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—¡Zarpa de Tórtola! ¡Pluma Mojada! —sollozó Zarpa de Luna. Frías gotas de lluvia empapaban su pelaje plateado. Ahora no había ningún rastro que pudiera seguir —¡Niebla Nocturna!

Entonces vió que polvos rojizos brotaban de una flor. Ésta estaba quemada. A la gata no le importó y siguió aullando los nombres de sus compañeros. De repente, algo la tumbó. Era la tercera vez que le pasaba y no le gustaba la forma en la que Ala de Fénix empezaba la conversación.

—¡Ayúdame! —gimió la gatita. El guerrero la miró con pena. Luego se desvaneció.

—No... —susurró Zarpa de Luna, contemplando como se iba su última esperanza de ser rescatada —No te vayas...

Pero el gato no volvió.

***

Las nubes no cedían de llover. Las gruesas gotas que caían del cielo impactaban en la cabeza de la aprendiza, que vagaba, ahora en la oscuridad.

No puedo ver, no puedo oler y el territorio es desconocido para mí. Aunque ese roble me parece familiar...

¡Pues claro! ¡Ese era el árbol que, junto con el sauce viejo! Estaba en el límite con el Clan del Manzano. La gata dejó de llorar al instante.

—¡Pluma Mojada! ¡Niebla Nocturna! ¡Estoy aquí! —maulló. Aunque luego cayó en la cuenta: seguramente el resto de la patrulla no se había quedado ahí.

Al menos puedo pasar a los territorios del Clan del Manzano. ¡Zarpa Caída me ayudará!

Tan pronto como puso una pata del otro lado de la frontera, Zarpa de Luna sintió un escalofrío. Estaba rompiendo el código guerrero al cruzar los límites sin permiso.

Crúzalos.

La gata escuchó otra voz que no era la de Ala de Fénix.

¿Quién eres tú? Le preguntó molesta la aprendiza. Como si no fuera suficiente tener una voz mental como para tener otra.

Mmm... Prefiero no ser tan tonta como mi hijo. Susurró la voz, que hizo que a Zarpa de Luna se le erizara el pelaje de miedo.

No iba a contestarle. Definitivamente no lo haría. Si algo había aprendido la gata gris era que si no le hablaba a su cabeza, ésta no iba a contestar.

Sin previo aviso, algo chocó contra ella. Una masa de pelaje y músculos se estrelló contra su cuerpo, haciéndola perder el equilibrio.

—Pero ¿que...? —masculló una voz masculina. Zarpa de Luna olió el aroma del Clan del Manzano —¡Intrusos! ¡Intrusos del Clan de la Colina!

—¡Ey! —protestó Zarpa de Luna. Le devolvió el golpe con las zarpas envainadas —Que no te estoy haciendo daño.

Tuvo tiempo de analizar al rival. Era grande, el doble de grande que ella. Tenía el pelaje corto y de color gris, aunque su hocico y su pecho eran blancos, así como sus patas. Este la miró a ella a su vez.

—¡Vete! ¡Fuera del territorio del Clan del Manzano! —siseó el gato mostrando los colmillos.— O lo tomaré como una invasión.

Por detrás suyo de acercó otro gato blanco, pero hembra. Olfateó su alrededor.

—¿Un ataque? Es una cachorra. —maulló. Miró a Zarpa de Luna, que estaba lista para correr.

—¿Tienes cinco lunas? —le preguntó la gata blanca. La aprendiza asintió, sin saber porqué le hacía esa pregunta. —Es obvio. El Clan de la Colina sigue manteniendo sus sangrientas costumbres. Ten cuidado —le dijo a Zarpa de Luna.

Dicho esto, la gata le hizo una señal con la cola al gato gris, y este se retiró. Entonces se volvió una vez más a la aprendiza.

—Tu clan está para ese lado —le dijo con amabilidad, mostrándole la dirección con la cabeza. —Tu clan guarda un secreto oscuro, pero no es mi asunto. Te veo luego. —se despidió. Se fue, siguiendo al otro gato.

Zarpa de Luna la miro desaparecer tras una mata de helechos. Le picaba la curiosidad: ¿Sangrientas costumbres?

Tenía razón al pensar que algo más pasaba. Algo relacionado con los aprendices del Clan de la Colina.

¡Concéntrate! Debes volver a tu preciado clan. Era la voz aterrorizante de nuevo.

La gata sacudió la cabeza. La lluvia estaba empezando a amainar, y ella debía volver al clan lo antes posible. Nariz Frondosa, Garra Tormentosa y Vuelo de Pájaro estarían muy preocupados.

Pero ¿Y Zarpa de Tórtola? Ella lo había ido a buscar.

Primero iré por el, y luego iremos hacia el campamento. Decidió la aprendiza.

Miró al Manto Planteado. Las estrellas, vestigios de sus ancestros, se encendían y se apagaban.

¿Que me pasa? Se preguntó confundida Zarpa de Luna. Entonces sintió una molestia en el estómago. Tenía hambre y ella no sabía cazar. No había pensado en eso. No le quedaba otra opción que volver al campamento del Clan de la Colina.

Se puso en marcha, oliendo árboles y presas, frustrada por no tener la habilidad de cazarlas. Resolvió pedirle a Vuelo de Pájaro lecciones de caza para la próxima vez. E hizo una lista de cosas por hacer.

Primero, cuando llegue al campamento, comeré algo. De ser posible, intentaré salir a buscar a Zarpa de Tórtola. Luego, iré a ver a Lengua Afilada y averiguaré que fue un sueño y que no.

Y de paso, aprenderé a cazar. Añadió la gata, pesarosa.

846 palabras. En el capítulo diez, algo pedido por la gente...

Un POB... ocno un capítulo del punto de vista de Zarpa Caída.

Si tienen otra idea, ponganla aquí

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  IiiI   <=======Aquí :v
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Ah! En los capítulos 10, 20, 30 (si llegamos :v) habrán 2000 palabras mínimo.

En los capítulos que sigan a esos dieces :v habrá más palabras.

Ejemplo: Capítulo 1, 800 palabras. Capítulo 11, 1000 palabras. Capítulo 21, 1300 etc etc. También en los demás capítulos como el 12, el 13, y los demás :v:

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