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—¡Pequeña Luna, apresúrate! —maulló escandalizada Nariz Frondosa —¡Estrella Melada ya ha empezado la ceremonia!
—¡Ya voy! —le respondió irritada la cachorra gris.
Estaba intentando convencer a Pequeña Ramilla y a Nevadizo que ella no se iría para siempre de la maternidad.
—Dormirás nuevamente conmigo cuando seais aprendices.
—Pero ¡faltan lunas para eso! —gimió Nevadizo.
—¡Si!
—Esperad por mi, ¿Vale? —les dijo Pequeña Luna —Que la espera haga mas placentero el encuentro.
Pequeña Ramilla bajó la cabeza —muy bien.
Pequeña Luna suspiró aliviada y se dirigió afuera de la guarida. Todos los gatos la estaban mirando.
¡Dejad de observarme de esa forma! Me estáis asustando. Pensó la gatita atigrada.
—Pequeña Luna —maulló Estrella Melada. Estaba subido en el Peñasco Rocoso, a la espera de la aspirante a aprendiza.
—Pequeña Luna, ya has cumplido las cinco lunas y es hora de que empieces tu aprendizaje.
A la cachorra le pareció un poco... Vacío. Estaba segura de que el líder había olvidado una palabra esencial.
—A partir de ahora hasta que finalices el entrenamiento, tu nombre es y será Zarpa de Luna. Tu mentor...
En ese punto, el líder se detuvo.
Clavó sus ojos en Zarpa de Luna. Y expresión de felicidad cambió a una sombría. Había tanto pesar en ellos que la recién nombrada aprendiza no desvío la mirada por un pelo de ratón.
—Tu mentor será... —Estrella Melada paró. Zarpa de Luna vio que algunos aprendices se reían y sacudió la cola con impaciencia.
¡Dilo! Por el Clan Estelar ¡Que vergüenza! La aprendiza sintió que todos los gatos se estaban burlando a sus espaldas. Movió las orejas, azorada.
—...Vuelo de Pájaro.
Los gatos del Clan de la Colina miraron a Zarpa de Luna, serios.
La recién nombrada aprendiza miró al líder. La rabia y el desconcierto luchaban en su corazón y en sus ojos, intentando procurarse el primer lugar.
—No... —murmuró Zarpa de Luna. La palabra importante pero ausente era "guerrero". Entrenamiento guerrero.
Entonces, la gata gris sintió un empujón. Era Nariz Frondosa.
—¡Lo prometiste! ¡Dijiste que no! —siseó, escupiendo furia en cada una de sus palabras.
Zarpa de Luna miró a su madre, furiosa y asombrada. Los ojos de la lugarteniente brillaban de... ¡¿Odio?!
Estrella Melada erizó el pelaje, pero sólo reflejaba tristeza.
—Lo siento, hermana. No he tenido otra opción... —sus omóplatos se hundieron y se miró las patas.
Nariz Frondosa dió un paso adelante. Tenía el pelo tan erizado que parecía ser tres veces más grande. Zarpa de Luna nunca la había visto así, sólo en una batalla contra otro clan, pero hasta ahí parecía menos furiosa.
—¡Esa es tu excusa ahora! ¡Tan estúpida como las anteriores!
—Hermana, yo... —Estrella Melada iba a decir algo en su defensa, pero Nariz Frondosa lo salvó de decir nada.
—¡NO ME LLAMES HERMANA! —gruñó la gata, mostrando sus afilados colmillos y moviendo la cosa como si estuviera a punto de saltar al Peñasco Rocoso —¡La sangre no hace la familia, lo hace el amor y el respeto! ¡No te atrevas, hasta que yo me una al Clan Estelar, insinuar que alguna vez fuimos familia, porque nunca lo fuimos!
La lugarteniente hizo una pausa, se giró y miró a todos los gatos presentes.
—¡Os digo, a todos y cada uno, que renuncio a mi puesto de lugarteniente!
Hubo maullidos ahogados. Zarpa de Luna abrió sus ojos como platos: recordaba una historia que le solía contar Conejo Negro...
"...¡Y tu madre era una aprendiza excepcional! Nunca dejó algo sin hacer. Todos hablaban de su amabilidad desmedida, pero yo, como su mentor, me daba cuenta de algo más: su orgullo. Todo lo que hacía, absolutamente todo, era acuerdo al código guerrero. Como guerrera (recién nombrada, claro), cuidaba a los veteranos como nunca lo hizo ningún aprendiz. Nunca lo admitía, pero yo sabía una cosa: ella deseaba ser lugarteniente. Amaba a todos los miembros del Clan como si fueran sus cachorros. Hasta reina, no ha dejado de preocuparse por el clan. Su respeto y coraje son tan fuertes que no interrumpieron su deseo de ocuparse del Clan de la Colina..."
La aprendiza se dio cuenta de que el enojo de su madre era real. Había renunciado a su sueño, ¿Por su hija? ¿Solo por su entrenamiento injusto?
Hay algo más. Algo que no me habéis contado.
711 palabras @.@
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