Capítulo 28.

Mientras la familia de Shadow estaba en la sala hablando con las parejas de sus hijos, en la cocina estaban preparando la cena.

—¿Dónde esta tu pareja Mephiles? —preguntó curiosa Nyoko.

—Fue por mí a mi habitación pero se tuvo que ocupar con un amigo nuestro por lo que no podrá asistir a la cena, pero que lo recompensará en otra ocasión —habló el cobalto.

—Lástima, lo conoceremos en otra ocasión.

Mientras en otra parte algo alejada de ahí.

Sonia se mantenía oculta observando como estaban emplatando la comida en los platos, debía ir al comedor y servir el líquido en la bebida de su hermano. Nadie se había acercado a ella por lo que el secuaz de Valentina al parecer no había llegado o no aparecería.

Sintió una presión en su hombro y se asustó, volteó y observó a alguien cubierto de un traje negro donde nada mas se podían ver sus ojos.

—¿Tú eres? —preguntó algo asustada.

—El secuaz de Valentina, ¿tienes el veneno?

Sonia lo saco se sus bolsillos.

—Bien, viertelo en la copa que esta en esa silla, yo te cubro—señaló el asiento.

Sonia se acercó y lo sirvió en la copa que estaba llena de vino. La meneó un poco para que se disolviera y para desgracia de ella, no se veía ningún otro líquido aparte del vino.

Volvió a guardar el frasco y se dirigió a el extraño.

—¿Hiciste lo que Valentina te pidió?

—Si, ahora debo irme. Tú no me viste —dijo para irse sigilosamente de aquella mansión.

Sonia suspiró, a su madre no le gustaría ver de lo que es capaz con tal de no regresar a su pueblo.

Rato después la familia fue al comedor para cenar y posteriormente cada quien a su habitación para dormir.

Sonia miraba detrás de una pared, observando como su hermano se sentaba donde aquella copa tenía aquel veneno.

—Espero y tu estancia sea cómoda aquí Sonic —dijo Black tomando de su bebida.

—Así será señor, todos aquí son muy amables y es maravilloso todo —dijo tranquilo.

—Ay no —dijo Nyoko.

—¿Qué sucede mamá? —preguntó el grisáceo confundido.

—Recuerden que no tomo agua mineral.

—Sonic, ¿puedes darle tu copa a mi madre? Eres el único que tiene vino y es lo que bebe mi madre —volteó a ver a su pareja.

—Claro amor, no tengo problema —sonrió.

Sonic le dio su copa a Nyoko y viceversa.

¡Oh no! —exclamó Sonia en sus pensamientos y antes de poder intervenir fue llamada por una de las costureras la cual se la llevo a rastras.

Eso no era parte del plan.

—En unos días vendrá una señorita que te llevará a practicar unas tácticas de vuelo —mencionó Nyoko entrelazando su mano con la de su pareja.

—Me vendría bien —comentó feliz.

Los sirvientes salieron de la cocina con platillos en sus manos y los colocaron frente a cada uno de los que estaban en el comedor.

Empezaron a comer dando el provecho, en el transcurso de la comida ambos padres del azabache le hacían preguntas al cobalto para ir conociéndolo y, estaban orgullosos de la pareja que tenía el azabache.

Sonic era amable, educado, inteligente y generoso. Un luna ideal.

—Nos llevaremos muy bien Sonic —dijo sonriendo la madre del azabache.

—Y eso es genial —correspondió con otra sonrisa.

En cambio en la mente de Sonia no podía parar de repetirse que la Luna moriría a base del veneno, Valentina le había dicho que el antídoto para ello estaba en la bebida de Shadow y el Alpha moriría también.

Ella sería la causante de la muerte de ambos líderes.

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