🏖 ፧ 𝗾𝘂𝗶𝗻𝗰𝗲 • ✦⁾
Jungwon regresaba al pueblo notoriamente animado mientras tarareaba cualquier cosa como usualmente hacía cuando tenía un buen día.
Sin embargo, al llegar se encontró con una inusual escena, y es que los pocos pueblerinos que seguían vivos estaban fuera de sus hogares, como cuando esperaban a que pasara el desfile de delfines del festival de verano que hacían antiguamente. Y sabiendo que ya no había delfines sumado a que algunos parecían maldecir en alto mientras otros se mantenían callados mirando todos al mismo lugar, supo rápidamente que debió pasar algo muy malo si hizo que todos estuvieran así.
Todo sus buenos ánimos pasaron a convertirse en confusión, y antes de poder preguntarle a alguien sobre lo ocurrido en su ausencia, vio a Riki salir de su hogar mientras animaba a la pequeña Sola, quien parecía estar llorando.
Preocupado, Jungwon se acercó a ellos rápidamente─. ¿Qué pasó? ¿Están bien?
─Jungwon... ─murmuró Riki al notar su presencia.
Algo se quebró dentro del castaño cuando, después de mucho tiempo, volvió a ver tristeza en los ojos de Riki, quien tenía varias lágrimas retenidas amenazando con salir en cualquier momento, tan densas que eran notorias incluso cuando estaban bajo el agua. Sola directamente estaba sollozando sin control, aunque las palmaditas que su hermano le daba en la espalda la ayudaban a calmarse.
─Es Konon... ─prosiguió el rubio con la voz algo rota─. Dijo que se mudaría a la superficie, nuestros padres la enfrentaron y ella simplemente se fue. Los gritos asustaron a Sola y todo el pueblo se enteró...
Con que era eso, pensó. Y aunque le doliera ver a los menores así, Jungwon estaba feliz de que Konon finalmente eligiera el camino hacia su propia felicidad, pero le apena saber que tuvo un momento muy incómodo y complicado antes de irse. Seguramente deba estar algo afectada, y espera con todo su ser que Konon tuviera amigos en la superficie que la ayudaran a sobrellevar el momento.
Por ahora, Jungwon se encargará de animar a sus hermanos. Pero antes, decidió disimular un poco y preguntar: ─¿Dijo por qué tomó esa decisión?
─Porque es más feliz arriba.
─Oh ─fingió sorpresa─. Bueno, es cierto que últimamente el pueblo no ha estado tratándola bien... ─intentó defenderla disimuladamente mientras se rascaba la nuca nervioso. No quería exponer que ya sabía todo, porque está seguro de que le regañarían por no haberla detenido.
─¿Y eso es razón para irse? ─esta vez la voz de Riki sonaba ruda, e incluso estaba empezando a alzarla, cosa que asustó a Jungwon, pero se mantuvo firme.
─Nishimura Riki, ¿acaso tú te quedarías en un lugar donde todos te ignoran descaradamente o tienen comportamientos irrespetuosos hacia ti?
Sola escondió su rostro en la pierna de su hermano. Era muy pequeña para entender bien la conversación, pero no le gustaba el ambiente que se había formado.
En respuesta, Riki bajó la cabeza arrepentido de no haber pensado bien en ello y tratar de entender mejor a Konon mientras acariciaba la cabecita de Sola, a lo que Jungwon soltó un suspiro cansado. No quería hacerle sentir mal, mucho menos asustar a la pequeña, pero eso es lo que había logrado, así que decidió ser más suave.
─Ella los quiere mucho a ambos, dudo que los deje así como así. Aunque ahora viva arriba, estoy seguro de que vendrá a visitarlos ─soltó intentando animarlos, cosa que funcionó, pues ambos Nishimura lo miraron algo esperanzados.
Tras esa tensa conversación, Jungwon propuso pasar el día en casa de los Nishimura para acompañar y animar a los menores hasta que estos se quedaron dormidos por el cansancio mental que les había dejado el ser testigos directos de toda la situación.
Prestó especial atención a Sola. Riki y él pasaron por un momento muy traumático de pequeños y sabía de primera mano cuánto daño pueden hacer los malos recuerdos a los niños con el pasar del tiempo. Odiaría que Sola acabara tan mal como ellos, pues la pequeña es literalmente la única del pueblo que no llegó a vivir aquella atrocidad, por eso nadie hablaba de ello en su presencia.
Y para su suerte, al ser una niñita inocente que no comprendía lo que ocurría a su alrededor, lograba animarla fácilmente con alentadoras palabras y juegos infantiles.
Ahora que ambos estaban dormidos, se tomó unos minutos para reflexionar de camino a su casa.
No había pensado en las posibles consecuencias cuando animó a Konon a quedarse donde se sienta más a gusto, así que en parte se sentía un poco culpable del malestar de sus hermanos menores, pero no se arrepiente de nada. Sigue pensando que ella es libre de decidir dónde y cómo vivir, se trata de un derecho humano esencial que el pueblo les estaba privando de cierta manera.
Seguirá apoyando a Konon en su decisión por mucho que le duela al pueblo, pero tampoco quiere que Riki y Sola estén tristes, así que poco a poco les hará entender que la mayor estaba en todo su derecho de tomar esa decisión. Pero empezará otro día, ahora él también necesitaba un descanso mental que no tardaría en llegar, pues ya se encontraba en su hogar.
Estaba un poco afectado por ver a sus amigos así de tristes, aunque la emoción que tenía gracias a sus sentimientos por Jongseong y el que Konon haya sido lo suficientemente valiente como para seguir su propio camino superaba con creces ese malestar. Pero eso no quitaba que necesitara encerrarse en su habitación y despejar su mente por al menos unos minutos.
Sin embargo, nada más llegar al salón y saludar a las dos féminas con las que convive, surgió una conversación con su madre adoptiva que arruinaría por completo esa pequeña felicidad a la vez que le haría ser más consciente de su propia situación.
─¿Te enteraste de lo de Konon? ─preguntó Tzuyu, a lo que Jungwon asintió─. Supongo que Riki te informó...
─Supones bien ─soltó una risita nerviosa.
─¿Cómo está?
─Devastado, pero creo que pude animarlo un poco.
La mayor acarició la cabeza de Jungwon a modo de premio─. Eres un buen chico.
Jungwon pensó un poco antes de preguntar: ─¿...Crees que Konon tomó una buena decisión? ─dado que en parte él le ayudó a decidir, necesitaba la certeza de que le había aconsejado bien, y ya sabía que Tzuyu es de mente abierta sobre este tipo de temas.
─Bueno, no soy quién para cuestionar lo que haga, pero si fuera su madre sin duda estaría en contra.
Esa respuesta sorprendió a Jungwon─.¿Por qué?
─La gente de la superficie nos ha hecho mucho daño, Won. Me da miedo lo que Konon pueda pasar allí arriba ─con esas palabras, el castaño tuvo que bajar la mirada. Tenía un punto y a la vez estaba equivocada, pero no sabía cómo debatirlo y le estaba decepcionando ver que no era de mente abierta después de todo─. Solo espero que ni tú ni Yujin sigan su ejemplo. Nunca se les ocurra subir a no ser que el pueblo lo pida ─rogó con un tono dolido.
Fueron esas últimas frases las que causaron un desagradable malestar en Jungwon, además de ponerle nervioso a más no poder por estar haciendo precisamente eso que Tzuyu les está prohibiendo.
Su gran error fue aprovechar la situación para conocer los pensamientos de su madre, y es que tenía curiosidad por saber del tema ahora que tenía sentimientos encontrados con Jongseong, esperando alguna respuesta que le haga pensar que algún día podría presentarle al lindo chico de la superficie.
Ahora ve que esa situación es algo imposible que únicamente se daría si viviera en un cuento de hadas donde todo es felicidad. Pero no, la realidad es cruel, lo cual le entristecía hasta el punto de querer llorar, por lo que rápidamente subió a su habitación para dejar de aguantarse las ganas.
Nada más cerrar la puerta, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos para que, a los pocos segundos, estas se disolvieran en el agua.
Desde la pérdida de sus padres, él siempre se ha sentido como la mierda, aunque trataba de controlarlo para no ser acusado de dramático porque los otros estaban peor y porque todo el pueblo decía que era refrescante verlo animado, así que de verdad intentaba verse alegre para satisfacer a los demás. Y aunque ellos también lo animaban de algún modo, Jongseong es el único que le hacía sentir verdaderamente reconfortado, probablemente debido a que se trata de alguien que no le presiona de manera indirecta, sino que le hace sentir más libre; alguien con quien poder ser él mismo; alguien con quien no tenía por qué fingir estar alegre porque, por lo general, se encuentra genuinamente feliz a su lado.
Y es por esto que desea volver a abrazarlo para sentirse protegido en este momento de vulnerabilidad. Es desagradable saber que hasta su madre adoptiva estaría en contra de su relación a pesar de que conocer a Jongseong supuso una mejoría considerable de su estado mental.
¿Cómo diablos la convencería de que lo ocurrido hace años fue culpa de unos pocos humanos que ya no estaban ahí para hacerles daño? Gracias a Konon sabía un poco del tema, y por las experiencias que le ha contado confía plenamente en que hoy en día el pueblo de la superficie solo tiene personas agradables y empáticas.
Pero claro, también entiende por qué los del mar están tan cegados por el odio y el miedo como para ignorar esos detalles que dejan saber cuánto han cambiado las cosas, como el que el agua estuviera siempre limpia desde entonces y que la superficie tenga recursos médicos para ellos. Además, gracias a Jongseong sabía lo estrictos que se volvieron con el asunto de cuidar el mar. Los de la superficie son conscientes del daño que pasaron y ahora estaban cuidándolos indirectamente.
Y es por estas cosas que Jungwon no se sentía culpable de que le gustara Jongseong, sabe que es buena persona y que estaría ahí para ayudarlo si es necesario. Y saber eso le hacía sentir tan cálido y cómodo que realmente llegó a imaginar un futuro viviendo allí arriba, ya sea teniéndolo como pareja o como amigo.
Sin embargo, las palabras de Tzuyu le trajeron a la realidad, recordándole que probablemente nunca vivirá arriba. Porque Jungwon es mucho más cobarde que Konon y se le partiría el corazón si tuviera que informarle a Tzuyu sobre su marcha. Además, si esta lo detiene, Jungwon se derrumbaría a tal punto que aceptaría quedarse en el mar para siempre. Por lo que, para evitar esa miserable situación, borró cualquier idea que implicara vivir en la superficie. Eso sí, no dejará de subir porque las tardes con Jongseong son el único momento tranquilo del día ahora que la tensión es cada vez más notoria en el mar.
Solo que no puede evitar pensar en cómo al final ese enamoramiento adolescente que hasta hace tan solo unas horas le tenía emocionado por pensar que iba a ser una experiencia agradable, va a ser más estresante de lo que suponía. Y lo curioso es que no es por culpa de Jongseong, sino de saber que si llegara a tener algo con él, absolutamente nadie le apoyaría.
Si antes el conocer a Jongseong era un pequeño secretito de niños traviesos, ahora se había convertido en algo mucho más complejo hasta el punto de verlo como una responsabilidad muy grande que, por ahora, cree poder manejar.
Por el momento, va a estar unos días sin subir para que no le pillen y pasar más tiempo con los Nishimura con la intención de mantener a sus amigos con buenos ánimos. Aunque le mienta varias veces a Riki para escaquearse e ir a la superficie, Jungwon nunca dejaría a su amigo de lado cuando se encontraba mal.
Por eso se forzó a dejar de llorar para mantenerse fuerte sin saber todo lo ocurrido ese día tan solo fue el inicio de un devastador descenso emocional que Jungwon no soportaría.
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Jongseong llegó rápido a casa de los Jang gracias a una patineta medio rota que encontró en casa de su abuelita. La ancianita le dijo que si la arreglaba podía quedársela, y luego de varios tutoriales de YouTube, logró dejarla como nueva, así que ese era su medio de transporte por la isla.
Al verlo, muchas de las tienditas a las que iba le dejaron un pequeño sitio para dejarla. Incluso el señor Jang le acomodó una zona por fuera de su casa para que la aparcara ahí. La verdad, no era necesario, podía dejarla en cualquier sitio con la certeza de que nadie se la robaría, pero igualmente todos se tomaron la molestia para que no se estropeara por ir dejándola en cualquier lugar.
Era satisfactorio el sentimiento de compañerismo que había en Udo, todos pensaban en todos y se preocupaban por mantener las cosas limpias y ordenadas, sean suyas o de otros. Así es como Jongseong logró conocer un poco más a la gente del pueblo, por lo que se acostumbró a saludar a todas las personas que se encontraba por el camino.
Como es muy tímido, nunca se vio a sí mismo pudiendo hablar tranquilamente con cualquiera. Desde que comenzó a hacerlo, va más feliz a todos lados, justo como ahora. Estaba aparcando su patineta en casa de los Jang con una amplia y brillante sonrisa para luego quitarse el casco, dejándolo colgado del manillar. Y cuando se dirigió a la puerta, sin querer chocó con alguien.
─Oh, lo siento ─se disculpó rápido con una reverencia. Al alzar la mirada vio a un sonriente adulto de hermosas facciones vestido con un traje muy elegante.
No lo había visto antes por la isla. Pero lo que más le llamaba la atención era la gran cantidad de anillos con diamantes celestes decorando todos y cada uno de sus dedos sumado a 3 hermosos collares de gemas azules colgando de su cuello y un rolex muy lujoso en su muñeca derecha. Todos los accesorios tenían un brillo muy lindo gracias a los rayos de luz, era imposible apartar la mirada.
Supuso un shock para Jongseong, era la primera vez que veía joyas tan caras con sus propios ojos sin ser a través de internet. Sea quien sea este tipo, todo su ser demostraba ser de clase alta, y no pudo evitar preguntarse si realmente existía tal nivel de riqueza en una isla tan humilde como Udo.
─Discúlpame tú a mí, no miraba por donde iba ─respondió el adulto con un tono tan amable que Jongseong se sintió extrañamente cálido.
─Baekhyun ─llamó el alcalde Jang al salir de su hogar para recibir al menor sabiendo que a esa hora llegaría. Mas no esperaba ver a su viejo amigo ahí.
─Cuanto tiempo.
Aunque Jongseong tuvo una buena impresión del tipo llamado Baekhyun, la expresión que le dedicaba el alcalde le daba a entender que ellos no se llevaban muy bien que digamos.
─¡Chicos, ya llegó Jay! ─avisó el señor Jang al interior de su casa, y rápidamente salieron los primos a recibirlo─. Vayan a jugar por ahí, quiero hablar con el señor Byun.
─Por dios, somos adolescentes a un paso de la adultez, ¿qué dices de jugar? ─preguntó Wonyoung fingiendo estar ofendida por ser tratados como niños.
─¿Uh? ¿Entonces no quieres jugar en la arena?
La pregunta de Sunoo la hizo reflexionar, y en algún punto solo tomó a Jongseong y Sunoo del brazo para arrastrarlos hacia la playa─...Vamos a hacer castillos.
Jongseong rió por lo rápido que cambió de opinión. Y así, los 3 menores dejaron que los adultos hablaran de sus cosas mientras ellos se la pasaban bien en la playa.
Por supuesto no faltaron las peleas de los primos, pero al final lograron hacer varios castillos de arena. Aunque la mayoría se derrumbaron muy rápido, así que se rindieron y procedieron a enterrar a Sunoo para dejarlo solo intentando salir mientras los otros dos se iban al agua, donde Wonyoung se peleó con una alga por pensar que era un monstruo.
Minutos después de que Sunoo se les uniera y también tuviera su propia batalla con el alga, el calor les hizo hacer una pausa para comer un helado bajo la sombrilla de la heladería.
─Jay, ¿te apetece hacer una acampada? ─preguntó Sunoo de la nada.
En respuesta, Jongseong ladeó la cabeza confundido por la repentina propuesta─. ¿Mh?
─Casi todos los veranos acampamos al menos un fin de semana entero en la playa. Normalmente mi padre nos acompaña, pero nos deja estar solos si vienes tú también ─explicó Wonyoung─. Dijo que se fía más de ti que de nosotros, ¿te lo puedes creer?
Jongseong no pudo evitar soltar una fuerte carcajada─. Me lo creo. Y lo de la acampada suena bien, cuenten conmigo.
─¡Genial! Te avisaremos cuando papá nos traiga la tienda. Ese mismo día vamos a comprar chuches.
─¡Y carne, mucha carne! ─gritó Sunoo.
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