Capítulo Treinta y Cuatro: Decisión importante

Capítulo treinta y cuatro: Decisión importante.

Valerie.


26 de abril, 2016.

No puedo establecer el tiempo que llevo con la vista clavada en el techo, de la misma manera en la que me sería imposible cronometrar las horas que he estado pensando en Edmun y lo que me da más tristeza es el hecho de que no pienso únicamente en él, también lo hago en su pasado, su familia, todo.

Más que nada, pienso en sus palabras, el dolor crudo con el que contó los hechos atroces que vivió, la manera en la que me hizo saber que entendía si no quería vincularme con él y cuando me dijo que me amaba.

Sé que esas palabras Edmun no las diría a la ligera, que el "te amo" tuvo que haber escalado con tanto fuerza por su garganta que terminó diciéndolo. Sé que sus sentimientos son reales, que vino de un lugar profundo y que no fueron simples palabras para retenerme a su lado. Por el contrario, fueron palabras que quería liberar y no quedarse con el molesto "nunca lo dije" qué experimento en este momento.

Desde afuera se ve fácil decir: "no lo dejes ir" cómo si fuese algo tan sencillo, cómo si no hubiese complicaciones, cómo si no tuviese derecho a estar aterrada, asustada del mundo oscuro que lo envuelve, uno que siempre estudié desde las distancia, uno en el que a medida que leía artículos, más lejos quería estar.

He llorado mucho porque me duele que haya sufrido tanto qué siendo tan joven conociera dolores tan atroces y que incluso en su vida adulta, el sufrimiento parece no terminar. He llorado porque odio estar aterrada de la vida que le precede – incluso si mi miedo es racional –, esa que aún lo persigue y podría alcanzar alguna vez.

No soy estúpida y no me puedo cegar, estudié mucho sobre mafias, terrorismo, crimen organizado. Sé lo atroz y violenta que esa vida, también sé lo difícil que es salir de ella.

Giro en la cama y hundo mi rostro en la almohada, siento cómo la humedezco con nuevas lágrimas. ¿Por qué? ¿Por qué finalmente cuando encuentro alguien en sintonía conmigo, qué me entiende y me devuelve los sentimientos con la misma fuerza, tiene que traer consigo a una familia dedicada al crimen?

Tengo conflictos internos. Sé que él y sus hermanos no pidieron esa vida, qué han sufrido y solo se han moldeado a las circunstancias, qué Edmun hizo todo lo que pudo para desvincularse, sin embargo, la familia siempre acaba por tocar tu puerta. Ruedo de nuevo sobre la cama, quedando acostada de lado y viendo hacia mi mesita de noche.

Él me dejó muy en claro que no piensa abandonar o dar la espalda a sus hermanos, tampoco se lo pediría sabiendo cuánto le ha costado reconectar con ellos e identificándome con el hecho de que nunca desearía abandonar a mis hermanos. También es bastante claro que no todos los hermanos Schwarzenberg pueden encontrar otro destino. Todo esto me lleva a la conclusión de que en algun momento, todo esto podría explotar sobre la vida de Edmun.

Y si quiero seguir construyendo una relación con Edmun, también hay posibilidades de que todo eso explote sobre mí: la mujer que hasta poco temía del mundo y la que aun siente incertidumbre sobre el.

—Tu familia o al menos tus padres, también son un desastre, Valerie —susurro—. Ellos ni siquiera te quieren, te hicieron maltrato psicológico y luego te cerraron las puertas. No los elegí cómo padres y Edmun no eligió a los suyos.

Me incorporo y me arrodillo sobre la cama, uno mis manos en un gesto que temía cuando vivía bajo el techo de Valter y cumplía mis castigos orando. Cierro mis ojos e inspiro hondo.

—No te he hablado en mucho tiempo, algunas veces siento que no existes y cuando creo en tu existencia siento que tienes un concepto peculiar de justicia. No sé si te hablo a ti, a alguna deidad o al aire. Solo quisiera que alguien me escuchara.

»No pido extravagancias, riquezas o poder. Todo lo que quiero es que me ayudes a llevar este miedo que se ha instalado en mí y que me des serenidad para tomar la decisión que deseo. Quita esta angustia de mí y por favor, que Edmun no conozca de más de dolor —Abro mis ojos—. ¿Cómo pudo un niño conocer de tanto dolor? Por favor, no le des más.

La alarma de mi teléfono suena y cuando digo alarma, me refiero a una llamada de Krista. Me inclino sobre la mesita de noche y lo tomo, me dejo caer acostada al momento de responder.

—Estoy a segundos de comenzar a vestirme para salir, solo tomaba una siesta —Miento en lo último.

—Mentirosa, eres horrible mintiendo.

Sí, bueno, Valter hizo un excelente trabajo haciéndome horrible en ello. No es fácil hacerlo cuando sabías que si te pillaban las cosas iban a ser terribles.

—Date prisa y ven por mí.

— ¿Qué pasa con tu auto? —pregunto levantándome de la cama y caminando hacia mi armario.

—Nada, pero garantizo que te levantes de esa cama y vengas a trabajar.

—Iba a levantarme de la cama e ir a trabajar, no he faltado a mi trabajo.

—Pero has llegado tarde y eso no es normal en ti. Además, ahora tienes de adorno unas ojeras muy notables y estás muy pálida.

» ¿Estás segura de que el problema no es el grandote sexy? Porque si no lo es, entonces, ¿Por qué tanto despecho?

—Te dije que es complicado y preferiría no hablar de ello —Saco un jean y una camisa de botones del armario—. Lo siento, pero son asuntos privados de Edmun, no me corresponde compartirlo y no romperé la confianza que ha tenido en mí.

—Quiero decir que lo entiendo, pero la verdad es que me fastidia y molesta no saber qué te tiene así, sin embargo, está bien. No seguiré quejándome.

—Gracias.

—Ahora alístate y ven por mí.

—Está bien, estaré ahí pronto.

— ¡Ánimos! Sonríe y un poco que te ves preciosa cuando lo haces.

No puedo evitar hacerlo ante sus palabras, ella me arroja un beso y finaliza la llamada. Me encargo de darme una ducha que relaja mis músculos y después me visto, cepillo mi cabello húmedo y no me molesto en hacerle algo más o maquilarme porque sé que de eso se encargarán en el estudio. Cambio de bolso, tomo mi teléfono y salgo de mi habitación.

Hay música viniendo desde la cocina, camino hacia el lugar y sonrío viendo a mi hermano moverse al ritmo de la melodía mientras mantiene la vista en un libro, que estoy suponiendo es de recetas, y cocina. Saco mi teléfono del bolso para grabar un pequeño vídeo y luego lo vuelvo a guardar.

—Uhm...Huele delicioso —Anuncio mi llega y se paraliza—. Tú sigue bailando, lo haces estupendo.

Me detengo a su lado y tomo uno de los tomates cherry, disfruto de su sabor y tomo otro. Desconocía que mi hermano tenía habilidad en la cocina y parece que él también, pero un buen día vio un programa dedicado a ello y notando su entusiasmo le dije que lo intentara, lo próximo que supe es que de verdad parece tener un imán con este lugar y deseos querer preparar platos que lucen muy bonitos y saben aún mejor.

Él deja de cortar tiras de pollo y voltea a verme con seriedad, evalúa todo mi rostro y no parece contento.

— ¿Por qué no me dices lo qué sucede?

—Porque esto es un problema de pareja —respondo tratando de imitar su tono quejumbroso.

—Bueno —suspira—, solo no me gusta verte afligida.

—Estaré bien —aseguro—. ¿Qué cocinas? No me da tiempo de comer en este momento, pero regresaré hambrienta.

—Eres una despechada comelona —Se burla y lo pellizco haciendo que se queje—. Mira esta receta, se ve complicada, la siento cómo un reto.

—Parece que encontraste una pasión —señalo—. Te miras feliz, concentrado y muy radiante.

—Se siente bien —confiesa—, me hace feliz y me...Apasiona —Sonríe—. Pensé que tal vez sea esto...

— ¿El qué?

—Lo que quiero estudiar, para lo que quiero prepararme. Tal vez no lo ves cómo algo serio y a nivel universitario, pero estuve investigando y...

— ¡Oye! —Lo detengo—. No voy a juzga tu elección, es genial que finalmente sientas que has dado con algo que te apasiona y dónde eres bueno. Y es todavía mejor que quieras aprender profesionalmente sobre ello.

» ¿Tener un hermano cómo chef? Me encanta la idea. ¿Qué te parece si mañana nos dedicamos a buscar las escuelas y sus programas de estudio?

—Ya lo he hecho —Admite y su sonrisa crece—. Es todo increíble, pero...Lucen costosas y no tengo dinero, no ahora. Y no quiero seguir dependiendo de ti, no me gusta ser una carga.

—No eres una carga y entiendo de dónde viene ese deseo de independencia. ¿No quieres que pague tu escuela?

—No completa, puedo aceptar que me ayudes, pero dejar todo en tus manos no me hace sentir cómodo.

—Bien. No renunciaré a pagar la mitad de tu matricula y seré tu prestamista. Pagaré la otra mitad cómo un préstamo y cuando triunfes siendo chef, me devuelves cada libra invertida.

—Con intereses.

—Tampoco exageres, Mich —Rio.

Entiendo ese deseo de subsistir por su cuenta, de tener su independencia. Viene de un hogar en dónde cada movimiento era cronometrado por otra persona, el obtener ayuda completa para él se siente sofocante y mucha presión; entiendo cómo se siente porque así lo viví cuando estuve por primera vez sola y alguien se ofrecía a ayudar.

—Voy a pensarlo —termina por decir.

Sé que quiere decir "sí", pero no quiere lucir ansioso y está asustado de luego decepcionarme si no quiere continuar, pero esa será una charla que tendremos para después.

—Piénsalo —Beso su mejilla—. Debo irme. Krista espera por mí.

— ¡Te guardaré comida! Y también para que lleves mañana —grita mientras camino hacia el ascensor y subo.

Le arrojo un beso antes de que las puertas se cierren. Me miro en el espejo y me doy cuenta que debí haberme puesto algo que ayudará en la hinchazón y ojeras, luzco cansada, pero al menos no me veo demacrada. Me vuelvo de nuevo y las puertas no tardan en abrirse. Camino hasta mi auto y sin mucha ceremonia me encargo de que todo esté en orden para ir por Krista. Durante el camino me doy cuenta de que es muy probable que llueva, pero ese es solo un pensamiento superficial para desviarme del que de verdad grita por mi atención.

Extraño a Edmun. De verdad lo hago.

Siento que mi novio ¿Aún lo es? Lleva tiempo lejos de mí, desde ese día que tomó un vuelo a Austria. Saber que estamos en la misma ciudad y tener toda esta distancia quema, pero no puedo mentirme y decirme que el amor lo soluciona todo. No puedo mentirme y no admitir que quiero ser precavida, que me asusta la carga que trae consigo casi tanto cómo me asusta el hecho de que deje de existir un "nosotros" que nos conjugue a los dos.

Llego a la calle en dónde vive Krista y me estaciono en el espacio para visitantes. Le escribo un mensaje que le hace saber que estoy aquí y no tarda en responder que ya viene. Y no miente, solo que me sorprende un poco cuando aparece.

Bajo mi ventanilla para ver mejor. Viene usando leggins negros, un suéter ajustado, tenis y lentes de sol pese al tiempo nublado. Pero el accesorio – sin ofender – que más me llama la atención es el hombre riendo de lo que sea que ella le esté diciendo. Él ubica una mano en su cadera y se inclina cómo si tuviese intenciones de besarla, pero ella retrocede y sonríe diciéndole algo. Lo deja ahí de pie y sube a mi auto. Sigo viendo al hombre que ahora observa hacia mi auto, hago un saludo torpe con mi mano antes de subir la ventana.

— ¿Por qué lo saludas? —Me pregunta quitándose las gafas—. ¿Lo conoces?

— ¡No! No sé por qué lo saludé. ¿Quién era ese? —Vuelvo la vista al hombre que no se ha movido.

—Ese es el rostro de un polvo nivel siete —responde.

Eso me hace darle toda mi atención, ella saca el teléfono de su bolso y comienza a escribir, alza su vista hacia mí y nota que espero por alguna explicación más.

—Es su puntuación —Me indica—. Fue su rendimiento.

—Eso es... ¡Horrible!

—Lo sé, pensé que él podía ser un 8.5.

—No, me refiero a que es horrible que los califiques y llames por números. ¿Qué rayos? Es sexista, lo vuelve un objeto y no quieres ser llamada así.

—No se lo digo a él, lo hago en mi cabeza y solo que te lo dije a ti. Así que no estoy siendo mala si lo mantengo para mí. No es mi culpa que mi cabeza los califique.

»Incluso lo hacía con Garrett siempre que teníamos sexo. ¿Quieres saber cuál fue su puntuación más baja y la más alta?

— ¿Y de dónde salió ese hombre? —pregunto poniendo en marcha el auto e ignorando el rendimiento de Garrett.

—Fui a un seminario sobre constelaciones y pensé que uno de los expositores me haría ver las estrellas, pero ya ves, resultó ser un 6.9.

—Pensé que dijiste que era un 7.

—Ahora que lo pienso mejor, definitivamente era un 6.9. ¿Qué tan difícil es encontrar un polvo 9.6? Ni siquiera estoy buscando un 10.

» ¿Qué número es tu sexy gruñón? Apuesto a que es un 9.8 —No le respondo—. ¿Y Jocker? También está en un rango más allá de 9.5 ¿Verdad? ¡Val! ¡Responde! Son preguntas importantes.

Mantengo silencio y enciendo la radio, ella murmura algo sobre "tomaré tu silencio como un sí" y no termina con el tema.

—Ahora que lo pienso, nuestros chicos tienen que estar en un rango alto de 9...Qué interesante.

—No se tiene sexo con los amigos, Krista.

—Error. Se puede tener sexo siempre que sea una vez y las líneas estén trazadas. Es la regla de las folladas.

»Follas tres veces con una persona y trazaste la línea. Piénsalo. La primera, es la sorpresa inicial de qué tan bueno puede ser, la segunda garantizas si elevaste demasiado el encuentro y no era tan bueno. ¿La tercera? Significa que podrías solo seguir yendo por más si realmente te gusta.

—No estoy de acuerdo.

—Bueno, solo es una teoría mía, no una ley universal.

—Entonces... ¿Irás por una segunda oportunidad?

—No. Él fue amable y divertido, pero no congeniamos en la cama. Tal vez para él yo también fui un 6.9. Quizá no era malo y simplemente se trata de que no encajamos en la intimidad. Pero no importa, no estoy en busca de un novio, solo quería divertirme.

Rio. Krista y yo somos tan distintas. Di mil vueltas para decidir que estaba bien con estar con Edmun cuando iniciamos y ella solo salta al vacío sin culpas ni remordimientos.

—Oye, Kris, ¿Qué opinas del crimen organizado?

—Mucha violencia y peligro, esa es mi respuesta sensata —responde sin siquiera sorprenderse por mi repentino cuestionamiento.

— ¿Y la no sensata?

—Es que si están tan buenos y candentes cómo en los libros que Alexa me dice que lea, me pasaría a dar un bocadito —Baja el volumen a la radio—. La verdad es que da curiosidad todo ese lado oscuro, ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo terminan en esa vida? ¿Qué tantos riesgos hay? ¿Cómo haces una vida en el crimen organizado? ¿Puedes salir? ¿Puedes llevar una buena vida con alguien de esa vida?

» ¡Ufs! Todas esas preguntas me hacen sonar cómo alguna investigación de Jocker. ¿Estás investigando al respecto?

—Algo así —respondo—. Me pregunto si sería muy estúpido coquetear con la probabilidad de un peligro por amor.

—El amor nos condiciona a vivir situaciones riesgosas, ya sea que lo encuentres en zona de paz o en una guerra, siempre hay la posibilidad de destrucción, pero también hay posibilidades de tener algo realmente bueno.

»El amor a mí me trajo destrucción, pero mira a Elise o a Jocker, tienen algo muy bueno por amor.

—Supongo que se trata de correr riesgos, de atreverte.

—Quien arriesga no siempre gana, pero quien apuesta a ganar casi nunca suele irse con las manos vacías.

—Eso suena bien —digo, haciéndola reír.

Ella no sabe lo reflexiva que me han dejado sus palabras. Mi teléfono suena, le pido que por favor active el altavoz.

— ¿Hola? —digo.

—Ya sé por qué eres una pecadora.

Las manos me resbalan a la izquierda del volante, girándolo y haciendo que me desvíe del camino. Krista da un pequeño grito y yo logro recuperar el control antes de que salgamos de la vía u ocasionemos algun accidente. Logro volver al camino y Krista respira de forma entrecortada, yo también lo hago.

Esas palabras por poco no ocasionan un accidente. ¿Hasta cuándo va afectar mi vida? Incluso estando a la distancia odio que tenga ese poder sobre mí.

—El teléfono, toma el teléfono —Le digo a Krista—, quita el altavoz, ponlo en mi oreja, por favor.

Ella lo hace y Valter todavía sigue en línea, todo lo que escucho es su respiración pausada.

—Estoy en contra de destruir la vida que el señor nos da, pero tal vez...Nunca debiste nacer, solo trajiste dolor y vergüenza a esta familia.

»Convenciste a tu hermano de ser un adefesio, él era un buen niño. Alimentas la mente de esa tonta niña diciendo que ella irá contigo al tener dieciocho. ¿Quién te crees que eres? ¡Tienes al demonio en ti!

Mis ojos se humedecen y lucho porque las palabras salgan de mi pecho desgarrado para no quedarme callada. Él es monstruosamente cruel conmigo y no puedo evitar que no duela incluso si he aceptado que no es el padre que quiero o necesito en mi vida.

— ¿No es pecado tener contacto con un demonio? —pregunto—. Entonces, Valter, ¿Qué haces llamándome?

— ¡Tú! ¡Insolente desgracia! Tú qué...

Alejo mi rostro del teléfono y le pido a Krista que finalice esa llamada. Ella no habla y yo tampoco lo hago mientras me acerco a nuestro destino por el día de hoy. Soy consciente de que muerdo mi labio inferior para no llorar y que mi respiración es pesada porque la llamada me afectó.

Finalmente llegó hasta las instalaciones del canal, me identifico con el personal y estaciono el auto; apago el motor y la mano de Krista va sobre la mía en el volante, alzo mi vista hacia ella. Me sonríe.

—Eres el demonio más hermoso que he tenido la fortuna de conocer —señala.

Eso me hace reír, pero en medio de la risa siento las lágrimas y luego termino por sollozar. Ella me atrae para un abrazo y aunque la consola lo hace incómodo, es un abrazo cálido que me da consuelo y confirma lo que me estoy repitiendo: sus palabra no son ciertas, sus palabras no tienen poder.

—No quiero rendirme —susurro intentando controlar mi llanto.

—Entonces, no lo hagas, Val. No te rindas.

Ella no debe saber de lo que hablo y para ser honesta, me da miedo tomar consciencia hacia lo que me refiero.

***

6 de mayo, 2016.

Masajeo mis sienes y leo lo que llevo escrito del artículo, tengo que entregarlo más tardar el lunes para que sea publicado a mediados de este mes. Dora, mi agente, fue bastante clara en que llevo retrasos debido a que mayormente mis entregas son mucho antes de la fecha límite que se me pone, pero es que mi mente no es el mejor lugar en este momento. No lo es desde el momento en el que no sabía el paradero de Edmun, por lo que me resulta difícil concentrarme y escribir con la misma rapidez con la que suelo hacerlo.

Sin embargo, escribo una cuartilla más y finalizo. Es un borrador en bruto, sé que debo pulirlo y me digo que haré la revisión final más tarde o mañana, pero primero me gustaría leer las opiniones y sugerencias que podrían darme Jocker y Parker, conocedores del tema. Así que les envío un correo y les aviso por mensaje si tienen tiempo para leerlo antes de que acabe el día, de manera que podamos conversarlo antes del programa; ellos me dan una respuesta positiva y siento tranquilidad de haber terminado algo que me tomó tanto tiempo.

Una preocupación menos.

—Val, la comida está lista —grita Michelle debido a que me encuentro en mi "despacho".

—Genial, ahora no se me permite cocinar porque tengo a un aspirante a chef en casa enamorado de mi cocina —murmuro divertida.

Cierro la laptop y me estiro. Me siento más descansada, ayer fui a un spa con Breana y recibí un masaje anti estrés que hizo maravillas por mí, quedé tan relajada que aun cuando pensé sobre Edmun y nuestra relación cómo todos los días, logré dormir una larga siesta en la tarde y posterior a ello, al volver del programa.

Salgo de mi despacho, aun llevando pijama, y llego hasta el área del comedor. La mesa se encuentra cómo si mi casa se estuviese convirtiendo en un restaurante y la comida luce increíble. Creo que Michelle tiene que trabajar en sus porciones porque cocina mucho para dos personas, pero Derek no tiene quejas cuando le llevo; él es un gran fan del hecho de que Michelle quiera dedicarse a la gastronomía, ya se ofreció como candidato a degustar.

Mi hermano entra con un plato más y tomamos asiento. Damos un sencillo agradecimiento por los platos en nuestra mesa – lo hago desde que vive conmigo – y comenzamos a comer. De verdad, él tiene talento en esto y me alegra que aceptara mi propuesta del préstamo, ahora solo evaluamos cuál de las escuelas de gastronomías es la indicada, incluso estamos evaluando opciones en otras ciudades e Irlanda, aunque internamente espero se quede en Londres.

— ¿Terminaste tu articulo?

Esta es otra cosa que amo desde que vive conmigo, no como sola y siempre tenemos una charla, no hay silencios y nuestra confianza cada vez se fortalece más.

—Lo hice, ahora solo espero por dos opiniones y luego debo pulirlo, pero finalmente logré concluirlo cómo quería.

—Eso es bueno —Baja la vista hacia su plato—. Así que...Hablé con Denise.

Trago y bebo un poco de jugo, lo insto a qué me hable de ello. Teníamos poco más de una semana sin saber de Denise, últimamente tiende a estar siempre castigada. Me alarma un poco que Michelle diga que ella lloró mientras hablaba con él haciéndole saber que las cosas en casa estaban tensas y hostiles, qué Valter la estaba volviendo loca obligándola a rezar por horas, hasta que sus rodillas se magullaban...Se siente una prisionera.

—Ella cree que Dios la abandonó, lo cree cruel —susurra—. Es una mierda que por un opresor sintamos reservas hacia una deidad que se supone no quiere el mal y da amor. ¿Cómo él logró que temiéramos tanto de algo que debía darnos paz y refugio?

Él tiene razón. Si algo he aprendido durante los últimos meses es que lo que Valter hace está muy alejado de Dios, he llegado a ver personas practicando religiones sin lastimar, sin esos extremos. No me identifico con la religión, es una decisión que tomé por mí misma, pero sé que lo que Valter nos predicaba no era lo que se debía, así no se ama un Dios.

Veo y escucho a Michelle hablar sobre cómo odia que Valter le arrebatara opciones, que le hiciera temer de Dios por sentirse juzgado, lo avergonzado que se siente cada vez que pisa una iglesia. Hay muchos sentimientos en sus palabras y malas palabras. Oh, sí, me he dado cuenta que éste Michelle, que poco a poco ha ido tomando confianza, es menos tímido, más audaz e incluso bromista, y en ocasiones tiene un tinte de palabrotas que yo no uso; pero me hace sentir bien porque eso me hace saber que se está encontrando, qué finalmente está conociendo quién es él, no el hombre que Valter moldeaba.

—Es normal que esté molesta y llena de resentimiento, conocemos esa vida que está llevando y me duele no poder actuar, pero mis manos están atadas y todo lo que puedo hacer es esperar a que cumpla dieciocho.

—Lo sé, Val y créeme que eso es bastante. Porque eso le da esperanzas.

Asiento, pero me sigo sintiendo mal de no poder hacer más así que mi apetito disminuye a medida que pienso en mi hermana sintiéndose enjaulada. Michelle se aclara la garganta llamando mi atención una vez más. Se mira nervioso y no puedo imaginar lo qué va a decirme.

— ¿Qué sucede?

—Dietmar me escribió —Abro mis ojos con sorpresa ante sus palabras—. Ayer llegó, estaba preocupado por él y su ausencia. Su número es nuevo y él dijo que sería genial hablar con un amigo.

»Creo que era un grito muy claro de que quiere ser escuchado y cómo amigo quiero hacer eso por él. Entonces, no sé si te molesta que lo visite.

Me tomo mis segundos para procesar todas sus palabras. Masajeo una vez más mis sienes pensando en el pequeño loco que se ha abierto paso en nuestros corazones. ¡Cielos! Pobre Dietmar, él también ha vivido la violencia de su familia y todavía ni siquiera conozco las razones que lo trajeron aquí y Edmun dejó en claro que lo mejor era desconocerlo.

Michelle me mira atentamente esperando alguna acción de mi parte. Abro y cierro mi boca un par de veces antes de hablar.

— ¿Edmun sabe que Dietmar desea que lo visites? —pregunto con cautela.

—No lo sé. Él es intimidante, ¿Tú podrías...? Ya sabes, ¿Preguntarle? No lo pediría si no sintiera que es tan importante. Dietmar me escuchó cuando me conoció e hizo que sintiera que tenía un amigo en el que confiar. La amistad se trata de dar y recibir el mismo apoyo, quiero estar ahora que me necesita.

»Por favor, pregúntale a Edmun. No sé si eso va en contra de tu orgullo, tampoco sé qué sucede en tu relación, pero ¿Podrías por un segundo dejarlo a un lado y ayudarme a estar para mi amigo?

¿Cómo podría negarme? Entiendo lo que es necesitar que tu amigo esté ahí para ti en tus momentos más duros y lo último que deseo es que Dietmar, quién pide desesperadamente ser escuchado, se vea perjudicado, pero ¿Qué tanto va a decirle a Michelle? ¿Lo pondría eso en peligro?

¡Basta, basta! No quiero que mi lado racional me haga convertir a estos hermanos en una amenaza, su pasado no tendría que cambiar las personas que conocí en este presente, es algo que no debo olvidar.

—Yo...Lo llamaré —digo—. Le preguntaré si puedes ir.

—Gracias, de verdad, gracias.

—Espero todo salga bien —susurro para mí misma.

Terminamos de comer y me encargo de los platos sucios cómo una excusa para atrasar el hablar con Edmun, luego decido buscar qué ropa usar para ir al estudio más tarde y reviso mi correo electrónico respondiendo algunos, hablo por teléfono con mi agente y actualizo mis redes sociales. Para el momento en el que tomo mi teléfono y me siento en mi cama para llamar a Edmun, ya es casi la hora para irme al estudio.

—Muy bien, no lo atrases más.

Marco y espero a que responda. Cuando escucho un "¿Niña buena?" de su voz, casi me derrito o abrazo el teléfono entendiendo la magnitud de lo que se siente extrañar tanto a una persona hasta llegar al punto de extrañar un apodo que en un principio odiaste.

—Eh...Hola —digo de manera torpe—. Hola, Edmun.

Hay un silencio que siento eterno antes de que hable de nuevo.

— ¿Qué debo esperar de esta llamada? Porque no soy de ilusionarme —respira hondo—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien de salud, emocionalmente no sé cómo responder —Me sincero—. ¿Cómo está tu recuperación?

—Sigo respirando...Estoy bien, ha sido una buena recuperación.

—Qué bueno.

Silencio, silencio y más silencio. Odio toda esta incomodidad y situación.

— ¿Entonces...? —comienza rompiendo el silencio.

—Supe que Dietmar volvió.

—Te dije que ese tormento no me dejaría solo y que vendría conmigo. Veo que se ha encargado de anunciar su llegado incluso cuando le pedí mantuviera bajo perfil por un mes.

—Y lo hace. Él le escribió a Mich, él necesita hablar, necesita a su amigo, Edmun.

—El mocoso no puede salir de aquí, Valerie. Estoy seguro de que comprendes el por qué de mis medidas, trato de protegerlo y esperar un mes es lo prudente.

—Creo entender eso. Entiendo...El peligro.

—Sí, sé que lo entiendes y eres sensata sobre ello.

—No te estaba pidiendo que lo dejaras salir. Te quiero pedir que dejes a Mich verlo. Que mi hermano vaya.

De nuevo hay un largo silencio, rasco mi ceja con el pulgar intentando con eso disfrazar mi incomodidad sobre cómo se está desarrollando esta llamada.

— ¿No te asusta? —pregunta.

— ¿El qué?

—Traer a tu hermano a mi casa después de saberlo todo.

—Pensé haber entendido que tu casa es un lugar alejado de toda esa situación y que esa era la razón por la que Dietmar estaba contigo. Creí haber entendido que construiste una vida alejado de ello y eso incluía tu enorme casa.

— ¿No te da miedo?

— ¿Quieres que tenga miedo de relacionarme con ustedes? ¿Debo temer de qué mi hermano vaya a tu casa?

—No dejaría que lo lastimarán —responde— y mi casa no es un peligro...Ellos conocieron a Moritz, no saben de Edmun.

—Entonces, ¿Puede mi hermano ir a tu casa?

—Puede venir a ver al mocoso —responde—, pero deberé hablar con Dietmar sobre qué cosas se supone no debe decir. Es mejor que Michelle no sepa de nuestra familia, al menos por ahora, es demasiada responsabilidad y angustia para manejar.

—Estoy de acuerdo. Mañana lo llevaré.

— ¿Te quedarás?

— ¿Quieres que lo haga? —respondo.

Él suelta una risa cínica y sonrío por un momento porque puedo imaginarlo enarcando sus cejas y pasando una mano por su barba.

—La respuesta es bastante obvia, pero no estamos hablando sobre lo que quiero, hablamos sobre si te quedarás.

— ¿Seguimos hablando sobre una simple visita?

—No lo sé, dímelo tú.

—Creo que tal vez podrías ser un buen anfitrión —Cierro mis ojos—. Me gustaría que habláramos, estoy más serena y he tenido tiempo para pensar sobre todo esto.

—Pregunto de nuevo, ¿Debo ilusionarme?

—Las preguntas difíciles deberían tener respuestas en persona, ¿No crees?

—No sé si te quedarás o te irás, pero sé que me gustara verte. Te veo mañana, niña buena.

— ¡Espera! ¿Por qué finalizas la llamada si soy quién llamó?

— ¿Quieres hablar de algo más?

—No... —Comienzo a responder.

—Entonces, nos vemos mañana.

Finaliza la llamada, alejo el teléfono y lo observo. Ahora, ese parece mucho cómo mi Edmun. No puedo evitar sonreír, pero borro la borro poco a poco. Supongo que mañana será un día de decisiones.

***

7 de mayo, 2016.

— ¡Vaya! —dice Michelle cuando me estaciono a un lado de la acera—. Tiene una gran casa.

Miro hacia la bonita estructura de una casa muy amplia y que de hecho por dentro es todavía más impresionante. Mi hermano dice mi nombre haciendo que lleve mis ojos hacia él.

— ¿Si?

—Pregunto si vas a bajar del auto o solo me dejarás aquí.

—Tengo cosas que hablar con Edmun —respondo, apagando el auto.

Bajamos del auto y activo el seguro, reúno toda la confianza y seguridad que puedo mientras caminamos hacia la casa. Antes de que pueda siquiera tocar la puerta, esta se abre y me sorprende la felicidad y alivio que me embarga el ver a Dietmar.

Él nos da una amplia sonrisa antes de acortar la distancia y abrazar a Michelle, palmeando de manera exagerada su espalda, luego viene hacia mí y me abraza alzándome del suelo. Sonrío y acaricio su cabello, es bueno ver que conserva su actitud alegre e inquieta.

—Gracias por no asquearte de mi abrazo —susurra en mi oído antes de dejarme sobre mis pies.

—No me asqueas. Me alegra que estés bien.

— ¿Vas a irte, Valeria?

—No, vine a hablar con Edmun.

—Sabes a lo que me refiero —dice y vuelve su atención a mi hermano, sonríe—. Pasen, pasen adelante. El hermano gruñón está en el jardín con Gring.

Nos adentramos a la casa y él cierra la puerta detrás de nosotros. De alguna manera espero encontrarme con sus otros dos hermanos, pero la casa se encuentra en absoluto silencio. Dietmar me deja en claro que es una conversación de amigo que no me incluye cuando me recalca que vaya con Edmun mientras ellos caminan hacia la sala de estar.

Dejo mi bolso sobre el sofá y me preparo mentalmente para ir hacia Edmun. Me acerco a las ventanas corredizas en diagonal y puedo verlo de espalda, sentado en una de las sillas de madera de la mesa en dónde parece estar trazando algo. Solo es una vista de espalda, pero hace que de inmediato quiera acercarme más.

Así que abro las puertas corredizas y aunque él se tensa de inmediato, no hace ningún movimiento, casi como si esperara cuál va a ser el movimiento del intruso para reaccionar. Teniendo en cuenta que he visto la manera en la que reacciona cuando tiene visitantes no esperados, lo mejor es que anuncie que se trate de mí.

—Hola, Edmun.

Veo con lentitud cómo relaja su postura, él se voltea y quisiera llevar una mano a mi pecho para obligar a mi corazón calmar sus latidos. No mentiré diciendo que se ve más demacrado o cansado, por el contrario luce mucho mejor que la última vez que nos vimos.

Su barba característica se encuentra presente, su cabello va un poco más largo de tal manera que tal vez podría recoger en una pequeña cola un poco de el, tiene su color de piel bronceado y se ve saludable. Y cómo siempre, mientras me mira, su ceño está fruncido, pero una de las comisuras de sus labios se levanta de manera sutil antes de voltearse y estar en su posición inicial.

Camino y tomo la silla de su lado, me siento fingiendo que estoy en calma cómo él. Bajo la vista a la mesa notando primero sus dedos llenos de pintura, luego dichas pinturas y por último la hoja sobre la que pinta. Sigo su mirada encontrando al modelo, un loro que grita "mujer bonita" antes de caminar en sus dos patas en el césped.

Vuelvo mi atención a su pintura. Está dibujado, se nota por los trazados, pero lo está pintando con sus dedos y parece despreocupado mientras lo hace viendo de tanto en tanto a Gring. Es el lugar en dónde se supone comenzó a pintar al loro, pero cómo siempre, incluso cuando no hay trazos profesionales en él o dedicación, es excelente el resultado.

Es la primera vez que lo veo a hacerlo y me sorprende más que no se cohíba siendo que él es muy reservado sobre su trabajo cómo pintor.

Permanezco en silencio durante minutos viéndolo trabajar, sonrío cuando rasca su ceja y pintura verde queda ahí, no puedo evitar reír por lo bajo y él ladea su cabeza hacia mí, enarca la ceja pintada y rio algo más alto.

—Tienes...Ahí —señalo su ceja—, pintura.

Estira su mano y va a tomar un toallita húmeda, pero se da cuenta que no tendría sentido teniendo en cuenta que sus dedos se encuentran sucios, así que desiste y se encoge de hombros. Estiro mi mano y toma la toallita, la llevo a su ceja y limpio la pintura bajo su atenta mirada, trato de que esos ojos grises no me pongan más nerviosa de lo que ya me encuentro.

—Listo —murmuro.

Cuando bajo mi mano, la suya atrapa mi muñeca y siento la calidez de su tacto junto a la frialdad de la pintura. Él rompe nuestra conexión de miradas y clava la vista en su mano liberando ahora mi muñeca y dejando un trazo de tonalidades de verde en mi piel. De nuevo la comisura de su boca se alza de manera sutil para esbozar una sonrisa mínima.

—Debo confesar —Habla finalmente— que una de mis fantasías consistía en poner color sobre tu piel que luce cómo un hermoso lienzo —Alza la vista para verme de nuevo a los ojos—. Quiero creer que esto no es lo más cerca que estaré de hacerla realidad.

Podría usar la toallita húmeda para limpiar mi muñeca, pero no quiero hacerlo, así que la dejo sobre la mesa y miro de nuevo su pintura.

— ¿Quién cuidó a Gring mientras no estabas? —pregunto.

Quiero que aligeremos el ambiente antes de hablar sobre temas más serios, sobre nosotros.

—Mi agente —responde, tomándome por sorpresa.

— ¿Tienes un agente?

Alza la hoja para evaluar su trabajo y luego mira al loro, frunce el ceño. No parece satisfecho con el resultado que a mí me parece grandioso.

—Qué porquería, no es lo que quiero, pero sirve para perder el tiempo —Se dice a sí mismo dejando la hoja a un lado.

Gira la silla para darme su completa atención, apoya un brazo sobre la mesa. Toda la intensidad de su mirada se encuentra sobre mí.

— ¿Por qué te sorprenda que tenga un agente? ¿Qué artista no tiene uno? ¿Cómo crees que me las arreglo para ser anónimo?

—Pero nunca he visto que... O lo mencionas...

—Es bueno en su trabajo, pero no me cae bien. Me desagrada, por lo que trato de tenerlo fuera de mi vista —Se encoge de hombros—. Funciona.

—Ya veo... Suena cómo algo que harías.

Permanecemos en silencio solo mirándonos, él deja ir una respiración profunda que casi suena cómo un suspiro, se inclina hacia adelante para estar más cerca de mí.

—Es una dura lucha que tengo —confiesa—. Quiero besarte, pero si te toco te ensucio y no estoy seguro de si quieres involucrarte con mi suciedad, incluso si la mayor parte del tiempo quiero estar limpio.

Es evidente que no hablamos solo de pintura. De una manera disfrazada Edmun ha ido directo al punto. No es cómo si me presionara por una respuesta, él me dio tiempo, fui yo quien decidió venir y es evidente que todos tenemos un límite, nosotros hemos llegado al nuestro.

Cuando lo miro a los ojos todo lo que veo es a un hombre que poco a poco me ha dejado reunir sus piezas, incluso las que escondió, para entenderlo. Edmun constantemente dice que no le interesa relacionarse con las personas, pero siento que sin siquiera darse cuenta, él quería que lo conociera con todos sus matices y colores, incluso los más sombríos y oscuros.

— ¿Qué pasa si todo explota? —pregunto.

— ¿Literal? —responde y frunzo el ceño, eso lo hace darme una sonrisa completa—. No dejaría que algo te salpicara. Tengo una batalla interna porque me hace una mierda de persona pedirte que no te vayas, pero me hace un miserable no intentarlo.

—Dices no ser parte de esa vida, pero tus hermanos siempre estarán presente y lo entiendo, pero ¿cómo sabes que no impactará en tu vida?

—No lo sé, nunca he tenido certeza sobre la vida. Tampoco tengo control de lo externo, pero sí he aprendido a llevar mi vida cómo la quiero. Nunca pude tachar el pasado, pero he construido un presente en el que a veces el pasado asoma su cabeza, pero nunca me dejo arrastrar.

Estiro mi mano y acaricio los nudillos pintados de su mano, siento un nudo en mi garganta y mi vista se hace nublosa.

— ¿Cómo dos personas con antecedentes tormentosos terminaron enamorándose? —susurro.

—Porque una de esas dos personas se le ocurrió fastidiar a la niña buena apenas la conoció para llamar su atención.

»No temas a decirlo, Valerie, ¿Vas a irte? Arranca la costra de un tirón. No te culparé.

Y aquí esta ese momento, la encrucijada, la decisión. Siento la primera lágrima caer. Quiero aferrarme a su mano mientras libero las palabras que finalmente han ganado esta batalla de decisiones. Entrelazo nuestros dedos queriendo mantener esa sensación tanto tiempo cómo pueda.

—Si me quedo contigo, el miedo siempre estará presente, de alguna manera una pizca de mí siempre estará alerta sobre si algo puede suceder. Me cuestionaré si está bien conocer rostros que viven en el crimen organizado —Me refiero a sus hermanos— y eso me hará pensar sobre mi moral.

»Si me voy, igual viviré con otros miedos y con el miedo de haber perdido una oportunidad. Una parte de mí siempre estará alerta sobre si algo te puede suceder. Me seguiré cuestionando el conocer rostros que viven en el crimen organizado y seguiré pensando sobre mi moral.

»En cualquier escenario tienes un impacto en mi vida, Edmun. ¿Por qué te colaste tan hondo?

—Porque al parecer tienes malos gustos en los hombres.

Me sorprende que sea precisamente él quien intente aligerar el ambiente, aunque puedo ver la incertidumbre en su mirada.

Me pongo de pie y tiro de su brazo instándolo a hacerlo también, cuando lo hace me alzo sobre las puntas de mis pies y enredo mis brazos alrededor de su cuello, obligándolo a agacharse para poder abrazarlo con fuerza. Tarda unos pocos segundos en darse cuenta y envuelve sus brazos a mí alrededor, posiblemente manchando mi ropa de pintura, pero no me importa.

—Te amo —susurro y me abraza con más fuerza— y estoy asustada, de verdad lo estoy. Este no es el momento para cometer una locura.

—Lo entiendo, niña buena, lo hago. Solo déjame sostenerte así un poco más antes de que te vayas.

—Esa es la cosa —susurro con la voz quebrada y derramando nuevas lágrimas—. No quiero irme.

—No quiero que te vayas —dice en una voz tan baja que apenas si la escucho.

—No quiero que sea el último abrazo, Edmun. Me aterra que lo sea.

Su abrazo se siente cálido y tan bien, me hace reafirmar que el miedo puede aparecer de diferentes formar: miedo a quedarme, miedo a irme, miedo a no verlo, miedo a verlo sufrir, miedo a lo incierto y miedo a la idea de ponerle un fin.

— ¡Valerie!

El grito de Dietmar me toma por sorpresa y más el hecho de que diga mi nombre real. Me alejo de Edmun para ver a Dietmar pareciendo lucir desesperado desde las ventanas corredizas.

—Debes venir, algo no está bien con Mich. ¡Algo jodido está ocurriéndole!

¿Qué? Casi caigo en mi prisa por ir por mi hermano, sintiendo terror ante lo que pueda encontrar. ¿Qué está sucediendo?

Cuando llego hasta mi hermano, me paralizo durante unos segundos ante el impacto visual de la escena, pero con rapidez salgo de mi estupor y acorto la distancia, arrodillándome frente a él que se encuentra en el suelo sentado.

Su mirada está pérdida y su pierna izquierda no deja de temblar al igual que su brazo, su respiración es agitada y su piel está tan pálida que es alarmante.

—Mich, cariño... ¿Qué sucede? —Tomo su mano en la mía deseando detener las sacudidas, sin entender lo qué pasa.

— ¿Qué sucedió? —Exige saber Edmun a su hermano—. Está teniendo una crisis nerviosa, ¿Qué lo sorprendió?

— ¡No sé! No le dije nada, lo prometo, no revelé nada. Solo lo llamaron y... ¡No sé qué sucede con él!

—Ve por agua con azúcar... —Le ladra junto a otras indicaciones.

Dietmar obedece, Edmun me hace a un lado y toma la mano de Michelle entre las suyas y con sus piernas atrapa la de mi hermano, intentando controlar los movimientos de su cuerpo.

—Michelle, calma, respira hondo. Enfócate, sea lo que sea, vamos a resolverlo —Le habla con calma—. Respira hondo y sal de ese lugar, no permanezca ahí, aquí estamos contigo...

Él continúa hablándole y me doy cuenta de que tal vez Edmun pasó por muchas crisis similares a estas luego de vivencias tan atroces que tuvo. El teléfono de Michelle, en el suelo a su lado, comienza a sonar una vez más.

—Responde, Valerie. Necesitamos saber qué ocasiono está crisis.

Asiento y mi mano es un poco torpe, todavía fuera de mí por lo que sucede, tomo el teléfono y me paralizo viendo que es el número de Alicia, el número por donde mantenemos contacto con Denise. Dejo caer el teléfono y Edmun me mira.

El cuerpo de Michelle ya no se sacude y Dietmar, que no sé cuándo volvió, lo insta y ayuda a que beba el agua. Michelle ahora está llorando y yo me arrastro lejos de ese teléfono mientras suena.

—No quiero contestar, no quiero saber —digo sacudiendo la cabeza—. No quiero.

— ¿Valerie? —Es la pregunta de Edmun.

Sacudo la cabeza y abrazo mis rodillas presionando mi frente de ellas. Edmun maldice y deja a Dietmar con Michelle. Toma el teléfono y atiende la llamada. No alcanzo a escuchar lo que dice, no quiero saber lo que sea. Mi respiración es agitada y las palmas de mi mano se sienten pegajosas y sudadas.

Escucho los pasos de Edmun acercarse y levanto mi rostro encontrando que se está sentando frente a mí con semblante serio.

— ¿Qué tan malo es? —susurro.

Su respuesta es tirar de mi brazo y atraerme a su regazo en donde me abraza. Lo dejo brindarme esa protección y mi mano se aferra a su camisa.

La cosa sobre la vida es que puedes huir de muchas situaciones y no querer vivir el dolor, pero en algun punto te ves obligada a enfrentar la realidad. Por ello, cuando me siento lista para escucharlo, siento que nunca estuve preparada para la noticia y eso lo cambia todo.



Holissss, finalmente llegué aquí y ya puedo decir que me puse al día con todas mis historias ¡Yeihh! Ahora solo espero poder seguir así xD

Bueno, ustedes se preguntarán ¿Darlis Stefany, cuándo dejaremos de bajar en esta montaña rusa? Y la respuesta es: aguante, mijita (o).

Así que vamos con el conteo:

1)Valerie y sus pensamientos.

2)Valerie y Michelle (quién quiere ser chef)

3) Valerie y Krista.

4)La llamada de la basurita.

5)La llamada Vedmun.

6)¿Felices de ver a Dietmar de nuevo por Londres?

7)Momento Vedmun.

8)No menos importante, ¿Qué rayos ha sucedido? chan chan chan

Recuerden que si tienen fanarts o quieren saber cuando se actualiza (a veces Wattpad no avisa) la historia tiene página de facebook: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Los adelantos en mis redes: instagram (DarlisStefany) y stories de facebook en la página Darlis Stefany. Mayormente para contestar, en el tiempo que trato de dedicar para ello, me encuentro más en mis mensajes privados de Instagram y en Twitter: Darlis_Steff, porque se me hace más cómodo por esos medios. Ahora se suma que por YOUNOW (DarlisStefany) estaré haciendo en vivos para hablar de mis historias, adelantos, etc.

Espero les guste.

Un beso.

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