Capítulo Cuarenta y Tres: El principio del final(PARTE I)
Capítulo cuarenta y tres: El principio del final. (PARTE I).
Edmun.
2 de junio, 2016.
—Déjame ver si lo entiendo —dice Matthew sonriendo—. ¿Conocerás a tus bestias incultas?
—Aplacé a muchos y ahora todos lloran por ello ¿Por qué entonces decían estupideces en sus trabajos? ¿Esperaban que los premiara? —Suelto un bufido—. Ahora debo estar en una reunión para justificar que no pasarán mi asignatura.
»Si por mí fuera, lo resumiría en un: esas bestias inservibles son incapaces de estudiar y creen que por ser clases virtuales lo tendrán fácil.
—Creo que van a desmayarse cuando vean a su dulce profesor —Se ríe Matthew bebiendo de su cerveza.
Todo lo que hago es una mueca ante sus palabras mientras intento ignorar la horrible basura sonando en este bar. Bebo de mi cerveza y de manera fugaz me planteo si debería llamar a Dietmar para asegurarme de que no está acabando con mi casa o buscando su muerte porque nunca puede quedarse quieto. Pero ¡Joder! Necesitaba una noche donde solo pudiera escuchar mis pensamientos, aunque Matthew se interpuso en mis planes.
— ¿Cómo está todo? —pregunta tras responder algo en el teléfono, supongo que un mensaje.
—Bien.
Suspirando Matthew gira del todo la silla en la que se encuentra sentado y sé que va a fastidiarme con preguntas que sueña que quiero responder.
—Puedes ser más específico, Ed, eso no va a matarte.
—Estoy bien, Matt —aseguro quitando la etiqueta de la botella de la cerveza—. Han sido cambios, pero no malos. Solo estoy viviendo experiencias que no esperaba, pero tampoco me quejo.
— ¿Valerie?
—Sigue siendo la obra de arte de mi vida —Me burlo viendo su expresión de sorpresa—. ¿Pensaste que al ser escritor eras el único que podía hacer uso de unas buenas palabras?
—En realidad eso no me sorprende, lo que lo hace es la convicción y pasión con la cual lo declaras.
—Escúchame bien porque no es algo que vaya a decir muchas veces cómo tú —doy un trago a la cerveza antes de volver a hablar—. Amo a Valerie Evans, es un hecho y una realidad, la cosa buena es que dice también amarme.
—Eres brusco, una bestia odiosa, cruel con las palabras e indiferente, entre otras cosas, pero te haces de amar, señor malhumorado.
— ¿Esa es tu declaración de amor hacia mí? —Me burlo.
—No, si fuese una declaración usaría palabras que te harían estar muy conmovido.
Eso me tiene riendo y él me guiña un ojo en respuesta.
—Pero hay algo sobre esto que me hace ruido —comento—. Toda esta tranquilidad y estabilidad. Tal vez no lo entiendes, Matt, pero estoy acostumbrado a que a mí no siempre me vaya bien, cuando no es una cosa es otra.
»Cómo si estuviese condenado a que algo no funcione, entonces, solo estoy esperando que algo llueva sobre mí.
— ¿Qué quieres decir?
—Contario a lo que muchos creen, no nací con la mejor de las fortunas.
—No pienses así —Me reprende—. Te mereces ser feliz y lo serás.
—Eres tan escritor —Sonrío hacia él—, pero decidiré creerte.
—Hazlo, si lo crees atraes energía positiva o algo así estuvo diciendo Amber, anda en una onda de energías positivas desde que supuestamente eso le dio la oportunidad de conocer al hombre de su vida.
—Amber siempre anda en cosas raras —Sonrío—. ¿Recuerdas cuando intentó ser astrologa?
—O cuando creía que tenía un pasado de gitana y ese era su destino —Se ríe.
— ¿Y cuando supuestamente creía que era vidente? Se volvió loca con esa mierda —Me rio.
—Bueno, ahora mi prima se cree la portavoz de "tu energía positiva atraerá lo bueno", veamos cuánto le dura.
Ambos estamos riendo dando otro trago a la cerveza. Sé que el interrogatorio de Matthew no ha terminado y no me equivoco porque él vuelve a hablar.
—Ahora ¿Qué pasa con el bebé?
— ¿El calvo? —Me rio—Vi a cuatro de mis hermanos ser bebés, unos más insoportable que otro. ¿Lorenz? ¡Mierda! Era un bebé terrible, siempre parecía tener rabietas y cuando le salieron los dientes era un pequeño tiburón mordiendo, además de que lanzaba puñetazos y sus juguetes. ¿Dietmar? Llorón hasta los huesos y Fabiene ni siquiera dormía.
»El bebé calvo me recuerda a Niklas: tranquilo, risueño y dormilón o así decía mi abuela que era de bebé Nik, yo estaba muy pequeño cómo para recordarlo. La cosa es que Lucas es un bebé soñado, un bebé decente.
— ¿Esto de él bajo el cuidado de Valerie es temporal o definitivo?
Ladeando la cabeza de un lado a otro doy otro largo a la cerveza porque esa es una pregunta a la que Valerie aún no sabe darle respuesta. Todos deseamos que su hermana vuelva a estar estable y sea capaz de cuidar y amar a su hijo, pero también soy consciente de que tal vez todos se están encariñando demasiado con el niño, me atrevería a incluirme.
—Eso es incierto y complicado. ¿Alguna otra pregunta, Matt?
— ¿Tu hermanito?
— ¿Dietmar? —Asiente—. Él no sabe qué quiere estudiar y para ser honestos, Matt, ese niño ya lo sabe todo. Estudiar para él es una formalidad, sabe mucho más que cualquier tipo con postgrados y doctorados. Él está intentando adaptarse y sé que ha estado funcionando porque básicamente lo encerré.
No es que sea un encierro en toda la palabra, pero tenerlo con Valerie en esa casa donde sale de tanto en tanto con Michelle, es un encierro disimulado. Sé que mi pequeño hermano tiene pensamientos incierto porque no está acostumbrado a esta vida, extraña Austria y a nuestros hermanos. Creció con ellos y sobre todo echa de menos a Fabiene, debido a su relación de mejores amigos. Tal vez Dietmar no lo exprese, pero sé que tiene incertidumbre sobre si aquí será feliz o es su lugar para estar.
—No sé cómo saldrá esto, pero me hago cargo de él y ahora soy la niñera de mi pequeño cuñado ¿Qué te parece? —digo haciéndolo reír.
—Encantador, salud por eso.
Alzo la botella y tomo lo que resta de la cerveza, siento el teléfono vibrar y cuando reviso se trata de un mensaje de mi pequeño dolor de culo.
Dietmar: Quiero salir ¿Puedo?
Edmun: No.
Dietmar: pero tú saliste
Edmun: tú no eres yo
Dietmar: injusticia
Edmun: no estamos en democracia.
Luego de ello llegan incontables emoticones de su disgusto. Su próxima táctica es diferente, preguntándome si puede ir a ver si Michelle respira, pese a que lo dejamos en el apartamento de Valerie hace poco más de tres horas.
Edmun: Bien, puedes
Dietmar: ah ¡Vaya! Muchas gracias casi lo siento cómo libertad
Me es inevitable no reír. Guardando el teléfono le pido a Matthew que orden más cervezas y antes de que pueda seguir con el interrogatorio le hago preguntas sobre la encantadora Elise.
—Pensarías que ella ya no puede sorprenderme, pero lo hace —Sonríe—. Por cierto, cada día me enamoró más.
»Nosotros estamos hablando sobre vivir juntos, honestamente pareciera que ya lo hiciéramos por el tiempo que pasamos juntos en la casa del otro, pero hablamos de algo más oficial y definitivo. Además le prometí que si vivimos juntos y tenemos peces, todos sobrevivirán.
— ¿Y luego?
— ¿Y luego qué?
—Matt, eres malditamente romántico. Sí, no te salía eso con Nicole, pero con Elise parece que te envuelven corazones. Estoy muy seguro de que piensas casarte con ella y tener pequeños fastidiosos.
—Elise aún no está ahí y no la presionaré, puedo ser paciente y esperar.
— ¿Cómo sabes que no está ahí?
—Conozco bien a mi novia, sabré cuando esté lista o al menos lo conversaremos ¿Sabes por qué hay a quienes le dicen que "no" cuando piden matrimonio?
— ¿Por qué no los aman? —indago y su respuesta es rodar los ojos.
—Bueno, eso también, pero es porque no lo conversan. Pasar la vida con alguien no es algo a la ligera. Si bien no es que arruines planes románticos de propuesta, es algo que al menos debes conversar alguna vez, sobre el futuro.
» "¿Nos ves juntos en el futuro?" "¿Qué pasaría si te pidiera matrimonio?" "¿Te ves casándote conmigo algún día?" o conversaciones sencillas sobre el mañana. La comunicación es importante, Ed.
— ¿Crees que me estás educando para ser el novio del año o qué?
—Tú me preguntaste —Se ríe.
—Todo lo que quería saber era si Elise estaba bien —razono.
—Bueno, Elise está muy bien.
—Listo, eso era todo lo que quería saber.
Mi teléfono vibra y frunzo el ceño viendo cómo se han ido cuatrocientas libras de una de mis tarjetas en alguna compra de un reloj en internet: Dietmar. Capturo la notificación y se la envío al culpable.
Dietmar: lo vi y me gustó.
Edmun: Deja de gastar el dinero como si fuese nada
Dietmar: tengo una vida de lujos que mantener y tengo dinero en tu cuenta para gastar
Ni siquiera pienso en responderle, pero otra notificación de consumo electrónico llega: un abrigo Gucci...Espera, un suéter también porque otra notificación me llega y finalmente pedidos de pizza que me confirman que ya se encuentra con Michelle. En menos de quince minutos mi hermano se gastó poco más de mil libras.
—Mis hermanos gastan demasiado dinero —mascullo.
—Bueno, Die vive diciendo que son millonarios —Se ríe Matthew.
—Debe aprender a no gastar dinero de esa forma.
—Así que hay algo sobre Alex que quiero decirte —intenta sonar casual.
—Ese embarcador —gruño.
Porque luego de decir que vendría, salió a una velada romántica con su agradable novia de la que admito no tengo ninguna queja.
—Alex compró un anillo...Alex en algún momento de algún mes, se comprometerá.
— ¿Qué él qué?
—Sí, cómo lo escuchas. Está entregado a la relación y bueno, parece que esta vez de verdad le corresponden con el mismo afecto.
—Pensé que en algún momento esa chica...La bonita que vive leyendo y dice barbaridades...
— ¿Alexa?
—Ella. Pensé que harían el famoso Alex al cuadrado —tomo de la cerveza—, pero yo más que nadie sé que la vida a veces no es cómo se espera.
Matthew y yo pasamos un par de horas bebiendo en tranquilidad y hablando, él habla más que yo, pero eso es normal en esta amistad. Para nuestra sorpresa, Alex aparece en algún momento y se sacrifica de no beber para llevarnos luego a nuestras casas.
Hablar con ellos dos, por un momento me hace viajar al pasado, a cuando éramos adolescentes con personalidades tan diferentes, pero que aun así pasaban el rato juntos y hacían el mejor esfuerzo de cuidarse la espaldas.
Pese a que desconocían las circunstancias de mi pasado y el daño que había en mí, fueron un gran apoyo y soporte para mí. Estuvimos para Matthew en una etapa tan dura en su vida y estuvimos para Alexander desde el primer ataque de pánico que experimentó. Somos un raro equipo que ha perdurado por muchos años.
— ¿Qué? ¿Por qué nos miras así? —Me pregunta Alex sonriendo—. ¿Es que nos vemos demasiado guapos?
—Gracias —Es todo o que digo bebiendo lo que resta de la última cerveza—. De verdad gracias.
Matthew y Alexander me miran con sorpresa ante de verse entre ellos y encogerse de hombros.
—Gracias a ti también, supongo —dice Matthew rascándose la barbilla— y a Alex.
—Gracias a... ¿Ustedes? No sé muy bien que nos agradecemos, pero gracias —Se ríe Alex—. ¿Listos para irnos?
Asentimos y luego de pagar, salimos del bar. Mis gracias se resumía a un: gracias por haber sido una razón que me demostraba que la vida no era una mierda cómo lo creí en su momento.
***
7 de junio, 2016.
— ¿Él hizo todas las preguntas?
Ruedo los ojos ante la pregunta de Valerie y evito gruñirle porque le he dicho que "sí" al menos más de cuatro veces. Su pregunta se trata sobre Michelle yendo el día de ayer a la escuela de gastronomía, desde mi punto de vista él se encuentra nuevamente entusiasmado sobre ello, el chico hizo al menos unas cien preguntas muy bien pensadas.
—Te he dicho que sí y él se ve feliz sobre ello. No tienes de qué preocuparte, niña buena. Él está 100% metido en esto.
—Sabía que ir lo entusiasmaría de nuevo —suena genuinamente contenta—. Gracias, Edmun.
—No hay de qué —respondo haciéndola reír—. ¿Qué haces?
—Escribo un artículo, Lucas duerme y Denise está escuchando música en la habitación, tiene la puerta abierta, lo que hace que no me ponga nerviosa sobre ello.
—Deberías tomarte un momento para ti. Eres bondadosa e increíble, pero también necesitas ser un poquito egoísta.
— ¿Solo un poco? —pregunta con gracia y sonrío.
Me he dado cuenta de que a veces en nuestras llamadas parece a nada de explotar a llorar, no sé por qué lo contiene, pero necesita liberarlo, después de todo ella no es una máquina y está teniendo muchísimo en su plato.
—Te extraño —susurra—. No sé qué me haces, pero te extraño.
—Eso tiene sentido. Extrañas mi tacto, el sexo, mi compañía y la manera tontorrona en la que te alabo, pero no te preocupes, en la misma medida te extraño. Cursi, pero cierto.
Su risa es suave y me hace sentir la calidez molesta y agradable en el pecho. Hay un toque en la puerta de la oficina en la que me encuentro y luego se asoma la secretaria del decano haciéndome una seña que entiendo rápidamente.
—Debo colgar, niña buena, esos que llamé alumnos están a instantes de conocerme.
—Por favor, cuéntame luego en detalle cómo fueron sus reacciones.
—No prometo nada, pero veamos cómo marcha esto. ¿Cómo se atreven a quejarse de recibir lo que se ganaron? Cínicos.
—Pobre de ellos —Se ríe otro poco más—. Ve a enfrentarlos, hablamos más tarde.
—Descansa, niña buena.
—Te amo.
—Sabes que también lo hago —susurro antes de finalizar la llamada.
Tomo profundas respiraciones invocando una paciencia de la que carezco y camino hacia el auditorio en donde se llevará a cabo todo este teatro de: profesor esa no es la nota que merezco. Mientras yo diré: sí, claro, nos vemos el próximo semestre.
Al llegar al auditorio, me quedo parado en la puerta viendo lo que se supone deben ser unos veintinueve estudiantes, la sumatoria de estudiantes de tres de mis clases que fueron aplazados. Todos son molestos con sus voces y quejas en voz alta "asno" "insufrible" "no vuelvo a ver una clase con él" "hijo de puta" "hay que mandarlo a la mierda" y muchos coloridos insultos más sobre mí. Ahora, esos pequeños desgraciados también encuentran tiempo para ligar y coquetear, ah pero no pueden encontrar tiempo para estudiar sus malditas lecciones y no intentar verme la cara de idiota pensando que no me daré cuenta de sus faltas.
No puedo creer que me hagan perder el tiempo viniendo a ver sus rostro llorones y molestos, porque por primera vez en los tres años que llevo enseñando, decidieron usar sus ineficientes fuerzas para meter una queja ante el decano de cuán "injusto" he sido al aplazarlos. Injustos ellos que me hicieron leer sus bestialidades.
Respiro hondo invocando una tolerancia que no poseo y entro al auditorio escuchando todavía las quejas, solo que a medida que avanzo las voces van reduciéndose y los comentarios van cambiando. Podría pensar que son halagadores, pero me molesta tantas hormonas sueltas junto a la pregunta "¿Quién es?" ¿Es que ni siquiera pueden unir los puntos y ver que si me detengo a un lado del escritorio e porque soy el "maldito" profesor?
Escaneo los rostros llenos de curiosidad, incredulidad, conmoción y lo que parece cómo emoción. Dejo caer las carpetas con fuerza sobre el escritorio y todos hacen silencio. Casi quiero reír de lo intimidados que se ven. Ah ¿Ya no tienen ganas de decir cuán hijo de puta soy? Sus voces disminuyen hasta volverse un hermoso silencio que podría agradecerles.
Cuando ven que los segundos pasan si que hable, los susurros vuelven una vez más, todos sobre mí, sobre si soy o no el profesor, quién soy y piropos que no les estoy pidiendo. Mirando la hora en el reloj sobre mi muñeca, que admito que es de los que me envió Niklas con la famosa parte de la herencia, me pregunto cuándo piensa llegar la persona que me designaron del consejo universitario para estar presente en esta "discusión".
Recuesto el culo del escritorio y de igual manera me agarro con las manos del borde al mismo tiempo que desplazo la mirada por los rostros de mis estudiantes. Me atrevería a decir que hay un balance entre chicas y chicos en el aula, también es fácil ver que hay algo de diversidad entre los grupos. Hay tensión en el auditorio y todos se miran secreteando en la misma medida en la que me evalúan.
Cuando estoy a instantes de perder la paciencia por la impuntualidad de quién sea que debe llegar, un tipo de pantalones caquies, camisa blanca, chaqueta y anteojos, entra. No lo conozco y por la manera en la que me da una larga mirada, tampoco me conoce. Supongo que no aprueba mi jean negro, las botas de combate y el sencillo suéter negro de lana cuello alto. Y pensando en cuánto le gusta a mi novia la barba y que me importa poco afeitarme, mi barba ya se encuentra adornándome el rostro pese a que aún no está tan crecida; además de ello, mi cabello ya está lo suficiente largo para llegarme debajo de los pómulos. Sí, este tipo no me aprueba y me importa poco.
—Bienvenido —Le digo con ironía hablando por primera vez.
— ¿Profesor Matters? —pregunta aun con desconcierto.
—En efecto.
—Oh —dice y se acerca estrechándome la mano—. Taylor Cowell, supervisor enviado por el consejo universitario para hacer seguimiento de este caso.
Asiento haciéndole saber que no hay tiempo para muchas ceremonias y él camina hacia los asientos delanteros del auditorio y tras sentarse saca una Tablet junto a una libreta para tomar notas. Me mantengo en la posición semisentada sobre el escritorio y escaneo una última vez el aula, pero justo cuando pienso hablar, entra un estudiante con ropa cara que parece no tener prisa.
Él incluso se toma el tiempo de saludar a quiénes conoce y hablar sobre sus planes el día de hoy luego de sacarse del camino "esta mierda".
—Bueno, teniendo en cuenta que no nos interesan tus planes y que también me quiero sacar esta mierda del camino, podrías sentarte ¿No? —Hablo y se gira a verme—. ¿Y bien?
— ¿Quién eres?
—Según tus compañeros el hijo de puta que los aplazó injustamente —Le sonrío—, pero puedes llamarme profesor Matters, ahora, siéntate.
—No puedes hablarnos así.
¡Ay, mierda! ¿No me digan que tengo uno de esos quejicas y necios en una de mis clases? ¡Lo que me faltaba! Pasándome una mano por la barba trato de decidirme si actuar cómo soy o fingir ser correcto, pero teniendo en cuenta que nunca me han importado las opiniones de los demás, la respuesta es fácil:
—Te hablo cómo me dé la gana. Teniendo en cuenta que entré en un auditorio en donde abiertamente me llaman hijo de puta, supongo que tenemos la confianza para permitirme también hacer uso de ella ¿No? —Enarco una ceja—. Así que siéntate que cómo dije, al igual que tú, quiero sacar esta mierda del camino.
Parece que va a seguir quejándose, pero sabiamente la chica de su lado tira de su mano haciendo que se siente. Sonriendo vuelvo a empezar con un "soy el profesor Edmun Matters", por supuesto que viene una ola de murmullos tras mis palabras.
—Podría hacer una larga introducción, pero teniendo en cuenta que nunca tuve interés de que me conocieran o darle rostro a sus nombres, no saltaremos eso tan tedioso —sacudo la mano—. Vayamos al problema.
»Me convocaron a esta reunión bajo la premisa de calificaciones injustas —Suelto una risa seca—. Injustas, una palabra muy divertida teniendo en cuenta que hasta hoy tengo rostro de los autores de toda la fantasía que me escribieron en parciales y trabajos finales, decir que fui injusto suena hasta tonto ¿Cómo ser deliberadamente malo con personas que no conozco?
» ¿Qué les hace creer que quiero pasar otro semestre leyendo incoherencias y estupideces inventadas? ¡Aun peor! ¿De verdad creen que me quiero pasar la vida viendo cómo intentan verme la cara de tonto cuando algunos de ustedes se creen lo suficiente listo para cometer plagio? Porque sí, parafrasear todo un trabajo y creer que aun así no deben citar para que el profesor crea que son grandes genios, es un asqueroso plagio.
Más de uno se remueve con incomodidad ¿Ahora no quieren protestar demasiado? Qué interesante.
—Vamos, no sean tímidos. Vinimos a conversar, así que alcen sus manos. Enséñenme cómo ser un mejor profesor, por favor.
Por supuesto que el niño llegando tarde alza la mano y pese a que finjo por pocos segundos no verlo, termino por ceder y darle la palabra.
—En primer lugar, no creo que esa sea la manera de hablarle a tus alumnos, no lo dice el reglamento, pero lo hace la cortesía.
—Ay, perdona mis modeles —Me llevo una mano al pecho con fingido pesar y veo cómo le tiembla la mandíbula con ira contenida—. Pero también debo comentar que en eso de la cortesía llegar a tiempo a las reuniones es importante ¿No?
Mira hacia un lado y pienso que va a rendirse, pero vuelve a la carga.
—En segundo lugar, no es justo que nos aplazara en los trabajos y parciales, siendo que nos esforzamos mucho en hacer las entregas. Además, estábamos teniendo otras evaluaciones...
"Otras evaluaciones" fui un estudiante cómo ellos por lo que sé que mi materia no es la única que ven, pero también sé que todas tienen igual de importancia y que no puedes dejar una de lado por otra. Entras a la universidad sabiendo que tendrás muchas asignaturas con las que ponerte al día por lo que esa excusa a mí no me sirve. Así que todo lo que hago es verlo mientras aprieto con fuerza los dedos contra el escritorio porque siento la urgencia de arrojarle las carpetas al rostro a este malcriado que se va callando a medida que solo lo miro.
— ¿Cómo te llamas? —pregunto cuando termina de hablar.
—Jonas Chester, estudiante de octavo semestre de literatura inglesa, tomé su asignatura cómo optativa.
Rápidamente busco en mi mente su nombre y creo dar con él, para confirmar tomo una de las carpetas y doy con su trabajo junto a uno de sus parciales. Ah, éste es Jonas.
— ¿Eres escritor, Jonas?
—Es uno de mis planes. Me espera un brillante futuro.
— ¿Novelas?
—Esas son simplezas —desestima con una mano el imbécil lord Jonas—. Quiero narrar sucesos que valgan la pena, no tonterías de novelas.
Tal vez estoy a la defensiva, pero pienso en todos esos imbéciles que se desestiman el talento de Matthew por escribir novelas de todo tipo, aun cuando él es un puto genio.
—A mí me parece que según lo que leí en tu parcial, querías ser novelista —Le sonrío—, porque cuentos eran los que me estabas echando, incluso puedo decir que tienes talento para ello. Lastimosamente no era un parcial sobre creatividad, era un parcial sobre hechos históricos, datos que ya fueron escritos. Sucesos empíricos reales que debías plasmar aquí.
—No puede decir eso...
—Puedo, porque hice las preguntas con una lista de respuestas y tus cuentos no son la historia que quería que me escribieras, tus cuentos fueron una novela.
—No puede exigirnos que escribamos todo tal cual del libro, sería plagio —dice su compañera.
—Lo sé. Una cosa es responder con tus propias palabras los hechos que sucedieron, otra es inventarte fechas y hechos. No llegué a este lugar plagiando ni inventando, llegué a este lugar porque al igual que ustedes me senté de ese lado y pese a mi carácter despreciable y arrogancia, supe cómo callármela para respetar a mis profesores.
»Cuando un profesor me reprobaba, buscaba qué estaba mal. No lo culpaba a él porque "me tenía rabia" o porque era "un hijo de puta". Me dedicaba a encontrar dónde rayos fallé y si se trataba de no entender, entonces le preguntaba.
»Si no entendían una de mis lecciones o asignaciones todo lo que debían hacer era preguntar. El 72% de los alumnos que aprobaron me preguntaron las cosas que no entendían, me preguntaban sobre sus trabajos finales, nunca puse trabas en facilitarles ayuda.
»Y no, no espero que me laman el suelo o chupen mis medias...
"Podría lamerle y chuparle algo más" se escucha seguido de unas risitas que decido ignorar.
—Pero espero que si no entienden algo me lo pregunten. La historia fue hecha y escrita, en los parciales no pido que me cuenten cómo creen que fue la historia. No hay nada que me moleste más que ver inventos y tonterías, cómo si me faltaran el respeto queriendo hacerme creer tonterías o cómo si creyeran que no me tomo en serio mi trabajo y reviso las barbaridades que escriben.
»Así que ser citado por la universidad para discutir y reconsiderar mis evaluaciones me parece desagradable. Ninguno de los que está aquí me escribió o contactó para preguntarme "¿Profesor que estuvo mal?" "¿Profesor puedo tener otra oportunidad de mejorar mi nota?". No, ustedes solo armaron una incoherente revolución culpándome de sus errores.
Me incorporo y tomo las carpetas, me acerco al supervisor y se las entrego.
—Ahí puede verificar la creatividad de mis estudiantes y ver cómo las respuestas están muy alejadas de lo que se pedía y con respecto a los trabajos prepárese, porque encontrará plagios, malas citas y temas que no sé de dónde sacaron.
»No pienso darle más revisión a todos esos desastres, no cambiaré mi postura. Ahora, lo que puedo hacer es darle cuatro días para hacerles un parcial presencial en dónde me demuestren si perdí mi tiempo con ustedes. Un todo o nada, es todo lo que puedo hacer por ustedes.
— ¡No puede hacer eso! —Jonas una vez más.
— ¡Cállate ya, Jonas! —Se queja una pelirroja pecosa—. Aplazados ya estamos, no tenemos nada que perder. En fin, yo si quiero esa segunda oportunidad, la tomo.
—Quienes no consideren que esto es "justo" tengan en cuenta que no vine aquí a ser justo, vine a enseñarles y no es mi deber evaluarlos de nuevo, lo hago porque tampoco deseo seguir teniéndolos curso tras curso. En fin, que igual quien no quiera hacer el parcial, lo espero el próximo semestre.
» ¿Alguna duda? —silencio, gente intimidada—. Bien, los veo el sábado once, sí, sábado.
— ¡Profesor! —Me llama un alumno y lo miro—. Cre-cree ¿Qué pueda hacer una clase presencial de repaso? Para aclarar dudas y-y hacer un sondeo general de los temas a evaluar.
Quisiera decir que no, pero le doy crédito al chico que quiere mejorar su calificación y porque sé que ahora se lo tomarán en serio, además de él, sé que en este auditorio hay estudiantes prometedores que aprenderán de esta experiencia y se esforzaran.
—Nos vemos el jueves, en este auditorio a las nueve de la mañana. Traigan sus dudas y mucho café, será una clase larga.
Hay asentimientos en acuerdo, unas cuantas miradas de odio y comentarios indiscretos. Sin nada más que un "nos vemos" salgo del auditorio. No doy muchos pasos cuando el supervisor aparece a joderme la escaza tolerancia que me queda.
—Debe notificar del parcial que hará al consejo universitario de forma escrita.
—Lo hice en la reunión de hace unos días verbalmente y dentro de la carpeta amarilla se encuentra el informe escrito —señalo.
—Sobre hablarle a los estudiantes de esa forma...
—El reglamento no me lo prohíbe y si hay alguna queja me avisa en dónde se dejan porque aunque parezca divertido, no soy fan de ser llamado hijo de puta por mis estudiantes —Lo desafío.
—Y el día sábado...
—Es el día que tengo disponible. No es mi obligación darles otra oportunidad, di una propuesta y ellos aceptaron.
Porque las pequeñas bestias fueron tan ingenuas que ni siquiera intentaron negociar; dije sábado esperando que alguno de ellos se esforzara en llegar a un acuerdo del lunes, pero son demasiado perezosos para pensar en ello.
Este tipo está buscando alguna otra cosa que refutarme y lo miro esperando que encuentre algo, pero eventualmente me canso de esperar.
— ¿Y bien? —pregunto.
—Supongo que todo está en orden —dice de mala gana—. ¿Quiere hacer algo sobre los trabajos plagiados?
—Quiero creer que aprendieron la lección, de volver a suceder tomaré medidas. ¿Tienes algo más que decirme?
—No.
—Bien —asiento y me giro retomando mi camino.
Ya una vez en el auto, saco el teléfono y me encuentro con un mensaje de Valerie de hace pocos minutos.
Valerie: ¿Cómo estuvo?
Edmun: me caen mal
Edmun: pero admito que lo disfruté, dudo que les queden ganas de meterse con el profesor Matters
Valerie: sí, creo que necesito detalles sobre ese encuentro.
Era necesario ver a Edmun en plan profesor y ajá es duro, pero así es él. Vuelvo con la segunda parte cuando la termine de escribir en algún momento.
Recuerden que si tienen fanarts o quieren saber cuando se actualiza (a veces Wattpad no avisa) la historia tiene página de facebook: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Los adelantos en mis redes: instagram (DarlisStefany) y stories de facebook en la página Darlis Stefany. Mayormente para contestar, en el tiempo que trato de dedicar para ello, me encuentro más en mis mensajes privados de Instagram y en Twitter: Darlis_Steff, porque se me hace más cómodo por esos medios. Ahora se suma que por YOUNOW (DarlisStefany) estaré haciendo en vivos para hablar de mis historias, adelantos, etc.
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