Sofía empleó unas horas comprobando sus constantes vitales y las de Gamboa y haciendo una revisión médica general. Un tiempo precioso durante el que Gamboa aprovechó para leer el nuevo libro de papel que tenía en su poder. Se llamaba First Man, y narraba la historia de Neil Armstrong, el primer hombre de la historia en pisar la Luna. Cuando terminó de leerlo, y empezó a contarle la historia, el teniente Castillo parecía intensamente concentrado en el relato, consciente de que en ese libro estaba la pista para capturar a los dos asesinos.

—Tras el proyecto Mercurio, que tenía por objeto llevar al hombre al espacio, llegó el proyecto Gemini, con notables mejoras, como el diseño de naves más sofisticadas, más maniobrables y más grandes, en las que podían viajar dos astronautas. Otro de los objetivos del Gemini también era el desarrollo de las tecnologías que serían utilizadas en el siguiente proyecto, el proyecto Apolo, que llevaría el hombre a la Luna.

—¿Qué? ¿A la Luna? —preguntó Castillo con sorpresa— ¿Con esa tecnología de cohetes tan primitiva?

—Sí, teniente.

—Era muy arriesgado. Continúe.

—Es cierto, algunos de ellos murieron, pero no adelantemos acontecimientos.

—De los siete de la Mercury, Scott Carpenter y John Glenn (el primer americano en órbita) se interesaron en otros temas y lo dejaron. Alan Shepard (el primer americano en el espacio) desarrolló una enfermedad en el oído que le producía vértigos, y no pudo participar en el Gemini. A Deke Slayton, por su parte, le habían diagnosticado arritmias en el corazón, y no saldría al espacio ni con la Mercury ni con la Gemini. Resumiendo, de los siete solo quedaban tres en activo: Virgil I. Grissom, Walter Schirra y Gordon Cooper.

Se necesitaban nuevos astronautas. Así que, se eligió un nuevo grupo que acompañaría a los que quedaban de la Mercury. Fueron llamados los Nuevos Nueve. Entre ellos estaba Neil Armstrong, el hombre que pisaría por primera vez la Luna, junto a Frank Borman, Charles Conrad, James A. Lovell, James A. McDivitt, Elliot M. See, Thomas P. Stafford, Edward H. White y John W. Young.

—Por supuesto, solo hombres —dijo Sofía—. Supongo que pensaban que las mujeres no servían para nada.

—Con la enorme dimensión que fueron tomando los nuevos proyectos Gemini y Apolo, fue necesario aumentar la plantilla de astronautas todavía más, con más grupos de astronautas. El tercer grupo fue de catorce. Entre ellos estaban Edwin Aldrin y Michael Collins, que acompañarían a Armstrong en su primer viaje a la Luna.

—¿Qué desafíos supuso para los astronautas el proyecto Gemini respecto al Mercury?

—La actividad más novedosa fue tener que realizar acoplamientos con otras naves, algo que parecía necesario para el proyecto Apolo; pero hubo otros aspectos que también tuvieron que ponerse en práctica, como la estancia prolongada en el espacio o las actividades extravehiculares.

—¿Actividades extravehiculares?

—Sí, Edward H. White fue el primer americano en hacer un paseo espacial en la Gemini IV. Sin embargo, los primeros fueron nuevamente los rusos, cuando Alexei Leonov salió de su nave estando en órbita.

—Los rusos de la Vostok se adelantaron otra vez —dijo Castillo, con una sonrisa—. Iban siempre por delante.

—Ellos también habían iniciado un nuevo proyecto llamado Voskhod. El Vostok había finalizado con Valentina Tereshkova.

—De acuerdo, Gamboa. Volviendo a Neil Armstrong, ¿qué puede decirme de él?

—Armstrong demostró sus cualidades durante este proyecto Gemini, cuando era comandante de la misión Gemini VIII —en la que también iba Dave Scott—, y surgieron dificultades que le obligaron a realizar un aterrizaje de emergencia.

—¿Qué ocurrió?

—Armstrong realizó el primer acoplamiento entre dos naves de la historia. Hoy nos parece rutinario, pero entonces era algo arriesgado, y que había que aprender a hacer para el proyecto Apolo. Y surgieron problemas. Al realizar el acoplamiento con la otra nave, todo empezó a girar fuera de control. Armstrong consiguió controlar la situación, pero se vió obligado a desacoplarse y tomar tierra antes de lo previsto.

—Y los rusos también se les adelantaron.

—No, esta vez no. Armstrong fue el primero en realizar un acoplamiento, y causó sensación el coraje y la profesionalidad con la que pudo controlar la nave durante el incidente. Armstrong era un fuera de serie.

—Entonces ser astronauta era algo muy peligroso. Esos tipos se la jugaban.

—Sin duda. Durante este periodo morirían algunos astronautas. Justo unos días antes de que la Gemini VIII despegase, murieron Elliot M. See y Charlie Bassett. Es verdad, que fue en un simple accidente aéreo, pero es que ser astronauta no era un trabajo sencillo. No fueron los únicos. Theodore C. Freeman y Clifton C. Williams también murieron en circunstancias similares.

Castillo se quedó pensativo.

—¿Y esto qué tiene que ver con los crímenes del caso que estamos investigando? —dijo finalmente Castillo, con desesperación—. Me he puesto en evidencia delante del comandante por ir a Florida para esto... Hábleme del Apolo y espero que tengamos más suerte.