6
Carlo no notó como su esposa temblaba delante de él, solo la tomó con fuerza del brazo y la arrastró hacia su cuarto.
— me estas lastimando — la soltó apenas escucho eso, pero siguió empujándola — ¿que mierda pasa ahora?
Lauren ya había aclarado su mente, su esposo es tierno y amoroso, siempre lo fue con ella. Que la haya soltado al quejarse es la prueba.
Pero Carlo bajo la mirada para clavarle esa mirada afilada luego de su pregunta.
No. Carlo no la lastimara jamás, no hay manera.
— dime ahora mismo dónde está Camila — no llegó ni abrir la puerta de la habitación, pero acorraló a su esposa de manera amenazante contra ella.
El recuerdo de minutos atrás cuando ella se fue con aquella mujer que si se notaba claramente que estaba loca por ella la hizo enojar.
— y yo que demonios voy a saber, ella esta grande y se cuida sola — al notar como el más alto tenía un tick en el ojo supo que no debía responder así, sin embargo cuando quiso arreglarlo ya era tarde.
Carlo con sus dos manos grandes sostuvo con mucha fuerza los brazos blancos de Lauren y la sacudió.
— hoy estás libre y ella también, ¿no sirves ni para saber dónde está alguien con quien vives?
Lauren sintió un leve escozor en sus ojos, sabe que ese no es su esposo. El solo actúa y responde así en contadas ocasiones y ya sabe como volverlo a calmar, pero aún así le dolió imaginar que él también la miraba como un objeto.
Y Carlo no estaba en su mejor momento, su mente estaba en rojo totalmente, no había manera que sea consciente de lo que estaba diciendo como para disculparse.
— ¡Suéltame! — quiso empujarlo pero él la apretó más — ¿qué quieres, qué pasa ahora?
— esta mierda — finalmente soltó a su esposa para abrir la puerta de su habitación, empujarla dentro y tirar las fotos en el suelo.
Lauren la miró y su corazón faltó un par de latidos, no se veía nada explicito, solo eran fotos de ella y su cuñada saliendo de la casa y en el auto, pero se podía interpretar por las miradas que tenían que no eran precisamente cuñadas.
— MALDITOS GRINGOS —volvió a hablar en español sacando a Lauren de su impresión. — este país está lleno de enfermos de mierda — tomó una lámpara y la tiró al suelo haciendo que explote en varias partes.
No conforme con eso tiró todo de la mesa de noche y siguió gritando improperios en español en contra de los habitantes del país donde estaban viviendo.
Lauren recogió una de las fotos del suelo. Ahí estaba Camila apoyada en el coche mientras Lauren estaba con la mano en el picaporte de la puerta y la otra sosteniendo la barbilla de la menor, la sonrisa que le estaba dedicando Lauren a Camila visto desde afuera no dejaría dudas de que algo estaba pasando entre ellas.
Casi veía una bendición que Carlo esté descontrolado destruyendo su habitación porque tenían acosadores y no por prestar atención a las fotografías, su enojo era porque se estaban metiendo con su familia.
Respiró hondo para disipar el pincho de la culpa que estaba sintiendo, él confiaba ciegamente en ellas.
— ¡ESTOY SEGURO QUE FUE ALYSSA! —volvió a ver a su esposa — TE METISTE CON UNA PSICÓPATA DE MIERDA Y TODA SU FAMILIA DE ENFERMOS.
— Carlo — Lama con su voz temblorosa, lo conoce, no le hará nada. Pero sus gritos intimidan a cualquiera.
— Y AHORA POR TU CULPA MI HERMANA TIENE UNA STALKER QUE EN CUALQUIER MOMENTO LE PUEDE HACER DAÑO, ¿DONDE ESTA CAMILA? NO ME SIRVES PARA NADA LAUREN
Parecía que esta vez sería más difícil de calmar.
Camila estaba hipnotizada viendo a la hermosa mujer delante de ella hablar con pasión de algo que ella también ama, tenía una delicada sonrisa en su rostro y sus ojos brillaban, era algo sin duda alguna único de ver… ¿Lauren también se pondria así al hablar de su profesión?
Camila deja de sonreír, no le gustaba que estuviera siempre en sus pensamientos.
— ¿qué ocurre? — claro que la señora se dió cuenta.
— solo me preguntaba… ¿por qué no te conocí a ti antes que a Lauren?
— ay linda — se acerca un poco más, estaban sentadas en el mismo sofá y quita un mechón de su rostro — porque estabas en México, boba. — ambas se ríen. — igual… — acaricio su rostro en el camino de llevar su mano a la barbilla de la menor — aún no es tarde, estás aquí conmigo. Me has escogido antes que acostarte con ella, después de todo.
— sabes bien por que fue, es tu idea — Zooey se acerca un poco más.
— tal vez era una trampa para tenerte aquí y tu caiste redondita. — Camila miró los labios carnosos que se acercaban lentamente a ella, como para darle la oportunidad de alejarla. Por su puesto que Zooey no la forzara a nada.
El ambiente entre ellas era simplemente perfecto. Se llevaron bien desde la primera vez que se vieron, son totalmente compatibles, Zooey era muy hermosa para ser real y si no le estaba coqueteando estaba hablando apasionadamente de algo, de repente Camila pudo captar algo que no había notado: tensión.
Tenían buena tensión atractiva entre sí y el departamento ayudaba. La música suave que les gusta a las dos, la poca luz filtrándose por las cortinas e incluso el sofá y la mano de ella en su barbilla sin presionar ni jalar le daban un buen aire. Refrescante y tranquilo.
Tal vez Zooey tenía razón y aún no era tarde, la mayor rozó sus narices pero no se atrevió a tocar sus labios, le estaba dando la oportunidad de escoger la. Camila analizó sus ojos cargados de deseo y su garganta y labios se secaron, mentiría si dijere que no quedó un poco frustrada del anterior encuentro con Lauren. Solo bastaba un movimiento
Pero su celular sonó y se alejó rápido de la mujer de ojos grises, quien solo sonrió y lamió sus propios labios, quería matar a alguien.
— ¿que ocurre? — pregunta al ver que la menor solo miraba su teléfono sin responder.
— es Lauren
— por su puesto que es Lauren — dijo en mal tono, Camila no le pudo culpar por el sentimiento que sea que tenga en ese momento. — si a mi me dejaran a la mitad de algo también lo haría . — quiso arreglar, pero lo dijo con toda intención — contesta, ya había tardado mucho.
— lo pondré en altavoz. — después de todo, era el plan que le sugirió Zooey.
Quien se estaba maldiciendo así mismo. ¿Quien te manda Zooey? Esto confirma que esas dos no solo tienen sexo, ahora todo es más complicado.
—¿alo?
— Camila — le respondió la voz temblorosa de Lauren,después de escuchar cómo se rompía algo, haciendo a las dos fruncir el ceño. ¿donde es-
— DAME ESO —se escuchó en español, la voz de un hombre muy enojado y luego un leve forcejeo.
— ¡es Camila! — se escuchó también decir a Lauren.
— ¿Lauren, qué ocurre? —Camila se levanto alarmada.
— no pasa nada, solo dime donde estas. — volvio a oirse su voz y un espeluznante silencio de fondo.
— con Zooey… — se escuchó otro forcejeo más — ¿Lauren, que pasa?
— DILE QUE SE VENGA YA MISMO — Se escuchó de fondo la misma voz desconocida. Y luego la voz más baja, casi en un susurro de Lauren diciendo “llegas a tocar mi teléfono y tendremos un gran problema” de forma amenazante.
— no pasa nada ¿tu estas bien, verdad? — pero sy voz seguía temblorosa al mismo tiempo que se volvia a oir de fondo más gritos diciendo que poco le importaba si tenían problemas.
— Lauren, dime que
— ¿estas bien si o no? — presionó su cuñada.
— si…
— bien, disfruta tu día y no te preocupes, todo esta bien.— colgó antes de que Camila pudiera hacer algo.
Obviamente tomo su teléfono más rápido que nunca y volvió a marcar al telefono de Lauren.
— mierda, lo apagó.
— llama a la casa — Zooey también tenia la piel de gallina, no sabía español. Pero no hacía falta para saber que ese hombre estaba eufórico y podría ser peligroso.
Bien que no conoce a Lauren y la ve como una rival. Pero sigue siendo mujer y lo que se escuchaba no era algo menor.
— suena descolgado. —lanzó el celular al sofá.
— vamos. — Zooey se levanta y toma a Camila de la mano para llevarla a la puerta.
20 minutos después en la casa Cabello - Jauregui los esposos estaban en el suelo, Carlo estaba en los brazos de Lauren y está le acariciaba el cuello y espalda.
— ¿y si nos quieren hacer daño? Este país está lleno de psicópatas, dicen que si caminas por 5 horas en las calles de USA te has tomado con al menos 8 asesinos seriales. — ya a logrado calmar su crisis nerviosa, como le había recomendado una amiga psicologa.
— pero ese no será nuestro caso, Carlo. Ya oíste a Camila, esta bien. Dejame tratar con esto por el tema legal y todo se resolverá. — el castaño suelta una pequeña risa irónica.
— pero es estupido, sea como sea esa persona nos quiere separar y no sabe que Kaki es mi hermana — suelta otra risa seca — que estupido pensar que ustedes tengan algo.
Otra vez la puya de la culpa se entierra en el pecho de Lauren.
— si, es estupido. — beso la cabeza de su esposo sintiendose la persona más sucia del mundo, aunque el estuviera en sus brazos pasando otro momento que los reforzaba como pareja. Ella solo tenia la mente en Camila y que se fue con la señora esa teniendo un strap on puesto. Se mordió el labio, quería probarlo con ella.
— perdón — el acento de Carlo en español sacudió las imágenes que se aparecian en su cabeza, ni en esa situación pudo evitar un escalofrío de imaginarse como Camila lo usaria, pensandolo mejor a la niña le gusta la natación… Debe saber nadar en mariposa y ese movimiento de caderas… — soy un desastre y te dije cosas feas. — volvió a regresarla a la tierra.
— dont worry, cariño. Ya pasó — Carlo se levantó y tomo la mano de su esposa de manera delicada.
— te lastime, lo sé. No trates de hacerme sentir mejor — besa su mejilla.
Lauren lo maldice, ¿por que su esposo no podia ser un maldito? Solo la hacia sentir peor a ella por las veces que se encamo con su hermana.
— Carlo…
— shhhh — susurra antes de besar su frente y mirarla directo a los ojos — ve a darte un baño, voy a limpiar este mierdero.
— te ayudo.
— no, yo hize esto — su telefono comenzó a sonar en la bata de hospital que aún tenia puesta, pero lo ignoro — tu solo relajate, estamos juntos pero no revueltos ¿recuerdas?
Lauren sonrió.
— ve a trabajar, Carlo — dice al escuchar como su teléfono seguía sonando.
— voy a limpiarte esto.
— claro que si, te dejare todo igual. — acuno el rostro de el en su mano — pero no quiero que tengas más problemas con el cabron de tu jefe. — su teléfono seguía sonando.
— ¿enserio no limpiaras ni un poquito? — bromeó.
— nada, este desastre se quedará exactamente igual. — le deja un corto beso en sus labios — y ya contestale a ese imbécil, que va a explotar el teléfono.
— eres la mejor del mundo — Lauren no le respondió la sonrisa con la misma honestidad y finalmente Carlo le dió fin al molesto ruido del teléfono contestando.
—DONDE DEMONIOS ESTAS, CABELLO. — el teléfono no estaba en alta voz, pero Lauren escuchó perfectamente eso. — APARTE DE USAR EL HOSPITAL COMO TU CASA, TE DESAPARECES EN EL PEOR MOMENTO.
Lauren vio a Carlo respirar hondo.
— disculpe doctor Williams, pero
— NO ME INTERESA, HUBO UN CHOQUE DE DOS AUTOBUSES, SI NO VIENES A APOYAR CONSIDERATE DESPEDIDO Y CON LAS PEORES RECOMENDACIONES. — Carlo trago en seco, no era otro capricho de su jefe, si era necesaria su presencia. — TE QUIERO AQUÍ EN 5 MINUTOS, CABELLO. — como tenia por costumbre, dió por terminada la conversación.
— amor…
— ve cariño — le dió un corto beso a su esposo en los labios. Su conciencia diabolica comenzó a cantar labios compartidos de Maná.
En medio de la calle, entre un gran embotellamiento absurdo, perdido entre la cantidad de autos, se encontraban Zooey y Camila, la última iba bufando tratando de contactar al número de Lauren y renegando en su idioma natal la congestión vehicular.
— habria llegado más rápido caminando — luego de volver a escuchar la contestadora de Lauren. se quejó en ingles para que su acompañante entendiera — creo que mejor voy a pie.
Quiso abrir, pero la mayor le sostuvo la puerta.
— ¿sabes el camino? — Camila soltó la puerta.
— se supone que estamos en el primer mundo, esto no debería pasar. — comenzó a mover la pierna de arriba a abajo.
— siiii, que loco. Una de las ciudades más grandes e importantes del mundo tiene un terrible trafico, que impensable. — se burlo.
De ser otra persona Camila igual se habría bajado y nunca más le volvería hablar, pero Zooey si le caia muy bien, hizo una media sonrisa por lo irónico que era que una señora que tiene menos de una semana conociendo le caiga mejor que sus primos.
— pero si esta raro — colocó una mano en su pierna inquieta provocándole un escalofrio a Camila que la dejó quieta — aun no es hora pico. — la soltó para buscar algo en su teléfono.
Desde el momento del sofá no se habían dirigido muchas frases, pero la reacción de su cuerpo confundió a Camila. Hasta ahora solo respondia a un toque y era justamente de la persona que tenia prisa por ver.
Se fijó en el perfil de la mayor y se deleito con la vista ¿como paso tantos años creyendo que era hetero?
Soy re gay, no mames.
Tal vez no sea tan tarde, como le dijo Zooey.
— mmm. — su voz melodiosa la regreso a la tierra, no pienses en burradas, Camila no es momento de pensar en eso, Lauren se escuchaba en un gran problema — si, dos autobuses chocaron más adelante, aún están sacando a las personas heridas.
— Fael debe estar muy ocupado entonces — concluyó Camila — tal vez por eso no respondió la primera vez que le llame. — lo último sono como un reclamo y Zooey apretó su rodilla, volvien a petrificar a Camila.
— oye disculpa, solo fue una idea. Aun no lo conozco y escuchaba algo así.
— te la paso solo por que no conoces a Fael, es ridículo pensar que pegue tremendos gritos y más aún que sea un agresivo desmedido con Lauren…— la mayor hizo un gesto inconforme — ¿que?
— nada, linda.
— dime Zooey. — ella suspiró, las Curitas se sacan de un jalon ¿no?
— no te vayas a enojar… — Camila alzó sus cejas — pero es que los mexicanos tienen cierta fama de…
— ¿machistas? — Zooey asintió rápido y Camila le quito importancia con un movimiento de mano. — eso lo sabe todo el mundo, pero Carlo no es así. — la mayor hizo otro ademán inconforme. — se que sueno como la típica familia que le tapa todo al agresor, pero lo digo enserio, si el le tocara un pelo a Lauren o cualquier mujer seria la primera en entregarlo, pero estoy segura que es muy incapaz, aparte de que salió a papá… El ama mucho a Lauren — su pecho se enfrió.
Zooey presionó sus labios, ok. Le gustaba mucho aquella modelo, pero no podía pensar en usar esa tristeza para “adelantarse” solo estiro su brazo dandole un medio abrazo para erradicar esa mueca de tristeza.
Se trago las palabras que luchaban por salir y aprovecharse de la situación, ella no era así. Y aunque la frase “y seguro que ella también lo ama” no era segura, por que ya tenia sus dudas, decidió guardarla para otro momento, una vez estuviera segura que Lauren estuviera bien. Primero que nada, es mujer y a la mierda las que se tiran tierra a su propio genero.
En el hospital ni bien Carlo entro la doctora lo jalo directamente a emergencias.
— se le quiere apoyar pero se pasa, Cabello— le regaño mientras seguían caminando. — una hora más y lo podían acusar de abandono laboral.
— disculpe doctora, es que tuve que resolver un asunto importante en casa — ella se detuvo y lo miró un momento. Era cierto que el doctor Cabello había demostrado en más de una ocasión ser muy apasionado en su trabajo y a recibido mucho abuso por eso mismo.
— ¿que le ocurrió en el rostro? — Carlo no se habia percatado por el calor del asunto, pero un pedazo de vidrio rozo su mejilla al lanzar un jarrón al suelo, era tan superficial el corte que recién estaba empezando a sangrar. Claro que una doctora mayor y llena de experiencia se dió cuenta al momento.
— ah, tiene que ver con el asunto — la doctora frunció el ceño, no había duda de que era algo importante.
— lávese la cara, las manos y póngase a trabajar, ya veremos como si sale o no del problema. — Carlo le sonrió en agradecimiento.
Para cuando por fin Camila pudo entrar a su casa, se encontró cara a cara con Lauren, estaba botando pedazos de las cosas rotas que estaban en su cuarto.
— ¿estas bien? — Camila ingresó bien a la casa revisando todo con la mirada.
— ¿por que no habria de estarlo? — la menor observo todo el lugar en el orden, de no ser los restos que observó en el recogedor que usaba Lauren, casi podía malpensar que hizo tal acto como para que vuelva rápido.
— sabes por qué — la tomó del brazo y ahí Lauren hizo una mueca, antes de que pudiera evitarla Camila ya le a bajado la mitad de la bata y pudo ver los indicios de unos pequeños hematomas, su mirada se oscureció — ¿quien te hizo esto?
Lauren se paralizó al escuchar el tono de Camila y la observo directamente a los ojos.
— me cai sobre ese brazo.
— ¿Camila? — Zooey apareció en la puerta, había terminado de aparcar de manera correcta e interrumpió antes de que Camila explotara, no quería pensar mal.
— todo esta bien Zooey — Lauren se safo de su agarre. — vamos a creerle esa mentira, para que sea feliz.
— no miento, solo es que, cuando vino Carlo me sorprendí y me cai.
La garganta de Camila se secó y miro directamente a Zooey, quien abrió los ojos. No quería creer que de verdad haya sido su hermano.
— ¿salió temprano del trabajo? Hoy le toca hacer la cena.
— lo llamaron por un accidente en la vía publica. — Camila comenzó a sentir peso en sus ojos.
— que bueno que todo este bien — Zooey sabe cuando sobra y sea lo que sea que haya pasado, Lauren no lo iba a decir con ella presente. — me llamas… Cuando quieras, Camila. — le dedicó una sonrisa a la menor antes de volver a su auto.
— parece que arruine sus planes — Lauren uso un mal tono, pero Camila aún seguía negándose a darle lugar a ideas absurdas en su mente.
— Lauren — el peso de sus ojos se volvió un nudo en la garganta y entrecortada su voz al hablar. — por favor.
En el hospital Carlo estaba cosiendo heridas, desinfectado, colocando yesos, era todo un desastre en la sala de emergencias, no hay cubículos disponibles así que tuvo que atender a la personas en medio del pasillo en camilla improvisadas y algunas prestadas por las ambulancias.
se limpió el sudor de la frente al por fin cortar un hilo, levantó la mirada solo para ver el perfil de alguien que no había vuelto a ver, para su decepción.
La enfermera estaba concentrada prestando servicio directo a un paciente, su rostro serio sorprendió a Carlo, se veía muy profesional y… Muy linda.
Se sintió extraño al recordar lo malo que fue con ella, no había razón para ser tan culero, ella en serio tenía talento y vocación para su trabajo, cosa que Carlo admira en las personas.
Tal vez, solo tal vez, la juzgó mal, debería darle otra oportunidad.
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