Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda (Parte I)

Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda (Parte I).


Nos detenemos en la pequeña colina, desde aquí podemos ver lo maravilloso que luce el área donde se llevará a cabo su boda con Gesine. Él se mantiene en silencio viendo al frente y yo lo observo. Él es tan alto como yo, solo que menos corpulento, ahora de él emana una serenidad que antes no estaba. Es un adulto, pero no puedo evitar ver al pequeño niño que era mi mejor amigo.

—No sé si debería estar agradecido de que vinieras a mi boda —dice tras largos segundos de silencio—. Aunque supongo que presioné lo suficiente para que vinieras, lo que me hace lucir como alguien con múltiples personalidades —Voltea a verme—, pero tranquilo, no estoy loco.

—Eso es justo lo que dicen los locos.

Una pequeña sonrisa aparece en su rostro y luego la borra mientras suspira, se gira para que nos enfrentemos y parece detallarme abiertamente.

— ¿Alguien te dijo que luces un poco salvaje? —me pregunta.

—Del mismo modo en el que supongo que te dicen que pareces listo para salir en una portada de revista.

—Agradezco el cumplido, Moritz ¿O debo decir Edmun? Porque sí, siempre he sabido de ti, no me gustaba perderte la pista.

—Me siento halagado.

—Me complace halagarte.

—Genial —digo con lentitud.

—Así que esta es una historia cliché en dónde vienes a la boda de tu hermano, el cual se casa con tu ex. ¿No te falta la novia comprada para que tengamos la película completa?

—Estoy un poco corto de dinero, por lo que no pude alquilar una.

—Como si no fueses uno de los pintores más demandados, casi me engañas —Mira hacia arriba—.Quiero dejar varias cosas claras.

»La verdad, sí quise matarte. En aquel entonces mi mente estaba perturbada y te vi como el culpable de lo que hace tantos años ocurrió —Su semblante es serio y su mirada oscura—, cuando fallé, durante meses estuve molesto por no haberlo logrado.

—Eso no me da mucho consuelo, Niklas.

—Es la verdad —Se encoge de hombros—, pero tiempo después, comprendí que fuiste tan víctima de ello como yo. Que no eras el enemigo, pero me dije: ¿Matar al abuelo? Y me di cuenta que soy más astuto que eso. Así que me volví su nieto soñado.

» ¿Te haces una idea de cuántas veces he querido que deje de respirar? Creo que es la persona a la que más desprecio en el mundo. Si él hubiese lastimado a Dietmar, yo hubiese dejado de fingir. A diferencia de ti, mis hermanos me importan. Mucho.

Es un golpe bajo que arde, pero lo tomo porque es lo que he demostrado con años de ausencia.

El resentimiento de Niklas por Luhanne es palpable y me pregunto cómo es capaz de ocultarlo tan bien.

—Algún día Luhanne pagará por haber dejado que nos lastimaran. Del mismo modo en el que han ido pagando cada persona que nos torturó.

Me paralizo procesando sus palabras. Entiendo cada una de ellas y no sé cómo sentirme al respecto.

— ¿Qué estás diciendo?

—Intenté matar los recuerdos, dejarlos atrás y cuando eso no funcionó, tuve que ir por ellos. Hay una parte oscura de mí que no puedo ocultar, ellos la sacaron a relucir, no pude contenerme —murmura—. ¿Por qué dejar en libertad a basuras que podían lastimar a otros niños? ¿Cuántos niños como nosotros debían sufrir?

No quiero preguntar qué hizo o qué ha hecho. Tengo sentimientos contradictorios porque sé que lo que hizo tuvo que haber sido muy grave, pero una parte de mí entiende el punto en acabar con basuras que podrían lastimar a otros niños, a otros seres indefensos que nada tienen que ver con esta guerra. Cuyo único delito es llevar la sangre de una familia manchada.

—No quiero saber lo que hiciste —termino por decir.

¿Qué nos ha hecho esta familia? ¿Qué tan lastimados estamos?

—Lo sé, por algo huiste de esta locura donde yo me dejé caer, pero no es tan malo cuando tienes un plan en el que todos pagarán.

—No puedes desperdiciar tu vida en una venganza, Niklas.

—Esto no se siente como una vida —dice con sequedad—. Morí en el momento en el que fui secuestrado, esta es solo la cascara de alguien que respira y que se pone propósitos para no enloquecer. Sufrí mucho para llegar a ser estable, este es mi propósito de vida.

—No es cierto, puedes ser más que una venganza.

—Siempre creyendo en mí, Edmun. Supongo que eso no cambia.

No sé cómo sentirme ante el hecho de que me llama por mi nombre actual, pero sí sé que siento un profundo dolor ante la manera en la que se subestima y rige su vida.

—Te vi con Gesine anoche...

—Espero y esta no sea la parte en la que crees que vengo a robarme a tu prometida.

—La vi besarte, pero con honestidad, esa no fue la sorpresa. Mi sorpresa fueron tus palabras, ¿Por qué todavía te preocupas por mí? ¿Por qué tan empático? Escuché que eras desagradable y grosero, entonces, ¿Por qué te escuché defenderme cuando no somos los mejores hermanos?

—Porque eres mi hermano.

—Intenté matarte, no nos vemos en años ¿Y dices que somos hermanos?

—Siempre lo seremos —Y es la verdad, acabo por entenderlo.

Me ve y luego presiona sus dedos de sus ojos como si quisiera contener lágrimas. Grita exasperado y toma respiraciones profundas. Está perdiendo esa serenidad que me ha demostrado durante estos días.

— ¿Por qué me duele escucharte hablar así? ¿Por qué? —grita—. ¿Por qué me hace sentir bien que intentes protegerme? ¿Por qué te sientes cómo mi hermano todavía?

»Te envidio porque fuiste capaz de ir por luz mientras a mí me consumió la oscuridad. Porque decidiste olvidar en lugar de ir por venganza. Porque no te afecta en tu vida diaria —Hace una pausa tomando agitadas respiraciones—. No sabes cómo es cerrar tus ojos y revivir cada maldito segundo de tortura, cómo afecta a mi vida diaria. Cada puto segundo de mi existencia duele y a veces me pregunto si al morir esos recuerdos se irán conmigo, porque no los quiero, Edmun. No los quiero.

Siento un nudo instalarse en mi garganta cuando las primeras lágrimas caen por su rostro, intenta limpiarlas con sus manos.

—Cuando acabo con ellos, cuando termina, no siento alivio. Verlos solo me asquea de mí mismo. Hay una suciedad que no sale, un dolor que no mitiga y que me hace preguntarme por qué no morí. ¿Por qué sobreviví para ser atormentado por los recuerdos?

»Todos dicen: Niklas es perfecto para nuestra familia, es tan sereno y ahora va a casarse. ¿Sabías que mamá finge que nada pasó? —Se ríe—. Papá por el contrario siempre menciona cuán fuerte soy por haber sobrevivido a ello, como si fuese algo de lo que estar orgulloso.

Me siento asqueado de tal acción por parte de nuestro padre, pero decepcionado de que no me sorprenda.

—Y la única persona que de verdad podía saber cómo me siento me dio la espalda y se fue. ¿Te haces una idea de cuánto te odié cuando te fuiste y me dejaste? Pensé que estábamos juntos, sufrimos juntos y soltaste mi mano cuando tan solo tenía once años.

»Sentí tu abandono. Quedé con personas que no podían entender cómo me sentía, cómo me dolía. Quedé con los mismos monstruos por los que sufrimos.

—Era un niño al igual que tú, Niklas. No hice más que pensar en el modo de sentirme mejor.

—Tardé muchos años en entender eso. Fue duro —Muerde su labio tembloroso—. ¿Todavía te duele como a mí?

—Me duele, pero me duele más por ti. Lo siento.

— ¿Sabes por qué me caso con una mujer que ama de una manera extraña? —Se ríe—. Porque me deja atarla.

— ¿Qué?

Estoy seguro de que no he escuchado mal...

—Porque estoy tan dañado que cualquier relación sexual que tuve, necesitaba que estuviesen atadas y todas terminaron por huir de mí, solo Gesine se quedó para aceptar a alguien tan dañado.

¡Joder, joder, joder! Mi vista se nubla y sé que es debido a las lágrimas. El dolor es ensordecedor, nunca ninguna persona me había dolido tanto como lo está haciendo Niklas.

—Ella no se queja de que solo pueda tener sexo de esa manera, ella no se queja de que sea frío, de que no quiera se afectivo en público. No me atosiga porque le dé mi atención, no se despierta cuando me altero por una pesadilla, mis gritos ante los recuerdos no la atormentan y cuando lloro, ella me deja solo.

— ¿Cómo es que eso es algo bueno? —No puedo evitar preguntar en un susurro—. ¿Cómo es que esas son razones para casarse con alguien que no está nunca para ti?

Estoy seguro de que su respuesta terminará por clavar más hondo el puñal que me hace sentir dolor por él.

—Porque no me siento solo y me siento normal cuando ella dice que me ama. ¿Es patético, verdad? Estoy dañado.

—No lo estás.

—Lo estoy —Derrama lágrimas—. Porque es todo lo que he tenido por años y anoche cuando te escuché decir que merecía más, casi lo creí. Quise tanto creerlo.

—Niklas, fui muy serio y honesto sobre lo que dije —Doy pasos hacia él—. Mereces más que alguien que no presta consuelo, mereces a alguien que de verdad se preocupe por ti y te ayude con tus heridas.

—No existe tal persona.

—Si la hay, en algun lugar, lo está.

— ¿Entonces por qué aun no la conozco? ¿Por qué no está aquí? ¿Por qué me caso hoy con Gesine?

—No lo sé, pero debes darte la oportunidad de esperar por ella. No cometas este error, Niklas.

—No lo entiendes, no lo entenderías. Tú estás sano, yo estoy podrido y dañado. Estoy respirando, Edmun, pero cada respiro es solo una agonía, siempre duele.

Acorto la distancia entre nosotros y lo atraigo a mi cuerpo dándole un fuerte abrazo. El abrazo que nos debemos desde el momento en el que salimos de aquel infierno. Siento mi rostro humedecerse mientras lo estrecho y su cuerpo se sacude intentando liberarse. Intentando alejarse de mí.

—Lo siento, Nik. Lamento haberme ido y dejarte aquí. Era solo un niño, pero comprendo ahora que eso te lastimó. Nunca has estado solo en tu dolor, siempre he estado a la distancia acompañándote con el mío.

»Mereces algo más que una venganza y un cuerpo caliente con el que dormir, mereces más. Mereces encontrar tu felicidad.

—Cállate, no digas eso.

—Mereces más —repito.

Lucha conmigo hasta que parece agotarse y me deja abrazarlo. Nunca supe cuán dañado estaba mi hermano. Sabía que la ira y el ser inestable al crecer, fueron resultados de lo ocurrido, pero al llegar a la adultez, preferí creer que él solo era un bastardo loco que me odiaba por Gesine, supongo que eso hacía que me doliera menos. Pero ver esta realidad, me desgarra.

—A veces cuento cuántas veces ocurrió... —susurra con voz enronquecida.

Sé a lo que se refiere.

—No lo hagas, no lo hagas.

—No te odio, Edmun. Odio lo que nos hicieron. Perdóname por haber intentado matarte, no eres el culpable de mi desgracia, al igual que yo, fuiste una víctima.

—No cometas este error, Niklas, mereces más. No te cases.

Se libera de mi abrazo y pasa las manos por su rostro. Mira su traje. Toma profundas respiraciones, durante valiosos segundos, soy capaz de ver en su mirada el miedo, la soledad, todo ese dolor acumulado. Quiero quitar de él todas esas emociones, pero no puedo, no sé cómo.

Me da una sonrisa temblorosa y noto como poco a poco va cerrándose de nuevo. Pone las barreras entre nosotros.

—Soy atractivo, pero no hay manera en la que me case llevando un traje arrugado. La elegancia y la distinción hacen la diferencia —Asiente hacia mí—. Te veo abajo, Edmun.

Lo veo irse y acaricio mi pecho, como si eso pudiese mitigar el dolor. Saco mi celular y marco el número de Valerie. Tarda un poco en responder, pero lo hace.

— ¿Cómo va esa boda, señor gruñón? —Es lo primero que me dice. Guardo silencio—. Oye, ¿Edmun?

—Aun no sucede y para ser honesto, espero no se realice.

—De acuerdo... ¿Todo está bien?

—Niklas, mi hermano, tiene una herida tan profunda —susurro—. Sufrimos mucho, pero me doy cuenta que el daño en él es muy grande.

—Quiero decirte palabras de aliento, pero no sé lo que ocurre, Edmun. Me mantienes en la oscuridad.

—Y no haré eso más, cuando vuelva tenemos que hablar de todo.

—Eso estaría muy bien —Hay unos segundos de silencio—. Ahora, dime.

— ¿Qué cosa?

— ¿Qué tan guapo te ves en traje?

Sonrío dándome cuenta que intenta cambiar mi estado de ánimo, bajo la vista a mi traje.

—No lo sé, pero resulta un poco incómodo.

— ¿Qué tal si tomas una foto y la envías? ¿Por favor?

—Uhm... ¿Tú enviarías una tuya?

—No desnuda.

—No desnuda —respondo sintiendo mi sonrisa crecer un poco más—. Ya quiero que sea mañana para viajar y vernos, niña buena.

—Y no olvides a Dietmar.

—Imposible olvidarlo, es como un molesto accesorio adherido a mí.

—Sin Dietmar no tienes novia.

—Lo tratas como a tu bebé —reprocho.

—Es parte de la familia —Parece que lo dice de forma automática.

—Entonces, ¿Somos una familia?

— ¿Eh? Yo quise decir que...Que... ¡Debo colgar! Envíame la foto y te enviaré la mía. Un beso, te quiero.

— ¿Me quieres? —Enarco una ceja aunque no puede verme.

— ¿Ah? Ahora sí que debo colgar, saludos.

Me quedo viendo el teléfono y sacudo la cabeza, ésta niña buena. Suspiro y comienzo a bajar de la colina. Tardo en llegar al lugar donde se celebrará la boda y a la primera que encuentro es a Livia junto al cabronazo de su esposo.

Las personas fuera de la familia no tienen ni idea de cómo crecí, en qué hombre me convertí. Por lo que para el esposo de Livia soy algun primo lejano desagradable que visitó un par de veces a su esposa. Pero supongo que ahora sabe que soy Moritz, el hijo de la familia del que nadie supo en años.

Está bien, pueden conocer mi rostro ahora, pero no saben nada más de mí. No mi nombre, no mi localización. Y sé que aunque tengo hermanos bocazas, son informaciones que la familia no se permite filtrar.

"Mi cuñado" asiente hacia mí, siempre con el semblante serio y ese aire déspota que lo rodea. Su brazo toma posesión de la cintura de mi hermana mientras la arrastra a su lado. No me pierdo la manera en la que la sonrisa de Livia vacila antes de que vuelva a plasmarla en su rostro de una manera falsa.

Es todo lo que se necesita para saber que no es un matrimonio feliz.

—Así que más un primo lejano, eres mi cuñado —dice.

—Preferiría no alardear de ello —respondo.

Pese a que es una persona desagradable, sé que no hay manera en la que él traicione a Luhanne, después de todo, Livia fue el trueque de una lealtad, cosa que me asquea. Como si mi hermana mayor fuese una moneda de cambio.

Maurizio sonríe de costado y se inclina a mí para susurrar, noto cuán tensa se pone mi hermana, sin embargo, ella mantiene su sonrisa.

—Guardaré tu secreto, cuñado.

Todo lo que hago es asentir, ni siquiera finjo una sonrisa para este cabrón de primera. Cierro mi mano en puño porque quiero drenar algo de ira en él, pero una mirada a Livia basta para controlarme, porque esa dulce mirada que siempre fue gentil me implora que controle mi temperamento y no haga una escena. También me recuerda el hecho de que no es plenamente feliz.

—Iré a mostrarle algo a Moritz —anuncia Livia saliendo de su agarre y enlazando su brazo con el mío.

—No tardes tanto, sabes que no me gusta perderte de vista.

—De acuerdo.

Livia tira prácticamente de mi brazo para que camine cuando se hace muy evidente el hecho de que si las miradas mataran, Maurizio estaría bajo tierra y siendo comido por gusanos en este momento. Me dejo arrastrar por ella sintiéndome incómodo cuando va saludando a las personas al pasar y éstas me miran esperando algun tipo de presentación, les ignoro.

Incluso veo a familiares que, es evidente, no me reconocen y a los que no me importa hacerles saber que soy yo. Veo en puntos estratégicos personal de seguridad y veo muchas personas del lado oscuro de la vida. Qué bonita celebración.

Livia hace que nos detengamos a una distancia en donde podemos observar el panorama y hablar sin ser interrumpidos. Llevar zapatos de tacón hace que esté unos centímetros más alta que yo, es una mujer con bastante altura. Su mano va a mi mejilla y pasa su pulgar debajo de mis ojos.

—Da la impresión de que lloraste —murmura, no respondo—. Pensé que la barba se iría para la boda.

—No soy así de convencional —Tomo su mano, beso su dorso y la alejo de mi rostro—. Tampoco es un secreto que esta boda me parece basura.

— ¿Es porque se trata de Gesine?

—Sí —No dudo en responder y veo la alarma en su mirada—, pero no porque la ame. Niklas merece algo verdadero.

»Esta familia es un pozo profundo y oscuro, parecería justo que al menos sus miembros consiguieran un poco de más en alguien en quien apoyarse. ¿No es eso lo que merecías? ¿Felicidad?

Ve hacia un lado y aunque detesto el haber sido tan directo, no puedo callarme mis palabras. Vuelve su vista a mí.

—No soy infeliz, Moritz.

—Tampoco eres feliz. Estás en ese punto incierto, donde sabes que no amas tu vida, pero no te decides a establecer cuánto lo odias. Merecías más, Livia. Todos lo sabemos, incluso esa basura italiana con la que estás casada.

—Y con quien tengo un hijo —Me recuerda—. Que solo has visto una vez.

— ¿Quieres esta vida para tu hijo? —cuestiono sintiendo la molestia surgir—. Incluso es peor. Es un niño, primogénito, mitad de su sangre hacia una familia dedicada a la mafia y la otra mitad al crimen. ¿Qué vida crees que le espera?

» ¿Cuánto crees que tarden en cambiarle los juguetes por armas? ¿Los juegos por clases de lucha? ¿Las risas por violencia? —No puedo detenerme incluso cuando veo sus ojos comenzar a humedecerse—. ¿Estarás ahí cuando lloré adolorido si su padre lo golpea para hacerlo más fuerte? ¿Cantarás canciones para él cuando el sonido de las balas lo mortifique?

» ¿Qué pasará cuando por primera vez vea un acto violento y no pueda dormir? ¿Cuándo al final comience a ser sombrío? ¿Estás si quiera dispuesta a imaginar que pase por lo que Niklas y yo pasamos? O peor aún, ¿Qué se convierta en un pequeño monstruo violento sin respeto ni consciencia? ¿Has pensado en todo ello, Livia? ¿Es lo que quieres para él?

Su labio inferior tiembla y una lágrima escapa, sus dedos la limpia con rapidez. Su barbilla se inclina de manera leve y admiro la tenacidad con la que se mantiene fuerte pese a mis palabras, no derrama ni una lágrima más y eso te da una idea de cuánta disciplina hubo en nuestra crianza como para que no se permita llorar.

— ¿Qué es lo que quieres que te diga, hermano? Puedo decirte toda la realidad. Cuando me casé, no supe nada de ti, no sabes las condiciones en las que se encontraba todo. Crecí en esta familia y siempre supe que no habría un príncipe o romance para mí, lo supe porque ni siquiera mi propia madre me alimentó esas ilusiones.

»Me casé con un hombre que está destinado a ser otro Luhanne. No tienes idea de la manera en la que cuidé de mí para no traer a una vida a este mundo. No sabes que cuando supe que estaba embarazada lloré por tres días y luego me ordené ser fuerte y hacer lo mejor para mí, para que nadie más viniera a este mundo a sufrir. Quise interrumpir el embarazo para que no viniera a vivir esta vida. ¿Sabes lo que pasó, Moritz?

Enarca una de sus cejas, yo sacudo apenas sutilmente mi cabeza. De nuevo siento la opresión en mi pecho ante la empatía de percibir y sentir su dolor como mío.

—Que una imbécil en la que confié fue y le contó a Maurizio, quien decidió que definitivamente tendríamos a su bebé —Lleva una mano a su cuello—. Mi hijo es lo que más amo en este mundo y odio la idea de que crezca en esta vida, no quiero ser mi madre, quien nos entregó a esta vida, pero soy una sola persona en medio de estas familias.

» ¿Qué pasa si huyo? Dos escenarios. Opción a, Maurizio y su familia nos consiguen, me perdona o me quita a mi hijo. Opción b, me encuentran los enemigos de ambas familias y nos asesinan. ¿Crees que no he visto todos mis escenarios? Mi vida dejó de importarme en el momento en el que mi hijo se hizo prioridad.

—Esto es una mierda.

—Lo es, Moritz. La razón por la que soy una esposa "feliz y sumisa" es porque esa devoción me ha permitido que Maurizio mantenga al pequeño alejado de toda esta basura criminal y lo seguiré haciendo mientras eso me garantice que mi hijo no pondrá un solo dedo en un arma, no por obligación.

»Me dejaré así sea la vida criándolo lo suficientemente bien para que tenga los valores que nosotros logramos rescatar dentro de todo este caos y suciedad en el que crecimos. No sé si lo lograré, si podré salvarlo de esta vida, pero daré todo de mí —Respira hondo—. Lloro muchas veces lo que Nik y tú debieron pasar, por lo que muchos han pasado y admiro la manera en la que hiciste una vida alejada de esto, pero al final del día, ¿No estás aquí hoy, Moritz? ¿Acaso no importa lo mucho que se corra que esta familia alcanzará todo a su paso?

Me rehúso a reconocer ese pensamiento que me atormenta: ¿Cuánto más debo hacer para no vincularme con ese lado oscuro de mi vida? ¿Acaso se encuentra tan arraigado a mi sangre? No quiero ser ese hombre.

Ella suspira y se acerca a mí, su mano se apoya en mi hombro, la miro a los ojos. Me da una sonrisa frágil.

—Fuiste el más audaz de nosotros y me hace feliz saber que llevarás a Die contigo, una vida alejada de esto, sé que lo cuidarás.

—Lorenz hubiese querido ser matemático o ingeniero —digo de la nada, ella hace una mueca triste—. Quiso ser más que esto.

—Y lo lamento. Siempre nos prohibieron soñar para no sufrir.

—Querrás decir que siempre fuimos prisioneros.

—Sin embargo, crecimos bien. Somos seis hermanos, todos vivos y todos con buenos corazones. Sé que ninguno de ustedes alberga mal en sus corazones.

Por mi mente pasa mi conversación con Niklas, sus tormentos y esos pensamientos que lo torturan.

»Tenemos heridas, unos más grandes que otros, pero vivo por estos momentos en los que puedo verlos y respirar hondo mientras digo: sí, todos mis hermanos están bien, no perdí a ninguno.



Holisss, aquí esta primera parte que si me hizo sentir medio tristona por la vida que han llevado estos hermanos. Espero esta semana estar subiendo lo más pronto posible la segunda parte que está de muerte.

Una cosita: si fuese por mí pasaría mi día a día actualizando o escribiendo, pero tengo otros asuntos en mi vida diaria que tratar. Por ahí leí que extrañan a la Darlis del principio. Pues bien, esa Darlis seguramente solo tenía entre 17-18 y su única responsabilidad consistía en estudiar y sacar buenas calificaciones, a diferencia de la actual ella no se hacía cargo de sí  misma económicamente, no ayudaba a su familia en casa con responsabilidades, no tenía un país jodido política, social y económicamente (al menos tanto) e ingenuamente creía que fuera de la pantalla o laptop no había más vida. Sin contar que el internet no era tan mierda y la falta de luz no era un problema.

Los amo mucho, de verdad, pero tengo claro que no puedo dedicar  mi vida a dar explicaciones cada vez que no pueda actualizar y esto no es queriendo ser ruda o grosera porque de verdad los amo y estoy agradecida con ustedes, pero tampoco es sano que siempre tenga que explicarme ,como lo hago con mis padres, o que siempre lea reclamos si no puedo actualizar.

Tengo muchas responsabilidades fuera de acá, puedo decir que Wattpad puede considerarse de las pocas cosas de relajación y hobbie que me queda de mi adolescencia. Tengo contratos que cumplir, decisiones que tomar, una salud que cuidar, propuestas que evaluar, una familia y a amigos con los que amo compartir y sobre todo una vida qué vivir.

Estaré en Wattpad por tanto tiempo y este amor me lo permita, pero no puedo dedicar mi vida enteramente a ello porque como lo dije, ya no tengo 17 años y 0 responsabilidades. Constantemente estamos creciendo y avanzando y con ello, llegan responsabilidades y cambios.

Agradezco a cada persona que cree en mí y pacientemente me espera, amo leer sus comentarios es mi parte favorita de actualizar. Siempre me hacen sonreír y sentir parte de una familia. Así que sigamos aquí, historia tras historia.

Bahhh nos pusimos serios, espero volver esta misma semana con la segunda parte que solo me falta editar y retocar.

Recuerden que si tienen fanarts o quieren saber cuando se actualiza (a veces Wattpad no avisa) la historia tiene página de facebook: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Los adelantos en mis redes: instagram storie (DarlisStefany) y stories de facebook en la página Darlis Stefany. Mayormente para contestar, en el tiempo que trato de dedicar para ello, me encuentro más en mis mensajes privados de Instagram y en Twitter Darlis_Steff, porque se me hace más cómodo por esos medios.

Espero les guste.

Un beso.

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