En esta ocasión, hablaré de tu sonrisa; 

Porque tienes más de mil... Y cada una me encanta.

No sabría decir qué es lo que más me gusta de ellas; si la curva de la línea de tus labios, su comisura, la blancura perlada que se asoma o los adorables hoyos que se forman en tus mejillas. 

Lo que sabía con certeza, es que todo se resumía en verte sonreír: el cielo, la tierra e incluso el averno.

Y que sin ella, todo sería aburrido, mediocre y descolorido;

Porque sólo tú tienes la capacidad de pintar e iluminar, con los interminables colores de tu alma, mis días.

Porque solo tú puedes cambiar lo invariable.

Me vuelves loco, verdaderamente me conducías lenta y tortuosamente a una dulce y preciosa locura. 

Pero no me importaba ceder por completo mi cordura, tan sólo por desvariar un pequeño instante, al embriagarme con tu hermosa sonrisa.