Una chica peculiar
Tras despedirse de Madame de Garderobe, Rose se dirigió a la puerta del castillo donde Chapeau, el perchero la estaba esperando con una capa de color marrón y tras agraderle el gesto, la muchacha observó cómo un precioso caballo negro se dirigía hacia ella.
-Pensabamos que necesitarías una buena montura para ir al pueblo- explicó Din Dong mientras Rose acariciaba al animal.
-Muchas gracias amigos, os prometo que volveré cuando haya hablado con la muchacha que romperá el hechizo- dijo Rose subiéndose al caballo.
Los objetos se despidieron de la joven y antes de que volvieran al castillo, Chip no pudo evitar preguntar:
-¿Creeís que la encontrará?.
-Por nuestro bien espero que si- contestó Lumiére.
Lo que ninguno de los objetos sabía, era que la Bestia se había acercado al balcón para ver cómo Rose se dirigía a la aldea y que desde lo más profundo de su corazón, él esperaba que su nueva amiga cumpliera su promesa.
Al llegar a la aldea de Villeneuve, Rose vio cómo la gente iba de un lado para otro hasta que sin querer se tropezó con una joven.
-Oh disculpame, lo siento mucho- dijo Rose al mismo tiempo que cogía el libro que estaba en el suelo para devolvérselo a su dueña.
-Tranquila no pasa nada, suelo ser muy distraída- contestó la joven desconocida.
En ese momento, cuando Rose levantó la vista, se encontró con nada más y nada menos que con Bella, la protagonista de su cuento favorito y la única persona en ser capaz de romper el hechizo del castillo y de la Bestia.
Bella tenía más o menos la misma edad de Rose, llevaba un vestido de color azul con un delantal muy práctico para llevar objetos. Sus ojos eran de color castaño y su pelo rubio ceniza estaba recogido con un moño.
-Gracias por devolverme el libro- agradeció Bella a la vez que sonreía a Rose.
-Es Romeo y Julieta ¿no?, es uno de mis libros favoritos- confesó Rose.
Aquella frase hizo que Bella ensanchara mucho más su sonrisa, pues era la primera vez que veía a una joven que le gustara leer tanto como ella.
-También es mi favorito, un amor prohibido, una hermosa ciudad, me ha gustado tanto que es una pena que lo tenga que devolver a la librería-explicó Bella.
-Si quieres puedo acompañarte- se ofreció Rose.
-Me encantaría, por cierto no me he presentado, me llamo Bella.
-Encantada, mi nombre es Rose-
Pero antes de que las dos muchachas pudieran dirigirse a la librería, un hombre de aspecto despistado llamó la atención de Bella.
-Bonjour monsieur Jean, ¿le ocurre algo?- preguntó Bella preocupada.
-Hola Bella es que creo que he perdido algo pero no se que és- explicó el hombre.
-No se preocupe monsieur Jean seguro que tarde o temprano encontrará lo que busca- contestó Bella optimista.
-¿A dónde vas?- cuestionó monsieur Jean antes de que Bella se fuera.
-Me voy a la librería a devolver un libro con mi nueva amiga Rose, va sobre dos amantes de Verona- explicó Bella.
-¿Hay algún alfarero?- preguntó monsieur Jean.
-Me temo que no señor- dijo Rose.
-Pues que aburrido- contestó el hombre.
Por el camino, Bella y Rose no pararon de hablar de libros, cuales eran sus favoritos, cuales querían leer y cual era su género favorito. En cuanto las dos jóvenes entraron por la librería, Rose vio que era muy pequeña pero muy hermosa para alguien que amaba la lectura, pero antes de que Rose pudiera observar más a fondo aquellos libros, el párroco de la iglesia y dueño de la librería se acercó a Bella y le dijo:
- Vaya Bella, ¿ya te has leído el libro?.
-Si, no podía dejar de leerlo- confesó Bella mientras le devolvía el libro al párroco.
-Y veo que has traído a una amiga, ¿también te gusta leer jovencita?- cuestionó el hombre mientras colocaba el libro en la estantería.
-Si mucho, su colección es muy hermosa- dijo Rose maravillada.
-Gracias querida- contestó agradecido el párroco.
-¿A llegado algún libro nuevo?- preguntó Bella.
-Me temo que no pequeña, es un pueblo pequeño y no muchas personas piden libros nuevos- explicó el párroco.
-Bueno no importa, me llevaré este- dijo Bella mientras elegía otro libro.
-Pero si ese ya lo has leído dos veces- explicó el párroco sorprendido por la elección de Bella.
-Es que es uno de mis preferidos, hay lugares lejanos, aventuras, hechizos mágicos y un príncipe disfrazado- contó Bella enumerando las maravillas de aquel libro que al parecer tanto amaba.
Rose no pudo evitar sonreír viendo cómo su nueva amiga era feliz sólo con un libro, hasta que el párroco le preguntó:
-¿Y tú querida, que libro quieres llevarte?.
Al final, Rose se decidió por un libro aventuras y romance, entonces el párroco, al ver que las dos jóvenes estabvan encantadas por su elección se despidió de ellas.
-Bueno queridas, que tengaís un buen día.
-Muchas gracias monsieur- contestarón las dos al unísono.
Al salir de la librería, Bella le preguntó a Rose si quería ir a su casa a conocer a su padre, a lo que Rose aceptó encantada, pero anes de que pudieran dar un paso, un desconocido se acercó a las muchachas por destrás y dijo:
-Hola Bella.
Y en cuanto las dos se dieron la vuelta, Bella no pudo evitar poner un gesto de desagrado, pues delante suya estaba...
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