Capitulo XIII

¿Dónde estaba Maya? Cómo no la había visto en todo el día, empezaba a ponerse nervioso.
La había buscado durante el desayuno pero no la había encontrado en ninguna de las mesas en la que solía estar, mientras caminaba por los pasillos también la había buscado, pero entre todos los rostros con los que se encontraba ninguno era el que quería encontrar, no había ningún rastro de ella.
La duda en su interior iba creciendo con cada minuto que pasaba, le parecía muy extraño no habérsela topado, y aún peor, tampoco a Black, durante en su tercera clase no pudo mas que  pensar en cómo encontrar a la castaña. 

"¿Y qué tal si le pregunto a Potter?" Pensó, pero inmediatamente detuvo esa idea. "No" 

Ya encontraría la manera de encontrar a Maya sin necesidad de ir a preguntar a alguien, especialmente a sus amigos, porque si lo hacia Potter seguro le diría no solo a la joven sino que también al odioso de Orión, y esa no era una situación a la que se quisiera enfrentar. Siguió estando alerta por sí encontraba a la joven, pero llegada la hora de la comida seguía sin encontrar algún rastro de la castaña por lo el sentimiento de disgusto, impaciencia, y estrés seguía creciendo en su interior, por primera vez en su vida se hacia preguntas sobre alguien más, ¿Que tal si le había pasado algo a Maya? Solo de pensar eso se sintió extrañamente nervioso y más preguntas aparecían en su cabeza, cada una planteando un escenario mas desastroso que el anterior.

Cuando pudo poner el freno a sus pensamientos, se encontró riéndose de sí mismo, nunca se había tomado tantas molestias por una persona, realmente estaba perdiendo la cabeza.

Sus horas clases continuaron pasando sin ningún contratiempo; cuando finalmente acabaron sus clases no pudo esperar más, necesitaba saber dónde estaba Maya, así que decidió ir a la sala común de Hufflepuff a preguntar por ella , pero en el camino recordó su pelea con la chica, y como aún cuando se había tomado la molestia de darle un regalo, lo había dejado plantado.

¿Sería que Maya lo había estado evitando todo el día?, ¿Se había escondido de él?, ¿Sería esa la verdadera razón por la que no sabía nada de ella? No seria una tarea difícil para ella puesto que tenía una capa de invisibilidad, y si tenía cuidado al ponérsela no sería difícil poder esconderse.

Con ese pensamiento sintió una punzada en su pecho, ¿Qué era eso?, no era un dolor exterior, pero era un dolor bastante fuerte, era como si millones de cuchillas atravesaran su pecho; era un sentimiento poco agradable, y no tenía idea de lo que era.

Apretó los puños, se encontraba entre la espada y la pared, podía ir a ver a Maya, pero, lo más seguro era que no quisiera verlo por lo que solo estaría desperdiciando su tiempo, pero en caso de que si se encontrará con la joven, ¿qué le diría?, ¿cómo se lo diría?, ¿estaría dispuesta siquiera a escucharlo?, que tal so hablaba con él únicamente para cortar completamente cualquier relación que pudieran tener.

Tomo un gran respiro, no valía la pena arriesgarse, regresaría a su habitación y esperaría a ver que pasa, el ya había hecho su intento para disculparse, la había buscado, ahora era el turno de Maya, si ella no lo intentaba significaría que su supuesto "interés" por su amistad no era más que una farsa.

Pero aún con tal decisión tomada, en su interior, su corazón que cada vez estaba menos congelado empezaba a encogerse al pensar en que todo saliera mal, y Maya no formara más parte de su vida.

***
Maya tenía su vista puesta en el cielo, contemplando el maravilloso mar de estrellas que se encontraba ante ella, pero nuevamente sus pensamientos la interrumpieron y se volteó a ver a Orión. Lo mas probable era que no estuviera enojado con ella por haber olvidado su compromiso en la torre de astronomía, sino ¿por qué la habría invitado a pasar un día juntos?.

Una sonrisa se plantó en su rostro, estaba tan contenta por haber encontrado a un amigo como Orión, alguien con quien podía divertirse, platicar y ser ella misma.

Desde que había llegado a ese colegio, Orión se había comportado bien con ella y le había ayudado en todo lo que podía. Su mente seguía tomando desvíos mientras más lo observaba, quedaba claro que el chico no era feo...; su cabello negro azabache siendo empujado por el viento, las estrellas reflejadas en sus ojos, la bella sonrisa que portaba , sus pensamientos habían cambiado a un rumbo totalmente diferente. ¿Sería que.... podría llegar a gustarle?

Inmediatamente al pensar en eso, Tom cruzó su mente, la imagen del chico distante pero inteligente, lleno de misterios y sus mejillas se tiñeron de rojo; no es que ella se llevará bien con él, ni siquiera estaba segura de que realmente fueran amigos, pero era tan feliz cuando estaba con él, con su compañía se sentía a gusto, aunque se encontraran en silencio, que era lo que sucedía normalmente, era el silencio más hermoso del mundo. 

Inconscientemente lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, Tom ya no quería hablarle, estaba enojado con ella, la evitaba,... ¿Porque estaba enojado con ella?, ¿Qué había hecho mal?, ¿Habría alguna forma de que pudieran volver a hablar?, Necesitaba haber una forma de resolverlo, de no perder esa pequeña relación que le había costado trabajo construir pero que era tan preciosa.

Orión volteo hacia su amiga penando en decir algo divertido para animar el ambiente cuando se dio cuenta de las lágrimas de la castaña.

— Maya, ¿te encuentras bien? — preguntó con un tono preocupado

— ¿Eh? — preguntó confundida apenas saliendo de sus pensamientos 

— ¿Porque lloras? —

Maya extrañada poso su mano en su mejilla y noto las saladas gotas de agua que caían lentamente por su rostro.

— Lo siento, no pasa nada — dijo limpiando rápidamente las lágrimas

— Maya...— Dijo Orión tratando de buscar la forma de preguntar lo que le pasaba

— Tranquilo, prometo que no pasó nada — dijo la castaña sonriendo hacia el chico y dandole una seña con los ojos, no quería hablar sobre el tema

Orión decidió respetar su decisión por el momento y acabaron de disfrutar la noche, el chico preocupado por la castaña y la joven con sus pensamientos perdidos en cierto joven que cada día se metía más en su corazón. Tom.

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