CAPITULO 5

SANTO

La palabra Romeo y Julieta.

Subrayándolo.

Seguido por Shakespeare y el número con fecha 1597 D.C en la pizarra escrita por mí.

Se siente en mi aula y frente a mis alumnos de la carrera de cada segundo sábado de mes por la tarde.

- Romeo y Julieta de William Shakespeare... - Mi voz suena una vez, terminando de escribir. - ...una de las mejores obras inglesa en su género tragedia. Donde cuenta la historia de dos jóvenes enamorados que y a pesar de la oposición de sus familias rivales entre sí...

Una mano en alto, me hace detener.

- Los Montesco contra los Capuleto... - Dice sobre mi aprobación, mientras continúo.

- ...deciden casarse de forma clandestina y vivir juntos. Sin embargo... - Elevo un dedo, para luego volver a ponerlo en el bolsillo de mi pantalón de vestir como la otra. - ...la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades conducen a que la pareja, elija el suicidio antes que vivir separados. - Recorro el salón mirando a todos. - ¿Alguien puede decirme en que modelo, espejo o paradigma se convierte esta obra del dramaturgo con respecto a sus personajes para nuestra sociedad?

Y varias manos se elevan otra vez, pero habla el que señalo cruzando ahora mis brazos.

- Se convirtió en el prototipo de los amores desventurados. - Una muchacha me dice. - De los amantes sin dicha con respecto a su amor recíproco...

- Amores míseros... - Acota otro estudiante.

Sonrío aprobatoriamente mientras en silencio escucho el debate que se empieza a desarrollar entre ellos.

Sobre el amor.

La pareja.

Y sus destinos, sea latente o marcado para todo mortal.

A no estar juntas en algunas.

Estemos de acuerdo o no.

Pero, destinado a cada individuo.

Que en corta vida como a estos personajes escrito por la pluma de Shakespeare, les llegó a sus quince años de edad.

A otros será a más largo plazo o tal vez los afortunados que podrán contra ella, la vivirán solo por pequeños golpes o sacudidas a lo largo de sus vidas.

Pero, siempre unidos derrotándola.

Y cual dicen, que dichas tragedias o fracasos.

Tiene un motivo.

Una razón o circunstancia, que, por algo es.

Como dicha obra que se comenta y entre ellos debaten ahora, que será uno de los temas de examen.

Y donde yo.

Respiro fuerte.

Me estrellé contra ella ante esa sacudida.

Y sentí como un personaje del dramaturgo que moría.

Y aún, lo siento.

Pero de a ratos.

Porque, perdí contra ese destino que tanto añoré y soñé.

Preguntándome, que cosa jodida voy aprender de eso.

Para sacar lo bueno.

Y sobre la tristeza que empieza a embargarme, ante el recuerdo después de tanto tiempo, preguntándome si de verdad esa respuesta llegará y existe.

Ya que, sigue doliendo como perra y como el primer día.

Y sacudo mi mente por eso, porque no quiero nuevamente caer en la melancolía.

Se lo prometí a mi hermano.

Aunque, siempre fallé.

Por eso y ante la amenaza de humedad de mis ojos, disimulo mi estado de ánimo chequeando la hora de mi reloj por sobre la cumbre de mis estudiantes opinando y agradeciendo que solo estoy a minutos del timbre de salida.

Me encamino a mi mesa.

- Para la clase que viene... - Hablo sobre su silencio ahora, para escucharme sobre mi voz autoritaria. - ...la lectura comprensiva de los primeros dos actos con sus respectivas escenas. Con un ensayo escrito con sus propias palabras aparte de la técnica dramática usada por el autor, lo que sintieron. Sus emociones con cada palabra escrita por los sonetos de Romeo a medida que avanza la trama hacia Julieta.

- ¿Todas las escenas? - Pregunta un alumno.

Y me sonrío para mí, porque era predecible esa consulta.

Ya que son muchas.

- 48 para ser exactos. - Digo preciso y como si fuera nada, sobre las caras de flojera de muchos por la tediosa tarea, mientras guardo mis carpetas en mi maletín sobre el timbre ya sonando.

Mi ceja se eleva.

- ¿Alguna objeción? - Le pregunto serio y sin un gramo de sonrisa.

Niega sobre su lugar, colgando su mochila desahuciado y me niego a reír, por recordarme mi época de estudiante.

Cual, la palabra reunión con amigos y parranda a veces no existía por dedicar el fin de semana o días enteros a tareas y lecturas.

- Bien. - Solo sale de mí, de acuerdo con él, aunque su rostro de odio me dice lo contrario por arruinarle su fin de semana.

Pero algún día, me lo va a agradecer.

Y con un saludo a todos.

Me retiro.




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