13
La morena soltó una risa burlona.
-Así me voy a poner duro en un minuto.
-Será que eres un eyaculador precoz- le dije burlándome de él.
-Ja, idiota, esto te va a encantar- me dijo mientras ponía un dedo en mis labios.
-Esto va a ser sólo para que me digas lo que quiera ¿Verdad? No me van estos rollos raros- le dije.
-Ugh, venga, sólo disgusta~ te enseñaré un poquito que es el bondage~ y si te apetece empecemos con el bdsm~
-¿En serio te van esos rollos pervertidos?- le dije- eres raro.
- Mira quien habla, el que se prostituye por información, ahora no se si eres tú la perra o si es tu hermano- metió su fría y grande mano dentro de mi camiseta acariciándome la espalda con la yema de sus dedos inspeccionando a su antojo, sentí la palma de su mano en mi espalda, el contacto con su fría mano me hizo sentir un escalofrío.
-Ni que me hubiera acostado con más que él- dije intentando escuchar información.
- Si bueno, en eso tienes razón, sólo de gente que conoces, tu, la rubia, el Pau, el Marc, el Cristian, el Guillem, el Rubén, El David, el Arnau, yo... ¿sigo? La verdad es que hay muchos de ellos y la mayoría eran polvos de una noche, ya sabes, por un favor o para olvidarse de sus problemas, incluso tal vez para conllevar el rechazo.
- ¿Me estoy perdiendo de algo?- le pregunté, hizo un ruido de afirmación mientras chupaba y succionaba mi cuello, solté un jadeo- entonces dime algo ¿No?- me miró.
-¿Tantas preguntas tienes en serio?- soltó un quejido sordo- se puede decir que muchos de nuestros amigos y compañeros son gais, pero eso es otra historia que ahora no viene a cuento, además es la vida de otros y es largo de explicar, y también paso de contártelo o se me va a pasar el calentón.
-Está bien- dije yo mientras me sacaba la camisa rápidamente y lanzándola lejos, la morena me miraba fijamente con esos ojos que me recordaban a un gato- ¿qué miras tanto morena?- le dije de mal humor.
-A ti estúpida- me besó de pronto de manera apasionada, metiendo su lengua en mi boca de manera ansiosa, se le daba bien, pero no podía dejarme llevar mucho, es sólo la morena.
La morena me fue tumbando en el sofá mientras me besaba, mientras su lengua recorría cada rincón de mi boca, cada parte luchando contra la mía por la dominación de esto.
Cuando se separó, sólo dejando un hilo de saliva entre nosotros, me miró sádicamente y se relamió.
-¿quieres jugar?- me dijo.
-¿tengo más remedio?- le pregunté desafiante.
- No, la verdad es que no- dijo él.
Me cargó como un Koala, yo enredé mis piernas en su cintura mientras me cogía con fuerza de mis nalgas.
-¿qué te parece si a cambio de respuestas yo te voy haciendo preguntas?- caminaba mientras me decía esas palabras- así yo también resuelvo algunas dudas- dijo justo cuando me tumbó en su cama bruscamente.
-Vale- dije mientras la morena me daba la vuelta y me levantaba las caderas, quedando en cuatro con la espalda arqueada apoyando mi mejilla izquierda en la cama, la morena me cogió con dureza de las muñecas poniéndome los brazos detrás atándome las muñecas con una cuerda roja que había cogido de un pequeño cajón.
-¿cómo averiguaste mi número?- me preguntó mientras me acariciaba la columna, su fría piel impactaba contra la mía, sentía unos chispazos que me hacían retorcerme por dentro.
- Me lo encontré- le mentí, no podía decirle la verdad.
-Maldita perra mentirosa- me bajó los pantalones junto a la ropa interior tirándola a lo lejos de la habitación, y de pronto su palma impactó duramente contra una de mis nalgas traseras- dime la verdad.
-¡Ah!- solté de pronto al sentir el impacto, jadee un poco- d...digo la verdad- otra vez su palma impactó contra mi nalga, mi culo comenzó a arder ante aquel tacto, ese escozor por un fuerte golpe que picaba y ardía al mismo tiempo, prosiguió en el acto de golpearme, soltaba quejidos y pequeños ruidos de queja.
- Dime la verdad- me tiró del pelo haciéndome levantar la cabeza, dejándome de rodillas delante de él, expuesto a todo.
-Me colé en su casa....- le dije jadeando mientras miraba hacia atrás des de donde él me mantenía la mano tirando de mi pelo, me encontraba desnudo de rodillas con la mirada levantada por culpa de un chico el cual me había atado las muñecas a la espalda mientras mis nalgas traseras ardían por los golpes, esto no podía ser peor.
- Bien- dijo casi en un susurro ronco, acercó su cara a mi nuca, la besó lentamente, de pronto pasó su nariz suavemente por mi piel, su nariz rozó toda mi espalda hasta llegar a la espalda baja, y en la nalga contraria donde me había estado golpeando con su gran mano, dejó una buena mordida de golpe. Di un pequeño salto al sentir sus dientes impactar en mi trasero.
-¿Por qué tienes un número diferente sólo para mi hermano?- le pregunté, de pronto él sacó una venda del mismo cajón de donde había sacado la cuerda.
- Para responder a eso, deberás pagar un precio- de pronto me tapó los ojos con la delicada venda, la ató para que no viera nada en absoluto, todo se tornó negro en un instante ante la venda.
-Responde- le exigí, una venda en los ojos no me iba a detener.
-Tenemos unos negocios juntos, nada importante- me dijo mientras ataba con una cuerda mis tobillos y me volvió a poner en la posición original.
-¿Solo por negocios?- le pregunté.
- Si, negocios y algunas noches fugaces, tu hermano es un sátiro, seguramente como tú.
-¿qué? ¿A qué te refieres?- antes de decir nada más sentí un ardor muy lascivo dentro de mí, era pegajoso y delicioso, sentía su dedo pero no sabía qué hacía para hacerme sentir así, cada vez ardía más y me sentía más y más excitado, sentía palpitar en busca de algo más y mi miembro creció de manera brusca y desmesurada, era como si una pegajosa hoguera de sexo hubiera sido encendida por ese dedo dentro de mí.
-¿Q...que haces?- decía mientras jadeaba frenéticamente, esa sensación era tremendamente excitante y me encantaba, pero no podía dejar que esa maravillosa sensación me hiciera perder las riendas de la situación.
-¿qué pasa? ¿Te gusta?- decía sádicamente, su voz ronca hacia darme cuenta de lo excitado que le hacía ponerse esta situación, me sentía más duro sólo con escuchar su voz, por una vez, sentía una atracción sexual por la morena y era fuerte, esa maldita morena tenía razón, y es que sabía cómo funcionaba esto, y eso me ponía a mil, igualmente, no podía dejarme, tenía que ser más fuerte que él.
-¿qué me va a gustar? Maldito sádicoah~~~- acabé la frase con un gemido al sentir como apretaba mi miembro y su dedo intentaba introducirse en la obertura de la punta.
-Pues sólo te veo gemir- me dio una nalgada con fuerza, con poder, con adicción y mierda que bien se sentía.
-¿qué es lo que guarda en el portátil?- dije mientras seguía jadeando como un loco por la agitación.
-Quién sabe- sentí su miembro resbalando por mi trasero, sentía mi interior arder mientras sentía como por fuera rozaba y chapoteaba, lo quería dentro mierda, la sensación de que ardía seguía como fuego infernal dentro de mi cuerpo desnudo y expuesto.
Dios, si, que bien lo hacía, gemía intentando taparlos y disimularlos para que no escuchará pero igual la morena los escuchaba.
-...¡¡¡dímelo!!!- le grité.
- Me estas hartando- me dijo- no eres divertido, no quieres colaborar, además tú no puedes exigirme nada, tu tan solo eres el sumiso aquí, pero tú mismo, eran negocios de una pequeña idea que teníamos para el futuro pero no cuajo del todo.
-Idiota, ¿crees que así me callaré? Jamás lo haré así que caAh!!!!- grité al sentir su miembro meterse dentro de mí de golpe, sin aviso, sin Nada, sólo una estocada y ya estaba dentro de mí, mis piernas comenzaron a temblar al igual que mis manos y comencé a jadear acostumbrándome a la sensación.
Comenzó a embestirme como un loco, dándome con todas sus fuerzas, como un animal en celo, una bestia salvaje, me gustaba está sensación, no veía nada y me excitaba, el ardor en mi parte trasera, los golpes que seguía dándome, la respiración y los jadeos, todo era indescriptible.
- ¡¡¡¡Sí!!!! ¡¡¡¡Sí!!!! ¡¡¡¡¡Ah!!!!!- dije a gritos mientras jadeaba con la lengua fuera como un perro en busca de más, mis ojos estaban fuera de órbita, sentía que se me ponían blancos- ¡¡¡¡¡más profundo!!!!!¡¡¡¡¡más dentro!!!!!- grité.
-Así me gusta, obediente, como la buena zorrita que eres justo como tu hermano- me dijo en el oído de un susurro mientras acariciaba mi espalda con esos dedos que tiene y jadeaba al sentir el tacto.
-¡¡Sí!!¡¡Soy una zorra!!¡¡Trátame mal!!- no pensaba en esos momentos, había perdido completamente el juicio de mi razón, sólo podía pensar en ¿por qué no la metía más dentro? La morena tenía un don, el cual es volver locos a todos hasta dejarlos a sus pies como el maldito hijo de puta que es.
-¿con quién te acuestas? ¿Quién es el cómplice?- me preguntó lamiendo mi espalda.
-¡¡¡Con la rubia!!!¡¡Me tiro a la rubia!!- estaba bajo una sumisión total, al decirle eso su miembro se metió más profundo tocando mi próstata, mi culo ardía como la mierda, pero me ponía más cachondo que antes, su miembro era tan grueso y grande que me volvía loco y no me dejaba pensar, estaba perdiendo la cabeza por un buen polvo, mi boca ya no estaba sellada como antes y estaba expuesto a preguntas como esa.
-Buen chico- abrió mi culo con ambas manos, dio una lamida y comenzó a darme todavía más fuerte, más voraz, más feroz, más animal.
-¡¡¡¡¡Sí!!!!!¡¡¡¡¡Raúl!!!!!¡¡¡¡¡¡Empótrame más!!!!!!!- seguía gritando, quería detenerme pero seguía con la lengua fuera moviéndome y jadeando y gimiendo, quería detenerme pero la sensación que estaba sintiendo me podía.
-¿y a quién amas? ¿A tu hermano o a... la rubia?- me dijo mientras seguía dándome más fuerte.
-¡no lo sé!¡¡¡amo a mi hermano pero la rubia me hace sentir extraño!!!- grité.
-no, no, no, te he dicho que quien te gusta de los dos, aquí no se eligen dos- paró y de pronto me dio una estocada directa en el punto G.
-¡¡¡Raúl!!!!¡¡¡¡Estoy enamorado de Raúl!!!!¡¡¡¡¡Amo a esa maldita rubia come mierda gilipollas!!!!!- grité sin pensar en lo que acababa de decir, gemía y gemía mientras la morena me seguía dando.
Y así pasó hasta que se corrió dentro de mí, con fuerza, bien, sintiéndolo todo bien dentro.
Se separó de mí y me destapó los ojos, sentía como el semen de la morena chorreaba por fuera de mi entrada, había llenado todos los rincones dentro de mí.
-Raúl....- decía jadeando mientras me desataba completamente.
Acabé estirado en la cama con un dolor tremendo en la cadera y un ardor muy fuerte y excitante.
- ¿Te ha gustado?- dijo mientras encendía un cigarrillo y se ponía a fumar.
-S...si~...- dije jadeando cansado- ¿d...des de cuándo fumas?- le pregunté en un tartamudeo.
-......- me miró y me sonrió- des de que tu hermano y yo entramos a PornDirect.
-.... ¿Qué?- le miré.
-Aunque yo me cansé de ello y me metí en páginas porno normales, no sabes lo difícil que es llevar una página de directos, aunque se gana un buen dinero- dijo después de soltar el humo del tabaco.
-.... ¿qué quieres decir?- le pregunté sentándome en la cama.
-Nada- cogió su teléfono y lo miró mientras hacía algo- sólo espero que tu hermano disfrute el vídeo.
-¡¿Qué has hecho?!- le grité cogiéndole del cuello.
-Solo mi parte del trato con tu hermano, mientras él engaña a la rubia yo te engaño a ti, sátiro.
Me levanté lo más rápido posible mientras me vestía y salí corriendo mientras escuchaba la risa de la morena en mi oído.
¿Qué he hecho?
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