Capitulo II

Era el primer día de escuela de Maya, se levantó de la cama a las seis y media para empezar a prepararse mientras que el resto de sus compañeras todavía seguían durmiendo. Tomo sus cosas del baúl y se metió a la regadera, pasados 15 minutos salió de la regadera y se colocó el uniforme de la que sería su nueva casa por los próximos siete años; se dirigió a su baúl de nuevo y guardo lo que había sacado anteriormente para usar en la regadera.

Aunque hoy sería su primer día de escuela, no harían mucho, ya que por ahora ni siquiera tenía su horario y cuando lo tuvieran las clases serían más para presentaciones que para tomar apuntes; para cuando termino de guardar sus cosas ya eran las siete y media así que ya lista bajo a desayunar al gran comedor, todavía era temprano así que no había muchas personas en los pasillos; en el trayecto al comedor se encontró a Orión con un chico de Gryffindor. El chico usaba gafas y el cabello negro azabache al igual que Orión, aunque sus ojos verdes y era alto de estatura.

-¡Orión!- Hablo la castaña al azabache

-¡Maya!- respondió el azabache sonriente, al momento que el otro chico se volteaba

-Buenos días- dijo Maya hacia los dos chicos corriendo a alcanzarlos

-Hola- dijeron loa chicos al unísono

-Maya, te presento a Charlus- dijo Orión al darse cuenta que no se conocían el ojiverde y la castaña

Maya le tendió la mano a Charlus y él la tomó gustoso, Maya sonrió y los tres retomaron su camino hacia el gran comedor, que por la hora que era estaba vacío.

-Chicos si quieren pueden desayunar en mi mesa- dijo Orión al ver que la mayoría de las mesas estaban vacías

-Sí, estaría bien- dijo Charlus mientras Maya asentía con la cabeza

El trío se fue a sentar en la mesa de las serpientes donde estaba un chico pelinegro, la sonrisa de Maya se ensancho al reconocer al chico, les aviso a sus amigos que los vería en la mesa y corrió a donde se encontraba el joven, mientras más se acercaba se dio cuenta que él estaba leyendo un libro pero igual siguió acercándose y se sentó a su lado, el pelinegro al sentir una presencia levanto la mirada y se encontró con los ojos cafés de la castaña.

-Hola Tom- saludo Maya dándole un beso en la mejilla, lo que dejo a Tom helado, y a todas las personas a su alrededor, aunque ninguno de los dos se dio cuenta

-Hola Maya- contesto Tom aún sin reaccionar completamente hacía el afecto de la castaña

-¿Cómo has dormido?- pregunto Maya

-Bien y tu- dijo Tom cortésmente

-Bien gracias- dijo Maya brindándole una cálida sonrisa

A Tom la sonrisa de la castaña lo hizo sentir extraño, era un sentimiento que solo aparecía cuando estaba con ella, y seguía sin gustarle esa sensación, además le incomodaba no saber que era aquello que estaba sintiendo y que había catalogado por ahora como un sentimiento de repulsión y odio, por lo que iba a empezar a evitar los encuentros con Maya.

-¿Y qué haces aquí?- preguntó Tom

-No sé si lo olvidaste pero vengo a estudiar aquí y tengo que desayunar- dijo Maya en forma de broma, aunque a Tom le pareció más una burla

-Me refería a la mesa de Slytherin- dijo Tom molesto, Maya se dio cuenta al instante del error que había cometido

-Yo... Lo siento, solo era una broma- dijo Maya apenada

-Solo responde mi pregunta- dijo Tom tratando de cortar la conversación de nuevo

-Vine con Orión, nos invitó a mí y a Charlus a desayunar aquí- dijo Maya con la cabeza gacha

-Ya puedes irte- dijo Tom cortante

Maya solo asintió con la cabeza y se retiró para ir con sus amigos. Llego a donde ellos estaban y se sentó inmediatamente junto a Orión

-¿Conoces a Tom?- pregunto Orión curioso

-Podría decirse - dijo Maya con la voz apagada mientras se servía el desayuno

-¿Cómo que podría decirse?- dijo Charlus confundido

-Pues me senté con él en el tren y me vine con él en el carruaje- dijo Maya empezando a comer

-Entonces si lo conoces- afirmo Orión

-Pues sí- dijo Maya levantando los hombros

-Entonces ¿Por qué tan triste?- le dijo Charlus

-Es que Tom se enojó conmigo- dijo Maya tristemente, ninguno de los jóvenes se veía sorprendido, pues estaban conscientes de la reputación y conducta que solían ser relacionados con el peligro

-¿Por qué?- preguntó Orión, no quería que Maya se sintiera mal, y no entendía porque le importaba tanto la reacción del chico

-Bromee con él y se lo tomo a mal- dijo Maya

-Oh... en verdad lo siento- dijo Orión dándole palmaditas en la espalda a Maya

-Él es así- dijo Charlus queriendo ayudar a que no se sintiera decepcionada

-¿Lo conoces?- dijo Maya 

-Sí, una vez me encontré con el en una tienda de libros, bromee con él y se enojó horrible, mis padres me regañaron por eso- dijo Charlus sin darle importancia

El trío siguió platicando hasta que terminaron de comer y tuvieron que ir por su horario, aunque eran de diferentes casas les tocarían algunas clases juntos, Charlus era dos años mayor que los dos así que se despidió y fue a sus clases, mientras tanto Maya y Orión comparaban para ver que clases les tocaban juntos, ese día les tocaban 4 clases juntos de las ocho que tenían, aunque no las tenían todas juntas quedaron de verse a la hora de la comida. 

Como la primera clase si les tocaba juntos fueron hacia las mazmorras donde iban a tomar las clases de pociones, entraron al salón y se sentaron los dos juntos esperando a que llegara el profesor, cuando llego e inicio la clase, los dos estaban jugando, hasta que el profesor les dijo

-¡Poulston, Black! Dejen de platicar- los dos alumnos hicieron caso omiso y siguieron muy alegres en su charla

-¡Poulston, Black! Segunda llamada, a la tercera los cambio- los demás alumnos se estaban riendo de que retaran al profesor, pero después de la segunda llamada por fin los dos hicieron caso.

Cómo Maya tenía contemplado, esa clase no hicieron más que hablar sobre cómo serían las clases, y eso paso con las siguientes dos clases antes de que tuvieran un periodo libre, de esas dos clases, Maya solo tuvo una con Orión, y en su periodo libre no coincidía con ninguno de sus dos amigos así que fue a explorar la escuela

***
Después de que Maya se fuera Tom se levantó de la mesa y se dirigió a su primera clase que era transformaciones, odiaba esa clase al igual que al profesor que la daba, Dumbledore. Siempre hacía parecer que era muy inteligente cuando en realidad era un tonto, eso Tom lo sabía perfectamente.

Terminando esa clase fue directo a Historia de la magia, le tocaba con los estúpidos de Gryffindor, la clase fue la más aburrida de todas, esa clase la daba un fantasma, así que no podía ser mejor, su segunda clase le tocaba pociones, con el profesor Slughorn, lo único que le gustaba de esa clase era que el profesor siempre le daba puntos, ya que hacia las mejores pociones del colegio. Ese día lo único que le impresiono de esa clase fue que el profesor estuviera de mal humor, eso nunca sucedía, siempre estaba muy sonriente y hacia a todos reír, pero esta vez estaba furioso, es más, hasta le quito puntos, eso era lo que más le había hecho enojar.

Saliendo de la clase se dirigió a la biblioteca, tenía un periodo libre y quería regresar el libro que había terminado, saliendo de la biblioteca escucho una voz

-Tom- primero quedo un poco impresionado pues normalmente nadie lo llamaba, pero no lo estuvo más cuando descubrió a la dueña de la voz

-Hola Maya- volteo tras saludar a la castaña, estaba como en la mañana, traía el cabello castaño recogido en una coleta, y venía con su uniforme de Hufflepuff lo que la hacía ver tierna pensó Tom, pero inmediatamente borro ese pensamiento.

-Oye... me preguntaba si podía estar contigo ahorita- dijo Maya tímidamente

-¿Qué no tienes clases?- le pregunto Tom, le había tomado por sorpresa que alguien quisiera estar con el

-Es mi periodo libre y todos mis amigos están en clase- Dijo Maya jugando con sus manos en señal de nerviosismo

-Supongo- dijo Tom que todavía estaba sorprendido pero no lo mostraba en su rostro

Maya acelero el paso para alcanzar a Tom que todavía no cabía en su asombro

-Y... ¿caminamos?- dijo Maya aun nerviosa

- Ah sí claro- dijo Tom reaccionando

Los dos empezaron a caminar por el pasillo, Tom se sentía extraño al lado de Maya de nuevo, aunque odiaba ese sentimiento, cada vez tenía mayores ganas de averiguar porque, que era lo que tenía ella que lo hacía sentir así, y lo más importante que era ese sentimiento.

-Y ¿dónde vives?- pregunto Maya para iniciar conversación

-En un orfanato- dijo Tom agachando la cabeza, no era que lo entristecieran los recuerdos sino que lo hacían enojar

-Yo... Lo... lo lamento- dijo Maya sintiéndose mal por su pregunta

-No, no pasa nada- dijo Tom- mejor cambiemos de tema- sugirió él

-Lamento lo de en la mañana- le dijo Maya

-Olvídalo- dijo Tom

-Tom...- dijo Maya

-Sólo olvídalo ¿Sí?- dijo Tom interrumpiéndola

-Tom no me digas que lo olvide, necesito saber que me perdonas- dijo ella, ese comportamiento le parecía extraño a Tom, normalmente cuándo le decía a la gente olvídenlo lo dejaban en paz y se iban pero esta chica insistía de nuevo

-¿Por qué?- dijo Tom extrañado

-¿"Por qué "qué?- respondió la castaña confundida

-¿Por qué te importa?- dijo el 

-Simplemente no me quiero pelear contigo- dijo ella

-¡Pero porque, no debería importarte, ni siquiera te conozco bien!- gritó Tom

A Maya se le cristalizaron los ojos, como podía gritarle cuando se preocupaba por él y su amistad; Tom miro a Maya y se dio cuenta que esta vez si se había pasado, Maya ya había empezado a llorar y a caminar lejos. 

-¡Maya!- gritó el tomándola de la muñeca sorprendiendose nuevamente por su reacción 

- Solo déjame- dijo Maya tratando de no mostrar más sus lagrimas mientras se soltaba de su agarre corriendo para alejarse de ahí

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