🏖 ፧ 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼 • ✦⁾

─Oye, ¿estás bien? 

Una linda voz desconocida para Jongseong se escuchó nada más este sintió su cuerpo flotar con estabilidad mientras el escandaloso sonido del agua en movimiento se iba disipando poco a poco. 

Aún no podía abrir los ojos, simplemente agarró muy fuerte el brazo de la persona que recién nota que lo estaba sujetando. Ahí finalmente pudo tranquilizarse un poco y procesar lo que había ocurrido: la rodilla donde apoyó todo su peso al intentar alcanzar el trozo de papel se deslizó por culpa de la madera blanda, haciéndolo caer al mar.

Sin quererlo, soltó un pequeño sollozo del mal rato que pasó. Tragó tanta agua que pensó que casi moría, estaba un poco asustado.

─E-eh, ¡no llores, por favor! Uhm… ¡E-está bien, no te voy a soltar! ─volvió a hablar esa persona, esta vez con notorio nerviosismo. 

El pelinegro abrió lentamente los ojos, encontrándose con unos bonitos orbes azul claro como el mismísimo cielo del día, o más bien parecían diamantes con leves reflejos en azul pastel. Tan extraños y hermosos aún cuando lo observaban con preocupación.

No pudo evitar quedarse embobado por un momento, pero cuando se dió cuenta de que le pertenecían a un chico castaño que no conocía, se avergonzó demasiado e intentó alejarse de él. 

Claro, olvidó que seguía en el agua y casi vuelve a su batalla con el mar para no ahogarse. 

─¡Oye, si no sabes nadar no te sueltes! ─regañó el de ojos lindos, sujetándolo de nuevo.

─L-lo s-siento ─se disculpó Jongseong algo avergonzado, y volvió a agarrarse a sus brazos, notando así que el desconocido tenía la ropa y el calzado puestos. ¿Se tiró al agua para ayudarme? 

─Disculpa, ¿puedo saber tu nombre? ─preguntó el chico con la intención de animar al pelinegro, que estaba algo tembloroso.

─...J-Jongseong, Park Jongseong, ¿y tú eres…? 

─Yang Jungwon ─sonrió─. Para la próxima ten más cuidado.

Jongseong asintió. No podía decir más, seguía con la adrenalina del momento en el cuerpo y aún no podía asimilar bien todo. Además, le daba miedo seguir en el agua, piensa que en cualquier momento el chico lo soltaría, y por eso no media su fuerza al agarrar sus brazos.

Pero por suerte, Jungwon comprendió su estado y lo acercó rápidamente al muelle para que estuviera seguro. Jongseong subió y se mantuvo sentado en este hasta tranquilizarse por completo. Primer día y casi muero... Dos veces, pensó.

Suspiró y se limpió las pocas lágrimas que salieron de sus ojos con el borde de la camisa, aunque fue en vano pues estaba completamente empapada. 

Al volver a alzar la vista, vió como el tal Jungwon le estaba mirando con admiración, como si fuera un ser extraordinario nunca antes visto. Incluso pudo jurar que vió cierto brillo en sus ojos, uno bastante tierno.

─Uhm… Jungwon, ¿p-podrías alcanzarme e-ese papel, por favor? ─preguntó señalando al prospecto, que por lo mucho que había batallado al intentar nadar, se alejó un poco. 

─¿Qué? ─miró al lugar señalado, viendo una hoja blanca flotando en el agua─. Oh, sí, claro ─dicho eso, fue a tomar el papel y se lo entregó al pelinegro. 

─G-gracias ─dijo Jongseong al tomarlo. 

Al ver que Jungwon volvió a observarlo con curiosidad sin decir nada, Jongseong sintió algo de incomodidad. Por eso optó por levantarse e irse, pero antes de subir las escaleras de la pared ─luego de haber tomado la bolsa de medicamentos─, volvió a voltear, viendo cómo Jungwon seguía en el mar, siguiéndolo con la mirada.

─¿No vas a salir? La ropa tarda en secarse.

El castaño ladeó la cabeza con confusión, haciendo que Jongseong suspirara.

Vale, Jay, él te salvó la vida, debes ser amable y ayudarlo, se dijo a sí mismo.

Volvió a acercarse al agua y le tendió una mano a Jungwon, cosa que confundió más al castaño. Pero después de percatarse de las intenciones de Jongseong, negó frenéticamente. 

─No, no, no, no tengo permitido salir hasta ser mayor de edad ─aclaró alejándose un poco de Jongseong.

El pelinegro quedó extrañado ante esas palabras. ¿Por qué obligarían a alguien a no salir del mar? Esta vez no preguntaría en voz alta por si acaso. Tal vez su familia vivía en un barco y tenían alguna creencia religiosa o ideología que no les permitía estar en tierra hasta cierta edad, a saber. Si en Seúl había todo tipo de creencias, existía la posibilidad de que ahí también. 

En su lugar, para no crear un ambiente incómodo, formuló otra pregunta: ─¿Y qué edad tienes? 

─14. 

─Oh, eres un año menor que yo. 

─¿Tienes 15 y no sabes nadar? ─rió. Y aunque pueda parecer una burla, su tono de voz indicaba que se le hacía un dato muy tierno.

Jongseong apartó la mirada completamente avergonzado por la reacción del menor─. En mi defensa diré que nunca he estado en playas o piscinas. No he tenido la oportunidad de aprender.

─¿Piscinas? 

─¿No sabes qué son las piscinas? 

─Me suena haber escuchado la palabra, pero ni idea. 

─Son... Cómo explicarlo... ¿Grandes construcciones donde hay agua para nadar? Aunque también los hay inflables. 

A Jungwon se le iluminaron los ojitos de nuevo─. ¿Hay piscinas en Udo? 

─Creo que no ─esa respuesta hizo que el castaño de desanimara, y Jongseong no pudo evitar soltar una risita por la expresividad del menor.

Iba a seguir hablando, pero notó que Jungwon se sobaba discretamente los brazos y se preocupó un poco. Por eso le volvió a tender la mano, confundiendo nuevamente a Jungwon. 

─No te voy a sacar del agua, no te preocupes ─aclaró rápida, a lo que Jungwon asintió y tomó su mano. 

Jongseong lo acercó un poco a él y le remangó con delicadeza la manga del hoodie que traía puesto, viendo así que Jungwon tenía marcas rojas de mano en su brazo, probablemente causadas por él al haberlo agarrado muy fuerte, pues parecían ser sus dedos.

El mayor se sintió muy culpable y empezó a delirar─. ¡Pomada! Sí, crema, es lo que necesitas, la farmacia está justo ahí, iré a comprar una... No tengo wones, bueno puedo ir a casa y pedir algo de dinero, está un poco lejos, tardaría... Yo- 

─Jongseong, cálmate. 

─Lo siento, te hice daño. 

─No te preocupes, mi piel siempre fue así de sensible. Un simple toque y ya parece que una ballena me golpeó con su aleta ─bromeó, pero a Jongseong no le hizo gracia, así que intento minimizar la preocupación del contrario─. No me duele, solo me pica, y no quería rascarme delante tuya. No te sientas mal. 

─Aún así... ¿podrías venir mañana a la misma hora? Te trataré eso como es debido. Además, te lo debo, me salvaste.

El mayor había hablado tan serio que Jungwon aceptó su petición aún sabiendo que no debía. Bueno, en parte también tenía curiosidad por saber cómo era la gente de la superficie, y no iba a desaprovechar esa oportunidad que Jongseong le estaba dando. 

Por dos días que se asome a la superficie no va a pasar nada, ¿verdad? 

Era la primera vez que Jungwon ignoraba un poco las normas del pueblo marino, y se sentía mal por ello. Pero ya saben lo que dicen: si le prohibes algo a un niño, este solo tendrá más ganas de hacerlo. 

─¡Juungwooooon! ¿Dónde estás? 

─Ups, debo irme ya ─se apresuró a decir al escuchar el llamado de Riki. 

Jongseong asintió─. Hasta mañana. 

─Nos vemos~ ─Jungwon agachó un poco la cabeza para simular una reverencia, ya que estando en el agua no podría hacerla por completo. Y al momento se hundió, desapareciendo de la vista de Jongseong a medida que nadaba más profundo. 

El pelinegro se convirtió en un lío de preguntas.

Creyó que Jungwon nadaría desde arriba hacia el supuesto barco donde vivía, pero se hundió demasiado. Prácticamente era bucear, ¿no? Pero Jongseong no había visto ningún material de buceo en Jungwon, ¿se estaba ahogando o tal vez es un nadador profesional? No lo sabía, pero fue tan raro que llegó a pensar que tal vez fue su cerebro haciéndole tener alucinaciones por no haber dormido bien. 

De todos modos al día siguiente podrá comprobarlo, así que no le dió mucha importancia. Tampoco tenía la mente lo suficientemente despejada como para pensar con lógica. Si bien la caída al agua lo había despertado un poco, por dentro seguía extremadamente cansado.

Subió las escaleras y empezó a caminar lentamente por la acera mientras dejaba que sus pensamientos divagaran sobre el extraño castaño. 

Su piel era muy pálida, parecía de porcelana, ¿es eso posible si quiera? Tal vez es un muñeco o algo.

─Oye, tú. 

¿Y si mi cerebro está creando a un lindo chico imaginario por no tener más amigos además de Heeseung? 

─¡Hey! ¿Nos estás ignorando? 

Oh, Heeseung, si estuviera aquí seguro me diría que me estoy volviendo loco por imaginar cosas raras. ¿Y si él también es producto de mi cerebro? Pero mis padres sí saben de él. No, definitivamente Heeseung existe. 

─¡Tierra llamando a chico mojado! Repito, ¡tierra llamando a chico mojado! 

─¿Uh? ─Jongseong finalmente se percató que alguien le estaba hablando, y al voltear vió que eran los mismos que casi lo atropellaban con la bicicleta, justo encima de esta, pedaleando lentamente a la misma velocidad de su caminar.

─¡Hasta que por fin reaccionas! Tienes pensamientos muy pesados, hombre ─dijo la chica mientras le sonreía─. Solo queríamos disculparnos adecuadamente por lo de antes ─señaló al pelinegro que estaba en el asiento delantero de la bici─. A este idiota se le olvidó poner el despertador y casi llegábamos tarde a algo super super super importante. 

─Como si ir a comprar los churros de la señora Han antes de que se acaben fuera lo más importantísimo del mundo ─murmuró el chico, a lo que la rubia le dió una leve patada en la espalda─. ¡Ouch! 

─Chico mojado, ¿eres nuevo por aquí? Es la primera vez que te veo ─preguntó ella como si nada. 

─Llámame Jongseong, por favor. Y sí, se podría decir que soy nuevo por aquí. 

─¡Más juventud! ¡Esto es una victoria para los adolescentes! ─celebró la chica─. Yo me llamo Wonyoung, y el idiota es- 

─¿Sunoo? ─preguntó. Recordaba cuando ella gritó su nombre con anterioridad. 

─Sí, qué buena memoria tienes, ojalá Sunoo fuera así. 

─¡Hey! Olvidarme de las cosas es mi encanto ─soltó Sunoo.

─Tienes un encanto un tanto desagradable. 

Jongseong no pudo evitar reír ante la pelea de ambos. Aunque parecían llevarse mal, se notaba que realmente eran muy cercanos─. ¿Son hermanos? ─preguntó con curiosidad. 

Ambos procesaron la pregunta y empezaron a reírse escandalosamente. 

─¡¡Ya quisiera ella tener un hermano como yo, jajaja!! 

─¿Qué dices? ¡Eres tú quien está deseando tener una hermana como yo! 

─Eso no es lo que dijiste cuando tu hermano se mudó a Busan. "Oooh, voy a echar mucho de menos a mi lindo hermano. Por favor Sunoo, sustitúyelo hasta que vuelva" ─lo último lo dijo intentando imitar una voz femenina. 

─Ese día me hackearon el cerebro, es tu palabra contra la mía. Además, ¡fuiste tú el que se ofreció a ser mi nuevo hermano! ¿Qué tonterías dices? 

Iban a seguir discutiendo, pero recordaron que Jongseong seguía ahí, aunque este estaba aguantando las ganas de reír, y al verlo decidieron dejar la discusión para más tarde. 

─Somos primos ─declaró Wonyoung. 

Sunoo sacó una toalla de la mochila que traía y se la dió a Jongseong─. Toma, para que nos perdones por casi atropellarte.

─Gracias ─Jongseong la tomó e intentó secarse rápido para devolvérsela. 

Al notarlo, Sunoo habló de nuevo─. Oh, puedes quedártela y devolverla en otro momento. Total, seguro que nos volvemos a ver. 

─Prometo devolverla pronto ─dijo mientras se envolvía con la toalla para abrigarse un poco.

─Eres muy agradable, ¡por favor, pasa más tiempo con nosotros a ver si tu buena actitud se le pega al idiota de mi primo! ─pidió Wonyoung. Esta vez fue Sunoo quien le dió un leve golpe en la espalda─. ¡Ouch! 

Jongseong dejó de contener la risa y una sonora carcajada salió de su boca. Es muy probable que desarrolle una amistad con esos divertidos sujetos, y eso le alegraba demasiado. Heeseung va a estar muy orgulloso de él cuando le cuente.

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Jungwon descendía lo más rápido que podía para no ser pillado, pero desgraciadamente Riki lo había visto desde que se hundió en el agua una vez lo llamó.

─¡¡Jungwon!! ─el menor nadó rápidamente hasta él con notoria preocupación en su rostro.

Jungwon quiso intentar desviar el tema, a ver si con suerte Riki llegaba a pensar que era un malentendido─. ¡Woah, me encontrast-...! 

El rubio le había agarrado fuerte de los hombros, interrumpiendo sus palabras─. ¿Qué hacías arriba? No podemos ir, lo sabes ─recordó con desespero. 

─Lo sé, pero... 

─¿Y si te hubiera pasado algo y nadie se daba cuenta? ¡Hyung, no me des estos sustos! No quisiera que te pase nada malo. 

Jungwon acarició la cabeza del menor para tranquilizarlo─. Lo siento, pero no pude evitarlo. Me estaba escondiendo y escuché mucho ruido por arriba. Al ver que alguien se estaba ahogando, mi cuerpo se movió solo. Yo... No quisiera ver morir a nadie más, y si puedo salvar a alguien lo haré sin dudar, incluso si eso significa ir en contra de las normas del pueblo. 

El menor sonrió nostálgico ante esas palabras─. Tu madre solía pensar de la misma forma, te pareces mucho a ella en ese sentido. 

─Somos igual de cabezotas~ 

─Sí que lo son ─Riki soltó a Jungwon y lo miró con seriedad─. Espera un momento, ¿todas esas veces que no te encontraba era porque te escondías en la superficie? 

─¿Qué? ¡NO! Siempre me escondo entre las piedras. Desde ahí es fácil esquivarte cuando te acercas. 

Nishimura suspiró aliviado─. Por favor, prométeme que no volverás a subir hasta que los adultos nos den permiso. 

Jungwon se sintió un poco nervioso, pero al final respondió un: ─Prometido.

Y esa fue la primera gran mentira que le diría a su mejor amigo Riki. 

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