Los sentimientos de la Reina
https://youtu.be/mRKZ7P79llw
Era un nuevo día, para suerte del Uzumaki, Louise podía caminar lo más normal posible y mientras ella estaba en clases, Kenichi se dirige a la cocina, donde estaba Indra.
Marteau: ¡Bienvenido Kenichi!
Kenichi: Hola Marteau, vine con mucha hambre.
Marteau: No te preocupes, hemos preparado lo suficiente para ti, gran héroe. – él sabía de la hazaña del Uzumaki, ya que Indra se lo contó, ganando más el respeto ya que, aún con el ascenso no se le subió el ego por las nubes.
Kenichi: Gracias.
Indra: Llegas a buena hora amigo. – dijo mientras comía un pan.
Kenichi: Me quedé dormido.
Indra: Siii, dormido. – dijo con una cara chibi.
Kenichi: Como sea. – mira a todos lados. - ¿Y Siesta?
Hablando de la reina de Roma, Siesta ingresa con tristeza.
Siesta: Esto es malo.
Marteau: ¿Qué pasa?
Siesta: He sido transferida.
Marteau: ¿Transferida? – los 3 se miraron confusos, cuando en eso el Uzumaki nota que Siesta lo mira sonrojada.
Siesta: Ke-Kenichi-san...yo
Kenichi: ¿Qué pasa? Pasas de tristeza a un sonrojo.
Siesta: Es que creí que una vez que te conviertas en noble, te olvidarías de mí.
Kenichi: ¿Cómo podría olvidarte?
Siesta: Pero ahora todo está bien.
Kenichi: ¿De qué estás hablando?
Siesta: Muchas gracias por todo. – daba una reverencia a Marteau y procede a darle un documento.
Marteau: ¿No es la firma de la reina? – pero también estaba la firma del director. - ¿Qué? ¿Que tome a un criado de la academia para servir al Sr. Son Kenichi Chevalier de Uzumaki? – Kenichi, estaba a punto de comer un pan cuando escucha eso y lo mira extrañado, mientras que Indra se ríe bajo ya que extendieron su nombre.
Kenichi: ¿Qué?
Indra: Oh tío, creo que ya me doy una idea de lo que pasará.
Siesta: Sí, esta mañana, llegó esto del palacio Real para el director. Ordenó a la jefa de criadas que escoja a alguien y me eligió a mi ya que yo soy más cercana a él. – Se acerca al Uzumaki y agacha la cabeza. – Por eso, le pido que me trate bien.
Kenichi había soltado el pan, toda su vida había hecho las cosas por su cuenta, incluso ahora, que tenía responsabilidades, se encargaba de hacerlo todo y le sobraba tiempo, para que ahora le den una sirvienta, Indra lo mira con algo de pena.
Kenichi: ¿Por qué a mí?
Ya por la tarde, Louise estaba en su habitación, quien estaba dibujando algo y tarareaba.
Derflinger: Vaya, desde que te hiciste novia de mi compañero, tu humor mejoró, además que dejaste de lado tu orgullo.
Louise: Bueno, él ha demostrado lo mucho que me ama, por poco y casi tiro la toalla en la villa de esa chica semi elfo cuando supe de "eso" ...
Derflinger: Por cierto ¿A qué viene con esa ropa?
Louise se levanta y estaba usando el uniforme de "marinero" que consiguió el Uzumaki tiempo atrás y estaba posando en el espejo, quería darle una sorpresa al Uzumaki.
Louise: Quiero pasar tiempo con mi novio pero con una ropa diferente al uniforme de la academia.
Derflinger: ¿Y qué tal si dan una vuelta por la ciudad? Total, ahí no recibirán rumores.
Louise: Lo haría, pero ahora Kenichi es famoso y no podré pasar tiempo a solas.
Derflinger: El ambiente natural, pueden dar un paseo por el paisaje.
Louise: Eso no está nada mal, aunque pronto me gustaría conocer su hogar.
Derflinger: Y eso que no sabes de su posición, pero bueno, es cosa que mi compañero debe decírtelo. – Dijo en voz baja.
Louise: ¿Dijiste algo?
Derflinger: Digo que sería bueno que conocieras su hogar. / Puta, casi la cago. – pensaba asustado, porque recordaba la amenaza del Uzumaki.
Louise: Bueno, pero ya estoy lista para que él venga. – decía alegremente mientras abrazaba el retrato de ella con Kenichi cuando fueron al teatro durante su trabajo, la puerta se abre y ella voltea, listo para poner en marcha su operación. – Llegaste temprano Ken...
Pero ve que Siesta había ingresado, sacando de onda a Louise, cuando ve que Kenichi ingresa también.
Louise: ¿Qué pasa?
Kenichi: Mira. – le entrega el documento a la peli rosa, quien al leerlo, se puso su cabello cubre sus ojos.
Louise: ¿Por qué me haces esto Princesa?
Siesta: Por favor cuide de mí.
Louise: Si vienes a encargarte de mí, no hace falta.
Siesta: Sabe quien que estoy para cuidar a Kenichi-san.
Louise: ¡Pero él puede cuidarse sólo, aún con el puesto!
Siesta: ¡No hay problema, puedo hacerme cargo tanto de la habitación como de la casa! ¡Cuidar de Kenichi es mi felicidad!
Louise: Tú....
Kenichi: Bueno, de eso si me siento agradecido, pero ahora tengo una pregunta ¿Dónde vamos a dormir?
Siesta: ¿Qué tal si dormimos juntos? La cama es grande.
Louise: ¡De eso nada, tú dormirás en otra habitación, además que no hay suficiente espacio para los 3.
Kenichi: Esto se puso incómodo. – iba a retirarse pero Louise lo atrapa de la cola, debilitándolo. - ¿Qué tienes en contra de mi cola?
Louise: Tú no te vas, dormiremos los 3 aquí, pero si Kenichi quiere dormir en la casa, sólo yo iré.
Kenichi: Vale vale, ya dejen de lado sus diferencias, aquí dormiremos los 3, pero si me voy a dormir en la casa, irás a la habitación de los huéspedes y ahora ¿Podrías soltar mi colita?
Louise: Lo siento. – respondió avergonzada mientras soltaba la cola.
Kenichi: No te preocupes, iré a seguir dando entrenamiento a los chicos, nos vemos luego.
Siesta: Yo me encargaré de limpiar. – Louise suspira.
Esa noche, Kenichi estaba descansando en medio de Louise y Siesta, la peli rosa estaba algo molesta ya que no pudo tener su paseo con Kenichi, pero aún quedaba algo especial, la peli rosa estaba con su cabeza en el pecho del Uzumaki cuando siente que alguien se estaba a cercando, por instinto aprieta el puño, ambas abren los ojos se miran.
Louise: Largo.
Siesta: Si él lo dice, entonces lo haré.
Louise: Pero está durmiendo, ahora largo.
Siesta: No lo haré.
Louise: Sabes que es mi novio.
Siesta: Ya lo sé.
Louise: ¿Así que quieres luchar por él?
Siesta: Es un gran hombre y estoy dispuesta a estar con él.
Louise: Pero Kenichi está enamorado de mí.
Siesta: ¿Y qué tal si hacemos algo? Dado que se acerca el baile de Sleipnir, si Kenichi-san logra encontrarla...admitiré que Kenichi ama completamente a usted y me daré por vencida.
Louise: Hecho. / Le daré una lección a esta sirvienta.
Lo que no sabía, es que en esa fiesta habrá un invitado especial, pero volviendo.
Pasaron algunos días, dando comienzo la primavera, la princesa paseaba por las calles principales, siendo llamado "La Reina de la pobreza Honorable" dado que los daños por la guerra tuvieron que vender sus cosas, arreglando la economía. Para sorpresa de los ciudadanos, la escolta no era nada más y nada menos que los caballeros Ondine, liderados por Kenichi, por hacer de escolta, no tuvo más opción que comprar un caballo, afortunadamente Guiche le pagó lo que le debía y compró uno de color blanco, a su mano derecha estaba Indra, quien también compró el suyo pero de color y a su izquierda Guiche, Henrietta mira de reojo al Uzumaki y un fuerte sonrojo cubre sus mejillas.
Mientras tanto con el Uzumaki, tenía algo de incomodidad, ya que era el centro de atención de muchos, es decir, un plebeyo estaba usando el manto de Chevalier, bordado en plata, portaba 2 espadas, haciendo que los rumores circulen por el lugar, pero a pesar de esa sensación incómoda, estaba haciendo su trabajo.
Indra: Incómodo ¿Verdad? – Kenichi sólo da un asentimiento.
Guiche: ¿Qué pasa comandante?
Kenichi: No, nada. / Diablos, a diferencia de mis visitas de forma diplomática que no es tan incómodo, pero en este mundo, ser el centro de atención, es algo distinto, ¿Mi padre habrá pasado por lo mismo?
"Oigan, ¿Quién es ese tipo?"
"Tanto él como el chico que está a su derecha están usando espadas ¿Serán plebeyos?"
"Estos plebeyos ¿Por qué se mezclan con el cuerpo de caballeros?"
Chismes como esos empezaron a volar por todas partes, hasta que alguien habló.
"¿De qué tonterías hablan? ¡Ese chico pelirrojo es Kenichi-kun! ¡Quien fue capaz de detener al ejército de 70 mil él solo, gracias a él los aliados se han salvado."
Esa persona no era otro que Scarron, quien miraba a Kenichi y lo saluda, al igual que Jessica y las hadas encantadoras, tanto Indra como Kenichi supusieron que Siesta lo contó, pero, ante tal declaración, los comentarios negativos empezaron a disminuir, puesto que la mayoría escuchó con respecto a la evacuación de las fuerzas aliadas que fueron respaldadas por Galia, sin embargo, antes que ellos llegaran, el único que se quedó a confrontar al ejército de Albion ¡Una sola persona maldita sea! Muchos no creían que era un humano, tampoco un elfo, sólo pocos sabían de la raza de este guerrero. Muchos se preguntaban ¿Cómo pudo lograr tal hazaña? Pasó de ser un guerrero/espadachín a un caballero, pero claro, los comentarios negativos volvían.
"Es sólo un plebeyo, no importa cómo lo vean. No podría haber hecho gran cosa."
Indra: Típico de los envidiosos.
Guiche: Lo que me sorprende es que Kenichi ni se inmuta, es de respeto.
Dado que los rumores llegaron hasta los oídos de la reina, por lo que el carruaje se detuvo y un soldado que estaba cerca escucha las órdenes de Su Majestad, ese soldado se acerca y le pide a Kenichi se dirija al carruaje. Todos miraban esto con detenimiento, cuando la mano de la reina se extiende y Kenichi besa de forma caballerosa el dorso.
"¡VIVA EL CHEVALIER KENICHI!"
Kenichi solamente se reúne con los demás.
Guiche: Vaya comandante, tienes a todo el mundo alabándote. ¡Tienes que estar a la altura de tus expectativas! – Kenichi sólo cierra los ojos y da un saludo, haciendo que los aplausos y gritos aumenten.
Kenichi: Eso supongo.
La reina veía el dorso de la mano y suspira, para dar una mirada firme, sin embargo, en su corazón tenía una presión, haciendo que vea de reojo al Uzumaki y se sonroje nuevamente.
Una vez llegaron al palacio, los caballeros fueron dispersados, esperando a que terminara todo esto y volvieran a la academia, aún quedaba 1 año de entrenamiento antes de asumir una obligación formal, así que no podían permanecer en el palacio.
Henrietta por su parte, recibió una visita de su amiga Louise, haciendo que diera una sonrisa de alivio.
Henrietta: Ah Louise, deberías venir más seguido.
Louise: A mí también me gustaría. Pero como usted está ocupada...
Henrietta: Si eres tú, te concedería el privilegio de venir cuando quieras, después de todo, tú eres mi amiga.
Louise sólo miraba su habitación, aún no estaba acostumbrada a verlo completamente vacío, pero para lo que vino...
Louise: Princesa ¿Qué pasó con el Rubí de Viento?
Henrietta: Lo he vendido.
Louise: ¿Qué?
Henrietta: Cada vez que lo miro, me recuerda muchas cosas dolorosas, fui impulsada a entrar a la guerra
Louise: Oh no....
Henrietta: ¿Qué pasa?
Louise: Ese anillo era necesario para el portador del vacío, con eso, puedo leer el libro de oraciones del fundador.
Henrietta: ¿No eras la única que podía hacer eso? – preguntaba asustada. – Oh no...- recordó el ataque y se dio cuenta del error, por lo que llama al Ministro de Finanzas.
Ministro F: ¿Me llamaba Su Majestad?
Henrietta: Usted había vendido mis cosas, entre ellos un anillo ¿Recuerda a quién se lo vendió?
Ministro F: ¿Es este? – preguntaba mientras mostraba el anillo que buscaba. – Dado que me había dado esto y ver que no estaba bien, decidí guardarlo y devolverlo más adelante.
Henrietta: Muchas gracias, es alguien espléndido.
Ministro F: No se preocupe, además, jamás vendería algo tan valioso. Es como una parte del cuerpo. – después de dar esas palabras, da una reverencia y se retira, la reina mira el anillo por unos momentos y lágrimas empezaban a caer. Louise ve eso y se acerca a consolarla.
Henrietta: ¿Qué soy...Después de que mis lagrimas caigan, me di cuenta que estoy aliviada.
Louise: Debería descansar un poco. Así podría estar relajada.
Henrietta: Gracias Louise, pero no puedo hacerlo, si fuera a descansar por un día, sería como si el país se detuviera. - empieza a acariciar el cabello de Louise. – Me das envidia.
Louise: ¿De qué habla? Princesa, no es la dueña de todo lo que yo no tengo.
Henrietta: Es seguro que alguien no tiene nada es dos veces más feliz que los que poseen todo.
Louise: Princesa, tengo algo más de qué hablar.
Henrietta: De qué se trata.
Louise: Se trata de Kenichi. – Ella había sido tomada por sorpresa.
Henrietta: Lo tomé prestado. Él es bueno y trabajador, alguien magnífico. Yo le ofrecí una expresión de gratitud...
Louise: Es por esa gratitud. Que reciba a Kenichi en el buque Varsenda, el título de Chevalier, dando instrucciones de un sirviente a él y que le permita que bese su mano en la ciudad. – la reina no decía nada. – Es algo inapropiado...no lo digo porque es mi familiar, sino porque es mi pareja, si usted lo trata así ¿Tiene algunas intenciones ocultas? Como por ejemplo...trabajos peligrosos.
Henrietta: ¿Usarlo para trabajos peligrosos? ¡Nunca! ¡Jamás haría tal cosa! Él es tu familiar y pareja, aún con el ascenso, nada debería cambiar. Esa persona valiosa para ti, es valiosa para mí y no lo mandaría a misiones peligrosas.
Louise: Si es así está bien...pero...- Henrietta abraza con fuerza a su amiga.
Henrietta: Eres alguien gentil, escucha, él es una persona importante para mí y mi país, él mostró su lealtad y yo le recompensé.
Louise: Usted ya sabe que su lealtad es de Aiur. Tarde o temprano volverá a casa...y yo quisiera irme con él, no me malinterprete, mi lealtad es a Tristain, pero amo a Kenichi, pese que es de otro mundo, yo quiero estar con él, sin embargo, al ver su cargo ¿Es bueno asignarle una tarea tan importante?
Henrietta: Entiendo tu preocupación, Louise, él es necesario. Yo había hecho lo que pude y él aceptó, pero también tiene la oportunidad de rechazar o renunciar. Por así decirlo...es un caballero libre.
Louise: Entiendo, gracias por responder mi duda Su Majestad, aprovechando que estoy aquí, regresaré con él. – Henrietta siente un dolor en su corazón pero da una sonrisa.
Henrietta: Entiendo, ten mucho cuidado Louise, cuando puedas, ven a visitarme de nuevo. – la peli rosa asiente y da una reverencia para luego retirarse, la reina mira por unos momentos el rubí de viento y piensa. – Yo pensé que no volvería amar nunca más pero... No sé si es amor o no, pero cada vez que pienso en él...mi corazón arde como nunca. – de pronto abre los ojos al ver que alguien toca la puerta, ingresando la secretaria.
Secretaria: Me gustaría tener el privilegio de confirmar los planes de Su Majestad para los siguientes días.
Henrietta: Adelante. – Primero escucha con respecto a una reunión con el embajador de Romalia, hasta que luego escucha lo siguiente.
Secretaria: En el día del Vacío se hará el baile de Sleipnir... ¿Deberíamos cancelarlo?
Henrietta estaba meditando, dado que era el ingreso de nuevos estudiantes preparándose para el futuro, no era necesario cancelarlo, además que ella quería verlo.
Henrietta: No, no lo canceles, voy a asistir.
Secretaria: Como usted ordene.
Una semana después, todo iba normal, en los primeros 6 días, Kenichi e Indra habían sido invitados a la fiesta y se les informó del propósito de la fiesta, dando a entender que era como una fiesta de disfraces, llamando la atención de ambos, también que se ha reportado de un objeto volador no identificado, era distinto a lo que conocían, haciendo que Indra y Kenichi tomen como una hipótesis que su atacante debe estar acechando, por lo que no bajarían la guardia, también, para sorpresa de todos, Tabitha había regresado, el Uzumaki veía eso bueno, ya que podía compartir algunos conocimientos, pero la chica rechazó de forma cortés, pero su mirada demostraba un poco de temor.
Al séptimo día, Kenichi estaba despertando, nota a Louise dormida en su pecho, él acaricia su cabeza y con cuidado sale de ahí,después de una ducha, se sienta en la sala, a tomar una bebida mientras recordaba veía en su laptop, algunas fotos que guardó.
Kenichi: Menos mal que añadieron alternativas apara recargar energía sin necesidad de electricidad. – Era verdad, implementaron la energía eólica y solar.
Indra: Buenos días amigo.
Kenichi: Buenos días Indra ¿Qué tal has amanecido?
Indra: Bien, por cierto, feliz cumpleaños. – dijo mientras le daba unas palmadas.
Kenichi: Oh lo había olvidado, muchas gracias.
Indra: Tu regalo queda pendiente cuando volvamos a Aiur.
Kenichi: Gracias. – suspira. – Jamás pensé que cumpliría años en un mundo diferente.
Indra: Lo sé, pero bueno, hay que desayunar ya que dijeron que estarían inquietos. – El pelirrojo con puntas negras asiente y se dirigen al comedor, sin saber que cierta chica los escuchó.
El desayuno era algo apresurado, muchos estudiantes estaban inquietos, decidiendo qué serían en la fiesta de esta noche.
Kenichi: Y pensar que mi día 09, sea el día del Vacío. – De hecho, es así, sin embargo, el calendario de este mundo, era una semana después de que iniciara la primavera, por lo que hay una diferencia, lo mismo fue cuando pasó el festival en Albion, cosa que para él era raro ya que el año nuevo en su mundo eran unos 14 días más, pero dejó de lado eso.
Indra: Sí, pero bueno, hay que prepararse para este día, iré a ayudar.
Kenichi: Vale, nos vemos luego. – ambos se separan y el Uzumaki se dirige a la habitación de Louise, encontrando a Siesta que había terminado de limpiar.
Siesta: Bienvenido Kenichi-san, hoy es el día del baile de Sleipnir.
Kenichi: Es una lástima que no puedas ir.
Siesta: Lo sé, pero somos pocos trabajadores.
Kenichi: Ya veo.
Siesta: ¿Sabes? He leído esto. – le muestra un libro, pero Kenichi sólo levanta una ceja. – Oh, me había olvidado, lo siento, se trata de la tarde de una sirvienta.
Kenichi: Continúa.
Siesta: Es con respecto a una doncella que sirve a un aristócrata, pero esa persona estaba corrupta.
Kenichi: Ajá.
Siesta: En las noches, ella hacía cosas con él.
Kenichi: Oh, ya veo. – se sonroja. - ¿Qué tipo de libros lees?
Siesta: E-es que me lo prestó una compañera.
Kenichi: Bu-bueno...
Siesta: Yo odiaría si alguien como el de la historia me hiciera esto. Pero si se trata de Kenichi-san...
Kenichi: Esto...-
Siesta: Tranquilo, era una broma. – dijo tratando de animar el ambiente, cosa que funcionó, sin embargo, lo siguiente, tomó desprevenido al Uzumaki. - Pero ¿Qué tal si lo intentamos?
Kenichi: ¿Intentar qué? – se confundió cuando ve que Siesta tenía las manos extendidas y las separa, para dar una mirada de angustia.
Siesta: Oh no, rompí la taza del amo.
Kenichi: ¿Un juego de rol?
Siesta: Es tu turno Kenichi.
Kenichi: ¿Y qué digo? – ella se acerca y le susurra, dejando al Uzumaki avergonzado. - ¿Qué haga qué...?
Siesta: Por favor... castígueme como mejor le plazca. – se echa al suelo y levanta un poco el dobladillo de su falda.
Kenichi: Ok, jamás esperé terminar así. – Para su suerte, Louise ingresa y tenía un tic en la ceja al ver la escena.
Louise: Se acabaron los juegos de roles, Kenichi, escucha atentamente.
Kenichi: De acuerdo.
Louise: Sabes que hoy se hará la fiesta. ¿Sabes de qué va verdad?
Kenichi: Sí, me dijeron que era un baile de mascarada. – Ella asiente.
Louise: Así es, un baile en el que se disfraza como su ideal y tú debes encontrarme durante el baile.
Kenichi: ¿Ah?
Louise: Sólo encuéntrame, es una orden de tu pareja y ama y si lo haces...
Kenichi: ¿Y si lo hago? – ella se acerca ruborizada y le susurra.
Louise: Te daré tu "regalo" de cumpleaños. – la palabra regalo lo dijo de forma sensual, ya que sin que Siesta lo viera, la peli rosa dio un beso y le guiñaba, Kenichi abrió los ojos y al entender el mensaje se sonroja masivamente, a tal punto que superaba su propio cabello.
Siesta: ¡Eso no se vale!
Esa misma noche, todos estaban preparados para el evento, Cheveruse daba indicaciones para aquellos que usarán un espejo, Louise ingresa y se concentra, para que un destello se produzca, al disiparse, su apariencia era de una señorita de 23 años de edad, con el cabello rosa, en otras palabras, estaba usando la apariencia de Cattleya, la persona que era tan amable que alcanzaba al Uzumaki.
Después, el director Osmond, da unas palabras antes de que todos se diviertan, para proceder a entrar en el espejo, pero, salió una mujer, algunos profesores, decidieron dar inicio mientras se lo llevaban, la fiesta había empezado y Louise estaba mirando a todos lados a que llegara su novio por lo que espera apoyada en una pared.
Mientras que Kenichi e Indra llegaban recién a la fiesta, tenían guardada una ropa elegante para este tipo de casos, siendo el centro de atención por breves momentos.
Indra: Qué elegancia ¿No lo crees?
Kenichi: Tú lo has dicho, pero bueno, iré a buscar a Louise. – procede a caminar con las manos en los bolsillos, dando una buena vista mientras que Indra toma una copa de vino, él buscaba a Louise por algunos minutos, hasta que logra verla en un balcón, por lo que se acerca. – Vaya, creí que ibas a usar un disfraz pero decidiste estar así, pero bueno ¿A dónde te gustaría ir primero?
"Louise:" ¿Eh? Oh lo siento, he estado algo distraída querido. – Kenichi levanta una ceja.
Kenichi: ¿Querido? Vaya, es algo nuevo, no acostumbras a llamarme así.
"Louise": Kenichi-san... - ahora Kenichi sospechaba. – Estoy lista para ir a donde quieras. – decía mientras se acercaba con intenciones de dar un beso.
Kenichi: Una pregunta ¿Recuerdas quién me dio el collar? – mostraba el collar de supresión para evitar que se convierta en mono gigante durante la luna llena.
"Louise": Fue tu madre. – decía con duda, confirmando sus sospechas.
Kenichi: Error. – Se aleja un poco. – La verdadera Louise recuerda quién fue quien me entregó este collar.
Mientras que los maestros que estaban afuera, vieron a alguien acercarse pero antes de actuar los desmayó con la campana del sueño, para luego acercarse al espejo y al tocarlo su frente empezó a brillar.
De pronto, un brillo rodeó en la falsa Louise, cegando al Uzumaki por segundos, una vez que el brillo desaparece por completo, Kenichi queda completamente en shock al ver a alguien quien no se esperaba.
Kenichi: ¿Su Alteza?
Henrietta: ¿Qué? ¿La magia desapareció? Pero si el baile no ha terminado todavía.
Kenichi: ¿Qué? – ella lo mira avergonzada.
Henrietta: Es que hoy es el baile en el que te puedes convertir en tu ideal.
Kenichi: ¿Louise es su ideal?
Henrietta: Bueno...es porque...yo la admiro. Ella actúa con el corazón, alguien con corazón y mente para luchar por lo que quiere...esas son virtudes que yo no tengo...y he envidiado eso desde el fondo de mi corazón. – Kenichi no respondía, estaba aturdido. - ¿Qué clase de persona soy, que tiembla y tiembla? Pero ella mantiene sus convicciones...y la envidio por eso...Si pudiera haber tenido una décima parte de su valor, no habría cometido muchos pecados.
Kenichi: Su Majestad, usted ha cometido algunos errores, pero no diga eso como pecado.
Henrietta: Pero por mi venganza empecé una guerra, muchos murieron en ella.
Kenichi: Aún si dice eso, nadie se vio obligado a ir, ellos fueron por voluntad propia, algunos por gloria, otros por dinero. Pero usted no debería preocuparse por eso princesa. – usó palabras adecuadas para no deprimirla. – A todo esto ¿Por qué está aquí? ¿Acaso es para ver a Louise? Porque si es eso, pues la estoy buscando....
Henrietta: *Negando con la cabeza* Yo vine a verte.
Kenichi: ¿A mí?
Henrietta: No sé por qué, pero, cuando oigo tu nombre...cada vez que te veo...por alguna razón mi corazón...empieza a arder. – Kenichi queda impactado. - ¿Recuerdas del incidente de la posada?
El Uzumaki sólo desvía la mirada, recordó del beso que le dio la reina, pese que en ese tiempo no estaba con Louise, era algo que prefería olvidar, pero de todas formas, da un asentimiento.
Henrietta: Desde esa noche, no dejo de pensar en ti, siento un dolor en mi corazón. Fue creciendo más y más... hasta que me di cuenta que creció hasta un punto que no podría preocuparme por ello... siempre en mi corazón... - Kenichi no tenía palabras mientras que ella continúa. - En medio de todo la locura, tu calor me protegió. Cuando vi tu nombre en la lista de los caídos...ese dolor fue insoportable, la noticia que tú habías sido el que detuvo al ejército ¿Sabes cuánto me costó en encontrarte?
El Uzumaki sólo estaba callado y tratando de asimilar todo esto, esto es algo que jamás se lo esperaba, es decir, la había salvado cuando Wales la secuestró y luego, en la posada, la ayudaba sin esperar nada a cambio, pero tenía en mente que ella tenía sentimientos por él, ella se acerca a él.
Kenichi: Princesa...
Henrietta: Aunque sea sólo un rato, sólo quiero pasar un momento de felicidad contigo. ¿Es mucho pedir? ¿Podrías ser capaz de darme un poco de tu tiempo? – se acerca mucho más mientras coloca sus manos en los hombros de Kenichi. – A pesar que sólo será un tiempo que pueda experimentar la felicidad...me gustaría permanecer a tu lado para siempre.
Después de decir eso y que derramaba lágrimas, poco a poco, se acercaba y cierra los ojos para besarlo, hasta que toca algo, ella creyó que había besado sus labios, sin embargo, lo que estaba besando era la palma de la mano, ella abre los ojos y ve que Kenichi tenía la mirada ensombrecida.
Kenichi: No...no puedo hacerlo...- Se separa de ella. – Esto está mal...
Henrietta: Pero...
Kenichi: Disculpe...- él se va de ahí, sin dar mirada hacia atrás, sin notar que alguien fue testigo de eso.
Tras unos minutos, Kenichi estaba en el patio, con la mano cubriendo su rostro.
Kenichi: ¿En qué estaba pensando? – se sienta en el césped mientras trataba de olvidar eso.
Louise: Te encontré. – Kenichi se sorprende pero no tenía el atrevimiento de verla a los ojos.
Kenichi: Louise, lo siento por no encontrar...
Louise: Eso no importa ahora...- se pone frente a él, pero el Uzumaki sólo agacha la mirada. – Vi lo que pasó en el balcón. – Kenichi sólo agacha la mirada. – Lo siento.
Kenichi: ¿Qué?
Louise: Dudé de ti, creí que ibas a corresponder el beso.
Kenichi: Pero... - Louise mueve las piernas del Uzumaki, para sentarse y toma sus mejillas. – Por poco hago algo imperdonable.
Louise: Kenichi, no te sientas así. – tenía una mirada triste, pero era porque su amiga, aún sabiendo de su relación, iba a besar a su novio. - Fue lo mismo cuando yo iba a renunciar a ti, pero tú dejaste en claro tus sentimientos e impediste que yo cometa el peor error de mi vida, conocerte fue lo mejor que me ha pasado, estuviste a mi lado a pesar de mi carácter y yo quiero quedarme contigo, abrazarte y besarte en las buenas y si algo malo pasa, estamos para apoyarnos el uno al otro. – ella le limpia una lágrima que iba a salir del Uzumaki. – Quiero que estés conmigo siempre, no me importa mi posición con tal de estar a tu lado.
Kenichi se animaba y acaricia la mejilla de Louise quien le daba una cálida sonrisa.
Louise: Tengo una orden para ti.
Kenichi: ¿Cuál es mi linda ama?
Louise: Bésame. – Kenichi da una sonrisa y cumple su orden, pero Louise se aferraba con todas sus fuerzas, las lenguas chocaban entre sí, así siguieron por cerca de 3 minutos, para separarse y Louise respirar de forma pesada, aunque si quedaba un poco de saliva en sus labios. – Eso fue...
Kenichi: Apasionante...gracias. – ella sólo sonríe y se levantan. – Aunque tengo un mal presentimiento, será mejor investigar. – Pero la sonrisa pasa a seriedad, ya que unas gárgolas atacaron de forma sorpresiva, muchos atrapaban al Uzumaki y a pesar que Louise trató de defenderse, fue atrapada y se la llevaron a la fuerza. - ¡Louise! – Las gárgolas lo tenían inmovilizado, pero el Uzumaki no dejará que se lleven a Louise, además que lo hicieron enfurecer. - ¡AHHHHH! – Expulsa un aura de ki, haciendo que salgan disparadas las gárgolas, para luego seguir a las que se llevaron a su novia, mientras peleaba con los pocos que quedaban.
Mientras tanto, en la fiesta, todos estaban atónitos mientras que Indra estaba analizando el espejo que había sido desactivado, luego se sorprende ver a la princesa aquí pidiendo explicaciones, hasta que siente el poder de su amigo aumentar, cosa que deja la copa y salta de un balcón para seguirlo.
Kenichi estaba en las afueras de la academia y para su fortuna, se topa con Tabitha.
Kenichi: ¡Tabitha! Unas gárgolas se llevaron a Louise ¿Sabes donde están? – pero no respondía, haciendo que vuelva a preguntar. - ¿Sabes a dónde se llevaron a Louise?
Sin embargo empezaba a ser rodeado por más gárgolas pasando al lado de Tabitha, sorprendiendo mucho a Kenichi.
Kenichi: Acaso tú...- ella agita su varita y una fuerte corriente de viento empuja al Uzumaki, quien se cubre los brazos, retrocediendo unos metros. - ¿Pero qué?
Tabitha sólo tenía la mirada ensombrecida mientras prepara varias estacas de hielo y las arroja hacia el Uzumaki.
Fin del capítulo.
Espero les haya gustado..
https://youtu.be/ht6HidxKYnQ
No olviden dejar su comentario y su estrellita, sin más que decir, hasta la próxima.
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