Capitulo VIII
Era un nuevo día, un nuevo comienzo, Maya se levanto de su cama para seguir nuevamente su rutina diaria, y poder bajar a desayunar.
Bajo las escaleras con una canción sonando en su cabeza, apenas en la noche había tenido un sueño que había tenido como fondo la canción "A Thousand Years" de Christina Perri, y desde ese momento la canción retumbaba en su cabeza.
I have died every day waiting for you
Darling don't be afraid
I have love you for a thousand years
I love you for a thousand more
El haber vivido en el mundo muggle hacía que conociera muchas canciones y una de sus favoritas era esa. Iba caminando por el pasillo mientas tarareaba la canción en busca de sus amigos que seguramente ya se había levantado de la cama. Se dirigió directo a el gran comedor, yendo a la mesa de Hufflepuff ya que ese día les tocaba desayunar en su mesa.
Entro al gran comedor y al momento una gran sonrisa de instaló en su rostro, Orión y Charlus estaban jugando con la comida.
— Hola — saludo Maya a los dos jóvenes
— Hola — respondieron los dos al unísono volteándola a ver
— ¿Cómo durmieron? — pregunto Maya mientras se sentaba al lado de Orión y frente a Charlus
— Muy bien ¿ Y tú? — Dijo Charlus empezando a comer
— Algo así — Dijo Maya, los dos chicos voltearon a verla dubitativamente, pero ella al sentir sus miradas quiso cambiar el tema — ¿Qué opinan de que ya vaya a ser el primer partido Gryffindor - Slytherin? — pregunto
— Amm que estoy algo emocionado — Dijo Orión para ayudarla un poco; aunque pensaba preguntarle luego
— ¡Muy emocionado!, es mi primer juego — Dijo Charlus sonriente
Lo que causó una sonrisa en Maya y Orión por la felicidad que sentían por su amigo, hace un poco había ido a presentar las pruebas y había sido aceptado como cazador.
— ¡Lo sé!, ¡vamos a ir a apoyarte! — dijo Maya muy feliz
— Yo no puedo — Dijo Orión con la voz baja con la intención de que ninguno lo escuchara
— ¿Cómo que no puedes? — Preguntó Maya confundida
— ¿Olvidas que el va en otra casa Maya? — pregunto Charlus con una sonrisa triste en el rostro
Maya frunció el ceño, no sabía que era obligatorio apoyar a su casa, ¿Qué pasaría cuando Hufflepuff jugará contra Gryffindor o Slytherin?, no podía creer eso, antes cuando ella estaba en su escuela, podía a apoyar a los equipos de fútbol que no fueran de su salón. Pero no iba a poner ninguna objeción al fin y al cabo era un mundo totalmente diferente.
— Esta bien — Dijo Maya esta vez sin rechistar
Charlus la miró tristemente, de lo que conocía a la chica, se había dado cuenta que a Maya le gustaba mucho apoyar y estar con todos sus amigos.
— Bueno cambiando de tema... Chicos, ya se acercan las vacaciones de Navidad, me preguntaba si querrían estar conmigo y mi familia — pregunto Maya tímidamente
Charlus y Orión se quedaron en completo silencio, ellos no conocían ninguna casa muggle, su vida había sido siempre dentro del mundo de la magia y sentían cierta curiosidad.
— Claro — Dijo Charlus sonriendo a Maya
— Obviamente si — Dijo Orión sonriendo de oreja a oreja
Maya sonrío igualmente, no le había preguntado a sus padres pero estaba segura que aceptarían que ellos fueran, desde que era pequeña a sus papas siempre les había conocer a sus amigos y que fueran de visita a su hogar. También estaba pensando en invitar a Tom, pero como recientemente se había comportado muy mal con ella, y le había dolido demasiado, no creía estar en posición de poder invitarlo.
Estuvo platicando otro buen rato con sus amigos para luego empezar sus clases del día; tristemente y para colmo no tenía ninguna clase con Orión; estuvo en silencio todas las clases ya que no tenía nadie con quien platicar, excepto en pociones que Claris, su compañera de cuarto se acerco a ella.
— Hola Maya — saludo ella
— Hola — respondió Maya
— ¿Por qué tan callada? — pregunto curiosa
— Es que no tengo clases con mis amigos hoy — contesto Maya siendo concreta pero sin hablar mucho
— Oh, te entiendo — dijo Claris sentándose a su lado y empezar a platicar con ella.
Maya sintió muy raro, ya que comúnmente tenía más amigos niños que hombres, pero Claris le caía muy bien.
Terminando las clases del día se fue a reunir con sus amigos para la comida y después ir al partido de quidditch.
Orión al ver a Maya en la comida la abrazo inmediatamente.
— ¡Pequeña Maya! — le grito Orión mientras la abrazaba — Te extrañe tanto en las clases — siguió, esta vez dando besos en la mejilla de su amiga, la que se reía
— Ya déjala que la vas a sofocar — dijo Charlus quitándolo para abrazarla ahora el — Yo nunca la veo, merezco más abrazos — reclamo Charlus dandole igualmente un beso en la mejilla
— No se aprovechen de mi — dijo Maya con una sonrisa de oreja a oreja haciendo una carita de perrito
Se sentó con sus amigos para empezar la comida, donde estuvieron haciendo planes para cuando fueran a visitar su hogar, Maya estaba muy emocionada ya que sus amigos conocerían a su familia.
Pero había un pensamiento que rondaba en su cabeza, y que sentía que debía sacar en ese instante, había estado todo el día rondando por su mente, cada vez más fuerte " ¿Y si invitaba a Tom?" No sabía qué hacer... ¿Qué tal si él la rechazaba? No quería pasar por esa humillación, no quería sentir que realmente ya no quería tener nada que ver con ella, prefería quedarse con la duda.
Terminando la comida su día siguió tranquilo, más clases, otra comida, y por fin llego nuevamente la hora en la que ella podría darse el lujo de regresar a su cama, tomar un baño, ponerse su pijama y disfrutar de una reparadora siesta.
Se metió a bañar, y luego se colocó su pijama, salió de la regadera y dejó sus cosas en su baúl.
— Haber cuando me presentas a ese chico — le dijo Claris sonrojándose
Maya confundida contesto — ¿De qué hablas? —
— El chico que te dejo ese regalo — Dijo Claris señalando la cama de Maya
Maya muy confundida miro en su cama, una rana de chocolate se posaba en su cama, con una pequeña tarjeta atada a el dulce.
Se acercó y abrió la nota.
Para Maya,
Eres una joven incomparable, yo sé cuánto añorabas tener una de estas, espero que te guste, y que sepas que te la mando con la mejor de las intenciones.
Atte: Ya sabes quién
PD: Necesito hablar contigo, te veo mañana en la mañana en la torre de astronomía
Maya se sonrojó completamente, y sonrío como boba, las únicas personas que la habían visto admirar la rana eran Charlus y Orión, y aquel chico que seguramente se la había mandado era Orión, su sonrisa seguía puesta en su cara, mañana le agradecería; y no tendría que ir a la torre de astronomía podría hablar con él en persona.
Se acostó en su cama y cerró los ojos pensando en la causa del hermoso detalle del chico.
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