Capítulo 2

Lancé el portafolio con brusquedad sobre la mesa de cristal. El sonido del vidrio frágil llegó a mis oídos y ,debajo del pesado e inútil porta tonterías, vislumbre una grieta.

Mierda. Logan se va a cabrear cuando vea rota su puta mesa de sala. Y como si lo hubiese invocado, mi mejor amigo entró al departamento.

Entró de prisa, con un rostro de adolescente emocionado y su ropa desaliñada. Suspiré cuando vi una marca de labial en su camisa blanca.

—¿A quién te vas a coger hoy? —pregunte. Sabiendo de sus andadas rutinarias: cada día carne nueva del pub. Nunca la misma, nunca el mismo patrón. Rubias, morenas, afroamericas, este desgraciado le daba a todo lo que se moviera.

—Sandra.

—No me jodas.

Asintió como niño ilusionado. Nunca creí poder juntar las palabras "coger" y "Sandra" en una misma oración y miren; aquí estoy viendo la cara de tonto de Logan a punto de meterse en la cama con el amor de su vida.

Amor... Vaya porquería. Me senté finalmente en el sofá.

—Usa protección.

—No necesitas recordármelo amigo, pero necesito tu ayuda.

Logan se acercó a mi con ilusión y se colocó a mi lado. Hice una mueca de disgusto.

—No voy a hacer trio con ustedes. La última vez querían que te besará el pito.

—Venga, no hubiera sido tan malo. Mi amiguito cuenta con excelentes referencias en cuestión de sabor —acomodó con orgullos sus rizos castaños, ignorando mi rostro de asco—. Cómo sea, hoy tengo trabajo y Sandra me está esperando abajo. Es solo una sesión privada y si tú pudieras...

—Ni de joda. Voy a entrar a trabajar mañana.

Lo interrumpí. Verme en medio de pervertidas mujeres no era tan malo en cuestión de pago monetario y autoestima, pero demasiado poco ético para el corazón de mi padre. Quién a sus setenta años suplicó porque su hijo de veintiocho tuviera un trabajo decente al menos los últimos años de vida que le quedaban.

Demasiado dramatismo para alguien que juega fútbol a su edad. Aún así, tenía que aprovechar la maldita carrera que escogí en algo por una vez en mi vida.

—Pero todavía no eres profesor, puedes ir.

—No Logan. Prometí ser más maduro y responsable. Deberías pensar en aplicar lo mismo —saqué un cigarrillo de hierbas de mi maletín. Le ofrecí uno, pero negó con la mirada ahora nublada de desesperanza.

—Tú viejo no se va a enterar. Además sabes mejor que nadie cuánto llevo esperando esta oportunidad que tal vez nunca se vuelva a repetir.

Trueno la boca. Claro que sé lo que le ha costado tener está oportunidad. Sandra es nuestra amiga de infancia, crecimos los tres juntos y Logan siempre estuvo flechazo por sus rizos oscuros y sonrisa radiante, eso decía él, pero lo que sabía que le gustaba más ahora eran sus pechos enormes y cintura pequeña. Así que le gustan, al contrario de mi que me encantan sus traseros y que los sepan mover.

En fin, el estúpido de Logan le ha rogado por años y aunque a Sandra también le gusta, a ella no le gusta su trabajo. Para la mayoría de nuestros conocidos ser stripper era una vergüenza, pero para las mujeres que asistían a vernos cada noche era un privilegio visitarnos.

—¿Qué me darás a cambio? —soplé humo en su rostro. Él bajo el humo sonrió.

—Seré tú esclavo un mes y tendrás la paga de hoy.

Negué. Si le pidiera su auto me lo daría.

—Anda y ve, espero pronto la fecha de la boda.

—¡Yo más!

Se levantó como resorte. Sin más que decir salió corriendo. Me asomé por la ventana y lo ví subir a su hatchback azul. Puto, coger le ha dado superpoderes para bajar diez pisos en un segundo.

No fue sexo, es el amor.

Una voz ridícula sonó en mi mente. Tonterías. Puse el cigarro y regresé a mi asiento. Saqué mis cuadernos y materiales para preparar una maldita clase para universitarios hormonales e inmaduros.

Mierda, no podría ser peor.

Deje bruscamente los papeles en la mesa y saqué mi celular. Dos mensajes del idiota de Logan;

"Amigo, el show es una despedida de soltera, ya se realizó el pago por adelantado, pero hubo cambio de planes. Voy camino con Sandy a la playa y el show se movió para dentro de una semana. Te veo en un mes amigo. Atte; Con amor, tu amor imposible,Logan".

Un tic nervioso hizo que la comisura de mis labios brincara sin control. Joder, estoy envejeciendo. El que Logan haga esto me enloquece, debería ser más maduro y no decidir irse un mes a un futuro incierto.

No, eso no es lo que me molesta. En realidad es que yo ya no podré hacer lo mismo a partir de ahora en adelante. Putos adultos, deberían guardarse su moral en los bolsillos y presumir con gallardo sus deseos. Así el mundo sería más fácil.

Pero eso es lo interesante: que la vida no es fácil.

—A la mierda la clase, mañana dedicaré dos horas a las putas presentaciones.

Me levanté con pereza. Pase por la sala oscura hasta mi habitación fría. Me dejé caer sobre el colchón, el cual siempre era igual de grande y un desperdició de espacio sin importar cuántas mujeres metiera en él.

La ciudad se veía a través de la ventana del tamaño de la pared. Las luces de todos los tamaños, las casas y la gente iba y venía por las calles principales de la ciudad.

Tan pequeños e insignificantes. Así somos. Tan desdeñables.


Veo ir y venir a los chicos con sus mochilas llenas de esperanza. Bendije los vidrios polarizados del auto para que así no se pudiera ver mi rostro repleto de desprecio.

Algo tan aburrido como la vida universitaria...

—¡Tú, maldita perra! ¡¿Cómo te atreviste?!

Cómo atraído por la energía de un posible problema, gire la vista a la pelea que se efectuaba a un lado mío.

Un chico rubio de buen parecido sujetaba con violencia a una chica, pequeña y frágil. Desde este ángulo fue imposible observar su trasero, relamí mis labios, lamentándome que tremendo culo no iba a estar en mi cama está noche porque era una alumna.

—S. Sueltame por favor, me estás lastimando.

La voz temblorosa llegó a mis oídos. Creo que no es momento de pensar en que posición se vería mejor ese trasero en mis manos.

Me desabroche el cinto de seguridad y abrí la puerta en el momento en que el chico se preparaba para golpear El rostro pálido del susto de la chica.

—¡No te hagas la estúpida conmigo! ¡Sabes bien de que te hablo! Pero te la haré pagar.

Con una velocidad desconocida en mí me moví en su dirección. La tomé por sus delgados hombros y la envolví en mi brazo izquierdo mientras el derecho frenaba el golpe. Sonreí burlonamente, me estaba preocupando por el golpe de una mosca. Realmente llegué a tener expectativas de que sus músculos no eran puro esteroides.

—¿¡Tú quien eres?! ¿Por qué te metes donde no te llaman?

Soltó otro golpe que frené con mayor facilidad. Cerré el puño sobre el suyo y sus pupilas temblaron con miedo. Si, solo estoy sosteniendo tu puño y podría romperte los dedos. Él entendió y se alejó bruscamente.

—Soy el maestro de química y no voy a permitir que lastimes a una alumna.

La chica entre mis brazos me miró con admiración, al igual que los demás chicos que nos rodeaban. Las aclamaciones comenzaron cuando el chico salió corriendo huyendo. Sonreí. Bien, he conseguido que me admiren y eso ya es un gran paso.

—Ven, vamos a dirección a levantar un acta.

La tomé por la cintura como lo más normal, mi mano cubría su diminuto cuerpo que me seguía como un perrito. Sus ojos oscuros me detallaban sin perderse ninguno detalle. Le sonreí, pensé que se iba a sonrojar al dedicarle mi mejor sonrisa galante, pero desconcertantemente me sonrió de igual forma y sentí como recargaba sus pechos en mi brazo.

Maldición. ¿Qué tipo de niña es?

¡Hola! Conocemos un poco más de nuestro amado profesor. Espero les haya gustado como a mi.

¿Quieren salseo? En los próximos capítulos habrá. Tranqui 😊

Besos y abrazos 💋

No olviden recomendar para que la family crezca. Las amo.

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