🏖 ፧ 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝘂𝗻𝗼 • ✦⁾
ADVERTENCIA: contenido sensible.
Ya había pasado media semana, y Jay puede decir que ha aprovechado el tiempo al máximo con sus amigos.
Sin embargo, desde el primer día se había quedado con la curiosidad y el mal sabor de boca por no saber absolutamente nada del tal Baekhyun y lo que Jungwon había dicho sobre las joyas. Sus dudas eran tales que a veces se quedaba pensativo intentando hallar una respuesta por sí solo mientras los demás hablaban o seguían disfrutando despreocupadamente del momento.
Quería preguntarle al alcalde sobre el tema, pero estaba muy ocupado. Luego, Sunoo y Wonyoung no parecían saber nada al respecto a pesar de que sí estaban al tanto de que Baekhyun podría ser peligroso, pues ambos se pusieron muy sobreprotectores con Riki y Jungwon.
Por las pocas normas que conoce del mar gracias a Jungwon y lo que Sunoo le había comentado hace tiempo, ya sabía sobre lo delicada que es la relación entre el mar y la superficie, así que preguntarle a Jungwon y Riki no era opción, no quería incomodarlos o asustarlos.
Es así como llegó a su última opción: su abuelita, alguien que ha vivido en la isla desde que nació. Seguro que ella sabría darle una respuesta.
─Oye, abu.
─¿Sí?
─¿Qué le ocurrió algo a la gente del mar?
─Mmhhh... ¿A qué se debe esa curiosidad?
─Una vez el señor Jung me dijo que antes la isla estaba muy contaminada y eso les perjudicó mucho. Pero hace unos días he notado algo que me hace pensar que hubo más que solo una crisis medioambiental.
─Claro, pasaron más cosas ─aclaró la mayor con una dolida sonrisa─. En primer lugar, no fue nuestra culpa que Udo se convirtiera en un vertedero, desde siempre cuidamos la isla por ellos.
─¿Qué? ─Jay frunció el ceño por la confusión─. ¿Entonces cómo llegaron a tener contaminación?
─Woah, ¿de verdad que no te han contado nada? ─Jay hizo un sonido de afirmación, causando que la mujer se sorprendiera─. Como conoces a alguien de allí supuse que el señor Jung te diría todo.
─Tengo entendido que nos dirá cuando seamos mayores de edad.
─Bobadas, eso lo dice porque la historia es demasiado fuerte para los menores, pero no te queda mucho para ser mayorcito ─dió unas palmaditas en el sillón a su lado─. Ven, siéntate, te contaré ─el chico obedeció al instante, quedando completamente atento a su abuelita─. Para que lo entiendas mejor debes conocer el contexto, así que empezaré desde el inicio...
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Retrocedemos a una época donde nuestros protagonistas aún no existían y Udo destacaba por ser el punto más turístico de Jeju.
Todos los residentes recibían a la gente de fuera con los brazos abiertos al ser el primer sustento económico de la isla. Sin embargo, una vez éstos descubren a la gente del mar y los trataban mal por ser "raros", automáticamente eran expulsados. Nadie toleraba faltas de respeto, ya sea hacia el mar o hacia la superficie.
Por suerte, cuando esos turistas maleducados trataban de exponer la existencia del pueblo marino a modo de venganza ─pues está en las leyes de la isla nunca hablar de ello fuera de esta─, nadie los tomaba en serio porque eso de gente marina sonaba muy surrealista, y es gracias a que prohibieron las fotos que Udo pudo seguir con normalidad manteniendo al pueblo marino en secreto. De por sí era fácil, porque la gente del mar pasaban desapercibidos al verse e interactuar como personas normales, paseando tranquilamente por la superficie al igual que se la pasaban nadando cerca de la orilla.
Los pocos turistas que los descubrieron fue porque ignoraron las normas y decidieron ir a bucear (algo prohibido), logrando así ver el pueblo marino con sus propios ojos. Cuando hablaban sobre el tema luego de ser expulsados, les llamaban locos, afirmando que estaban delirando. Sin embargo, había alguien que sí creía en esos pocos testimonios que afirmaban la existencia de gente del mar, y ese es ni más ni menos que el recién ascendido al gobierno de Jeju: Byun Baekhyun.
No llegaba a ser tan poderoso como el presidente, pero sí es un miembro importante que ayudaba, sobre todo, en la parte económica, llegando a ser ministro de economía gracias a su gran habilidad para el comercio y organización de recursos, siendo el causante de que Jeju se volviera una de las mejores economías de Corea.
Baekhyun pasó por Udo para averiguar por su cuenta si esos rumores eran ciertos, utilizando como excusa el ir a ver cómo estaba la economía por allí, pues en ese momento Udo seguía bajo el gobierno de Jeju. De hecho, fue él quien fomentó el turismo allí por ser un lugar visualmente hermoso.
Desde el inicio, este se mostraba amable y genuinamente curioso, haciendo discretas pero meticulosas preguntas para sacar información, por lo que los pueblerinos no dudaron en confirmarle la existencia del pueblo marino pensando que quizás así le ayudarían a establecer más seguridad para los del mar sin saber que habían despertado a un monstruo.
Al principio, todo iba bien, Baekhyun ayudó a mantener en secreto el pueblo marino y con el tiempo se hizo muy amigo del señor Jung. Gracias a eso se unió a su grupo de amigos de este, donde estaban los padres de Jay cuando Jihyo tenía 3 meses de embarazo y Yang Jeongin, el papá de Jungwon.
Baekhyun quedó encantado al ver a los varones del mar cuyos ojos le atraían bastante por su curioso azul marino con lindos reflejos en azul pastel, como si fueran diamantes.
Sea hombre o mujer, no podía negar que la gente de abajo es jodidamente hermosa. Trató de conocerlos mejor para averiguar si tenían más características interesantes, así que se volvió mucho más cercano a Chanyeol y Jeongin, conociendo también a la esposa de este último, Yang Nayeon, una mujer de hermosos ojos celestes similar al cielo despejado. Esta descubrió hace poco que estaba embarazada, y Baekhyun no podía evitar preguntarse si su hijo tendría los mismos ojos que ella.
En un inicio, trataba de hacer las cosas bien para satisfacer su propia curiosidad sin asustarlos, ganándose poco a poco su confianza para que fueran ellos mismos quienes le dijeran sobre su gente. Pero un día se metió en los archivos del hospital donde tenían toda la información sobre la gente marina, información que usaban sin malicia alguna para poder estudiarlos y atenderlos cada vez que necesitaran ayuda, pues en ese momento todos los del mar pasaban mucho tiempo por la superficie.
Ahí Baekhyun se percató de cuán magníficos eran. Si bien podían parecer personas normales, en realidad son minas de oro que él estaba dispuesto a explotar.
En primer lugar, la capa de sus pieles que le permitían respirar bajo el agua ─creada por sus organismos involuntariamente─ se trataba de una mezcla de baba natural con otros elementos que eliminaban la sensación grasosa y mantenían la piel pulcra, suave y sin imperfecciones en todo momento. ¿Cómo sería utilizar algo como eso que no requiere químicos para la industria de cosméticos y skincare? Si tenían el mismo efecto en la piel de la gente de la superficie, muchos matarían por una simple mascarilla.
Pero lo que más le llamó la atención eran sus ojos, que al fin entendía por qué lucían tan mágicos.
Estos funcionaban como una especie de gafas internas, y es que el iris de esa gente realmente son completamente transparentes. Si lucen de ese fantasioso azul es porque dentro tienen las gemas más hermosas que Baekhyun ha visto nunca. Algo así como las ostras que ocultan perlas en su interior, solo que en este caso se trataba de unas joyas que podrían superar con creces el valor del diamante.
Al parecer las tienen de nacimiento, y si alguien sufre un accidente o malformación que les hace tener solo una o ninguna gema, el iris sin piedra preciosa se queda de un tono gris claro (el color del interior de sus ojos), dejando este completamente ciego.
Sí o sí necesitaban esas joyas para ver, lo que significaba que quitárselas implicaría sacarlos a la fuerza sabiendo que esto podría causarles ceguera de por vida o incluso matarlos al tratarse de un órgano vital para ellos, detalle que a Baekhyun le importó una mierda.
Fue la mezcla de curiosidad y ver cuán rentable podría ser el negocio que se le estaba ocurriendo lo que lo llevó a secuestrar a la primera persona marina que se encontró para luego llevarlo fuera de Udo, donde le arrancaría tanto la capa de piel como los ojos con cualquier herramienta que tuviera a mano hasta que la pobre víctima perdió la vida tras varias horas de agonizantes gritos suplicando misericordia.
A pesar de la sangrienta escena que dejó en el garaje de su hogar, Baekhyun no sintió remordimiento alguno. Y aun con esa atroz acción, jamás se veía a sí mismo como un asesino, pues para él estaba justificado con que los del mar realmente son objetos que no deberían ser tratados como las personas normales por provenir del agua. Según sus palabras, eran demasiado extraños para estar al mismo nivel que el humano común.
Por supuesto que en Udo abrieron una investigación por la desaparición del chico, pero nadie sospechaba del siempre amable ministro Byun Baekhyun, pues al llevar a cabo sus acciones fuera de la isla nunca lo pillaron ni encontraron el cuerpo, así que cerraron el caso por falta de pruebas.
Desde ese día, cada mes desaparecía alguien del mar. Nadie sabía qué pasaba con ellos o donde estaban, pero el hecho de que nunca volvieron fue lo suficientemente alarmante como para poner un estado de alerta con toque de queda en el pueblo marino. Y es que Baekhyun había vendido la capa de piel a una compañía de belleza y las joyas extraídas de los ojos de aquel chico a los multimillonarios.
Luego de llevarlas a investigar, resultó que se trataba de piedras preciosas nunca antes vista en el mundo. Se volvieron populares en el mercado por ser algo novedoso, y como tenía una cantidad muy limitada era de esperarse que las subastas alcanzaran exorbitantes cantidades de dinero. Desde ese momento se las comenzó a llamar "Corazón del mar" por esos lindos tonos azulados que recordaban al océano, y Jeju era el único lugar que las vendía, aumentando así el turismo por parte de gente rica de todo el mundo.
Baekhyun ganó tanto dinero que consiguió entrar en la lista de personas más ricas del mundo. A pesar de haber logrado algo tan grande, no tenía pensado detenerse ahí, se estaba dejando llevar por la avaricia. Por ello es que había seguido secuestrando y matando a escondidas, librándose de ser sospechoso por falta de pruebas mientras seguía con su actuación de chico bueno.
Pero un día, en una época donde tanto Jay como Jungwon ya habían nacido, Baekhyun pudo reunirse con Nayeon a pesar del estado de alerta y las estrictas normas de seguridad que establecieron en el mar. Ni siquiera se molestó en seguir con su actuación de amigo amable, simplemente intentó llevársela para que fuera su próxima víctima. Amaba sus ojos, le parecían los más bonitos que había visto de todos los de allí abajo. Los quería, pero las cosas se complicaron cuando la chica comenzó a forcejear y gritar. Esto pasaba con todas sus víctimas, así que no le dio importancia. Sin embargo, nunca se hubiera esperado que Yang Jeongin interrumpiera de repente para socorrerla. Al parecer habían subido juntos por el miedo de las desapariciones, detalle que Baekhyun no lo sabía hasta ahora.
Dado que Yang era muy fuerte, por primera vez Baekhyun se puso nervioso al notar que en esta ocasión, todo el negocio que ha montado a base de la gente del mar se puede arruinar por completo. Así que, en un acto desesperado, mató a Jeongin ahí mismo, cometiendo el error de dejar que Nayeon escapara, además de no darse cuenta de que Park Chanyeol ─el papá de Jay y mejor amigo del señor Yang─ había visto todo sin querer cuando solo quería buscar a Nayeon para preguntar qué tal estaba Jungwon, pues él ya vivía en la superficie con su propia familia y no podía verlos tanto como antes.
Claro, después de tiempo sin saber de ellos, que el reencuentro sea con la explícita escena de Yang Jeongin asesinado a navajazos y Nayeon sufriendo un ataque de pánico por ello, definitivamente era algo que nunca se hubiera imaginado ver.
La verdad, él también tenía mucho miedo, pero intentó calmarse para tranquilizar a Nayeon y llevarla a un lugar seguro por si acaso Baekhyun decidía ir a por ellos al ser testigos de sus fechorías, cosa que no ocurrió porque el hombre se quedó limpiando la escena del crimen.
Tanto él como Nayeon fueron completamente alarmados a informarle a todos lo que vieron, soltando la hipótesis de que quizás fue Baekhyun el causante de las múltiples desapariciones de la gente del mar, pero como el ministro tenía muy buena reputación en Udo, nadie les creyó, causando así que Chanyeol y Nayeon entraran en un fuerte trastorno de ansiedad debido a la impotencia que sentían porque nadie les creía sumado al miedo que le causaba la posibilidad de ser los siguientes en morir de manera tan cruel.
Por eso, Nayeon nunca más volvió a subir la superficie, preferiría quedarse con su pequeño Jungwon, llorando cada vez que este le preguntaba inocentemente dónde estaba su padre, y llorando aún más cuando pensaba en que ese día casi lo llevaba con ella, agradeciendo con todo su ser haber decidido dejarlo con su mejor amiga, Tzuyu, por seguridad. Nunca se perdonaría si Jungwon viera morir a su padre.
¿Y si llegaba a subir al pequeño y lo mataban a él por ser el más vulnerable? ¿Y si su esposo nunca hubiera estado ahí para salvarla? ¿Y si nunca hubiera subido en primer lugar? Se supone que las subidas estaban limitadas hasta que las desapariciones culminaran, pero ella de verdad confiaba en Byun Baekhyun. Nunca hubiera creído que ese lindo chico de amable sonrisa tan solo era una máscara para esconder a un verdadero monstruo. Estaba decepcionada y aterrada.
Ese día, Chanyeol la había acompañado al mar, donde ignoró las advertencias de sus propios padres sobre que no debía seguir viviendo en la superficie mientras estaban en esta complicada situación. Pero él hizo lo que le parecía más lógico: quedarse en la superficie con la pequeña familia que había formado, solo que se mudarían a otro lugar fuera de Udo.
Su esposa e hijo eran lo primero, y al ser ellos de la superficie, no quería dejarlos solos mientras hubiera un asesino andando por Udo, más ahora que tenía al pequeño Jay. Así que escaparon antes de que ocurriera algo malo, e hicieron bien, porque meses después de su marcha, la situación empeoró demasiado.
Como los del mar dejaron de subir por seguridad, Baekhyun se había frustrado mucho ahora que ya no podía conseguir más mercancía, así que utilizó su poder como ministro de Jeju para recurrir a métodos muy cuestionables, empezando por hacer que Udo entero se convirtiera en el puerto principal de Jeju, decisión que hizo a los residentes empezar a alzar la ceja al ver que los ferrys soltaban algo de petróleo en el mar, pero no tanto como para que fuera preocupante.
Al principio estaba orgulloso pensando que funcionaría, pero viendo que el ruido de los barcos, los pequeños escapes de petróleo y la gran cantidad de turistas nadando no fue suficiente para que los del mar subieran a quejarse, Baekhyun decidió emplear un método más cruel.
En primer lugar, volvió a redirigir los barcos hacia Jeju para que no haya tanta gente en Udo. Esta decisión hizo que todos los residentes suspiraran aliviados sin saber que se les vendría algo mucho peor.
Al Baekhyun ser el único del gobierno que pasaba por Udo, en una reunión política mintió al decir que Udo ya no estaba siendo rentable porque se había vuelto un sitio muy desagradable. Como siempre fue alguien confiable, le creyeron, y por eso no declinaron cuando Baekhyun propuso usar Udo como un vertedero, mintiendo también al decir que él se encargaría de que los residentes se mudaran a Jeju para que no sufrieran las consecuencias.
La verdad, la gente de Udo le importaba muy poco, al final solo eran una pequeña isla apartada llena de idiotas inservibles, según él.
Es así como, en menos de una semana, llegaron a la isla barcos y camiones llenos de todo tipo de basura que soltaron tanto en las aguas como en el terreno de Udo. Y aunque eso empeoró la calidad de vida del pueblo marino, estos seguían sin subir por miedo. De hecho, el que ahora el agua estuviera llena de desechos causó que se confinaran en sus hogares para evitar el contacto con la basura, pues entre ellas había algunas que les causaban reacciones alérgicas o a veces simplemente se quedaban atrapados entre las bolsas de plástico.
En este punto, los ciudadanos de la superficie ya estaban empezando a hacer marchas en contra de Baekhyun para poder prohibirle la entrada a Udo. Pero siendo parte del gobierno de Jeju, no podían hacer gran cosa, al menos no sin ayuda del resto de pueblos, cosa a la que no podían recurrir porque sería poner a los del mar en un riesgo mayor. Si una persona estaba haciendo tanto daño, no se quieren imaginar lo que podría ocurrir si más gente se unía a él.
Entonces, fue el alcalde Jung quien intentó hacerle entrar en razón para que se detuviera.
─¡Nos estás matando a todos! ─gritó, pues la isla estaba tan sucia y contaminada en tan solo unos meses que ahora los pueblerinos debían ir con mascarillas a todos lados, además de que las playas tuvieron que cerrarse y ahora resultaba difícil andar por Udo con la cantidad de basura que había por las carreteras y caminos.
─No es mi problema, no vivo aquí ─respondió el ministro. Ese día, Baekhyun finalmente dejó ver su verdadera personalidad, algo que decepcionó mucho a Jung, quien maldijo no haberle creído a Chanyeol y Nayeon aquella vez que dijeron que era Baek quien los estaba haciendo desaparecer.
Ya que no podía negociarlo al no contar con recursos suficientes, el alcalde comenzó a moverse por su cuenta con el gobierno coreano, intentando pedir ayuda para sacar a Baekhyun legalmente sin mencionar a los del mar y esperando ser lo suficientemente convincente como para que acepten.
Mientras esperaba una respuesta, Baekhyun no perdió el tiempo. Dado que ninguno de sus planes hacía subir a los del mar, usó el último plan que le quedaba: traer varios barcos que tirarían grandes cantidades de químicos dañinos al agua, justo encima del pueblo marino.
Para su suerte, esto funcionó bastante bien. El mar se tornó oscuro y verdoso debido a la mezcla de sustancias. Los químicos eran tan fuertes que no tardaron en aparecer cadáveres de animales y gente marina en la orilla de la playa o flotando por las cercanías.
El ministro se encargó de recogerlos sin cuidado a sabiendas de que todo el pueblo de la superficie se darían cuenta de sus intenciones, ya no le importaba mantener las apariencias. Lo malo de ese último plan es que no podría aprovechar sus pieles debido a que los químicos los intoxicaron hasta tal punto de que se convertía en piel muerta. De hecho, la mayoría de los cadáveres estaban grises, negros o directamente sin piel por haber tenido contacto directo con las sustancias químicas, pero eso tampoco le importaba mucho. Total, sus ojos seguían teniendo los llamados "Corazón del mar" intactos, así que no dudó en sacárselos al clavar objetos puntiagudos en estos justo delante de todos aquellos residentes que miraban completamente horrorizados la masacre que había en las playas. Baekhyun ya no se molestaba en limpiar las escenas, les sacaba los ojos y dejaba ahí mismo los cuerpos, así que la orilla se había vuelto un lúgubre cementerio lleno de gente del mar sin vida, con los ojos completamente vacíos y ensangrentados mientras la basura y los peces muertos se iban acumulando alrededor de ellos.
Cada maldito día utilizaba un barco que tiraba litros de sustancias tóxicas al mar, nunca a la misma hora ni en el mismo lugar para que los de abajo no pudieran resguardarse. Y en una de esas, el barco se había posicionado justo debajo de la casa donde vivía Nayeon con su pequeño.
Fue por la noche mientras todos dormían, y ocurrió tan rápido que el pequeño Jungwon de ahora 6 añitos no logró procesarlo. Aunque tenían todo cerrado para que no entrara basura, de repente el agua de su hogar se tornaba más y más oscura, sintiendo el ambiente muy pesado por la gran densidad de esos extraños líquidos. El pequeño Jungwon comenzó a toser al notar como su piel estaba absorbiendo esa agua tóxica, así que rápidamente llegó Nayeon para abrazarlo e impedir que tuviera más contacto con los químicos.
─Mamá, ¿q-qué e-está pasando? ─preguntó el pequeño sollozante por el dolor que sentía al no poder respirar correctamente.
La mujer no respondió, ella solo lo abrazó más fuerte e intentó salir de la casa, pero la basura atorada en su puerta le impedía salir; y si abría las ventanas, las sustancias entrarían en más cantidad, pudiendo causarle una dolorosa pero rápida muerte. Se encontraba atrapada con su pequeño, hecho que le daba ganas de llorar por pensar que ese sería el fin, pero intentó mantenerse fuerte para no asustarlo a pesar de que los químicos seguían entrando lentamente por los pocos orificios que había, siendo Nayeon la que comenzaba a verse más afectada por ellos al querer proteger a su pequeño.
─¡¡Nayeon, Jungwon!! ─Tzuyu llegó lo más rápido que pudo cuando vio el barco justo debajo de ellos, y con el gran trozo de plástico duro y plano que impedía abrir la puerta, el cual rompió para poder entrar, comenzó a moverlo como si fuera un abanico para remover el agua, limpiarla un poco y que ambos estuvieran fuera de peligro─. ¿Están bien?
En vez de responder, Nayeon le arrebató el plástico para abrir la ventana y agitar el agua con el fin de que todos los químicos se esparcieran lejos de su hogar.
La idea era quedarse y resguardarse de la basura ahora que las sustancias tomaron otra dirección, pero al asomarse por la ventana vio como del barco de arriba salía una gran mancha negra, esta vez más densa que la primera, así que bajaba más rápido. Estaban en peligro.
─¡Salgamos de aquí, lleva a Wonnie! ─ordenó, a lo que Tzuyu asintió y tomó a Jungwon para seguirla.
Las adultas realmente pensaron que lograrían escapar a tiempo. Sin embargo, subestimaron la velocidad en la que bajaban los químicos, los cuales esta vez llegaron directamente al rostro de Tzuyu, quien gritó de dolor cuando su piel lo absorbió. Aunque eso no impidió que protegiera al pequeño, quien no sabía qué estaba pasando, pero aguantaba las lágrimas como un campeón al notar que la situación era complicada. No quería molestar.
Nayeon trató de remover los químicos agitando el plástico, pero esta vez era mucha más cantidad, por lo que se le hacía imposible.
Tuvo que pensar rápido, por eso observó a sus alrededores en búsqueda de opciones. Tzuyu estaba a su lado adolorida, pero protegía a Jungwon como si su vida dependiera de ello; su hogar ahora estaba completamente envuelto en ese líquido tóxico, descartando así la idea de volver; por otro lado, la casa de Tzuyu a unos kilómetros parecía una zona segura, pero la misma bruma que rodeaba su propio hogar se estaba acumulando alrededor de ellos, volviendo cada vez más difícil el poder ver o moverse.
Pero el momento se puso aún más intenso cuando un grito femenino algo cercano se hizo presente, asustando a ambas y al pequeño Jungwon, quien se aferró a Tzuyu.
Bien, Nayeon podía nadar velozmente junto a Tzuyu y Jungwon para intentar salir de ahí, pero sus personalidad le impedían ignorar un grito de auxilio, y de por sí ella ya estaba muy lastimada. Sabía que aunque saliera de ahí con vida, no tardaría mucho en perecer. Desde hace rato notaba que ya se había intoxicado mucho, se sentía muy pesada y cansada a la vez que le costaba más respirar. Y al ver como una mancha en su pecho a causa de la intoxicación avanzaba rápidamente por su cuerpo, llegó a una conclusión.
Con un fuerte dolor, se dirigió hacia Jungwon para darle un besito en la frente y decir: ─Wonnie, pase lo que pase, mamá te quiere mucho, ¿vale? No lo olvides ─luego miró a Tzuyu─. Por favor, cuídalo ─rogó en un murmuro.
Antes de que la chica cuestionara con miedo qué iba a hacer, Nayeon utilizó todas sus fuerzas para empujarla a ella y a su pequeño fuera de toda esa zona tóxica para luego ir a ayudar a quien había gritado, que se trataba ni más ni menos que la madre de Yujin. A ella sí que no pudo sacarla de allí, pero al tener asimilado que no sobreviviría se forzó a absorber todos los químicos, logrando así que la señora An tuviera una vía de escape.
Esa fue la última hazaña de Nayeon antes de morir.
Por otro lado, Tzuyu estaba en un debate mental sobre si debía volver y tratar de ayudarla o no, pero escuchar los sollozos de Jungwon le hizo entender que no podía dejarse llevar por el sentimentalismo, así que rápidamente nadó hasta llegar a su propio hogar, donde se sentó en una esquina mientras abrazaba a Jungwon completamente aterrorizada, no podía dejar de llorar por la angustia que le causaba no saber si Nayeon sobreviviría.
─N-Noona, ¿mamá está bien? ─preguntó el menor, ahora más asustado al ver a la chica tan afectada.
Jungwon no se dió cuenta en ese momento porque era muy pequeño para comprenderlo, pero lo entendió más pronto de lo que le hubiera gustado.
Su madre lo había protegido como pudo. El menor salió más o menos ileso gracias a ella, pues los químicos solo alcanzaron a dañar su cintura, dejando una mancha de piel muerta para el resto de su vida que le recordaría a ese horrible día en el que todo cambió para él.
Tzuyu nunca se atrevió a responder su pregunta. En su caso, ella entró en una gran crisis que casi le hacía querer mandar a la mierda todo y simplemente dejarse morir al deducir que eso es precisamente lo que Nayeon había hecho, pero ver los ojitos brillosos de Jungwon le hizo entrar en razón.
Ella ya no tenía esperanzas, las perdió desde que el mar se llenó de basura. Fue el pensar en cómo el pequeño no salió muy lastimado y que aún contaba con una larga vida por delante que intentó mantener la mente fría. No quería cometer la crueldad de dejarlo solo ahora que el pobre Jungwon no le quedaba absolutamente nada, ¿pero qué debía hacer? ¿Cómo lo protegería de todo lo que estaba ocurriendo?
Mudarse a otro pueblo cerca de la costa sería una grandiosa opción, pero ya no quedaban porque todos se extinguieron. Únicamente existían ciudades en medio de los océanos, y allí las temperaturas eran tan bajas que sus cuerpos no lo soportaría, sobre todo Jungwon. Su corazoncito podría detenerse por la presión de las grandes profundidades sumado a la hipotermia que puede darle por el excesivo frío de esos lugares.
Esto significa que están condenados a quedarse eternamente en Udo, y ahora mismo esa isla se había convertido en un matadero del cual no podrían escapar.
Se sentía muy frustrada debido a la impotencia por no poder hacer nada, así que simplemente se mantuvo abrazada al pequeño en todo momento, intentando cuidarlo con los pocos alimentos que quedaban y rezando para que los químicos no fueran lanzados en su hogar, y todo esto mientras ambos debían ver y escuchar como todos a su alrededor morían. Para ella fue una gran tortura tener que tapar los oídos y ojos de Jungwon con el fin de poder mantener su linda inocencia, siendo lo único que la animaba a seguir adelante aún después de todo.
Mientras tanto, la gente de la superficie tenían que vivir día a día escuchando los desgarradores y agonizantes gritos provenientes del mar, un mar cuya vida estaba desapareciendo tan rápido que era aterrador.
Pero lo que causó que el alcalde Jung se derrumbara por completo fue ver a su amiga Nayeon sin vida en la orilla de la playa. Y lo más doloroso para él era presenciar como Baekhyun, alguien que solía respetar y tratar muy bien a Nayeon, no dudó ni un segundo en clavar las tijeras en sus ojos para quitarle las hermosas gemas celestes que tanto amaba, recalcando que esas eran sus favoritas, algo que hizo que el alcalde le golpeara al dejarse llevar por el enojo y la frustración, iniciando una pelea sin ganador donde ambos acabaron llenos de moratones.
El señor Jung no llegó a conocer al pequeño Jungwon, ni siquiera sabía su nombre, pero sí era conocedor de que los Yang tenían un hijo, hijo el cual ahora estaba huérfano por culpa de Baekhyun. Por mucho que no lo conociera, pensar en ello le causaba tanto malestar que se dijo que no podían seguir con esto. Debían hacer algo, pero no sabía el qué, Baekhyun tenía mucho más poder que él a nivel económico y gubernamental en Jeju, y el gobierno coreano aún no mandaban ayuda.
Por eso, empezó con algo simple, que no haría gran cosa, pero al menos no se sentiría un completo inútil al quedarse de brazos cruzados.
Los pueblerinos se habían rendido hace tiempo con el tema de limpiar la isla debido a que cada vez que limpiaban todo, la basura regresaba en cuatro veces más cantidad, así que no valía la pena gastar tiempo en ello, simplemente asimilaron que eran un vertedero e intentaron convivir con ello.
Aun así, el señor Jung, con tan solo un traje de protección química, guantes de jardín, doble mascarilla para evitar inhalar el asqueroso aire y varias bolsas de basura, comenzó a limpiar la playa. También le hubiera gustado apartar los cadáveres con cuidado para poder darles su merecido entierro, pero la gran mayoría se habían descompuesto muy rápido por la contaminación, así que no supo diferenciarlos porque se integraban con la basura.
Verlo esforzarse aun cuando estaban en esa complicada situación le dió un poco de esperanzas al resto del pueblo, quienes se unieron a él para ayudar, logrando así mantener la playa lo más limpia que pudieron.
En este punto, el ministro ya había causado la muerte de más de medio pueblo marino, en su mayoría, niños y ancianos por ser los más vulnerables. Y a pesar de haber arrebatado más de trescientas vidas, Baekhyun estaba seguro de que seguían habiendo más, por lo que esta vez planeaba traer varios barcos para atacar al pueblo entero a la vez. Pero antes de que esto ocurriera, el alcalde Jung declaró la independencia de Udo, algo que legalmente haría que el ministro Baekhyun dejara de tener poder sobre la isla.
Ya que el gobierno coreano no tenía intención en ayudar, aceptaron la propuesta de la independización. Total, ni les beneficiaba ni les perjudicaba, aunque cabe mencionar que el desespero del alcalde en la junta que se llevó sobre el tema ayudó, no solo a convencerlos, sino para que el trámite fuera rápido.
Ahora la pequeña isla estaba completamente sola, ya no pertenecía a Jeju y era considerada como una provincia más de Corea del Sur, aunque pidieron no aparecer en ningún mapa para mantenerse en secreto. Cuanto menos se sepa de Udo, mejor para todos.
Fue una decisión desesperada que les llevaría a la ruina económica ahora que no recibían los recursos de Jeju, pero era mejor eso a que el pueblo marino muriera del todo y los de la superficie comenzaran a contraer enfermedades debido a la contaminación, cosa que ya estaba ocurriendo realmente. Además, tenían potencial para ser autosuficientes, así que no se arrepintió de nada a pesar de que los primeros años de independencia sufrieron una gran crisis.
El caso es que ahora que Udo es una provincia ajena a Jeju, cuenta con su propio gobierno y el señor Jung pasó a ser el presidente, aunque se le seguía llamando alcalde por costumbre.
Baekhyun tuvo que irse al ver que ya no tenía poder allí, pero se marchó con la cabeza en alto. Y no era para menos, contaba con muchísimas joyas extraídas de los cadáveres, joyas que Udo intentó recuperar para al menos brindarle respeto a todos esas personas asesinadas cuyos ojos fueron arrebatados, pero no lograron obtenerlas.
Pero bueno, al menos ahora el mar volvió a estar tranquilo, aunque este dato les angustiaba, pues no había rastro de vida alguno y temían que todos hubieran muerto. No querían creer que luego de siglos con ambos pueblos coexistiendo en completa armonía, ahora uno de ellos desaparecía por completo. Era como si de repente hubieran eliminado gran parte de la historia de Udo.
Lo que realmente ocurrió es que los pocos pueblerinos que quedaban con vida en el mar tenían mucho miedo de que volvieran a la angustiante rutina de supervivencia la desprendimiento de sustancias tóxicas. Aún así, aprovecharon esa aterradora tranquilidad para iniciar un hibernación y poder recuperarse un poco del daño físico y mental que todos tenían, hibernación que duró varios años debido a las malas condiciones del agua, pues resultaba más difícil que sus cuerpos descansaran correctamente en un ambiente así.
Mientras ellos hibernaban, los de la superficie siguieron limpiando la isla entera hasta, finalmente, eliminar todo rastro de basura, tanto lo que flotaba en mar como lo que había por la superficie. Pero aún quedaban los químicos y los restos que había en el fondo marino.
Con ayuda de algunos expertos que vivían en Udo, lograron crear varios purificadores de agua funcionales en tiempo récord y los fueron moviendo por todo el mar con botes de madera. Obviamente, no eran muy buenos y debían limpiarlos cada media hora debido a la gran cantidad de sustancias, pero con paciencia y constancia, empezaron a ver como el mar volvía a ser cristalino poco a poco.
También había grandes grupos de voluntarios buceando para quitar la basura que quedaba bajo el agua. Fue así como se dieron cuenta de que aún quedaba gente del mar, y dedujeron rápidamente que se encontraban hibernando al notar que estaban vivos.
Esperanzados con que algún día despertarían, se esforzaron aún más por limpiar todo. Es más, entre todos reunieron dinero para comprar purificadores de agua más grandes y buenos, haciendo más rápida y eficiente la limpieza del mar. Al finalizar, establecieron las máquinas alrededor de todas las aguas de Udo para que estuvieran constantemente limpiando el agua, todo funcionando con energía mareomotriz.
Debido a todo lo ocurrido sumado a que ya no tendrían ayuda de absolutamente nadie fuera de Udo, estaban intentando utilizar energías renovables para subsistir con el fin de evitar cualquier cosa que pudiera dañar a los del mar, y de paso seguir avanzando como civilización.
Todos estaban comprometidos con la causa, lo cual conmovió al señor Jung. Nunca vio al pueblo tan unido como ahora, y los residentes estaban siendo muy amables al trabajar gratis, además de que tenían sus propias ideas para sacar la isla adelante, pues ya se encargaron del mar y ahora les tocaba ver cómo se mantendrían ellos al no poder establecer una economía exterior.
Tenían mucho terreno fértil, así que empezaron plantaciones de todo tipo. La agricultura y ganadería se convirtieron en su mayor sustento económico, pues gracias a ello lograron vender productos a otras provincias surcoreanas.
Cuando consiguieron dinero suficiente para pagar arreglos y placas solares, se aislaron por completo del mundo. Ahora todo los recursos que sacaban irían para ellos mismos, teniendo también su propia manufactura para mantener el comercio dentro de la isla. Aunque al ser 100% autosuficiente, a veces se regalaban cosas por mera amabilidad, algo que no les perjudicaba pues los únicos gastos que tenían son los impuestos. Siendo una provincia independiente que ya no dependían de Jeju ni tampoco le deben nada a Corea de Sur, los impuestos eran muy bajos y únicamente se usaban para pagar el mantenimiento de los purificadores que mantenían el agua limpia, pues estas requerían elementos que Udo no puede crear, así que debían comprarlos fuera.
Y si llegaban a necesitar algo más, tan solo volvían a vender cosechas al país a cambio de lo que necesiten, pero eso es algo que hacían muy pocas veces. No querían deberle nada a nadie por miedo a que lo utilizaran en su contra, por culpa de Baekhyun no confiaban en nadie. Por eso estaba terminantemente prohibido el acceso a los turistas, únicamente antiguos residentes o familiares de estos podían visitar la isla. Eso sí, debían firmar un estricto contrato de términos y condiciones donde se deja claro que podrían meterse en problemas legales si no respetan las normas de limpieza de la isla o dicen algo de la gente del mar fuera de Udo.
Y así, tras varios años de trabajo, cuando el agua se encontraba lo suficientemente limpia como para volver a ser habitable, los del mar comenzaron a despertar poco a poco, y aunque las condiciones de vida habían mejorado, eso no evitó que los pocos que salieron fuertemente afectados fallecieran prematuramente con el paso del tiempo, así como el mejor amigo de Jungwon, Jeongin, y la mamá de Yujin años después.
Todo lo ocurrido hizo que los del mar odiaran y/o temieran a la superficie al no ser conscientes de que todo el daño que sufrieron fue causado por una sola persona. Por eso no podían evitar estar a la defensiva cada vez que subían por atención médica.
Con el tiempo, el pueblo marino también trató de volverse independiente a pesar de que no podían evitar seguir dependiendo de la superficie debido a la escasez de recursos. De todos modos, ellos mismos establecieron leyes para evitar a la gente de arriba incluso estando arriba.
Y aunque la buena relación que tenían ambos pueblos se arruinó, los de la superficie seguían teniendo todo lo que ellos necesitaban por si algún día decidían volver a pasear tranquilamente por el pueblo. Ellos siempre velarán por la seguridad y salud de la gente del mar, y ahora que quedaban pocos, los protegerían con todo lo que tienen si hace falta.
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─...Aunque han pasado años, seguimos sintiéndonos mal por lo ocurrido, debimos actuar antes de que todo pasara a mayores ─murmuró la abuelita mirando el anillo de compromiso en su dedo─. Cuando me preguntaste hace tiempo, no respondí porque estaba tu madre delante, pero la mujer con la que me había comprometido era del mar y también fue víctima de Baekhyun. Tu mamá le tenía mucho cariño, le afectó mucho cuando se enteró que había sido asesinada.
─E-Eso es horrible ─sollozó Jay, quien no pudo retener las lágrimas al escuchar todo─. Entonces lo que le vi a Jungwon en la cintura es... ¿A causa de los químicos?
─Si se ve negro o gris, sí, y probablemente le duela o moleste si lo tocas, así que ten cuidado, ¿sí? Sé que te encanta dar abrazos ─dijo con un tono divertido para intentar hacer reír a su nieto, pues la historia no le había hecho muy feliz que digamos─. Espera, ¿dijiste Jungwon? ¿Yang Jungwon?
─Así se llama el chico del mar que te había mencionado ─aclaró mientras se limpiaba las lágrimas.
─Oh, Dios, ¿sigue vivo?
─¡Abuelaaa...! ─sollozó─. E-Está vivo, no me digas que p-puede morir o lloraré mucho.
─Perdón, es que... Yo conocí a sus padres, como ambos fallecieron pensé que él también. Me alegra saber que sobrevivió ─la mayor no pudo evitar sonreír. Ella sí llegó a ver al pequeño castañito cuando tenía un añito en una ocasión que Jeongin y Chanyeol se reunieron justo en esa casita con ambos menores. Jihyo nunca pudo conocer al pequeño porque estaba trabajando, mientras que Nayeon descansaba en el mar luego de días siendo despertada por el llanto de Jungwon. Su esposo se lo había llevado precisamente por eso.
Jay no parece saberlo, pero él y Jungwon se conocieron en esa reunión, exactamente en el sillón en el que estaban ahora sentados, la abuelita incluso tiene fotos de aquel adorable momento. Pero claro, eran tan pequeñitos que obviamente no lo recuerdan, así que ese tema se lo guardará para cuando le pida a Jay que invite a Jungwon, va a ser divertido avergonzarlos. Ahora debía animar un poco a su nietecito, que no ha dejado de llorar.
─Jaynie, si Jungwon solo está lastimado en la cintura, no le va a pasar nada a futuro. Las zonas de riesgo son pecho, cabeza y rostro ─alentó acariciando su espalda, cosa que calmó a Jay.
Honestamente, esa era una de las cosas que más le preocupaba de todo lo que su abuelita le había comentado. Temía que lo que Jungwon tenía pudiera perjudicar su salud.
Y aunque ya le aclararon que no, no pudo evitar abrazar fuertemente al castaño nada más verlo en la playa por pensar en todo lo que pasó.
Sentir sus latidos y su respiración le daba una gran sensación de alivio, alivio por saber que sobrevivió a todo lo ocurrido. Es un jodido milagro que estuviera vivo, y Jay no podía estar más agradecido por ello.
No se hace una idea de cómo sería su vida ahora si nunca hubiera conocido a Jungwon. Pues aunque la primera vez que vino a la isla se hizo muy cercano a los primos, Jungwon es la principal razón por la cual había regresado. Sin él tal vez ni estaría en Udo ahora mismo; sin él seguiría autoengañándose pensando que está enamorado de Heeseung; sin él jamás hubiera aprendido a nadar; sin él no tendría a nadie en quien pensar cuando se sienta solo; sin él nunca hubiera aprendido lo que es amar a alguien correctamente.
Por supuesto, todo esto se daría en un mundo donde nunca conocería a Jungwon, así que realmente no le daría muchas vueltas al tratarse de una situación donde no sabe que se estaba perdiendo algo tan maravilloso. Pero le tocó vivir un mundo donde sí logró conocer al castaño, y pensar en que la posibilidad de que alguien tan bueno como él pudo haber muerto por culpa de un lunático que planeaba arrebatarle los ojos le hacía aumentar la fuerza del abrazo, esta vez a modo de sobreprotección.
Jungwon lo notó, y siendo la primera vez que veía a Jay tan cariñoso y callado, no pudo evitar preguntar: ─¿Estás bien?
─¿Y tú? ¿Cómo estás? ─murmuró el contrario en respuesta.
─La conversación es sobre ti, tonto ─regañó el menor con un puchero.
Jay apoyó la cabeza en su hombro. Estaba triste, y es que, si pensaba en ello, Jungwon arriesgó todo al querer conocerlo aún con lo que han vivido. Se alegra mucho de que confiara tanto en él hasta lograr la afinidad que tenían, pero no puede evitar sentirse mal por todas esas veces que Jungwon llegaba del mar notoriamente deprimido o simplemente se sentía decaído de la nada.
Si se pone en sus zapatos, entiende que pasar por todo aquello lo dejaría completamente devastado en todos los sentidos de la palabra. Y aun así Jungwon era lo suficientemente fuerte como para seguir viviendo con una sonrisa en su rostro, capaz de disfrutar del tiempo juntos.
A pesar de los riesgos que ha tomado al subir a la superficie, se veía que valoraba la sensación de vivir y ser feliz, aunque sabía que en ocasiones no se valoraba mucho a sí mismo. Jungwon suele decir comentarios discretos que le hacen pensar que odiaba ser alguien del mar.
Pero no solo eso, tanto Jungwon como Riki estuvieron demasiado alerta las primeras veces que subieron a la superficie, llegando a esconderse detrás de él o de los primos por cada mínimo ruido fuerte que escuchaban. Y le duele admitir que aún lo hacen. En menor medida, pero lo hacen, especialmente si se trataba de la bocina de un coche o gritos de niños.
Aún recuerda una vez que Jungwon lloró mucho porque el bus tocó la bocina para avisar a una mujer despistada que ya podía subirse. Al principio creyó que se trataba de un miedo irracional y temporal al nunca haber escuchado las bocinas en el mar, pero ahora que sabía la historia cree que quizás sean sonidos que se acercaban a todo lo que escucharon durante esas épocas de miseria, pues los barcos tienden a sonar muy fuerte antes de zarpar.
Tan solo eran unos niños inocentes que tuvieron la desgracia de nacer en el lugar y momento equivocado. De Riki no sabe mucho, pero por cosas que él ha dicho supone que su familia está completa. ¿Y Jungwon? De él no sabe nada realmente, recién se enteraba de que es huérfano, ¿estaría completamente solo allí abajo? Lo duda, parece llevarse muy bien con Riki y se nota que pasan mucho tiempo juntos. Aun así...
─¡Me vas a aplastaaar! ─se quejó Jungwon, haciendo que Jay saliera de sus pensamientos y finalmente lo soltara─. En serio, ¿pasó algo? Hoy estás raro ─dijo preocupado al ver los ojos cristalinos del mayor.
─Lo único que ocurre es que te admiro mucho ─soltó sin filtro.
Esa respuesta pilló a Jungwon con la guardia baja. Siendo la primera vez que recibe tales palabras, su rostro se tornó rojo rápidamente.
─¿P-Por qué? No hay nada q-que admirar...
─¿Como que no? Eres muy valiente, más de lo que creía.
Claro, Jungwon no sabía que fue lo ocurrido en su pueblo lo que hizo que Jay se pusiera muy sentimental, admirando como el castaño seguía adelante aun cuando no tenía casi nada. Pero Jungwon agradeció mucho esas palabras, le hicieron sentir que valió la pena aguantar tanto tiempo sin tener un Jay en su vida hasta ahora. No se arrepiente de haberlo conocido.
Luego de intentar que Jay no llorara haciendo bromas, llegó su hora de regresar, y como seguía viendo al mayor algo decaído, se dió la valentía de acercarse a su rostro y plantar un torpe pero suave beso en una de su mejilla para luego huir nadando completamente avergonzado, dejando a Jay rojo como un tomate tocando tiernamente la mejilla donde posó sus labios.
Ese simple acto hizo que Jay olvidara todo por un momento para suspirar completamente enamorado, dejándose caer de espaldas en la arena aprovechando que estaba sentado. Acto seguido, tapó su rostro sonrojado con el antebrazo para reflexionar sin que le moleste el sol.
Desde antes ya tenía sentimientos por el menor, quiere estar a su lado para hacerle feliz y protegerlo de todo lo malo. Y no por pena, sino porque realmente lo amaba, se había dado cuenta de ello mucho antes de saber por lo que había pasado.
De hecho, lo notó en Seúl, cuando en sus solitarios días deseaba tener a su achuchable Wonnie haciéndole compañía. Entre su pequeña lista de amigos, solo pensaba en él, ni siquiera se le pasaba por la cabeza Heeseung a pesar de ser a quien más cerca tenía.
Ama a Jungwon, no podía negarlo, tampoco quería hacerlo porque está muy seguro de ello.
Entonces recordó que aún no había hablado con Heeseung y maldijo no haber aclarado todo antes de ir a Udo. No podía avanzar con Jungwon si no hablaba primero con Kang. Necesitaba quitarse de encima el peso de su viejo amor para poder dedicarse plenamente a la persona que verdaderamente ama.
Ya se lo había dicho a Wonyoung, Jungwon jamás sería el segundo plato. Jungwon es mucho más que eso, es la primera persona a la que ama con todo su corazón. Por eso le encantaría que Jungwon fuera su primer noviazgo, su primer beso, su primera cita... El primero en todo, básicamente, así que debía hacer las cosas bien para que sea especial.
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Quiero llorar :")
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