🏖 ፧ veinticuatro • ✦⁾
Con el pasar de los días, Jay pudo confirmar que Jungwon decía la verdad cuando le comentó que no sabía expresar sus sentimientos.
Mientras Jay no dudaba en demostrar abiertamente lo mucho que lo ama a base de dedicarle lindas palabras y algunas muestras de afecto físicas, el castañito simplemente se quedaba estático. Eso sí, siempre se dejaba querer a pesar de que su rostro se ruborizaba tanto que se avergonzaba de sí mismo.
Era como si le diera un cortocircuito cada vez que el mayor hacía algo, y aunque le encanta tener su atención, odia no poder responder correctamente a todos sus lindos gestos. Se siente que daba mucho menos de lo que recibe, y eso le parece muy injusto.
Por eso, en un intento de mantener la relación balanceada, Jungwon comenzó a darle obsequios. Cualquier cosa brillante y linda que encontrara en el mar se la daba a Jay, independientemente de su valor.
El problema es que al usar los regalos como muestra de afecto, le entregaba tantas cosas que el mayor tuvo que comprar un gran baúl para guardar todo. Y a pesar de que ya casi estaba lleno, Jay nunca le detuvo porque entendió rápidamente que cada obsequio eran los "Te amo" de su lindo menor.
Además, le recordaba mucho a los gatitos que había visto en videos donde le traen todo tipo de objetos extraños a sus dueños como muestra de respeto y confianza. Sabe que comparar a su Wonnie con un animal no es adecuado, ¿pero qué otra cosa podría pensar si Jungwon llegaba en completo silencio para dejar los objetos a su lado?
Era muy discreto, simplemente lo dejaba sin decir nada y seguía su vida con naturalidad, impidiendo así una respuesta de Jay porque le avergonzaría demasiado que se le diera tanta atención a sus regalos como para que fuera tema de conversación.
Pero el que Jay no lo detuviera no quiere decir que no tratara de cambiarle ese hábito. Ama a Jungwon tal y como es, incluso con ese lado de novio inocente e inexperto que está demostrando inconscientemente, pero quiere evitar que la relación vaya por el camino del materialismo, principalmente porque siente algo de culpabilidad ya que la mayoría de los obsequios son objetos que parecían tener mucho valor económico como perlas, monedas antiguas, collares de oro, etc.
Estuvo unos días intentando fingir que no vió los regalos para evitar tomarlos y que el menor viera que es una opción poco funcional, esperando que este llegara a la conclusión de que debía ser más abierto con sus sentimientos en vez de regalar cosas. Sin embargo, no podía no ignorarlos cuando cada vez que tardaba en tomar los obsequios, notaba a Jungwon algo decaído.
Al final no pudo llevar a cabo su plan, así que debe recurrir a eso que tanto ha estado evitando: decírselo directamente, plan que también se arruinaría si sin querer lastima los sentimientos del menor. Aunque a veces cree que está exagerando demasiado, pero vamos, es su primera relación y él también se considera inexperto, quiere ir con cuidado para no cagarla, está en todo su derecho de exagerar y tener en cuenta todas las posibilidades.
Es así como una de las veces que se reunieron en la cueva, desde el momento en el que Jungwon dejó un collar de oro con un rubí a su lado, Jay quiso sacar el tema. Estaba confiado porque planeó bien sus palabras la noche anterior.
─¿Acaso hay barcos piratas en el mar? ─empezó con una broma para que el menor no se sintiera avergonzado, pero la respuesta le sorprendió mucho.
─Sip.
Pensando en ello, no es tan sorpresivo en verdad. Si Jungwon era capaz de traer tantos objetos de oro y regalárselos como si fueran caramelos podría deberse a que son objetos muy comunes para ellos.
Aun así, no lo ve justo.
─Wonnie, me gusta que me des regalos ─sus palabras hicieron que el mencionado se ruborizara por completo─. Pero no puedes estar siempre dándome todas estas cosas. Por mucho que las acepte, siguen siendo objetos simples.
Bien, lo dijo, pero se dio cuenta de que no lo explicó como había planeado cuando vió que los ojitos del castaño comenzaban a cristalizarse.
─¿E-Entonces no te gustan? ─cuestionó este con los labios temblorosos.
─¡No es eso! ─se apresuró a aclarar antes de que Jungwon llorara─. Me refiero a que si me vas a dar algo me gustaría que tuviera valor sentimental, como una carta o un dibujo significativo, ¿sabes?
Pese a que en ese momento Jungwon había asentido, al regresar a su casa por la noche se quedó mirando al techo dándole muchas vueltas a esas palabras.
¿Que si sabe? Por supuesto que no. Por mucho que fuera la primera relación de ambos, es obvio que Jay tiene un poco más de experiencia que él. Después de todo, este se ha encargado de organizar citas, iniciar los besos, llevarlo a comer fuera... Prácticamente es quien ha tomado la iniciativa en todo. Por otro lado, Jungwon...
─¡No he hecho nada! ─chilló enterrando la cabeza en la almohada para amortiguar su voz, pues las chicas estaban durmiendo.
Al mayor parecía darle igual que fuera un completo inútil incapaz de decirle te amo, sabe que Jungwon gastó toda su valentía en los días de confesiones. Pero el castaño no estaba contento con ello, y aunque no lo demostrara, es el más frustrado al respecto.
Quería besarlo, abrazarlo, tomarle de la mano, organizar citas... ¡Él también quiere tomar la iniciativa! Pero por mucho que intentara, no le salía, así que usó los regalos como un reemplazo para todos esos intentos fallidos por tratar de ser un buen novio.
Aunque quizás, muy en el fondo, no se arriesgaba a ser quien diera el primer paso por miedo a no ser suficiente. Un pensamiento un tanto curioso teniendo en cuenta que fue él el primero en confesarse, pero su mente siempre era así de traicionera, le hacía buscar errores en todos lados para que Jungwon se mortificara con ellos.
Y es que a pesar de la linda amistad que tuvieron previa a la relación, Jungwon seguía un tanto inseguro con todo aún cuando su novio siempre le dejaba muy claro que lo ama tanto con sus defectos como con sus virtudes.
Dado que antes de salir con él no estaba tan nervioso a su alrededor, asocia ese problema al hecho de que nunca antes ha tenido una relación. Por lo tanto, no contaba con experiencia suficiente como para tener más confianza, y al igual que Jay, Jungwon tampoco quería cagarla.
En un desesperado intento de comprender mejor las dinámicas en una relación, a la mañana siguiente fue con Riki para comentarle la situación y también preguntar sobre el tema de los regalos. ¿Quién mejor que alguien que lleva casi 2 años en un noviazgo para resolver todas sus dudas?
─¿Entonces le has estado dando las cosas que te encuentras en los barcos hundidos? ─cuestionó Riki intentando reprimir las carcajadas, pues todo lo que acaba de escuchar se le hacía un tanto divertido.
─¡N-No te rías de mí! ─gritó Jungwon muy avergonzado.
─No me rio de ti, sino de lo tierno que eres. Se nota que es tu primera relación.
─Bien, por eso te lo estoy diciendo, así que deja de hacer comentarios obvios y dame consejos o explicaciones útiles, por favor.
─Vale. Los objetos que encuentras en los barcos piratas se los das y ya, no tienen un significado sentimental ni pasaste por algún momento complicado al conseguirlos como para valorarlo, y dudo mucho que Jay haya mostrado interés en el oro, así que al final es algo puramente material que le das porque sí. Estoy seguro de que eso es a lo que Jay se refería. Después de todo, un dibujo o una carta es algo hecho por ti, lo que lo vuelve más personal. Tendría ese toque "Jungwon" que no transmiten los tesoros ─explicó haciendo muchos gestos con las manos─. Pero no es necesario esforzarse tanto por algo tan simple, ¿por qué no mejor tratas de decirle "te amo"?
─¡Porque me da mucha vergüenza! Y si se lo digo una vez no podré detenerme ─Jungwon se tapó el rostro al notar como se había calentado debido al rubor─. El d-día que me pidió salir d-dije muchas cosas vergonzosas...
Riki sonrió con nostalgia al verlo tan nervioso─. Hyung, ¿sabes que cuando empecé a salir con Sunoo me pasaba igual? No podía darle ni un beso sin pasar por 50 crisis existenciales.
Al castaño se le hizo un poco extraño escuchar eso. Todas las veces que ha visto a esos dos juntos, Riki no parecía tener problema alguno en besuquear a Sunoo. A veces incluso era muy descarado y le daba igual que hubiera otras personas a su alrededor, lo que significaba que el menor había superado esa etapa de crisis debido a las nuevas experiencias y, por ende, es todo un referente para Jungwon.
─¿Y qué hiciste para solucionarlo? ─cuestionó con curiosidad buscando una rápida solución a su timidez.
─Absolutamente nada. Es algo que va desapareciendo con el tiempo. Verás como poco a poco te vas abriendo hasta que le puedas decir que lo quieres mucho a todas horas.
Luego de esa charla con Riki, Jungwon regresó a su hogar muy decepcionado.
Confía en que el tiempo le ayudará a cambiar, pues cuando se acostumbre a estar en una relación todo irá de maravilla. Pero quería que fuera un proceso más rápido porque le duele ver como Jay lo trataba como su novio mientras él mantenía la misma actitud que cuando eran amigos.
Que está bien, en el fondo no había gran cambio entre la amistad y el noviazgo. La única diferencia es que ahora podían cruzar esa línea que marcaba el límite de lo que se puede hacer con un amigo, abriendo el camino a muchísimas posibilidades en la relación. Ambos podían cruzar esa línea, pero Jungwon parece ser el único estancado en el lado de la amistad aún cuando realmente quiere avanzar.
Teme que Jay pueda malinterpretar esa actitud reservada y muy alejada de la definición de "novio" como una especie de "ya no me gustas, puedes dejarme". Lloraría mucho si llegara a lastimarlo, pero lloraría aún más si este lo deja. Y solo por esto está empezando a odiar que él sea su primer novio.
Quizás si hubiera salido con alguien antes habría estado más preparado para este momento, y se arrepiente de no haberle pedido a Riki experimentar hace unos años, cuando aún no conocían a sus respectivas parejas. Aunque sabía que eso no habría funcionado. Ambos se gustaban, pero no en el sentido romántico.
Cuando se tiró en la cama para seguir pensando en ello, trató de mantener la mente fría para usar un poco de lógica ante la situación, llegando a intuir que quizás estaba dramatizando demasiado por culpa de divagaciones sin sentidos cuyas intenciones eran hacerle ver el lado negativo de las cosas.
Así fue como la lógica le hizo recordar los hechos objetivos: Jay lo ama y lo demuestra constantemente, no podría dudar de sus sentimientos cuando siempre es muy obvio porque no ocultaba absolutamente nada. Es tan lindo y su amor es tan genuino que Jungwon se siente muy cálido desde que están saliendo. Y hubiera seguido con una larga lista de cosas positivas de no ser porque unos reflejos llamaron su atención.
Al fijarse de donde provenía, vio que se trataba de la flor de loto de cristal que había encontrado con su madre biológica.
Desde que sube a la superficie ha aprendido mucho sobre el funcionamiento de la luz solar, así que había comenzado a dejar el objeto de cristal justo en su ventana para que los rayos del sol que llegaban hasta el fondo marino dieran justo en los pétalos de cristal, causando así múltiples reflejos que se esparcían por toda la habitación. Aunque al estar bajo del agua, los rayos de luz no llegaban tan fuertes, por lo que los reflejos no se notaban tanto como quisiera, pero seguían dando un efecto lindo.
Entonces pudo despejar por completo su mente para poder preguntarse: ¿Cómo se vería desde la superficie? Y es gracias a esa cuestión que se sorprendió a sí mismo con una idea genial.
Esa misma tarde, cuando se vió con Jay en la playa, había llevado la flor de loto de cristal consigo, aunque la mantuvo escondida en su espalda todo el rato.
─Jongseong, te quiero dar algo, pero no te enojes...
─¿Uh? ¿Por qué me enojaría?
─S-Sé que dijiste nada de objetos, pero no sé dibujar y mucho menos sé expresarme en una carta. Así que quiero darte mi tesoro más preciado ─finalmente enseñó la flor de cristal para luego hacer una exagerada reverencia mientras la mantenía alzada esperando a que Jay la tomara─. La encontré hace muchos años con mi mamá y la conservo desde entonces.
Sabiendo que su progenitora había fallecido, Jay sonrió con tristeza─. Gyu, no puedo aceptar esto, es demasiado personal.
Jungwon negó─. Lo es, pero quiero que lo tengas tú. Además, en el mar el cristal se desgasta, temo que con los años vaya perdiendo su forma.
─...Bueno, visto así tiene sentido ─al final Jay acabó convencido y tomó el objeto con cuidado para evitar que se caiga─. Entonces muchas gracias por esto, lo cuidaré bien. Si lo quieres de vuelta me avisas.
─Lo que se da no se quita ─respondió Jungwon bien alegre por haberle dado algo verdaderamente significativo.
─Y-Yo también te traje algo, pero debes que cerrar los ojos ─soltó Jay de repente mientras dejaba el objeto de cristal en la arena para poder rebuscar en su bolsillo.
Confundido, Jungwon acató la orden. A los pocos segundos notó como el contrario le agarraba la muñeca para dejar una especie de cuerda alrededor de esta.
─Ya puedes abrirlos ─con ese aviso, el castaño abrió los ojos y vió una linda pulsera de cordón azul decorada con mini cascabeles de color plateado y un pequeño dije de caracola─. Quería que fuera especial, así que lo hice pensando en ti. Es el azul de tus ojos y la caracola representa el mar, todo con materiales resistentes al agua ─explicó emitiendo mencionar que los cascabeles vienen de lo mucho que le recordaba a un gatito.
El menor se encontraba muy sorprendido, y al girar la muñeca para verlo bien, amó el suave y débil tintineo que hicieron los cascabeles debido al movimiento. Pero eso no fue lo que había captado su atención, sino el pequeño caballito de mar que estaba grabado detrás de la caracola.
Jungwon no se considera religioso, pero conocía algunas tradiciones de la religión marina porque se habían establecido en la sociedad hasta el punto donde incluso los más ateos las seguían por tratarse de algo cultural. Resulta que cada animal marino tiene su propia simbología con distintos significados, siendo el caballito de mar uno de los más lindos. Y tratándose de algo tan específico, no puede evitar preguntarse si el mayor sabía al respecto.
─...Jay, ¿acaso conoces el significado de esto? ─cuestionó, a lo que el mencionado asintió orgulloso.
─"Te juro fidelidad eterna en este, nuestro longevo y puro amor" ─recitó recordando lo que había leído.
Jungwon se ruborizó mucho al confirmar que Jay era plenamente consciente del mensaje que le estaba dando─. ¿C-Cómo encontraste esa información?
─Cierto, creo que no te lo había dicho, pero estoy estudiando medicina marina, así que también debo estudiar sobre ustedes y su cultura. En uno de los libros leí que cuando tienen pareja, uno suele entregarle al otro una pulsera. Intenté que se viera lo más similar al de las imágenes para respetar tu cultur-
Jungwon estaba tan conmovido que se dejó llevar y lo besó sin siquiera dejarle terminar de hablar. Como a ambos les tomó por sorpresa, al separarse se quedaron unos segundos pasmados hasta que fue el mismo Yang quien habló.
─¡...Lo hice! Esta vez fui yo quien te bes- ─Jay lo interrumpió al unir sus labios a modo de venganza. Aunque la realidad es que fue un impulso que no pudo controlar.
Su Wonnie lo tenía tan mal que podía aguantar años sin que este le demostrara afecto, mientras lo tuviera a su lado era más que suficiente. Y con ese pensamiento recordó por qué le había dado la pulsera.
─Gyu, mientras la lleves puesta yo sabré que me amas sin necesidad de decirlo. Así no tienes por qué regalarme nada ni frustrarte por no poder expresarte.
Jungwon miró el accesorio un tanto dudoso. Parecía una buena dinámica, pero seguía encontrando la situación un tanto injusta─. ¿Entonces solo debo no quitármela para hacerte feliz?
─Exacto.
El menor lo reflexionó un poco más para luego reunir toda su valentía y agradecerle como es debido, por lo que rodeó el cuello del pelinegro con sus brazos y soltó: ─Pues no me lo quitaré nunca. T-Te amo.
Finalmente pudo decirlo, y parece que a Jay le emocionó mucho porque volvió a besarlo, solo que esta vez fue un poco más profundo e intenso que los anteriores.
Tuvo que reprimir una carcajada al notar al menor algo desorientado cuando se separaron. Diría que hasta casi podía ver unas espirales en sus ojos dando vueltas por no entender que acababa de ocurrir.
─Acostúmbrate a esto porque pienso hacerlo más seguido ─dijo con diversión mientras toqueteaba los brillosos labios de Jungwon, quien respondió haciendo un puchero.
Después de ese agradable momento, el día transcurrió con normalidad. Pero al caer la noche, ya estando cada uno en sus respectivos hogares, Jay observaba la linda flor de loto en su mesita de noche con una adorable sonrisa en sus labios mientras dejaba escapar algunos suspiros de completo enamorado al recordar la linda expresión de su pareja cuando le entregó la pulsera. A su vez, Jungwon se encontraba bastante alegre mirando dicha pulsera desde la comodidad de su camita, intentando no chillar de emoción.
Si bien se encontraban en distintos sitios, en este momento ambos estaban adorablemente sonrojados mientras el mismo pensamiento pasaba por sus cabezas: "Me siento tan afortunado".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top