"El secreto del Alfa"

El cielo se torna negro, lo que hace que los habitantes de la pequeña villa deban ocultarse rápidamente a toda prisa, desde hace unos meses han aparecido Omegas, lobos de gran tamaño que todos creía extintos y no era así, atacan a quien ande por las calles aunque sin llevarlos a la muerte.

La villa Alegría ya dejó de ser como la identificaba su nombre, Alegría, todos viven aterrorizados, y siempre con la duda de donde salían esos grandes Omegas que solo aparecían y causaban destrozos para luego irse y volver al siguiente día a lo mismo.

—¡Debemos hacer algo con esos Omegas! —grita uno de los habitantes—. ¡No podemos vivir así!

—¡Lo apoyo! —grita otro de los habitantes—. ¡Debemos defendernos!

—¡Debemos matarlos! —grita otro—. ¡Si matamos a uno verán que no aguantaremos ya sus destrozos!

—¿¡Están locos?! Si ellos ven que los atacamos, no quedara ni un alma aquí, querrán venganza —grita una mujer abrazando a su hijo—. No tendrán piedad de nosotros, ni los niños, ni de los bebes y menos de los ancianos.

—Ella tiene razón, si ven que los atacamos, todos perderemos la vida por esos Omegas —apoya otra mujer abrazando a su bebe—. Ellos solo causan destrozos y se van, no debemos provocarlos.

—Pero un Omega tengo entendido que no se manda solo, ellos tienen alfas, jamás hemos visto Alfas.

—¡Ni Dios quiera! —dice un anciano—. Los Alfas son peores que los Omegas. Los Alfas son Lobos gigantes que doblan el tamaño del Omega, sus ojos muestran el mismísimo infierno.

—Tiene razón, seguro algún Alfa los domina y manda a realizar semejantes daños, la pregunta es ¿por qué? Algo tiene esta villa que ese Alfa y los Omegas quieren.

—Ahora todo es claro —dice otro habitante—.  Nos están asustando para corrernos de aquí, pero, ¿por qué? No sé de nada que sea valioso aquí.

—Seguro, esta villa está construida en tierras importantes para los Alfas y los Omegas —dice una habitante—. Seguro quieren recuperar sus tierras y sacarnos a toda costa de aquí causando el miedo.

—Lo que soy yo, lo consiguieron, no expondré la vida de mi mujer e hijos, ya vendí mi casa y me iré al atardecer —dice uno de los habitantes.

Todos siguieron hablando en la pequeña asamblea que se había convocado en la pequeña plaza para encontrar una solución a los Omegas.
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★★Montañas★★

Un Omega Aúlla y cambia de forma junto a sus 5 compañeros.

—Tranquilo Gulf —dice uno de sus compañeros.

—¡Estoy harto de hacer esto! —dice Gulf molesto—. ¡Estoy, harto!

—Todos lo estamos Gulf, pero sabes que no podemos revelarnos en contra de nuestro alfa —dice otro de sus compañeros.

—¡No es nuestro alfa! —grita furioso Gulf—. ¡No tiene lógica que sea Alfa de todos!

—No grites o te va a oír, tendrás problemas otra vez —manifestó uno de los compañeros mirando para todos lados—. La última vez casi no te podías mover.

—¡Que me mate de una vez! ¡Estoy aburrido de ir a esa villa a solo causar desastres! —manifiesta Gulf sentando en el pasto—. Realmente no sé por qué nos manda a destrozar y no nos da motivos.

—Ni tú ni estos inútiles Omegas deben saberlo —habla el Alfa, un Lobo negro de gran tamaño, quien apareció de forma intimidante con sus ojos rojos de furia delante de todos.

Todos lo reverencian y bajan la cabeza.

—Solo obedece mis órdenes a no ser que quieras morir —amenazaba el Alfa con sus ojos rojos que obligó a Gulf a bajar la mirada.

—Solo quiero saber por qué hacemos esto —dice Gulf—. Cada día vamos a esa villa y causamos destrozos y luego nos vamos, ya no está quedando mucho que destrozar.

—¡Solo sigan haciendo los destrozos callados o yo los destrozo a todos ustedes! —gruñe el Alfa para dar la vuelta e irse corriendo al interior del bosque.

—Ya no preguntes nada Gulf y sigamos obedeciendo, mañana volveremos, vamos a dormir, pero primero curaré tu labio herido —dice uno de sus compañeros.

—Está bien —responde Gulf y todos entran a su pequeño hogar.

Los días estaban pasando y seguían realizando destrozos en las calles y en algunos hogares. Muchos ya no lo soportaban y se estaban yendo de la pequeña villa.

El Alfa observaba desde lo alto de la montaña como los Omegas seguían sus órdenes sin poner resistencia o serían severamente castigados por el mismo.

Los días iban pasando y un viajero llego a la villa con la lámpara en la mano y unas llaves, uno de los habitantes había vendido su propiedad, las calles estaban oscuras y sin vida, solo se podía observar como la neblina había bajado haciendo a villa alegría una villa del terror.

—¡No debe estar aquí solo en la calle! —grita uno de los habitantes corriendo—. ¡Corra vienen los Omegas! ¡Los Omegas están aquí!

—¿¡Omegas?! —pregunta gritando aquel viajero y ver alejarse al habitante.

—¿Omegas? —se interroga el viajero—. Casa 21, es esta.

Deja la lámpara en el piso e introduce la llave, el sonido de aullidos lo hace mirar para todos lados y luego seguir abriendo la casa y entrar. Quito su sombrero y chaqueta, encendió la luz y apago la lámpara.

—No cabe duda que aquí encontraré a quién he estado buscando —dice el viajero mirando la propiedad que compró e ir recorriéndola para conocerla.

Ruidos de destrozos, llamo su atención, algo que lo hizo salir de la cocina e ir a la entrada y mirar lo que ocurría. Al abrir la puerta, unos ojos verdes lo miraron fijamente al dejar de hacer lo que hacía.

—Tranquilo Omega, échate —dice el viajero al desprender un aroma de café y chocolate que hizo jadear al Omega y echarse en el piso siguiendo las órdenes del desconocido.

—¿Quién eres tú? —se atreve a preguntar el Omega y su aroma a fresas y menta se desprendió—. Tu aroma me es llamativo, me gusta mucho.

—Soy Mew Suppasit hermoso Omega, tu aroma es muy llamativo también, aunque no lo parezca, soy como tú, un lobo, a diferencia que soy Alfa Puro —responde Mew mostrando sus ojos rojos—. ¿Quién los controla? Dímelo por favor. ¿Dónde lo encuentro?

—¿Eres Alfa? Imposible… No quedan más Alfas, nos controla el Alfa… —antes de seguir hablando el aullido del lobo Alfa los llama y hace levantarse y correr rápidamente a Gulf a su encuentro.

—Entonces aquí estás escondido —dice Mew con una sonrisa—. Ahora pagarás, lo juro y quién diría que podría encontrar a mi Omega por fin. Fresas y menta una delicia. Mejor voy a descansar, mañana empieza mi venganza.
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★★Montañas★★

El alfa se movía de un lugar a otro con gran molestia. Vio como uno a uno iban llegando los Omegas y lo reverenciaban.

—¡Mañana volverán otra vez! —gruñe el Alfa—. ¡Ahora quiero esa villa ardiendo en fuego! ¡No puedo esperar más!

—¡Pero hay bebe, niños y ancianos! —se atreve a contestar uno de los Omegas para luego bajar su cabeza.

—¡No me importa! —gruñe el Alfa—. Suficiente tiempo tuvieron para irse y no lo hicieron, quiero algo que se oculta en esa villa y ya no puedo esperar más.

—¡Me rehusó! —grita Gulf—. ¡Yo no haré semejante daño!

El alfa gruño y se acercó a Gulf quedando frente a él.

—Rehúsate y morirás —amenaza el Alfa con sus penetrantes ojos rojos—. Rehúsate y no quedará nada de ti, soy tu alfa y me debes respeto y obediencia.

—¡No eres mi alfa! —grita Gulf—. ¡Yo ya tengo un alfa y ya lo conocí! ¡Y tú no eres!

Aquel Alfa ante la nueva información ataca a Gulf y coloca su enorme pata en su cuello.

—¡Repite lo que has dicho inútil Omega! —dice furioso el alfa con sus ojos rojos de furia.

—L-Lo… Que escuchaste… Ya no seguiré tus órdenes —dice Gulf sintiendo la falta de aire—. Ya no… T-Te haré caso.

—¡El único Alfa aquí soy yo! —manifiesta el Alfa mirando a los demás Omegas—. ¡Soy el último de mi especie y me deben respeto! Sí que Gulf, deja de mentir e inventar otro Alfa, mañana harás lo que te digo y punto ¿Escuchaste? ¿Escucharon?

—¡No! ¡Ya no será así! —grita Gulf cambiando de forma y quedando frente al Alfa.

—No creo que seas tan estúpido para retarme —dice el alfa—. ¡Te destrozaría!

—¡Hazlo! —desafía Gulf—. ¡Estoy harto de seguir tus órdenes! ¡Estoy harto de dañar esa villa y sin saber el motivo!

—¡Solo haz lo que me mando y punto! —dice el alfa con voz de mando que obligo a Gulf y los demás Omegas a bajar la cabeza. ¡Mañana irán y quemarán todo! ¡El que se rehúse morirá y será la cena de sus compañeros! ¿¡Entendieron?!

—¡Sí! —responden todos los Omegas.

—Por tu bien harás lo que te dije y olvida que existe otro alfa, porque nuestra especie está en extinción y me consta que soy el último alfa —dicho eso se va del lugar.

—¡No eres el único! —grita Gulf para volver a su forma.

Todos volvieron a cambiar y abrazaron a Gulf.

—No expongas así tu vida —dice su compañero abrazándolo.

—¡No lo desafíes o terminarás muerto de verdad! —lo regaña otro compañero.

—Debes entender que él es nuestro alfa —dice otro.

—¡No seamos estúpidos Omegas! —grita Gulf—. ¡Somos 5 Omegas! ¡Un Alfa no puede tener tantos omegas! ¡Un Omega jadea y se siente atraído a su Alfa y destinado! ¡Y estoy seguro de que ninguno siente eso por ese sucio Alfa!

Todos se miran entre sí y analizaban las palabras de Gulf.

—Solo está él y le debemos obediencia —dice uno de los compañeros bajando la cabeza.

—Estoy seguro de que no es el único, abajo en la villa conocí otro Alfa y claramente eso me da a entender que ese sucio alfa solo nos miente —dice Gulf furioso—. ¡Ese sucio alfa nos miente y nos usa!

—No grites, te meterás en serios problemas, amigo, mejor vamos todos a descansar.

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★★Cueva★★

El Alfa estaba en su cueva, cambia su forma y leía atentamente las palabras del viejo libro de sus ancestros, donde hablaba de la llave de la muerte y sus indicaciones al obtenerla.

"La muerte es la llave dorada que abre las puertas del palacio de la eternidad"

—Si tengo la llave y sacrificó al imbécil de Gulf podré vivir eternamente en el palacio que se abrirá en los terrenos sagrados en aquella maldita villa, jamás debieron construir en tierra sagrada. Mañana si o si obtendré la llave que se oculta en esa villa y al sacrificar a Gulf con su sangre me mostrará el palacio de la eternidad, donde podré vivir eternamente y tendré que hacer mío a los otros estúpidos Omegas para tener descendencia y crear un nuevo imperio donde podré dominar la tierra a mi antojo.
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Nuevo día.

Mew emprende su viaje muy temprano, empieza a subir las montañas, siguiendo las indicaciones que pidió a los habitantes sobre los Omegas. No le fue difícil encontrar su camino, ya que en el aire se sentía el aroma de Fresas y Mentas de aquel Omega que conoció el día anterior.

Caminó un largo tiempo hasta que el aroma del Omega se hizo más fuerte, al seguirlo llegó a las orillas de un río, dónde lo vio sentado en su forma humana disfrutando del sol. Algo que ocasionó que Mew desprendiera nuevamente su aroma y sonriera al ver a su Omega nuevamente.

Lo observó un largo tiempo, su aroma de fresas y menta se mezclaba con él, enojó y el odio.

—¿Qué hará enojar a este hermoso Omega? —se pregunta Mew mirándolo escondido entre los árboles—. Realmente es un hermoso Omega, realmente muy hermoso.

—Sal de ahí —dice Gulf tirando piedras al río—. Sé que estás ahí, no es bueno espiar a los demás, tu aroma te delata.

—No fue mi intención espiarte —dice Mew acercándose a Gulf y quedando parado a su lado—. Perdón.

—¿De cuándo un Alfa pide perdón a un Omega? —pregunta Gulf para ponerse de pies y quedar frente a Mew.

—Yo no soy cualquier Alfa —responde Mew—. No porque sea Alfa no puedo pedir perdón.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Gulf—. Si mí Alfa se entera de que estás aquí, puedes tener problemas, debes irte, pero vete lejos, no vuelvas a la villa, hoy debemos quemarla.

—¿¡Quemarla?! —pregunta Mew sorprendido—. Y corrige cariño, tú eres mi Omega, no tienes otro Alfa más que yo. ¿Por qué deben quemarla? ¿Cuántos son ustedes?

—¡Perdón! —pide Gulf bajando la cabeza—. Somos 5 y hoy debemos quemar la villa, no sé qué quiere ese sucio Alfa con esa villa, siempre nos manda a destrozar, pero jamás sabemos los motivos, solo sé que algo desea de ese lugar y no puede esperar más.

—¿Dónde está ese Alfa? —pregunta Mew—. Necesito encontrarlo ahora mismo. Dime dónde está.

—No te diré dónde está —contesta Gulf—. Decírtelo, es guiarte a la muerte y eso no lo permitiré, además me es raro ver otro Alfa, él ha dicho que no existe otro Alfa, que estamos en extinción, pero si tú estás aquí claramente él miente.

—No miente… ¿Cómo te llamas Omega? —pregunta Mew sentándose—. No me has dicho tu nombre ahora que lo pienso. Tú ya sabes el mío.

—Soy Gulf —responde Gulf—. Realmente no sé si tengo un apellido como tú, llegué aquí a los 5 años y con mis otros 4 compañeros nos hemos criado bajo las órdenes del Alfa. Entonces él no miente… ¿Pero como tú eres un Alfa?

—Te voy a contar una pequeña historia y lo vas a entender esto pasó hace 24 años aquí mismo en la villa Alegría.

Existía una pequeña tribu donde convivían Alfas, Omegas y Betas, pero convivían de forma humana, escasas veces dejaban ver su parte lobo. Cómo en toda tribu, existía el Rey y su hija, una princesa muy hermosa de 18 años recién cumplidos. Ella estaba comprometida en matrimonio con el Alfa de otra tribu, ellos se amaban intensamente o eso creía ella, se casaron y a los meses tuvieron un cachorro, ella era feliz con su hermoso hijo. Y decide una fiesta para presentar al heredero de las dos tribus, él había cambiado, él era frío como el hielo, pero ella lo amaba. La fiesta se celebraba en honor a su cachorro y al alzar la copa para brindar y beber, uno a uno fueron cayendo muertos.

—¿¡Muertos?! —grita Gulf horrorizado.

—Lo que escuchaste —dice Mew—. La princesa no bebió porque le daba su leche a su cachorro y se dio cuenta de que el culpable de todo había sido su esposo, cuando vio que no podía hacer nada, envolvió a su cachorro en una manta, cambió de forma y se echó a correr lo más lejos posible, cuándo se dio cuenta de que estaba a salvo y su cachorro también, desde lo alto pudo observar como la tribu ardía en fuego, saco a su cachorro y lo abrazó. Lloraba por perder todo en minutos, se dio cuenta de que los Alfas, Omegas y Betas ya estarían extintos gracias a lo que su esposo hizo. Solo le quedó vivir como humana y criar a su cachorro como humano hasta los 13 años que su cachorro se presentó como Alfa puro.

—¡Espera! —lo detiene Gulf para mirar Mew fijamente.

—Sé lo que piensas… Y sí… Yo soy ese Alfa Puro y aquel Alfa que los domina es mi padre —dice Mew—. Mi madre un día salió y no volvía, yo estaba preocupado y decidí salir a buscarla, pero antes de cruzar la puerta, ella llegó muy dañada, ella había ido nuevamente a la tribu a buscar un tesoro que guardaba de sus ancestros, una llave llamada la muerte, La muerte es la llave dorada que abre las puertas del palacio de la eternidad.

—¿Palacio de la eternidad? —pregunta Gulf—. Entonces tú tienes esa llave y él quiere quemar esa villa para encontrarla y la tienes tú ¿Verdad?

—Así es —responde Mew—. Yo la tengo, mi madre me contó que el palacio de la eternidad se levantará, solo sí, la llave es bañada con sangre de un ser puro e inocente, de cierto modo esa villa Alegría debe desaparecer de igual forma si se quiere abrir el palacio para la eternidad. Como dice la palabra, Eternidad, los que entren vivirán eternamente, mi madre me dijo que es el paraíso de los Alfas, Omegas y los Betas.

—Realmente suena poco creíble, ¿dónde está tu madre? —pregunta Gulf.

—Ya murió —responde Mew—. Murió hace 2 años por enfermedad, mi mamá jamás me quiso dar la ubicación de mi lugar de origen hasta que averiguando pude dar con este lugar, Omegas gigantes que debían estar extintos, seguro ustedes 5 debían ser de la otra tribu y quedaron vivos y mi padre los crío como sus Omegas para hacer daño a otros hasta encontrar la llave muerte.

El aroma del otro Alfa llega al olfato de Gulf y lo hace levantarse de golpe.

—¡Debes irte! —grita Gulf—. ¡Él está cerca!

—¡No me iré! —contesta Mew con gran enojo—. ¡Que venga y me enfrente! ¡Quiero venganza por mi madre y por todos lo que mato!

Rápidamente, llegan corriendo los otros cuatro Omegas y gruñen a Mew.

—Tranquilos, él es Mew, él es el otro Alfa que les hablé —dice Gulf cubriendo a Mew detrás de él—. No les hará daño.

Los cuatro Omegas cambian de forma y miran detalladamente a Mew.

—Debe irse de aquí, ya viene nuestro alfa y está furioso, te ha estado buscando como loco toda la mañana —dice uno de sus compañeros.

—Váyase… No meta en problemas a Gulf —dice el otro compañero.

—Tranquilos, que yo me haré cargo de ese inútil Alfa —dice Mew—. No permitiré que le dañe a Gulf y a ninguno de ustedes.

—Ya está aquí —dice otro.

—Ya llegó —dice el otro al sentir el aroma a café con pino silvestre.

El Alfa sale de en medio de los árboles y hace que los 5 Omegas protejan a Mew dejándolo detrás de ellos.

—¿Pero qué tenemos aquí? —pregunta el Alfa moviéndose de un lado a otro.

—Así que aquí estabas estúpido —dice Mew—. Claro, jamás te fuiste de dónde fuiste capaz de ser un monstruo hace 24 años.

—¿Nos conocemos? —pregunta el Alfa perdiendo la paciencia y mostrando sus colmillos.

—Ahnubis era mi madre —dice Mew—. Y Zabah mi padre, mi asqueroso padre asesino, ¿te suena ese nombre?

—¡Imposible! —gruño el Alfa—. ¡Eres mi hijo entonces!

Los Omegas se quedan mirando y Mew sale detrás de ellos para quedar frente a su padre.

—¡No soy su hijo! Ese término no califica en usted —dice Mew—. Solo le diré que debe irse de este lugar, yo no vengo en paz y seré género esta vez y le pediré que se vaya por las buenas.

—No me hagas reír —dice el Alfa—. No me iré de aquí hasta que esa villa arda y obtenga lo que quiero y quiero que ustedes cinco se muevan ahora mismo a quemar esa villa y ninguno volverá hasta no traerme la muerte, la llave dorada. ¡Vayan!

Los cinco Omegas cambian de forma ante el grito del Alfa.

—¡Deténganse! —grita Mew usando su voz de mando—. No irán a ninguna parte, lo que buscas ya no existe, aquella llave dorada la destruí hace 2 años, cuando mamá murió, yo sabía que la querrías un día para solo hacer daño y no guardaría algo que podrías utilizar para causar caos sobre la tierra.

—¡Es mentira! —gruñe el Alfa furioso—. ¿¡Donde está la llave?! ¡Dámela ahora mismo o te mataré a ti y a todos los que se atraviesen en mi camino para conseguirla!

Mew saca su collar y deja a la vista su dije de un lobo.

—Aquí está tu llave —dice Mew mostrando un dije de lobo—. Aquí está la llave muerte fundida con las cenizas de mi madre, aquí están ambos.

—¡Maldito, malnacido! —gruñe más fuerte el Alfa—. ¡No sabes que lo has hecho!

—¡Sé perfectamente lo que hice! —grita Mew—. ¡Tú ni nadie jamás en la vida, llegarán al palacio de la eternidad!

—¡Esta me las pagarás! —gruñe feroz el Alfa.

Aquel Alfa se tira en contra de Mew y Gulf se tiró en contra del Alfa para proteger a Mew, ambos empiezan a pelear y lastimarse hasta que Gulf cae inconsciente en contra de un árbol por la fuerza aplicada por el Alfa.

—¡Gulf! —gritan todos cambiando para correr a verlo.

—Ja, estúpido Omega —dice el Alfa—. Jamás serás mejor que yo.

—Gulf… Gulf… Despierta… —pide uno de sus compañeros sollozando.

—Abre tus ojitos… —pide el otro moviéndolo—. ¡Gulf!

—No nos hagas esto —dice el otro compañero—. Levántate…

—Mira Gulf... Tenemos dulces... —dice otro de sus compañeros—. Si no te levantas no te los daré.

—¡Dañaste a mi Omega! —grita Mew furioso para mostrar sus ojos rojos de ira al ver a Gulf no moverse ante los movimientos y súplicas de sus compañeros.

Se acercó a su padre y su forma cambio a un lobo de gran tamaño marrón.

—¿Quieres matar a tu padre por un simple Omega? —pregunta con burla el Alfa.

—¡Tú jamás fuiste mi padre! —gruñe enojado Mew—. El secreto del Alfa fue revelado, seguro ninguno sabía que tenías un hijo y seguro ninguno sabe que hace 24 años mataste dos tribus completas, llevando a los Alfas, Omegas y Betas a la extinción.

—¡Monstruo! —grita uno de los Omegas—. ¡Tú provocaste nuestra extinción!

—¡Eres un maldito! —grita otro—. ¡Vete al infierno!

—¡Después que mate a Mew siguen ustedes! —gruñe nuevamente el Alfa para atacar ahora a Mew. Quien rápidamente contesto sus ataques y se lo saca de encima.

—Soy mejor tú —manifiesta Mew—. Podrás ser mejor que ellos, pero no eres mejor que yo, yo soy un Alfa joven y tú eres un Alfa viejo.

—La misma lengua filosa de tu abuelo, él siempre se creían mejor que todos, pero de nada le sirvió cuando bebió ese vino y cayó muerto —dice el Alfa con burla—. Así como caerás tú también.

—Jamás caeré yo, yo ahora tomaré mi lugar como heredero, estos Omegas serán libres y ya no seguirán las órdenes de un idiota como tú, ja años seguro buscaste la llave muerte y hoy solo es una leyenda, ni tú ni nadie jamás la tendrá, hiciste todo por nada —dice Mew para volver a atacar.

Ambos seguían atacándose, Mew al ser más joven era más ágil que su padre y lo hacía caer una y otra vez en contra de los árboles y hasta el río.

Gulf empezó a despertar y todos lo abrazan y acarician, mira como Mew dañaba a su padre hasta llevarlo a la muerte. Como pudo, el Omega se levantó y se acercó al Alfa.

El Alfa ve al Omega y se acerca a lamerlo y acariciarlo.

Todos cambian de forma y reverencian al nuevo Alfa, lo mismo que hace el Alfa como señal de respeto a los Omegas. Mew cambio de forma y todos lo siguieron.

—Es hora que dejen todo esto y vivan sus vidas —dice Mew—. Vamos a la villa.

—No podemos ir allí —dice Gulf—. Los habitantes no nos perdonarán por todo lo que hicimos.

—Sé que si lo harán, son gente buena y si le dicen la verdad, seguro entenderán —dice Mew—. Si no entienden ¡Quemamos la villa!

Todos se pusieron a reír y miraron una vez más el cadáver del Alfa, que ahora estaba siendo arrastrado por leopardos.

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★★ Villa ★★

Mew, Gulf y los 4 Omegas bajan de las montañas, se acercan a la villa y todos estaban en asamblea planeando ya dejar la villa definitivamente.

—Oh, ¿son visitantes? —pregunta uno de los habitantes.

—¿Encontró lo que buscaba? —pregunta uno de los habitantes.

—Sí, ¿qué pasa aquí? —pregunta Mew.

—Ya no podemos vivir aquí más —dice una de las mujeres—. Tengo mi bebé y mis dos hijos, no puedo esperar a que esos Omegas maten a mis hijos.

Los 5 chicos se miran y solo caen de rodillas pidiendo perdón, algo que dejó a los pocos habitantes mirándolos con extrañez.

—¿Por qué piden perdón? Ustedes no deben pedir perdón, son esos sucios Omegas que solo hacen destrozos aquí en la villa.

—Exacto, no molestamos a nadie y ellos nos hacen tanto daño, hemos perdido todo en estos meses, ahora solo toca decir adiós.

—15 años vivo aquí, desde que se fundó esta villa y ahora toca irse.

—Escúchenlos —pide Mew—. Les pido que escuchen a estos cinco chicos.

Todos centran nuevamente la vista ante los cinco chicos que permanecían de rodillas y Gulf empezó a hablar.

—Les pido perdón, solo éramos mandados por el Alfa, el nos pedía realizar daños aquí —dice Gulf—. Si nos oponíamos éramos severamente castigados.

—¿¡Entonces ustedes son los Omegas?! —grita una mujer abrazando a su hija.

—Sí, somos nosotros, pero solo nos mandaban —dice el otro compañero—. Como dice Gulf, si no obedecíamos éramos castigados severamente.

—Si estamos aquí, es gracias a Mew y Gulf —dice el otro—. Ellos se enfrentaron al Alfa y Mew lo mató.

—¿Estás diciendo que ya no existirá más daño aquí? —pregunta uno de los habitantes.

—No, señor, muerto el Alfa, ya no hay más ataques, no somos malos Omegas somos inofensivos, humanos como ustedes —dice Gulf—. Solo queremos ayudar a enmendar nuestros daños y vivir como humanos.

—Permítannos vivir aquí entre ustedes —dice otro compañero—. Seremos buenos lobos y no haremos daño.

—¡Lo prometemos! —dicen los cinco.

Todos empiezan a aplaudir y celebrar ante la feliz noticia recibida de la muerte del Alfa y que ya no existirían los ataques, los habitantes felices levantaron a los 5 chicos y los abrazaban fuertemente.

Una pequeña fiesta se llevó a cabo en la pequeña villa, todos bailaban y comían e incluso hablaban con los 5 chicos que cambiaban de forma para jugar con los niños.

Gulf vio a Mew apartado un poco que miraba hacia las montañas y se acercó a él.

—¿Qué miras? —pregunta Gulf sonriendo a Mew.

—Estoy feliz de que los hayan aceptado sin problemas —dice Mew—. A la vez miro que aquí un día mi madre estuvo con mi abuelo y la manada, mi padre fue codicioso y no le importó matar a dos tribus completas con tal de obtener la vida eterna, detesto tener sangre de él corriendo en mis venas, me siento sucio.

—No fue tu culpa, tú tienes al menos un origen, yo y mis amigos no tenemos nada, no sabemos de dónde realmente vinimos, quizás de aquí de la tribu de tu madre o quizás de la tribu de ese imbécil —dice Gulf tomando la mano de Mew—. Mew solo te voy a pedir que seas ahora mi Alfa y jamás me apartes de tu lado.

—Hermoso Omega, este Alfa te cuidará y prometo a nuestros antepasados que te haré muy feliz —dice Mew mirando fijamente a Gulf.

—¿Crees que mis amigos tendrán igual tanta felicidad como yo ahora? —pregunta Gulf mirándolos jugar con los niños y bailar con los adolescentes.

—Quizás no encuentren un Alfa, pero sé que serán muy felices un día con quien ellos decidan amar —dice Mew mirando fijamente a Gulf—. Como yo sé que seré muy feliz al lado de mi querido Omega.

꧁𝐹𝑖𝑛꧂

Palabras 4529

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