Capítulo cincuenta y uno: El Secreto de su Arte (Final)


Capítulo cincuenta y uno: El Secreto de su Arte. (Final)

Valerie.


25 de enero, 2017.

— ¡Por estar de vuelta! —Alza la copa Michelle y Denise y yo repetimos el brindis.

Mientras que Michelle y yo tenemos una copa de vino, mi hermana tiene una gaseosa servida en una copa porque no había manera en la que no brindara con nosotros. Sonrío alzando mi propia copa mientras evito que un bebé de ocho meses me la quite. Londres, estoy de vuelta a mi hogar y no sola, mis hermanos y sobrino vinieron conmigo.

—Ba ba ba ba —canturrea en voz baja Lucas metiendo los dedos en mi copa antes de que pueda alejarla.

—No es agua —Le señalo.

Hace el resoplido ya común de enojo y se retuerce, entendiendo su demanda lo dejo en el suelo para que gatee hacia un peluche de simio que ama, me sorprende verlo y descubrir lo mucho que ha crecido.

Suspirando doy un rápido paseo por mi apartamento sin creerme que esta vez no se trata de una visita corta, es algo definitivo. Krista se encargó de traer hace unos días a alguien que se encargara de la limpieza por lo que todo se encuentra en orden y apto para el bebé de casi nueve meses que todavía es mi responsabilidad durante unos meses más.

Denise comenzará su penúltimo año aquí en Londres, en la escuela donde han estudiado las chicas Hans, Albert – papá de Jocker – se encargó de mover los hilos para que aceptaran trasladar sus notas y apelar a su caso. Ella tendrá un examen de nivelación que determinará si repetirá el curso anterior o estará en el que le corresponde. Mi hermana no está precisamente entusiasmada con la idea de ir a la escuela, a principios del mes tuvo su primera cirugía y la diferencia en las quemaduras es mínima.

Me gustaría decir que el efecto es rápido e inmediato, pero eso sería mentir. Pese a que solo están trabajando las quemaduras de su rostro, el cirujano explicó lo complicado que era y que tomaría varios intentos, pero recordándonos que podría disimularlo, más no desaparecerlo. Denise está aterrada de ir a la escuela, pero está aliviada de no estudiar más en Devon en donde todos conocían en detalle la situación familiar que atravesamos.

Michelle se inscribió para iniciar sus clases en las próximas dos semanas y además de ello, con ayuda de Adonis, consiguió una entrevista de trabajo para ser anfitrión en un restaurante; quiere irse familiarizando con el mundo gastronómico y gracias al cielo entiende que debe empezar desde cero y además, quiere independizarse de mí en el mismo modo en el que quiere pagarme "el préstamo" que le he dado para llevar a cabo sus estudios.

Esta navidad y año nuevo que acaban de pasar fueron muy diferentes. Esta vez no leía un libro para acallar mis pensamientos, no tomaba una copa y lloraba llamando a un hogar en dónde nadie hablaría conmigo. No, esta vez fue especial.

Compramos regalos para intercambiar entre nosotros y muchos para Lucas, nos vestimos con horribles suéter de renos que hicieron llorar a nuestro sobrino hasta que se dio cuenta que no saltarían sobre él; Michelle cocinó delicioso luego bailamos y cantamos cómo personas que poco a poco iban soltando cargas emocionales y se fortalecían. He creado tantos recuerdos y momentos con ellos estos últimos meses que pese a lo amargo del pasado, supongo que no debo desear deshacer los malos momentos porque finalmente estamos en este punto. Escuchar a Michelle reír mientras Denise suena enojada, es básicamente su relación de hermanos, y que Lucas gatee por todo el lugar me hace darme cuenta de cómo las cosas han cambiado y cuán cómoda me siento con ello.

No hay soledad, no hay tanto dolor, no hay miedo de descubrir quién soy y no hay terror sobre alzar mi voz. Tengo a una familia que amo y me ama, conformada por hermanos de sangre y mi sobrino junto a unos amigos maravillosos. Y sí, Edmun también entra en mi concepto de familia, con él quiero construir en un futuro mi propia familia...Bueno, eso si no gruñe ante la simple idea.

Edmun, Edmun, Edmun ¿Qué estarás haciendo? Te extraño de la misma manera en la que sé que tú también lo haces.

Admito que me he llevado una desilusión al volver y no encontrar dibujos de su parte, pero me he dicho que está bien, que lo vi hace poco más de un mes y que no es cómo si él estuviese de vacaciones y festejando.

Aun con esos pensamientos, entro en mi habitación y lo primero que veo es el cuadro que Edmun me regaló en mi cumpleaños, debería conseguir un vestido que se le parezca a la Valerie de la pintura. Con los ojos recorro cada trazo y relieve de la pintura, recordando cómo se sintieron sus manos pintando mi piel y cómo se sintió posar para él para ser pintada.

Ardo cada vez que recuerdo esas dos noches, la pasión, la dulzura, las palabras dichas e incluso el silencio, todo hizo que fuese memorable e inolvidable y aunque fue hace un mes, se siente como si hubiese pasado una eternidad. Suspirando alzo la mano y veo el anillo que pocas veces me quito, el de la promesa de un nosotros, siempre que lo veo sonrío porque me recuerda mis esperanzas y la fe en esta relación. Alzo la copa hacia el cuadro y me la llevo a los labios dando un trago leve.

El grito enojado de Lucas seguido del llanto me saca de mis cavilaciones y camino fuera de la habitación para encontrarlo llorando en los brazos de Derek, quien debe haber llegado hace apenas unos segundos. Mi sobrino no es fan de los desconocidos, mucho menos teniendo en cuenta que los rostros que suele ver son los de sus tíos es por ello que me he esforzado mucho en siempre enseñarle las fotos que llegan de Celine, para que esté tan familiarizado cómo se pueda con su mamá.

Derek lo sostiene frente a él mientras Lucas se retuerce llorando con el rostro enrojecido, pero sin ninguna lágrima. Mi sobrino ve a mis hermanos en busca de algún rescate mientras todo lo que mi amigo hace es verlo con el ceño fruncido.

—Amigo, tienes que ser más sociable, además, siéntete feliz de estar en mis brazos —Ignorando deliberadamente el llanto lo vuelve a ubicar contra su cuerpo y me ve, sonríe.

De inmediato Derek acorta la distancia entre nosotros y me da un beso sonoro en la boca antes de abrazarme, Lucas aprovecha la oportunidad para agarrarse de mi camisa mientras lloriquea, pero Derek no lo deja hacer trampa y libera su agarre aun negándose a dejarlo ir.

— ¡Lucas! —digo con firmeza y de inmediato me ve—. No eres un bebé odioso, éste es mi amigo Derek y está siendo bueno contigo, no hay que llorar.

Su llanto disminuye, pero no desaparece mientras hace un puchero e intenta estirarse hacia mí, pero no lo cargo y Derek aun no parece preparado para dejarlo ir. Mi amigo me quita la copa de vino y se la bebe toda devolviéndome la copa vacía.

—Bienvenida de vuelta, amor mío. Paso muy rápido porque tu casa está de camino a la reunión con publicistas que tengo.

» ¿Has tenido alguna noticia sobre reincorporarte al programa? —Cambia a Lucas de brazo y de manera distraída se balancea para calmarlo, eso funciona.

Hago una mueca, volver no es tan fácil cómo "hola, estoy de vuelta, denme mi lugar nuevamente". Si bien es cierto que Karl está 100% a bordo con regresarme a mi sección, son los altos ejecutivos quienes evalúan mi regreso permanente. Ellos entienden la situación por la que pasé, pero esto es un negocio y no podemos deshacer el hecho de que un día simplemente me fui y tuvieron que reorganizar el programa. Cruzo demasiado los dedos para que Dana, junto a los abogados, me digan que me ofrecerán un nuevo contrato en el programa y pueda regresar, de no ser así, tengo otras propuestas extendidas, pero volver a InfoNews es algo que deseo muchísimo.

—La espera está matándome —Le respondo viendo de manera distraída que Denise y Michelle tienen una discusión sobre cocinar alimentos sanos o pedir comida a domicilio como ella lo desea.

Derek hace una mueca con los labios haciéndome saber que le fastidia que deliberen tanto sobre mi regreso mientras ahora carga a Lucas debajo del brazo cómo si fuese un balón de futbol americano, eso elimina el llanto porque ahora el bebé ríe y mi amigo sonríe.

—Ah, esto si te gusta, pequeño.

Derek lo deja en el suelo, libre a su antojo mientras nos sentamos en el sofá a conversar sobre todo lo que ha estado pasando en el estudio y algunos proyectos que tiene en puerta. Hablo también sobre las propuestas en puerta para mí si InfoNews queda descartado. Cuando mi amigo me pregunta por el estado de mi corazón, suspiro.

—Adivino ¿Sigue siendo complicado?

—Lo es, más de lo que imaginas —respondo ayudando a estabilizarse a Lucas que se pone de pie agarrándose de mi rodillas.

— ¿Vale la pena, Valerie? Y esto no es una pregunta sobre mí recriminándote o juzgando, es una pregunta cómo un amigo que quieres que seas feliz.

Cómo otras muchas veces pienso en Edmun, su tacto, sus besos, su aroma, las sonrisas que ahora son más presentes cuando está conmigo. Pienso en esas cuarenta y ocho horas maravillosas y la manera en la que incluso está dispuesto a dejarme ir para que sea feliz.

—Vale la pena.

—Me agrada el tipo y me gusta que te haga feliz, pero me enoja que no esté y que pareces estar esperando por algo —Con un dedo acaricia la mejilla de Lucas que le sonríe con poca confianza—. No sé, pienso que tal vez mereces más que esto.

—Tal vez sea así, pero lo quiero a él y no creo que lo entiendas, pero sé lo que estoy haciendo Derek, te lo prometo —Le sonrío—. No me lastimaré adrede, soy fuerte. Quiero esperar.

— ¿Qué es exactamente lo que esperas?

—Todo, lo espero todo...Con él.

Llevo mis pensamientos una vez más hacia cierto asunto al que debo echar un vistazo, no sé cómo sentirme al respecto.

— ¿Algo más te preocupa? —Me pregunta Derek conociéndome muy bien.

—Sí, pero no quiero hablar de eso ahora. Solo abrázame —Lo hace acercándome a su cuerpo—. Estoy feliz de estar aquí. Me siento en casa.

—Bienvenida, Val.

***

9 de febrero, 2017.

Me mordisqueo el labio respondiendo tantos mensajes cómo puedo que me han estado llegando e ignoro adrede que Krista está suspirando. Cansada de esperar por mí, mi amiga me quita el teléfono y lo arroja dentro de su bolso haciendo caso omiso de mi protesta.

—Se acabó, tenemos cosas que hacer después y darle largas a este asunto o quedarnos aquí sentadas cómo idiotas no está en nuestros planes ¡Tengo sed! Necesito comprar esa gaseosa y golosinas y tú las medicinas para tu hermana.

—También pañales —digo de manera distraída cuando ella baja de su auto y lo rodea abriendo la puerta para mí.

—Pañales, golosinas, medicina, gaseosa, tampones, entre otras tantas cosas. Así que en marcha, cariño, el día no será eterno. Debemos arrancarnos esto cómo una bandita para que no arda tanto.

Bajo del auto y rio viéndola con una peluca roja larga y unos lentes de montura que parece que se los quitó a Harry Potter. En mi caso, traigo una peluca rubia a la altura de mi barbilla junto a unos lentes de sol. Las pelucas son grandiosas y de hecho fuimos a un salón de belleza para que quedaran profesionalmente bien puestas, con la intención de no ser reconocidas.

Cuando nos adentramos a la enorme farmacia creo que estamos a la expectativa de que alguien nos reconozca o nos mire de forma extrañada, pero solo somos una rubia y pelirroja viniendo por compras necesarias antes de ir al gimnasio. Tomando uno de los carritos, primero paso por atención al cliente para que el farmacéutico tras obtener la receta de los médicos de mi hermana – cirujano e internista – me dé los medicamentos. Krista a mi lado ve la vitrina leyendo nombres de medicamentos expuestos.

— ¿Tiene algo que sirva para el herpes? Me pica mucho allá abajo —comenta y el farmacéutico solo le da una mala mirada— o tal vez se trate de ladillas, solo sé que me pica y huele raro.

Volteo a verla y se rasca la entrepierna por encima del pantalón deportivo ajustado, le golpeo la mano alejándosela y me da un puchero.

—Cariño, entiendo que estés enfadada porque te la pegué, pero no seas mala conmigo —Se acerca y una de sus manos me aprieta un pecho y luego me da un beso superficial y rápido en la boca—. Además no te quejabas cuando me pedías que te comiera mucho más y me frotará contra ti —Me aprieta el pecho—. Bien que te gustó cada cosa sucia y perversa que te hice.

Pese a que no puede verme a los ojos, por mis lentes de sol, sé que es consciente de la mirada de horror que le estoy dando mientras palmeo su mano lejos, pero se pega a mí pasando un brazo por mi cintura y mira al farmacéutico de nuevo.

— ¿Qué tiene para eso? —insiste Krista.

El hombre me responde sobre los precios de los medicamentos y lo anota en lo que será mi cuenta una vez termine las otras compras, voy a alejarme cuando él habla:

—Automedicarse no es bueno, si nota algo extraño en sus partes íntimas acuda al ginecólogo, sabrá que indicaciones darle para mejorar su salud.

—De acuerdo, supongo que haré eso, gracias —dice Krista entrelazando sus dedos con los míos—. Vamos, cariño, nos queda mucho por comprar. Es una lástima que aquí no podamos conseguir consoladores con los que jugar.

La dejo arrastrarme hacia uno de los pasillos mientras traigo conmigo el carrito. Una pareja algo mayor mira nuestras manos unidas y se alejan con expresión de horror lo que me hace fruncir el ceño porque pese a que esto no es real, su mirada juzgándonos sí que lo fue y pensar que Michelle se enfrentará a este tipo de miradas toda su vida me revuelve el estómago.

La risa de Krista me hace verla, el numerito le ha encantado y me lo hace saber asegurándome que ser lesbianas es parte de nuestra identidad falsa, esto lo acompaña con un apretón en mi trasero cuando un tipo nos ve y un beso en el borde de mi barbilla.

—Lo llevas a otro nivel —aseguro tomando varios paquetes de pañales y dejándolos en el carrito.

—Iré por la gaseosa ¿Quieres algo?

Respondo que un agua mientras tomo toallitas húmedas de bebé y unos lindos sonajeros que sé que a Lucas le encantarán, no es cómo si le faltase, pero aprovechando esta visita a la farmacia ¿Por qué no?

Momentáneamente pienso en el hecho que dentro de un mes Celine volverá y aunque el cambio no será inmediato, para que el bebé se adapte a ella, en algún punto mi responsabilidad sobre Lucas ya no estará. Me da nostalgia y dolor, porque me he adaptado a nuestras rutinas, a tenerlo constantemente en mi vida y a que seamos un equipo, pero pese a esas emociones no olvido que él y Celine se necesitan, son madre e hijo que ya quieren reencontrarse, además, no lo perderé. Tal vez no estaremos juntos cómo veníamos haciéndolo los últimos meses, pero estaré presente en su vida siendo su tía y amándolo tal y cómo lo hago ahora.

—Aquí tienes —dice Krista.

Volteo y la encuentro con un montón de golosinas en el brazo que deja caer en el carrito y me entrega una botella de agua mientras bebe de una gaseosa. Desconozco de si podemos beber esto antes de pagarlo, pero ya lo estamos haciendo. Cambiamos de pasillo y tomo los tampones, Krista arroja condones y lubricante, le doy una larga mirada y se encoge de hombros.

Paso de largo las pruebas de embarazos y ella me llama, me volteo y me pide que me acerque. Lo dudo demasiado mientras veo alrededor, pero ella no se mueve, así que acortando la distancia me detengo a su lado y una lluvia de ocho pruebas de embarazo cae dentro del carrito.

—Ahora sí, estamos listas para irnos. Tengo un montón de pis para orinar sobre palitos.

No digo nada al respecto, después de todo esa es la razón por la que nos tomamos la molestias de las pelucas y ser incógnitas. Krista me dice que pagará las múltiples pruebas, pero le digo que está bien, que me encargaré de todo. Así que cargada con nuestras compras subimos a su auto y luego conducimos a su casa en silencio. Cuando llegamos lo primero que hacemos es sacarnos las pelucas y ella vacía la bolsa con las pruebas de embarazo en el mesón de la cocina.

— ¿Por qué hay dos de todas? —pregunto.

—Porque somos mejores amigas y nos cagaremos de miedo con estos juntas ¿O es que te crees que la complicidad solo era para comprarlas? —Me entrega cuatro pruebas—. Toma más agua, necesitarás mucho pis.

Entro en uno de los dos baños de este piso y leo las instrucciones cada prueba porque es la primera vez que hago algo como esto. Siento mi vejiga reventará por lo que orinar supone un alivio, pero es incómodo hacer toda la cosa de las pruebas. Dejo los cuatros test sobre el lavamanos y salgo del baño, Krista me espera afuera.

—Ahora vienen los eternos minutos, oriné muchísimo.

—Información relevante —digo riendo.

Ambas caminamos de vuelta a la cocina y sacamos algunas de las golosinas que compramos, nos mantenemos en silencio durante unos pocos minutos.

—Así qué... —comienza sonriéndome de manera leve.

— ¿Si?

— ¿Qué pasará si estás embarazada? Los bebés productos de folladas apasionadas tienden a ser lindos.

—No lo sé —respondo.

Porque no me he atrevido a pensar mucho sobre ello. Tardé en darme cuenta que mi periodo, quien siempre es puntual, estaba retrasado, luego vino el agotamiento, mi extraño humor y tras pensarlo mucho, me di cuenta de que un bebé es una enorme posibilidad incluso si tengo un aparato en mi cuerpo garantizando que las probabilidades de ello fueran escazas. ¿Qué fue lo que hice? Llamar a Krista por teléfono en alguna especie de crisis, llorar en su hombro y luego ir a una peluquería por pelucas para que compráramos todas estas pruebas de embarazo que incluso ella se ha hecho conmigo.

— ¿No quieres pensar en ello todavía? ¿Pensar en qué pasará si estás embarazada?

Asiento y luego tomo un trozo considerable de chocolate saboreando la dulzura y pensando que puedo ignorar estos nervios un poco más.

— ¿Hay posibilidad de que tú estés embarazada? —pregunto.

—En diciembre y primeros días de enero me involucré con alguien exclusivamente, pero al igual que tú, tengo mi control de natalidad y a diferencia de ti siempre hubo preservativo. Sería un milagro o estaría trayendo a un niño milagro si estoy embarazada.

Suspiro y veo hacia mis dedos, ella se detiene a mi lado abrazándome, tener una mejor amiga que se hace incluso las pruebas de embarazo contigo, lo consideraré una bendición.

—Bueno, si le vemos el lado bueno y estás embarazada, ya sabes cómo funcionan la cosas con un bebé, ahora sobre el lado negativo es que no sabemos en dónde está el padre de la criatura ¿Cierto?

Está en Austria, no sé específicamente dónde y no hay manera en la que le dé la noticia de ser cierta, al menos que se lo grite al tipo que denomino mi sombra. La respuesta que le doy a Krista es una sacudida de cabeza en negación mientras como otro trozo de chocolate.

Pasado poco más del tiempo que se indica que esperemos, ella es la primera en ir por sus pruebas y me las enseña con saltos felices de "no tendré un bebé", luego me acompaña hasta al baño en donde esperan mis propias pruebas.

—Tengo miedo de verlas — confieso.

—Las veré por ti.

Se acerca y con gesto concentrado observa las cuatros mientras me mordisqueo el labio inferior desde el marco de la puerta. El corazón se me acelera y las manos me sudan, si estoy embarazada ¿Qué es lo siguiente? Sé que tendría al bebé y lo amaría, pero resulta aterrador pensarlo.

— ¡Dime! —pido más nerviosa por su silencio.

—Las cuatro pruebas dicen lo mismo, Val —Me ve—. Sin bebé a bordo.

No entiendo muy bien mis emociones, si bien hay alivio también hay... ¿Decepción? Pasé tanto tiempo pensado qué haría con un bebé que no llegué a pensar en qué haría si no había un bebé. Krista, notando mi confusión, acorta la distancia entre nosotras y me abraza.

—Soy muy tonta ¿Por qué estoy llorando? —pregunto.

—Porque tal vez te aferrabas a la idea —susurra.

—No es el momento adecuado e ideal y aun así me siento rara por que no exista —confieso.

—Habrán muchísimas oportunidades en el futuro, Val. Es normal que te sientas así —Se separa y me mira a los ojos—. Ahora lo que necesitamos es programarte una cita con tu ginecólogo para que te haga una evaluación sobre la ausencia de tu ciclo menstrual, seguramente es estrés, a veces eso sucede.

Asiento de manera distraída y camino hacia el lavamanos viendo los negativos en las cuatro pruebas. Solo fue eso, una falsa alarma.

***

5 de abril, 2017.

— ¿No ibas a ir a casa de Alaska para que te ayudara con clases de química? Jocker dijo que ella era muy buena.

—Alaska Hans no sabe nada de química o física, es una estafa —suelta un bufido Denise—. Sus tareas las hacía el novio o el hermano del novio.

— ¿Drake y Dawson? ¿De verdad? Pero sí sus notas son impecables...

—Sí, bueno, hace trampa y ahora no tengo a nadie que me explique todo esto por confiar en que ella era un genio.

—De acuerdo... Dices que Drake le enseñó ¿No? Supongo que le escribiré para preguntar si él o su hermano pueden ayudarte —Le robo una papa de su comida y luego termino de abrocharme el reloj.

— ¿Mich vendrá tarde otra vez? —Me pregunta.

—Mich está trabajando turno de noche, probablemente llegué antes que yo, así que no nos esperes despierta... Ya debo irme, tengo que repasar mis fichas y hacer unos arreglos —Beso su frente de manera sonora y se aleja con rapidez—. Eres hermosa.

—Claro —rueda los ojos.

Denise se ha sometido a dos cirugías y aunque han hecho cambios, estos no son tan pronunciados, las quemaduras siguen ahí y la inquietan. No me habla mucho sobre la escuela, tampoco trae amigos a la casa y aunque eso me preocupa, trato de no presionarla. Jocker me hizo llevarla a un almuerzo en su casa en donde conoció a Alaska y Alice Hans, ambas chicas fueron encantadoras, pero mi hermana nunca levantó sus muros. Espero con el tiempo eso mejore.

—No hables con extraños, cualquier cosa llámame y haz tu tarea —Le arrojo besos tomando mi bolso.

— ¡Espera, espera! ¿Recuerdas que mañana Celine vendrá con Lucas, verdad?

—Imposible olvidar que veré a nuestro bebé. Ahora sí, me voy —Le arrojo más besos adentrándome al ascensor y rueda los ojos, pero la veo sonreír.

Dentro del ascensor pienso en Lucas, quien desde hace un mes se encuentra en Devon con su mamá. No fue fácil despedirnos de él, pero entendimos que es su mamá y Celine se veía tan sana, libre y en paz. Lloramos y la abrazamos, aún hay heridas en su interior, pero su salud emocional es muchísimo más estable. Verla de esa manera me confirmó que tomé la decisión adecuada al ayudarla.

Dentro de sus planes está venir a vivir a Londres, pero para ello primero quiere encargarse de vender su casa, venir a ver apartamentos pequeños, pero en zonas segura y hacer una entrevista de trabajo en una organización que presta ayuda a las personas. También está el dinero de la casa en donde crecimos, la cual fue vendida a mediados de enero y cuyo dinero se dividió en cuatro partes, incluso si no quería nada de ello. No tenemos lazos con Devon y no queremos volver a ese lugar, estoy ansiosa porque Celine pronto se mude y esté con nosotros.

Al salir del ascensor me encuentro con Luciano que esperaba por el, el vecino que hace un tiempo conocí y con el que suelo intercambiar un par de palabras. Conversamos brevemente sobre temas triviales y luego camino hacia el estacionamiento para irme a trabajar.

Cómo lo vengo haciendo desde hace un mes, miro alrededor en busca del hombre que solía ser mi sombra, pero él y el equipo no están; sé que no se trata de que se oculte, simplemente se ha ido lo cual desemboca angustia en la boca de mi estómago porque desde aquella despedida en diciembre, solo recibí un solo sobre con dos dibujos de Edmun y eso fue a finales de febrero, luego los hombres desaparecieron y no hubo más señales.

En un principio pensé que significaba que él volvería, pero el entusiasmo se redujo con el pasar de los días cuando me di cuenta que era una tonta ilusión. No quiero interpretar las señales, pero comienzo a asustarme de toda esta ausencia. Los hombres protegiéndome los veía cómo una garantía y ahora no están.

Mi teléfono suena y sonrío viendo que son notificaciones del grupo de WhatsApp con mis amigos.

Derek: amo al cumpleañero, siempre lo he amado

Derek: Holden que sepas que te amo

Krista: también lo amo

Austin: sí, sabemos que ustedes dos lo amaron juntos...

Krista: ¿Qué pasa? ¿Te entristece que no te invité a aquella fiesta? Porque si quieres nos divertimos tú y yo

Breana: Picante, mi caramelito picante

Elise: ya quiero que sea viernes y festejar a Holden cómo se lo merece

Adelaide: en esa fiesta siempre suceden cosas...

Jocker: he de confirmar tu declaración

Elise: reafirmo

Parker: ¡Feliz cumple de nuevo Holden!

Rayan: Summer te está enviando un regalo conmigo

Holden: me siento amado *solloza y solloza* gracias amigos, amigas, folladas, no folladas, hermanos, familia y mi prostiputo. Los amo.

Valerie: te amamos más

Veo los mensajes que llegan después antes de dejar el teléfono en el portavasos, subir al auto y encargarme del cinturón de seguridad para luego ponerme en marcha. Dejo que algunas canciones de una lista de reproducción hecha por Michelle se reproduzcan, las mismas que tiene para sí mismo en el auto que compró con parte del dinero de la venta de la casa. En el camino Dana me llama y hablo con ella por altavoz asegurándole que recuerdo perfectamente la sesión de fotos programada para una campaña de perfume junto a Meredith Allen Lynch y la participación en un simposio para el próximo lunes. Repasamos juntas toda mi agenda y para cuando llego a mi destino ya hemos comprobado lo suficiente.

Tras estacionarme, tomar el teléfono, mi bolso y un arreglo de margaritas, bajo del auto tarareando la última canción que se estaba reproduciendo. Saludo a quienes conozco al caminar hacia el ascensor y a quienes no, doy un cordial "buenas noches". La vida me da un gesto amable al ser la única subiendo al ascensor, pero justo cuando las puertas van a cerrarse un pie se interpone, cuando alzo la vista, sonrío.

—Justo a tiempo —aseguro.

—Eso me han dicho últimamente —responde riendo y ubicándose a mi lado— ¿Qué pasa con las flores?

—Creo que es un bonito detalle ¿No te gustaría que te diera flores?

—Me encantaría —responde mientras el ascensor comienza a ascender—. ¿Espero las flores de tu parte próximamente?

—Podría ser...

—Contaré con ello.

Las puertas del ascensor se abren y con un asentimiento le indico que salga primero, pero me espera para que caminemos lado a lado.

— ¿Cuál es el regalo de Summer? —curioseo y se saca del abrigo un sobre que tiene dibujado múltiples corazones.

—Una carta dónde le explica por qué lo ama tanto y por qué deben verse toda la vida y nunca, pero nunca debe dejarla.

—Eso definitivamente le gana a mis flores —sentencio y asiente sin negarlo por cortesía.

Cuando nos adentramos al estudio todo está todavía calmado, aun no empieza el caos. Respiro hondo, sonriendo porque volví hace un mes y todavía no puedo creérmelo. Luego de deliberaciones, negociaciones, ofertas y contraofertas, decidieron darme una nueva oportunidad y de forma permanente recuperé mi lugar en InfoNews, estoy tan agradecida, comenzaba a pensar que no iba a lograr volver.

Saludo a todos al pasar y pregunto si Holden ya llegó, cuando lo confirman voy directo a su camerino encontrándolo sin camisa y aun en un pantalón de deporte mientras revisa algo en su ipad.

— ¡Feliz cumpleaños! —grito tomándolo por sorpresa y haciendo que casi se le caiga el ipad.

Me ve con una sonrisa y luego se vuelve más amplia cuando repara en las flores, parece que lo hace feliz lo que me hace sentir complacida de haber tenido este gesto. Acorto la distancia y le entrego las flores para luego darle un abrazo.

Creo que está conmovido con mi gesto porque no deja de agradecerme y besarme la mejilla. M es inevitable no verle el cabello porque es bastante extraño presenciarlo con su cabello naturalmente castaño oscuro, lleva al menos un mes y medio sin pintarlo y todavía sigo esperando que entre en cualquier momento con algún color.

— ¿Cómo van los preparativos para la fiesta sorpresa? —pregunto, porque este año de nuevo fue por ello.

— ¡Genial! He estado practicando mi expresión conmovida y sorpresiva. La pasaremos increíble.

—No lo pongo en duda —Le beso la mejilla—. Ahora debo dejarte, me urge discutir algo con Parker antes de ir a arreglarme.

Y en efecto, poco después estoy con Parker discutiendo varios puntos de nuestro segmento de hoy, tenemos pequeñas diferencias respecto al tema de hoy, pero logramos encontrar un punto medio. Poco a poco mis amigos van llegando, hoy Adelaide y Austin no deben venir al programa lo que hace que los extrañemos un poco.

Escucho a Krista hablarme sobre una clase de defensa personal en la que quiere que nos inscribamos para patear traseros mientras respondo un crucigrama en una revista muy vieja y Sara me hace ondas en el cabello; poco después Elise se une diciendo que Matthew trajo tres peces a la casa y está comprometida a que sobrevivan. Alguien está preguntando por Derek, nada nuevo, y Breana llega tarde pidiendo disculpas y básicamente levantándome de mi puesto cuando ve que estoy lista para que la arreglen, ni siquiera se mueve a su camerino.

Tomándome de la muñeca Elise me pide que la siga afuera y una vez estamos ahí me hace una pregunta que hace al menos una vez al mes: ¿Sabes algo de Edmun?

Y la respuesta sigue siendo la misma "no". Matthew y Alexander viven en una espera cómo yo, a veces nos reunimos los cinco – junto a la esposa de Alex – y pasamos un buen rato conversando, jugando cartas o teniendo un par de tragos, sea cuál sea el caso, en algún punto Alexander, Matthew o yo sacaremos a Edmun a la conversación y suspiraremos esperando volver a verlo. También me siento cómo una especie de madrastra, porque siempre que puedo visito a Gring o le pido actualizaciones a Alex sobre el estado del loro que se ha vuelto más atrevido e impertinente, Alex no deja de decir que Edmun se enojará.

— ¿Sigues esperando?

Aunque titubeo un poco porque estoy aterrada de cuánto durará esta espera, termino por asentir y ella me dice lo de siempre "te apoyo en todo."

Poco después, el estudio cómo siempre se vuelve un agite, caos y gritos sobre en dónde está Derek que aparece mágicamente en algún momento. Cada uno toma su lugar y con una sonrisa y profesionalidad damos inicio una vez más al programa.Cómo siempre disfruto hablar sobre temas que me apasionan y opinar sobre otros en los que me intereso al escuchar a mis amigos hablarlo. No somos un programa cualquiera y común, siempre he pensado que InfoNews es especial y tiene cierta peculiaridad que atrapa a los televidentes.

Sí, hay muchísimos noticieros nacionales e internacionales, pero siento que somos más que eso. Amamos cada minuto en el que entregamos parte de nosotros a personas que nos miran a través de una pantalla, que adquieren conocimientos por medio de nosotros o solo se divierten y pasan el rato mientras se informan. Tengo la ligera sospecha de que así cómo InfoNews cambió nuestras vidas, tal vez cambió la de miles de desconocidos que aunque no conozco en persona o sus existencias en totalidad, son parte de mí, parte de esta familia.

El programa termina con nosotros cantándole cumpleaños a Holden con un pastel enviado por alguna pastelería cómo regalo. Luego tenemos una cena muy tardía llena de risas, bromas, cariño y reflexiones en la que Adelaide y Austin se unen. En el momento en el que finalmente cada uno de nosotros decide ir a casa, son casi las dos de la madrugada y mientras conduzco con la música reproduciéndose de manera baja me encuentro diciendo unas palabras que me nacen desde lo profundo de mi corazón porque ya no me cuesta asumirlo en voz alta:

—Soy Valerie Evans, presentadora de InfoNews. Soy una mujer inteligente y exitosa que luchó por sus sueños y los alcanzó. Tengo infinidades de miedos que ya no temo a aceptar o enfrentar. No soy una pecadora, he cometido errores y aunque me arrepiento de ello, no condeno.

»No soy estúpida, no hay fallas en mí, merezco amar y ser amada. Soy buena amiga, hermana, tía y novia...E incluso si mis padres no supieron aceptarme, di todo lo que pude por ser una buena hija —Sonrío llegando al estacionamiento de la residencia—. Soy Valerie Evans y el simple hecho de decirlo ya me hace sentir orgullo.

Bajo del auto y activo la alarma. Cuando entro al edificio encuentro a mi hermano esperando el ascensor, parece a instantes de desmayarse del sueño. Estudia en las mañana y trabaja en las tardes o noches, es agotador, pero no se queja sobre ello. Con una sonrisa camino hasta él y lo abrazo desde atrás haciendo que se tense antes de que descubra que soy yo.

— ¿Agotado?

—Muchísimo, quiero caer en la cama y no levantarme en días ¿Qué tal el programa? Llegas tarde.

—Estuvo genial, luego tuvimos una cena de cumpleaños para Holden ¿Vendrás a la fiesta conmigo?

—Todavía no sé si trabajo hasta tarde esa noche.

Las puertas del ascensor se abren y ambos nos adentramos, él me extiende un fajo de correos que consiste seguramente en recibos, publicidades y folletos.

—Estaban en el buzón —Recarga la espalda del espejo y cierra los ojos mientras bosteza.

Le hago un par de preguntas que responde con un adormilado "umhum" que me hace saber que no me está escuchando realmente. Cuando el ascensor se abre en nuestro piso, sale tambaleándose y bostezando de manera escandalosa.

— ¡Ten dulces sueños! —grito viéndolo tambalearse por el pasillo y responde lo que creo que suena cómo "igual".

Rio, mi pobre hermanito el adulto. Caminando hasta la cocina me encargo de dejar el correo en el mesón, diciéndome que lo comprobaré mañana y saco una botella de agua a la que luego de darle un largo trago, la dejo sobre el mesón mientras reviso mis mensajes, mi correo electrónico, todo lo que pueda significar alguna señal de Edmun.

Distraídamente golpeo la botella de agua cuando voy a tomarla y está se derrama sobre el correo, rápidamente lo reorganizo todo y es cuando noto el sobre sin remitente alguno. El corazón se me acelera mientras tomo el sobre que alcanzó a mojarse en las esquinas y lo rasgo queriendo ver su contenido.

Me encuentro con una hoja de caligrafía elegante que dice simples palabras que tienen un gran impacto en mí:

«Olvídalo, él no volverá»




Nota de autor: falta un apartado + Epilogo.

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