Capítulo 25.
Al llegar al Santuario cada quien se fue con su pareja mientras que Sonic se quedaba con Shadow, ambos se transformaron a su forma mobian y caminaron directo al hogar de Shadow el cual se ubicaba en la colina mas alta y cabía decir que era una mansión en la cual vivían sus padres y hermano, y que ahora viviría Sonic con él.
Mientras ellos se dirigían al futuro hogar de Sonic alguien no muy satisfecha se dirigía a una cueva oculta debajo de aquel lugar para la cual tuvo que llegar volando, al estar en la entrada se transformo observando a la eriza blanca.
—¿Y bien?
—El plan salio mal, Shadow no reacciono como esperábamos. Lograron reconciliarse.
—Es mejor de lo que creí, es super resbaloso —dijo con fastidio mientras pasaba una de sus manos por su rostro frustrada —Bien, no me queda otra opción —dijo para después dirigirse a unos estantes que se encontraban en aquella cueva.
—¿Qué harás?
—Tendré que meter mis manos nuevamente en esto, si pude deshacerme de la mitad de su maldito pueblo, puedo deshacerme fácilmente de ese mocoso azul —dijo para aventar un polvo negro con morado en una cacerola pequeña.
—¿Entonces tú...?
—Cállate y ayúdame con esto, solo de esta manera podre deshacerme de el.
Aquella eriza solamente asintió y se acerco. Algo grave se aproximaba y podría causar mucho daño.
Mientras con el azabache y el cobalto.
Habían llegado a la entrada de la mansión y Sonic estaba sumamente nervioso, no sabia como reaccionar ya que iba a conocer a los padres de su amado, no sabia ni que decir o que hacer. Pero estando Shadow a su lado los nervios bajaban un poco pero no lo suficiente para estar tranquilo.
—Tranquilo Morita, les agradaras —sonrió para transmitirle confianza logrando su objetivo.
Ambos entraron y Sonic siguió a Shadow, estuvieron así por unos minutos mientras Sonic admiraba la decoración de la mansión, tenía colores un poco intimidantes pero la forma en la que estaban esparcidos no los hacia ver de esa forma. El azabache se detuvo frente a una puerta de abeto y observo al cobalto dándole una mirada y sonrisa reconfortantes.
—¿Listo?
—Listo.
Shadow toco la puerta escuchando un pase desde el otro lado, entro con el cobalto detrás de el.
—Hijo, has vuelto —dijo una eriza de color grisáceo con vetas negras y ojos cafés, se levanto de la silla en la que se encontraba sentada acercándose a su hijo.
—Creí que tardarías mas en regresar —hablo un erizo azabache con una única veta roja en su frente, con ojos azules y un mechón de pelo blanco en su pecho.
—Yo también lo creí así, pero al parecer fue todo lo contrario. Padres, les quiero presentar a Sonic, mi mate y futura Luna del Santuario —mencionó dejando ver al cobalto.
—Un gusto en conocerlos, Alpha y Luna —bajo la mirada un poco apenado.
—Vamos querido, no tengas pena —sonrió alzando la mirada del cobalto — Me llamo Nyoko, y él es mi esposo Black.
—Bienvenido a la familia jovencito — sonrió dándole tranquilidad al cobalto.
—Gracias, y prometo nunca decepcionarlos nunca —sonrió contagiando su sonrisa en todos los presentes que estaban allí.
—Shadow avisa a Nana que prepare una gran cena, tenemos algo que celebrar —dijo tomando del brazo a su Alpha.
—Claro mamá.
El cobalto sentía una enorme paz pero, en lo mas profundo de su ser presentía que algo malo estaba por acercarse. Solo deseaba ya no tener mas problemas en su estancia en el Santuario.
Esperaba y que ese presentimiento tan solo fuera una falsa alarma.
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