5

— ¿por qué tan sola? — escuchó a su lado sacudiendo los pensamientos sobre su cuñada, enfocó la vista a quien le hablaba y sonrió por primera vez de verdad en toda la noche.

— ¿qué haces aquí? — Zooey alzó una ceja interrogante.

— creí que me habías invitado o así dijo Michelle. — Camila rió y la mayor se sentó a su lado, prometía ser una noche agradable con la morena.

La mujer de ojos grises sonrió ante el recuerdo, comenzó con una sonrisa genuina, pero luego vinieron las imágenes de cómo se fue desarrollando todo con los tragos de más que habían tenido y terminando con el momento que tuvieron en la mañana, ya era muy vieja para estar con vacilaciones, su sonrisa se ladeo en un gesto coqueto. Camila le gustaba y no pensaba negarlo por alguna ridiculez de que era menor o casi una desconocida.

Lastima que estuviera metida en tal embrollo, problema que la misma castaña le contó.

Aprovechó un semáforo en rojo para bajar el espejo y checar su maquillaje, cuando de reojo noto un bulto en el asiento de copiloto.

Tomó la prenda de ropa sabiendo perfectamente de quién era y su sonrisa se amplió, no fue accidental que se le quedará, una nativa mexicana recién llegada no puede simplemente dejar un abrigo cuando se estaba a 10 grados centígrados.

Escuchó una bocina detrás de ella y giró al lado contrario de su departamento oliendo el perfume que salía de la prenda, tenía que devolver el abrigo a su dueña.

Sabía que iba a interrumpir algo, poco le importaba después de su conversación mientras la llevaba a casa, después de todo Zooey le ayudó a colocarse el el strap on.  

En la casa Cabello- Jauregui solo se podía oír un respiración acelerada y gruñidos que compartían las cuñadas, Lauren estaba desesperada por Camila, pero esta solo se burlaba de ella llevándola al borde de la locura, estaba a nada de quitarle el juguete que sintió entre sus piernas para enseñarle cómo se usa.

— quieta, quieta, quieta — volvió a usar ese tono burlesco que hacía rabiar a Lauren, ya le hubiera arrancado la ropa de no ser por que la menor la tiene sujeta del cuello y estaba sentada sobre ella viéndola desde arriba y presionando más aquel bulto contra su centro.

La mayor no sabía si su respiración era errática por la presión en su cuello o por la excitación que le estaba consumiendo todo el cuerpo.

Sea como sea, le gustaba. Pero no era algo que fuera a admitir a alguien más menor que ella.

— eres muy pequeña para ese juguete — provocó, pero Camila no bajo su sonrisa — es muy grande para ti.

— si así fuera… — con una mano libre metió su mano fría dentro de la bata de su cuñada, acariciando su ardiente abdomen

El contraste de temperaturas las hizo soltar un jadeo muy audible, Lauren presionó más su centro contra el bulto dentro de los pantalones de Camila y esta sintió un fuerte escalofrío recordando la temperatura en la que estaban y un agradable alivio de tocar algo tan calentito.

—  si así fuera, ¿por qué tan dura? — sin consideración pellizco uno de los pezones de Lauren que estaban sumamente endurecidos arrancándole un fuerte grito a Lauren, por un segundo se preocupo de haberse sobrepasado pero este mismo término con un gemido y llevando sus manos a la cintura de Camila.

Sabían que estaban tentando terreno desconocido, sus encuentros se llevaban mucho por la pasión del momento y no eran precisamente románticos y suaves como Lauren acostumbra con su esposo, pero ahora tenían cierto tiempo con ganas de probar un poco más.

Lauren moria por dejarles marcas por todo el cuerpo a la menor, sobretodo en los lugares más visibles.

Su esposo le comentó sobre “una rubia muy linda que no paraba de hablar de su novio” que había ido a casa el día anterior junto con otra amiga de Camila.

La niña odiosa era hetero, fue un alivio injustificado para Lauren, pero estaban es New York, en cada esquina habra alguna lesbiana con buenos gustos para fijarse en su pequeña cuñada y si bien en la mañana estaba segura de terminar con todo, ahora solo piensa en ella. Ni siquiera el peso del anillo está haciendo su trabajo, está totalmente dispuesta a estar con Camila sin tiempo a quitarselo como tenía por costumbre.

— mald— intento gritar ante el pellizco pero Camila presionó un poco su cuello.

— parece  que es a ti a quien le gusta — siguió usando ese tono en relación a la última vez que estuvieron así. — ¿que quieres Lauren? ¿Qué necesita la niña? — aflojo su agarre en el cuello comenzando a jugar con el pezón entre sus dedos.

Lauren no dijo nada, solo la miraba con falso odio por no apresurarse y darse el lujo de querer humillarla.

— no recuerdo haberte mordido la lengua — le dedicó una sonrisa felina, lo estaba disfrutando mucho. — aun no — Lauren movió sus manos broche del jean de Camila, le iba a enseñar que con ella no se tiene que meter.

— no te agrandes tanto, bebé — hizo énfasis en la ultima palabra. — aún no puedes jugar con eso, deja te enseño como se usa — cuando entre la presión de la mano de Camila y la de su pezón logró desabrochar el botón del jean se escuchó el timbre de la entrada.

El corazón de Lauren se saltó un latido en ese momento, mientras que Camila con toda la tranquilidad del mundo se levanta de ella, con paciencia se vuelve a abrochar el pantalón y se dirigió a la puerta.

Luego de ese susto y recordarse que Carlo tenía sus propias llaves una desbordante rabia se apoderó en el cuerpo de Lauren. ¿Quien las estaba interrumpiendo? Más le valía que se estuviera quemando una casa y esté más caliente que ella.

Fue detrás de su cuñada, a una cierta distancia vio que abrió la puerta y pudo apreciar a una mujer un poco más mayor que ella con brillantes ojos grises y presencia prolija que imponia complicidad.

— hola, modelo — su voz calmada y dulce lleno el lugar, como si saboreara cada palabra mientras la dice sin quitar la mirada de Camila.

Y ella tampoco.

Una alarma sonó en la cabeza de Lauren, no eran esos ridículos celos que tenía por la rubiecita, si no como si fuera una amenaza de verdad alertando tu su cuerpo para pararse erguida e ir al lado de Camila y sostener su cintura presionando la contra ella con una mano.

— hola Zoo-

— ¿quien es, amor? — un fuerte escalofrío recorrió toda la columna vertebral de Camila, abrió sus ojos de par en par, pero pudo aguantarse de ver a Lauren con toda la sorpresa que sentía en ese momento.

— solo alguien con quien pasó toda la noche — la mirada que le dedica Zooey a la de ojos verdes no era más amigable que la de Lauren, quien volvió a sentir esa incomodidad del principio más la rabia a captar las intenciones de sus palabras, le gustaba su Camila y eso no era algo que podía permitir.  — y vienen a traerle su chaqueta que dejó en mi auto — sonríe regresando la mirada a Camila.

La menor volvió al planeta tierra al ver esos ojos grises siguiéndole el juego en el que ella misma metió, estaba perdida disfrutando del toque posesivo de Lauren, pero ya estaban en algo que ella misma decidió y no piensa echarse para atras.

Suspiró audiblemente sin quitarle la vista a Zooey, era una señora muy sexi que lo sabia a la perfección, su cabello corto lo demostraba y su sonrisa coqueta que ya se acostumbró a ver le dan claros indicios de que si ella no tiene a alguien en su vida actualmente, es por que no quiere.

Sonara infantil pero en más de una ocasión mientras hablaban Camila pensaba “quiero ser como ella de grande” para luego recorrer todo su anatomía con la mirada, sin duda era una de las mujeres más hermosas y sexi que haya visto en su vida.

Lastima que conoció a Lauren Jauregui, su cuñada.

Con cuidado se quitó el brazo de la oji verde de su cuerpo y tomó la chaqueta que le estaba ofreciendo Zooey.

— gracias...— piensa un apodo bueno Camila, tu puedes — bella. — le sonrió de lado.

Camila ignoró los reclamos de su conciencia por decir algo tan pobre y ridículo, pero los rostros rojos de las personas mayores le dieron el visto bueno.

Eres una chingoneria Camila, sigue así.

— y también… — Zooey tomó la mano con la que Camila sostenía la chaqueta que aún no había llevado a su lado. — me gustaría invitarte un café.

— lo siento, estamos ocupadas. — interrumpió Lauren con su rostro aún rojo por la rabia. Quiso volver a tomar a Camila, pero esta se alejó un paso de ella.

— creo que tu sola puedes hacer el almuerzo de tu esposo — su hostil tono dejo a Lauren fría en el lugar viendo como Camila se colocaba la chaqueta.

— pero… Podemos ver películas y pasar una linda tarde. — sonrió, lo dijo como excusa, pero tampoco sonaba mal hacerlo, las imágenes de cuando fueron al cine regresaron a su mente.

— te espero en el auto — guiño un ojo y les dio la espalda, sabía que lo siguiente iba a doler y no conocía a Lauren lo suficiente como para burlarse de ella, aunque la vea como una rival.

— ¿por qué? Si tu y yo solo tenemos sexo — tomo su mejilla — para esos arrumacos tienes a tu esposo — la suelta — mi hermano. — sale de la casa detrás de Zooey sin despedirse y cierra la puerta delante de Lauren.

Decir que se sintió feo es poco, perdió todo su aliento y hubo un ligero picor en sus ojos que se negó a cerrar hasta que escuchó el auto ser encendido y alejarse de ella.

Cuando estuvo en completo silencio dejó escapar una única lágrima y asintió a las palabras de Camila, era cierto. Ellas no tenían pertenencia la una con la otra, ella estaba casada y Camila soltera. Podía salir con quien quisiera sin dar explicaciones a nadie, era joven, inteligente y hermosa.

Lo entendía bien, pero aun así le dolía.

Tenía que hablar con alguien que le de un enfoque objetivo, no era normal lo que estaba sintiendo, mucho menos correcto.

Camino hasta su habitación para hundirse en sus pensamientos y llegar a una reflexión, pero la puerta fue abierta con fuerza golpeando la pared.

— LAUREN — la eludida giro para toparse con el rostro furioso de Carlo. Y su cerebro apago todo dejandola solo con un sentimiento. — ¿DONDE ESTÁ CAMILA?

Lauren tembló, ese tono de voz le trajo malos recuerdos y aquel gesto, de quien juró amar hasta que la muerte, le secó la garganta.

— RESPONDEME — se acercó a ella con sus pasos fuertes resonando en la casa y Lauren cerró los ojos.

Otra vez no. no ahora, por favor.

Mientras tanto en el carro Camila y Zooey estaban riendo de una mala broma que hizo Zooey sobre un señor paralítico que estaba en la cera de al frente antes de salir del vecindario.

Cuando la menor volvió a respirar se giro totalmente en el asiento del copiloto para ver de lleno a Zooey.

— realmente, gracias. No creí que lo harías de verdad.

— ¿por qué no? Si me gustas mucho, pídeme lo que quieras — Camila enrojeció, aún no estaba acostumbrada a lo directa manera de ser de la mujer. — ¿ya te e dicho que me encantas más cuando te sonrojas? — Camila llevo sus manos al rostro.

— por favor, basta.

— no seas cruel conmigo — hizo un puchero volviendo la vista a la pista. — ya me rechazaste vilmente por el gran problema en el que estas, ¿tampoco me vas a permitir quererte?

— puedes estar con cualquier otra chica o mujer que desees, Zooey, por Dios ¿te has visto?

— la única que quiero está sentada a mi lado y tiene una chaqueta puesta al revés.

Camila miró su prenda para toparse con las costuras, por razón aun sentía frío.  ¿Y así hizo una salida triunfal?

—¿por qué no me dijiste? — la mayor sonrió de lado, le encantaba mucho.

— ¿a dónde te llevo?

— me invitaste un café.

— lo tomaré como una cita — advirtió y Camila no tuvo corazón para negarse. — ¿alguna cafetería favorita?

— tu departamento.




.
N/A : 2 noticias:
- ahora si tengo tiempo :D
- estoy buscando trabajo otra vez
😅😅😅
Capitulo corto para ir calentando. Por cierto amo a Zooey, es el personaje más planeado que tenía, no la traten mal, solo esta enculadisima de Camila, NADIE la puede culpar y es la que esta más arriba para que se hagan una idea de lo que vio Lauren.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top