gemma. Por un lado sí, porque somos mitad lobo pero, también somos seres humanos, y somos capaces de sentir, comprender y aceptar los dos mundos en que vivimos. —Suspiré al ver que trataba explicarme más sobre él.

Preferí dejar de hacerle más preguntas para que se mantuviera tranquilo y pudiera degustar del desayuno sin tener que recordar algunas cosas que son parte de su vida como lobo y como humano.

(...)

Después de desayunar, preferimos caminar un poco con Caden, así que mientras conversábamos diferentes cosas sobre nosotros, hubo unas cuantas veces que nuestras manos o dedos se rozaban. Esperaba algún momento en que él tuviera la iniciativa de tomarla pero entre más pasaba el tiempo, eso no sucedía. Además comenzaba a perderme en mis propios pensamientos, al crear imágenes en mi mente sobre cómo se vería la mano de Caden agarrada de la mía y eso sin decir, de las emociones que brotarían en mi cuerpo al sentir ese contacto íntimo con él.

Cada vez el sol se posicionaba encima de nosotros y fue el momento en que no me había percatado que la tarde ya está dando su inicio a través del día; no sé cuántas horas pasamos caminando y hablando sobre cosas interesantes como divertidas, pero la verdad, es que conocer un poco más profundo a Caden, ha provocado que me sienta más segura de lo que una vez comenzamos y terminamos por culpa de Zöe.

Antes de seguir caminando nos detuvimos en medio del Puente Hawthorne, unos autos pasaron cerca de nosotros mientras nos acercamos a las barandillas de metal para observar más de cerca el río Willamette; una brisa intensa de aire acaricio mi rostro y movió hacia un lado mi cabello haciendo que estorbara mi vista. Hubo un momento que al quitar todos esos cabellos rubios, me quedé observando detenidamente a Caden, quien ha cerrado sus ojos e inhala aire profundamente, dejó salir el aire con un suspiro lento para terminar de abrir los ojos y darle una mirada al horizonte; al elevar sus ojos estos brillaron a través de un rayo de sol que cayó encima de su rostro, no puedo creer que esos perfectos ojos azules, bueno, casi celestes reflejaban un hermoso color al caer la luz en ellos; verlo de aquella manera demasiado relajada y callada, me hizo sentir bien a su lado, es raro poder verlo de esa manera, por eso creo que es agradable poder apreciar por unos instantes estás imágenes de un Caden tranquilo.

—Porque me miras demasiado, te gusta cómo me veo. —Sonrió con coqueteo.

—Eres un engreído—ambos dejamos salir una carcajada.

Dio una media vuelta y se apoyó en el barandal del puente, achino sus ojos y me dio una mirada misteriosa y analizadora que provoco que los vellos de mi piel se erizaran; esa mirada penetrante ya no comenzaba a provocarme incomodidad sino que resultaba ser muy seductora.

— ¿Qué?—dije entre risas nerviosas.

—Nada. —Dejó de verme para de nuevo mirar el río.

Me puse un mechón de cabello detrás de la oreja para intentar no sentirme nerviosa, realmente ver esa naturalidad de Caden ha hecho que me sienta más segura a su lado, así que, sin saber si hago lo correcto o no, me acerco a él hasta apoyar la cabeza en su brazo, pronto siento su mirada en mí y no me puedo imaginar el rostro que puede haber llegado a poner ahora mismo con mi acto.

—Lamento no haberte respondido en mi apartamento—dije de inmediato.

—No te preocupes, sé que debe ser difícil que te adaptes a estar al lado de un depredador—se lo tomó en broma.

—No es eso, simplemente, tu pregunta me dejo en shock. —Lo mire de reojo.

Se mantuvo callado mientras intentaba seguir escuchando mis palabras, así que tomé aire y me preparé para terminar con lo que empecé.

—Es que, con lo que ha sucedido últimamente entre nosotros, me ha dejado confusa. —Enarcó la ceja. —No tengo miedo de tu apariencia como hombre lobo, sino que tengo miedo, de sufrir por alguien...—agito su cabeza a los lados.

— ¿De quién? ¿Por mí?—se separó un poco.

—Es que... Después de lo que sucedió con Zöe...—baje el rostro.

—Sé que ella te llenó la cabeza de dudas sobre mí, pero dame una oportunidad más, Gemma. Me interesas y no como una amiga, vecina o cómplice de esté secreto...—suspiró.

— ¿Qué?—dije atónita. — ¿Qué quieres decir?—me di la vuelta para que ambos quedáramos en frente.

Se mantuvo callado unos segundos para luego hacer gestos con su boca y luego morder su labio inferior; parecía nervioso pero a la vez, parece como si intentará decirme algo.

—Es difícil de explicar pero, además de sentirme atraído por ti, me gustas, Gemma. —Confesó.

Antes de poder decir algo, dentro de mí empezaron a revolotear esas mariposas imaginarias en mi estómago; no podía explicar en mi mente como es que Caden ha tenido el valor para confesarme sus sentimientos, él, un hombre fuerte y duro que parece no querer mostrar sus propios sentimientos y emociones delante de una extraña, ahora está aquí, en frente de un atardecer y al lado del gran río Willamette de Portland, declarando una verdad que aún sigo sin poder creer.

— ¿Tratas de engañarme?—apenas pude articular.

— ¿Qué? ¡No!—dejó ir un gruñido—Gemma, me gustas. Pero hay momentos en que tengo miedo en hacerte daño—parecía retractarse de sus palabras anteriores.

—Ya me heriste una vez mis sentimientos, ¿no crees que ha sido demasiado tarde para decirme eso?—Negó.

—Gemma, no es eso. Ser hombre lobo implica ponerte en riesgos grandes, tengo enemigos sobrenaturales y humanos y si ellos descubrieran lo que siento por ti, se apoderaran de ese sentimiento y en algún momento, sin que te des cuenta, te harán daño. —Sentí un nudo tanto en la garganta como en el estómago.

Se dice que a veces debemos de tomar riesgos para cumplir los propósitos que deseas.

Seré una loca si acepto las palabras de Caden y me alejo de él por mi seguridad, pero estaré lo doble de loca si acepto estar a su lado sin importar los peligros que puedan sucederme si me quedó con él.

—Caden...—No evite acercarme a él y abrazarlo.

Su abrazo pronto llegó hasta mí y sentí como derramaba unos cuantos besos encima de mi cabeza, sinceramente no puedo escaparme de esta vida y pretender como si nada hubiera pasado. Tengo que confesar que quiero estar al lado de Caden y también, no puedo perder el paradero de Elaine más ahora que ella se ha marchado. Además, ya estoy muy involucrada con la vida de los hombres lobo para ignorar lo que ya conozco.

—También me gustas—le susurré.

A pesar de haber hablado lo demasiado suave y bajo casi como si un humano no hubiera escuchado, sé que él sí lo hizo, porque pronto se apartó de mí y me dio una mirada.

— ¿En serio?—sentí como su voz se entrecortaba.

—Sí... Me gustas, Caden. —Le confesé sintiendo como mis mejillas ardían.

No tardó mucho en acercarse a mí y pronto besarme, sus labios chocaron tan fuerte contra los míos que fue difícil tener que haber reaccionado al momento cuando se presentó ese beso inesperado. Me puse en puntillas y profundice más el beso, al poner mis manos entrelazadas en su cuello, sentí unas pequeñas hebras de su cabello de su nuca chocar con las yemas de mis dedos, eso me tentó a subir más las manos pero prefiero hacerlo en otra ocasión, una en donde no demostremos un beso tan intenso en medio de una ruta pública.

El sonido de un celular nos interrumpió a ambos haciendo que cortáramos el beso para que uno de los dos revisará el dispositivo el cual ha cortado un bonito momento; visualicé el mío y logré ver que no era pero si el de Caden, así que pronto él correspondió la llamada para empezar a hablar de manera cortante y ronca haciendo que su rostro cambiara de emoción y está vez se tornara preocupado.

—Bien, llegaré en unos minutos. —Terminó por colgar. —Mierda...—gritó y se agarró de las barandillas del puente maldiciendo una y otra vez como si le hubiera caído miles de noticias malas.

— ¿Qué sucede?—pregunté acercándome a él.

—Era Zöe...—abrí la boca pero la cerré luego queriendo saber una explicación. —Encontró una mujer lobo muerta en Yakima. —Respondió.

Tomó aire y observé como empezó a caminar en dirección contraria a Portland, así que fue en ese momento en que me di cuenta que Yakima, se sitúa en Washington.

— ¿Irás a Washington?—dije corriendo hasta quedar a su lado.

—Sí, tengo que investigar más a fondo el asesinato de la mujer lobo. —Comentó.

— ¿Sabes cómo la asesinaron?—Se detuvo de repente.

—Sí. Fue un assasin—dijo molesto.

No volvió a decir otra palabra más y de nuevo empezó a caminar, estoy segura que Caden no estará cómodo hasta encontrar el asesino de aquella mujer, pero en el estado en que se encuentra, estoy segura que es capaz de desquitar su ira con algún objeto que tropiece su camino.

—Te acompañaré—le grite al trotar para quedar de nuevo a su lado.

— ¡No! Debes quedarte—dictó.

—Quiero ir—dije segura de mi decisión.

—Gemma, esto no es un asesinato normal. Lo que verás pueda fastidiarte y no lo toleraras o ingerirás rápido—encogí los hombros.

—Caden, no entiendes que hace tiempo formé parte de esto, si no salí de esto cuando Elaine se transformó... ¿Cómo podré hacerlo ahora?—me dio una mirada fija y lenta.

—Bien, entremos a esa parte donde se encuentran los árboles. Me transformaré y te subirás encima de mí. Será la única manera en que llegaremos pronto a Washington. —Asentí captando sus indicaciones.

Entramos a una parte poco boscosa delante del puente para ver como él se alejaba de mí y pronto inhalaba aire, fue entonces que cayó al suelo y se puso de cuatro patas, su ropa se comenzó a romper cuando su cuerpo y más su espalda fue creciendo, pero ver cómo le crecía más cabello de lo normal hizo que me quedará petrificada; un pequeño gruñido salió de él hasta ver como se recomponía de la transformación. Elevó su cabeza y fue en ese instante que me observó, sus ojos se mostraron rojos que casi provocó que un golpe de miedo cayera en mi cuerpo; no me moví por varios minutos hasta que él empezó a moverse en mi dirección.

Cuando llegó y se quedó en frente de mí, sus ojos terminaron de ponerse celestes, fue entonces que identifique que su conciente se encontraba disponible en ese instante, eso significaba que sería incapaz de hacerme daño.

—Bien, es hora. —Dije en el momento en que él se inclinaba para que subiera a su espalda. —Vamos, Caden.

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Hola! Aquí les dejó un emocionante capítulo lleno de confesiones y revelaciones por parte de nuestros protagonistas, espero que les haya gustado un montón y lo siento por tardar tanto en subir :(

Que tengan un hermoso fin de semana!

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