¿Pero quienes somos nosotros para juzgar?

Habían pasado aproximadamente tres días desde el encuentro con Sanzu. Actualmente el susodicho se encontraba durmiendo en el nido que improviso con las pocas pertenencias con las que había llegado, algunas de sus ropas que había rescatado de antes de que fueran lavadas y obviamente todas las sábanas y almohadas en la residencia fueron secuestradas.

Sinceramente no esperaba que este encuentro, con la persona que lo dio a luz y cobardemente lo abandono se diera de esa manera. Pero bueno, el destino obra de maneras muy misteriosas.

Ahora tenía que preparar el desayuno, mientras esperaba la llegada del doctor. No ha podido volver al edificio de la organización a la que pertenecía su madre, no podía descuidarlo, ya que las pesadillas se volvieron recurrentes.

Esperaba que Kakuchou haya cumplido su petición y brindado cuidados médicos a South, el desgraciado no debía morir todavía, tenía mucho que pagar.

-Cachorro - escucho el suave llamado del pelirrosa - Cachorro - volvía a llamar, la alpha apago el fuego de la cocina y se dirigió a la habitación donde estaba recluido.

-Aquí estoy madre - susurro bajo mientras dejaba salir sus feromonas para que el omega lo reconociera.

El omega le extendió las manos y ella simplemente la tomó, sintió el suave agarre y el tirón, como suplicando que entre a hacerle compañía a su nido simplemente cedió a los deseos del omega y se adentró, acomodándose bajo uno de sus brazos y recostando la cabeza sobre el pecho del pelirrosa. El brazo derecho lo arropo con una manta impregnada con un su olor a hierbabuena, por alguna extraña razón, el omega no podía dejar fluir su feromona y eso era preocupante, solo podías sentirlo si te acercabas lo suficiente a la glándula odorífera. Un suave olor a cannabis, era realmente irónico. Sintió como el pecho del omega vibraba y un suave arrullo fluía del fondo de su garganta. Eso lo dejaba un tanto aliviado, que un omega ronronee era sinónimo de buen estado de su instinto.

-Mi Cachorro – repetía mientras lo abrazaba fuerte, y sentía como su cabello se humedecía, el omega lloraba – mi cachorro – el leve temblor y los arrullos la hacían sentir relajada.

-Si madre, yo soy tu cachorro – la voz relajada de la alpha, y las caricias que dejaba en forma de circulo sobre el brazo de su madre garantizaban bienestar y seguridad – no te voy a dejar –estiro el brazo que lo abrazaba y la dirigió a su mejilla, para sentir el calor que el omega le brindaba, evito el contacto visual y se abrazó al omega – No sabes cuánto espere para poder conocerte.

Sintió la vibración en el bolsillo de su pantalón, levemente se deshizo del abrazo y saco el móvil, era un mensaje de Kakuchou.

Kakuchou: Ya estamos aquí con el doctor, los Haitanis también vinieron, como pediste todos tenemos puestos el parche de olor.

Serena: Ok, ya voy.

-Madre, déjame ir a terminar el desayuno – se levantó despacio, sintió como los brazos de su madre no lo dejaban salir – Vamos madre, no dejaras que tu cachorro ande con el estómago vacío – tocar uno de los puntos débiles de los omegas no era su estilo, pero el fin justifica los medios.

Dejo al omega arropado, y abandono la habitación. Su residencia temporal era un departamento que consiguió en el centro de Shibuya, con dos habitaciones y una sala con cocina, era un lugar pequeño literalmente tenía que agacharse para cruzar por las puertas de la residencia, agradecía que el techo al menos no estuviera al ras de las puertas "Malditos enanos asiáticos", pero cumplía con su función. Abrió las cortinas para lograr una mejor iluminación. Y posteriormente fue a abrir la puerta. Allí se encontraban cinco personas, Los Haitanis, Kakuchou, un omega peliblanco y la doctora.

-¿Es omega? – Consulto la alpha.

-Espere un momento – Dijo la doctora mientras se rebuscaba en su bolso y sacaba una identificación – Me llamo Grace López y si lo soy.

-Bueno, pueden pasar – Ella se apartó de la entrada y cedió el paso a los invitados.

Al momento de que entraran los alphas de su madre conecto miradas con ambos, se notaba el rencor que sentían hacia ella, capaz estaban indignados por el desenlace de su encuentro anterior y por llevarse al omega sin permiso, simplemente les sonrió de forma cordial y dejo pasar el momento, luego fijo los ojos en el peliblanco, un omega de singular apariencia, esos ojos delineados y mirada gatuna, ese caminar elegante, y el suave olor a mar que desprendía, definitivamente le gustaba ese omega.

-¿Tú debes ser Hajime Kokonoi? – Cuando el omega levanto el rostro para mirarlo "Dios Mío, tremendos ojos negros" – Eres demasiado hermoso.

-... - El omega se quedó helado, y su pálido rostro comenzó a tornarse rojo - ¿Qué?

Se puso a la altura del omega y aprovechando el shock del omega, reacomodo los mechones rebeldes que caían sobre el rostro del omega detrás de su oreja.

-Algún día permíteme cortejarte- susurro solo para que el omega lo escuchara.

-Aléjate de mí - empujó a la alpha y se adentró a la residencia.

La sonrisa que adorno el rostro de la alpha llamó la atención de los presentes, pero había algo más urgente con lo que lidiar.

-Ya estamos aquí ¿dónde está mi paciente?- hablo la doctora rompiendo el pesado ambiente que se estaba formando entre los alphas de mirada lavanda y la pelinegra.

-Está en la habitación, pero antes de que los lleve adentro tengo que comentarle un par de cosas -la alpha se dirigió a la cocina y decidió terminar de preparar el desayuno - usted va a tratar con su omega interior, su parte racional está... como decirlo, dormida.

-Listo, algo más que quieras decirme - la doctora estaba tomando nota.

-Hay chaquetas mías en la entrada de la habitación, necesito que se lo ponga, no tolera el olor de otras personas desconocidas y esas están impregnadas con mis feromonas - levanto la vista enfocándola en Kokonoi - va para ti también.

-¿Y yo porque? Solo vine para saber de su estado - respondió huraño, con el ceño fruncido y manteniendo los labios lisos.

-Por si la doctora necesita ayuda, además según escuche, tu lo conoces de más tiempo y puedas responder algunas preguntas - Serena, siguió trabajando en terminar el desayuno – Y porque me gustaría verte puesto con algo mío hehehe - carcajadas burlona.

-... -Primero no supo que responder y luego agarro un cenicero sobre la mesa y se lo lanzo a la alpha, quien lo detuvo con la mano derecha.

-Madre mía, que buen brazo – Sonrió complacida – yo si te dejo ahorcarme.

-Estúpida niña engreída e irrespetuosa – respondió iracundo el omega peliblanco.

-Siguiendo con la salud de mi madre – Enfoco la mirada en el omega peliblanco ignorando los insultos, sonriendo de esa forma que empezaba a perturbar a todos – las cosas que no puedas responder, las consultaremos con Mikey.

El comentario de la Alpha levanto una cortina nueva de muchas dudas y preguntas, parecía que ella conocía al líder de Bonten desde hace tiempo. Aun a pesar de todo eso, se podía apreciar los semblantes apesadumbrados de los hermanos y el rostro cansado en el pelinegro.

-Ustedes esperen aquí, vuelvo en unos momentos - se fijó en que la doctora y el pequeño gatito hicieran uso de sus prendas, este último parecía reacio a tener puesto su ropa.

-Tienes un gusto mediocre en ropa, además de barato – pero que humor se carga el gatito.

-Oye no seas grosero – respondió haciéndose la ofendida, con la mano en el pecho fingiendo dolor – Es difícil conseguir ropa femenina para alguien con mi altura y no puedo gastar todos mis ahorros en prendas a medida.

Eso pareció tocar algo en el omega, aunque imperceptible decidió pasar de él y seguir con su camino.

Noto como el peliblanco movía la nariz de forma imperceptible, un gusto culposo por incomodar a ese omega comenzó a tomar lugar en su mente, pero no hay tiempo de perderse en sus maquinaciones, ahora tenían que prestar atención a la salud física y mental del omega en la habitación. La alpha terminó de colocar las platillos y jugos en la bandeja, y se dirigió a la habitación, donde se encontraba su madre.

-Esperen un momento, tengo que hablar con el - se adentró al oscuro lugar, dejo en una cómoda los alimentos y se acercó al nido - Madre - llamo despacio, sin adentrarse al territorio seguro del omega.

El omega levanto la cabeza y enfoco los ojos sobre su cachorro, extendió la mano para acariciarle los oscuros cabellos a su cachorro, sonriendo con orgullo viendo lo sana y grande de su cachorra.

-Estoy preocupada por ti, necesito que un doctor te vea - el pelirrosa retrajo su mano y se cubrió la cabeza en su nido.

-No quiero extraños aquí, por favor - susurro, tratando de convencer a su cachorro sobre sus deseos.

-Lo sé, es nuestro territorio - extendió la mano para poder sentir el tacto de su madre - ¿recuerdas a Koko? - el lado instintivo de su madre era un tanto patético.

El omega miro a espaldas de su cachorro y se fijó en el peliblanco que se encontraba en la entrada de la puerta, mirándolo de una forma extraña, volvió a enfocarse en su cachorro fijándose en su expresión y si había algún cambio en su aroma que le alertara si había algo mal, no encontrando amenaza alguna, asintió para su cachorra.

-Necesito que hagas esto por mí - tomo la mano de su madre y la dirigió a sus mejillas, dejando un suave beso sobre la palma - quiero cuidar de tu salud y tienen que hacer algunas pruebas.

La mirada temerosa y las negativas del omega con los extraños.

-Es omega... es como Koko, como tú- Giro su rostro hacia el mencionado, sonriendo, dejando ver esa hilera de dientes blancos y esos colmillos propios de su género - y él te cuidara mientras yo espero afuera- el pequeño gato se paró más derecho y desvió la mirada.

-Está bien.

-Luego de tus pruebas Koko te ayudara a desayunar y luego los sacaremos a todos de nuestra casa y podremos seguir viendo una película - pronuncio en voz alta para que los que esperaban afuera escucharan.

Se puso de pie, y extendió la mano hacia el omega peliblanco quien reacio extendió sus manos, un leve escalofrió recorrió su columna, satisfecho con la sensación sonrió de forma ladina y posteriormente lo acerco al nido.

-El necesita del contacto para ciertas cosas, un poco de presión en las manos en señal de apoyo es suficiente... - miro a su madre quien dudoso acepto al nuevo intruso - los dejare solos con la doctora, creo que necesitaran privacidad.

Salió de la habitación cerrando la misma, un tanto cansada, esta situación ponía a prueba toda su paciencia, necesitaba ayuda lidiar con alguien en ese estado hacia que su alpha, su instinto se mantuviera alerta y muy sobre protector, lidiar con el deseo insano de destruir a quienes dañaron a su madre era un esfuerzo titánico. Se sentó en una silla que había traído de la cocina frente a los otros invitados, extendiendo sus piernas y sobándose la cabeza, hizo una barrida rápida con la mirada sobre los presentes. El aspecto del menor de los Haitanis le provoco risa, su madre era una bestia, todavía quedaba rastros del moretón en el ojo, y la mandíbula tenía un color morado verdoso, el mayor no tenía ningún rastro de pelea en el rostro, pero estaba seguro que en otras partes estarían los signos de lucha.

-Sinceramente no me gusta tenerlos a ustedes dos en mi casa - hablo la alpha mientras se sentaba recto en la silla - tampoco puedo matarlos o provocarles algún tipo de sufrimiento, estoy totalmente atada de brazos en esta situación – el par de alphas eran fuertes, podrían cuidar de su madre pero ahora solo quería golpearlos.

-Eso es un alivio – Murmuro Kakuchou, sacando un cigarrillo.

- Ah, ah, ah, ni se te ocurra en mi casa – dijo la alpha sacando la cajetilla de cigarrillos de las manos del otro alpha – tampoco puedo matarlos por tres Razones - mostró los tres dedos viendo a ambos alphas entre los espacios que estos formaban.

-¿Y cuáles son? -cuestiono Ran con una sonrisa autosuficiente.

-Uno, no puedo dañar a los ejecutivos y ciertas personas en la lista de Mikey, - puso su mano sobre su menton fingiendo pensar - la cual aún desconozco por lo tanto aún no he asesinado a nadie de la organización o fuera de ella ademas de la gente que estaba con South aquella noche- movió su cuello haciendo crujir su vertebras – dos, desgraciadamente están enlazados con mi madre y cualquier daño a ustedes podría afectarlo mentalmente.

- ¿Y cuál es la última? -fue Kakuchou quien habló, ya que no quería ser un simple espectador.

-Ustedes son relativamente confiables, fuera de mis deseos asesinos, sé que ustedes tienen un interés real sobre Sanzu -suspiro mientras se rascaba la cabeza -y voy a necesitar ayuda para lidiar con todo esto.

-Tal vez no sirva de consuelo... - Ran se notaba tenso, fuera de su sitio ante la situación- pero al principio no estuve de acuerdo con la solución de Mikey, pero teniendo en cuenta todo lo que nos contó sobre los casi veinte años que lleva dañándose, tuvimos que...

-Hacer lo que tuvieron que hacer - completo la alpha.

-Oye Serena... -interrumpió el alpha de mirada heterocromatica- tengo un par de dudas.

-Tenemos tiempo, en lo que la doctora termine su trabajo con Sanzu - le devolvió la mirada, sonriendo de forma gentil.

-Tu... ¿enserio? Podrías dejar de sonreír de esa manera, juro que me perturba que alguien este sonriendo todo el tiempo y más alguien como Tú. -titubeo un momento y luego se aclaró la garganta.

La alpha miró fijamente al pelinegro, y luego le sonrió complacida.

-Por eso eres mi personaje secundario favorito de esta organización- el pobre alpha se sintió descolocado y tal vez ofendido. – Claro que puedes hacer tu pregunta, y no querido, no puedo evitarlo, no en presencia de ustedes

– puedes decirme ¿Cómo supiste lo de Takemichi? Es decir ¿dónde encontrarlo? – hablo desviando la mirada de Serena.

-Estaba buscando a una persona y mis investigaciones me llevaron a South, fue casualidad encontrar a Takemichi ahí - sonrió mirando al pelinegro – y Perdón Kaku-Chan, me encanta incomodar a la gente.

-Cambiemos de pregunta - Kakuchou se sirvió un vaso de agua de la heladera -¿Cómo conoces a Mikey?

-Creo que desde que tengo memoria - murmuró la alpha -él fue el que me encontró en el orfanato donde me dejó Sanzu.

Era increíble como mantenía la compostura mientras hablaba sobre las tragedias en su vida, comondi fueran hechos aislados a su persona.

-El me dejó con la tía Senju - empezó a reír a carcajadas – Bueno más bien la amenazo y obligo a cuidarme, en lo que me volvía una adulta responsable y autosuficiente.

-Por Dios deja de sonreír un minuto – Kakuchou se sentía frustrado.

-La ex-líder de Brahaman – por fin Rindou intervino antes del colapso mental del pelinegro– ya deja tus niñerías Kakuchou – Culmino regañándolo.

-En efecto, es una mujer increíble, me enseñó a defenderme, a ser "una persona de bien", solo que soy levemente rebeldes y ocurrió una vez que me escape a mis trece años, me encontré con gente que no debía, Mikey se enteró, me dio una paliza que me ayudo a enderezar mis pensamientos... Uy si –Volvió a reír cínicamente mientras levantaba ambos pulgares, pero luego rápidamente cambio su sonrisa por un rostro inexpresivo – No funciono su estrategia de reivindicación, soy malísima para seguir ordenes. -respondió con un gesto de manos despectivo.

-¿Porque apareciste así de repente? - siguió Rindou con el interrogatorio.

-Pues sucede y precede la desgracia que desapareció mi niñera...

-Osea Senju - continuo Kakuchou, quien aprovecho para volver a su papel mediador.

-En efecto, además de que Mikey llevaba poco más de un año sin prestarme atención- empezó a gesticular con las manos - Mikey nos mantiene, en lo que "Yo" termino la secundaria... - mantenía la vista en el suelo.

-¿Cuanto tiempo llevas sin ir a clases? - tomo asiento frente a la niña, interrumpiendo su verborrea.

-Pues... - levanto la cabeza y miro al alpha, hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa - aproximadamente un año - levanto ambas manos asumiendo la sorpresa.

-Mikey no estará feliz - hablo Kakuchou fijándose en cualquier otra reacción.

-Mira, yo se que me espera una paliza por parte de ese idiota, pero desapareció mi tía, no podía acceder al dinero que usaba para mis estudios... tuve que hacer muchas cosas para conseguir información y eso me llevó a este lugar - suspiro y conecto la mirada con el alpha frente a él- no es mi culpa que tu jefe me haya ignorado y dejado de vigilar -Nuevamente sonrió, parecía desinteresada sobre lo ocurrido.

-¿Que hiciste? - Ran se puso de pie a lado de Kakuchou.

-¿Sabes? Es raro que alguien me mire desde arriba, puedes sentarte otra vez - comenzó a hablar sin sentido.

-Serena esto es serio ¿Que hiciste? - Kakuchou no dejaba de mirarla de forma inquisitiva.

-¿Nada legal sirve como respuesta? - Kakuchou se golpeó la cara, estaba furioso y aun no llegaban a ningún lado - en mi defensa es muy difícil dar con una persona como Mikey, hace pocos días me enteré que se llama realmente Manjiro Sano, yo toda la vida lo conocí como Shinichiro, ni siquiera un apellido y sinceramente muy fáciles de encontrar no son - Ran no dejaba de mirarlo, era tan extraño, lo miraba como entre maravillado, asombrado y aterrado.

-Sera un problema peor que su madre- comentó resignado.

-¿Entonces que hiciste? - esta vez Ran sonrió, parecía que se estaba burlando - tal vez podamos ayudar a aplacar la furia de Mikey.

-Pues ustedes son los expertos, un favor a cambio de otro favor, ya saben, "Cosas de gente de dudosa moralidad", para conseguir información trabaje con un cartel de Mexico, que luego me ayudo a llegar a Estados Unidos, sinceramente los latinos son más agradables...

-Estas dando vueltas - volvió a ser interrumpida - ve al grano.

-Tuve que vender mercancía, ajusticiar a algunos traidores y deudores, ya saben lo típico- esa sonrisa orgullosa mientras hablaba de sus hazañas era molesta - por dinero e información sobre el paradero de Senju.

-¿Sabes que con simples favores no sales de esto verdad? - cuestiono Rindou.

-Por supuesto, por algo sigo viva - demasiado orgullosa de sus logros.

-¿Y que hiciste para pasar desapercibida? - Rindou estaba interesado y más le gustaba mantenerse como espectador -Cuentame de tus grandes hazañas.

-Lo que normalmente haría una persona inteligente, me pinte el pelo de color rubio, definitivamente me quedaba horrible pero servía a la causa, y unas lentillas marrones, con mi gran estatura y unas bandas sobre el pecho podía hacerme pasar por un hombre, además soy buena peleando - la cara deformada de Kakuchou lo decía todo - me meti a un par de peleas callejeras, me hice de enemigos con otra pandilla, el dia de mi huida utilice el disturbio provocado entre las pandillas, mate a varios elementos de ambos lados, ayude a escapar a tres desdichados, mate a toda la facción a la que pertenecía y a un pobre desgraciado al cual habia secuestrado dias antes y le teñi el pelo para que se parecía a mi en ese aspecto luego le desfigure el rostro, junto a otros miembros, pude escapar sin dejar rastros - se quedó un momento callada luego de escupir tal información- a cierto, a mi reemplazo le puse mi ropa, la que llevaba puesta ese dia antes de matarlo.

Los presentes se quedaron estupefactos ante tal información, la forma tan insensible y despreocupada en que narraba los crímenes dejaron a los altos mandos sin palabras.

-¿Que? ¿Acaso no van a decir nada? - cuestiono la alpha.

-Madre mía ¿que te puedo decir?- murmuró Kakuchou.

- Feliz cumpleaños atrasado Serena, olvide que me comentaste que querías de regalo una billetera de cuero nueva - el comentario cayó como balde de agua fría sobre los presentes.

-Mierda... -Murmuró el desgraciado que estaba tumbado acostado en el sofa.

-Y con esa boca besas a mi madre Rindou - refutó la mujer.

-Pero enserio ¿son tres, no van a decir nada? - volvió a insistir.

-Nosotros no tenemos vela en este entierro- Ran levanto ambas manos y con expresión relajada, y una suave sonrisa.

-Algo más  que agregar - pregunto Kakuchou.

-Ahora que soy mayor de edad ¿me invitarias un trago? - descolocado kakuchou se puso de pie y fijo la vista en la cara de burla de la alpha.

-Yo me encargo de averiguar si es cierto que la dieron por muerta en América, hacer preguntas y de repente morir podría resultar sospechoso, pero por mientras... - Kakuchou saco su teléfono, tecleando tan rápido como sus pensamientos cruzaban por su mente - puedes pasar tiempo, con tus nuevos padres, capaz este 2x1 compense la ausencia patriarcal de toda tu vida.

Los hermanos fueron tomados desprevenidos, Rindou se sento demasiado rápido que se vio levemente mareado mientras que Ran se quedó quieto al escuchar lo dicho por Kakuchou.

-Feliz cumpleaños "querida" - esta vez fue Kakuchou quien sonrió al ver como borraba esa molesta expresión del rostro de esa mujer.

El silencio perduró en la casa, aún después de que Kakuchou abandono el recinto.

-Hijo de puta - grito la alpha.

*****

Son libres de avisarme donde hay errores, legalmente este capítulo lo escribí el día de hoy y lo alce con revisión mínima.

Serena Akashi, besto personaje femenino, más roto que Madara Uchiha que sólo el guión podría acabar con su racha ganadora.

Jajajajajaja juro que me rio de mi personaje, creo que después le voy a aplicar a lo Gege Akutani y odiar a mi personaje favorito.

No se si se nota que la amo.

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