El reencuentro
https://youtu.be/mRKZ7P79llw
Ya era un nuevo día, Indra había salido mientras estaba amaneciendo, llegando al campo de batalla.
Indra: Mierda, cuanto destrozo. – Pensaba mientras observaba todo el lugar, había flechas, espadas rotas, estacas de hielo, tierra quemada, cráteres y sangre. – Sate sate sate, Kenichi debería estar cerca...iré por ese camino.
Mientras tanto en el bosque, el Uzumaki había terminado de cortar la leña y ahora estaba entrenando, su cuerpo ya estaba mucho mejor, aunque se sorprendió por 2 cosas, la evolución de su armadura y la magia del vacío de Tiffania, ahora sabe que hay 4 magos del vacío y 4 familiares.
Gandalfr, la mano izquierda divina que permite el uso de cualquier arma.
Windalfr, la mano derecha divina que permite controlar a cualquier bestia.
Myoznitnirn, la mente divina, capaz de usar cualquier artefacto mágico y runas a su voluntad.
Sin embargo, no se sabe mucho del último, cosa que le daba curiosidad, ahora se sienta y Tiffania le da algo para beber.
Tiffania: Se ve que eres fuerte, ¿Desde cuando haces esto?
Kenichi: Desde que cumplí 9 años, siempre quería romper mi limitador, aunque en ese tiempo mi madre me dijo que tuviera cuidado. – dijo mientras bebía.
Derflinger: Compañero...
Kenichi: Sí, alguien se acerca y sé quién es, tranquila Tiffania, no es alguien malo.
El Uzumaki se dirige a la entrada del pueblo, viendo que desde el bosque ingresaba un pelinegro con puntas azules.
Kenichi: Has llegado Indra.
Indra: Oh, Kenichi.
Ambos se miran mientras una fuerte presión se sentía en el ambiente, preocupando tanto a Tiffania como los niños, cuando en eso...
Kenichi: ¡INDRAAAA! – gritó con los brazos arriba.
Indra: ¡KENICHIII! – ambos se acercan y empiezan a chocar palmas.
Tiffania: ¿Eh? – estaba confundida por eso, hasta que...
Indra: Ah Kenichi. – dijo mientras le daba un golpe a la cara del Uzumaki, mandándolo contra unos árboles, el Uzumaki se levanta y ve que Dragneel estaba saltando. - ¡Eh Kenichi! ¡Venga!
Kenichi se impulsa y salta, dándole un fuerte cabezazo al pecho de Indra, mandándolo contra otros árboles y se estrella con una roca, haciendo que ambos se rían.
Indra: Carajo, no moriste, estás vivito...
Kenichi: Y coleando... - ambos dan un apretón de manos y colocan sus codos en un tronco cortado simulando una mesa.
Indra: ¿Listos?
Kenichi: ¡Ya!
Ambos empiezan a hacer fuerza haciendo que el tronco se dañe un poco.
Indra: Esta será mi victoria número 43, después de aquel empate.
Kenichi: No lo creo, esta será mi victoria número 49. – dijo mientras seguían ejerciendo presión hasta que el brazo de Indra es derribado. – Te lo dije.
Indra: Jajajaja, me alegra saber que estás bien aunque si me asustaste cuando tu energía desapareció por completo.
Tiffania: Disculpa ¿Son amigos o enemigos? – decía extrañada.
Kenichi: Tranquila Tiffania, él es Indra Dragneel, mi mejor amigo y rival, además de compañeros de batalla.
Tiffania: Oh entiendo, me llamo Tiffania Westwood, mucho gusto Indra-san.
Indra: El gusto es mío.
Kenichi: Ella fue la que salvó mi vida.
Indra: Ah verdad, con tantos sujetos que enfrentaste quedaste gravemente herido.
Kenichi: En realidad Indra, mi corazón se detuvo por unos minutos, morí.
Indra: ¿Qué? – el Uzumaki le muestra su mano izquierda. – Las runas no están.
Kenichi: Así es, Louise me dijo una vez que si el familiar muere, las runas desaparecen por completo, aunque gracias a Tiffania estoy bien y en una pieza.
Indra mira a la rubia y da una reverencia en señal de respeto.
Indra: Os agradezco de haber salvado a mi amigo, sinceramente no quería dar una mala noticia a su madre. – El Uzumaki se puso a pensar en eso, si su madre se entra que había muerto en otro mundo, estaría totalmente devastada.
Tiffania: No se preocupe Indra-san. – dijo cortésmente. – Además, fue bueno conocer a Kenichi, es un gran guerrero.
Kenichi: Gracias Tiffa
¿???: Finalmente te encontré. – el Uzumaki voltea, al igual que Indra y Tiffania, sorprendiéndose los 2 primero ya que era la comandante del grupo de mosqueteros.
Minutos después, en la casa te Tiffania, todos estaban conversando, la mosquetera les contó el por qué está aquí.
Kenichi: Creo que me encontraste por el ruido de hace rato.
Indra: Si, llamamos la atención.
Kenichi: Así que la princesa me está buscando.
Agnes: Así es, ahora nos vamos, señorita, estoy en gratitud con usted, tenga esto como muestra de gratitud. – dijo dándole una bolsa con monedas de oro.
Kenichi: Disculpa Agnes, pero deseo quedarme un poco más.
Agnes: ¿Qué? ¿No deseas ser honrado por su majestad?
Kenichi: Bueno, me siento agradecido, pero por ahora no me gustaría regresar, espera ¿Ser honrado?
Agnes: Sí, ya se sabe que fuiste el héroe de esta guerra, aquel que enfrentó a la armada de Albion sólo.
Indra: Jejeje Son Kenichi Uzumaki, el héroe de Tristain, te queda bien.
Kenichi: Pero si tú sabes por qué me enlisté.
Indra: Cierto cierto, lo hiciste por ella pero aún así, de forma indirecta también lo hiciste por Tristain, es obvio que algo así pasaría.
Kenichi: Y veo, la verdad que me gustaría volver, aunque deseo esperar un poco más. – dijo mientras miraba el cielo.
Agnes: Ya veo, te dejaré estar aquí unos días más, pero con una condición.
Kenichi: ¿Cuál?
Agnes: Dado que esta misión no tiene fecha limitada, deseo quedarme a descansar un poco, no he tenido un buen sueño desde que inició la guerra.
Kenichi: Trato hecho, no hay problema ¿Verdad Tiffa?
Tiffania: Para nada, sea bienvenida.
Agnes: Ahora que me doy cuenta, no soy mago pero recuerdo que tú tenías unas runas en tu mano izquierda, ahora no están.
Kenichi: Fue porque mi corazón se detuvo y se asumió que yo morí, por lo que las runas de mi mano izquierda se borraron.
Esa misma noche, todos estaban comiendo mientras que Tiffania le pidió hablar a Kenichi a solas.
Tiffania: Kenichi ¿Quién eres realmente? Me dijiste que no tenías ninguna familia en Tristain, sin embargo te buscan.
Kenichi: Bueno, empezaré desde el principio. – el Uzumaki empieza a contarle todo lo sucedido desde que se convirtió en familiar y también que viene de otro mundo, dejando sorprendida a la semi elfo.
Tiffania: Jamás pensé que hubiera otro mundo, pero ¿Cómo paso?
Kenichi: No lo sé, mi curiosidad hizo que tocara ese espejo colorido, transportándome a este mundo.
Tiffania: Pero aún sin esas runas, tú eres un guerrero.
Kenichi: Eso no cambia, además yo no dependía mucho de esas runas, aparte que en Aiur, me enlisté temporalmente como un soldado y en menos de 2 meses me convertí en un capitán de las fuerzas especiales.
Tiffania: Entiendo, por cierto, dijiste que no querías volver por un tiempo ¿Por qué?
Kenichi: Es que cuando peleé contra el ejército, yo hice dormir a la chica que amo, la persona quien me invocó Louise, ella era la que tenía que pelear sola, hacerla dormir y suplantar su lugar, sinceramente no sé cómo disculparme con ella.
Tiffania: ¿La extrañas?
Kenichi: Mentiría si dijera que no. – dijo mientras una lágrima traicionera salía de su ojo.
Tiffania: No llores.
Kenichi: Eso trato. – dijo tratándose de limpiar las lágrimas. - ¿Te cuento algo? Cuando tocaste el arpa hace días, me hiciste recordar mi hogar, estar tiempo lejos de casa suele darte nostalgia, según escuché, en el este hay una ciudad con una vida diferente y me gustaría investigar si hay una pista para volver.
Tiffania: El este, yo también quisiera ir allá aunque sea una vez, pero no puedo.
Kenichi: ¿Por qué no?
Tiffania: Los elfos odian a los humanos y yo soy un híbrido, me verían como un fenómeno.
Kenichi: Yo también soy un híbrido, los Uzumaki cuentan con una vitalidad mejorada y resistencia, pero aun así eres hermosa.
Tiffania: Muchas gracias, iré a servirte la comida y perdón por tomar tu tiempo.
Kenichi: No te preocupes, está bien. – Tiffania se va y entra Agnes.
Agnes: Kenichi, tú eres de Aíur ¿Verdad?
Kenichi: Así es.
Agnes: Le pedí a tu amigo entrenar aunque me gustaría que tu también participaras, para matar el tiempo, además que me gustaría aprender nuevas técnicas.
Kenichi: Bueno, para ser sinceros, realmente no suelo usar tantas armas de fuego o de cuerpo a cuerpo, soy experto con artes marciales pero, no le veo el problema, me uno.
Agnes: Gracias, entonces nos vemos mañana a primera hora. – dijo mientras daba una reverencia y se retira.
Kenichi: ¿Qué?
5 días después.
Kenichi, Indra y Agnes seguían entrenando, el Uzumaki ya estaba al 100%, no tenía ningún dolor interno y su corazón funcionaba mejor que nunca, Agnes aprendió un par de trucos que realmente le servirían para futuras peleas además que varios niños estaban aprendiendo poco a poco, para así ser fuertes y defender a sus camaradas.
Pero por otro lado, Louise sólo tenía su rutina, dormía, despertaba, salía a asearse o a comer poco y volvía a dormir, no quería hablar con nadie, colocó seguro a la puerta y se colocó algodón en los oídos y siempre abrazando la almohada que usaba el Uzumaki.
Cada sueño con él era hermoso, siempre juntos, caminando como una feliz pareja, sin importarle el comentario de la "alta", lo quería mucho, quería estar con el hombre que amaba, hasta soñó que estaba con él en Aiur.
Esa noche, tuvo un sueño, ella y Kenichi caminaban tomados de las manos en el Lago Ragdorian.
Louise: Qué hermosa vista ¿No lo crees?
Kenichi: Así es. – mientras que el Uzumaki usaba su ropa clásica, pantalones azules, botas negras, polo blanco y una chaqueta negra con azul y Louise la ropa de plebeya que compró cuando fueron a la ciudad a trabajar, trataban de no hablar mucho, así no se rompería ese sueño
Kenichi: Mira Louise, la luz que refleja el agua es hermosa.
Louise: Si, es hermosa.
Kenichi: Pero no tanto como tú.
Louise: N-no digas eso.
Kenichi: Digo la verdad, tu eres lo más hermosa, quisiera estar a tu lado.
Louise: ¿Incluso puedo estar contigo en tu mundo?
Kenichi: Por supuesto.
Louise: Entonces quiero quedarme contigo siempre. – ella se sonroja mientras se empezaba a desvestir y entraba al agua.
Kenichi: ¿Qué haces? El agua está fría.
Louise: Quiero nadar ¿Por qué no entras?
Kenichi: *Suspirando* De acuerdo, pero si tienes frío te daré mi calor. – Era igual de gentil que en la vida real, como ella quería.
El Uzumaki ingresa al agua, pero en vez de que se dirija donde Louise se va a la zona más profunda del lago.
Louise: Kenichi ¿A dónde vas? – el Uzumaki le sonríe y le saluda. - ¡No, te vas a ahogar!
Empezó a asustarse ya que el pelirrojo con puntas negras empezaba a desaparecer.
Louise: ¡POR FAVOR, NO TE VAYAS! – pero el Uzumaki se estaba hundiendo, haciendo que ella se desespere. - ¡ESPERA! ¡KENICHI!
La peli rosa despierta, era otra pesadilla, pero no se sentía aliviada, el dolor y la culpa.
Louise: Kenichi... ¿Dónde estás? ... ¿Hace frio? Al igual que en el fondo del lago, frío y oscuro... - ella quería verlo, aún si iba hacer algo. – Quiero estar contigo. No puedo soportarlo, no quiero separarme de ti en el sueño, por eso ¿Podría ir al lugar done estás?
Ella lo iba a hacer, sin importar nada, pero traicionaría a todos, su hogar, su misión, sus creencias...pero sobre todo, a Kenichi, quien luchó por ella.
Louise: Quiero decirte esas palabras, quiero decirte lo que yo siento ¿Puedo irme contigo? Quiero decírtelo sin miedo, pero perdóname.
Era de media noche y Louise estaba en la torre de artillería, donde no va mucha gente, se sube a una barandilla y mira el oscuro vacío, era lo suficientemente alto para una muerte segura.
Louise: Si voy a allí te volveré a ver. Kenichi, no te preocupes, si hace frío, estaré contigo y nos abrazaremos. – estaba a punto de lanzarse pero su cuerpo temblaba y alguien interviene.
Siesta: Deténgase señorita Valière. – en efecto, ella siempre estaba pendiente de Louise, ella dejaba la comida. - ¿Qué tiene pensado hacer?
Louise: Tranquilízate.
Siesta: Con eso no traerá a Kenichi.
Louise: Tal vez tengas razón, aún así no lo puedo ver, después de hacer ese hechizo de Invocación de Familiar y que la puerta se abriera...debo hacerlo, quiero reunirme con él.
Siesta: ¿Y qué? Yo no entiendo de eso. – Louise cierra los ojos y justo cuando iba a caerse la pelinegra la atrapa de la mano.
Louise: Déjame ir.
Siesta: ¡No pienso hacerlo!
Louise: ¿Tú también quieres caer? ¡Déjame salir!
Siesta: ¡QUE NO! ¡No quiero que el hombre que amo se haya sacrificado en vano!
Louise: Pero...
Siesta: ¿Acaso tienes pruebas de que murió?
Louise: ¿no te lo dije? Con la puerta de invocación...
Siesta: Te he dicho que eso no lo entiendo, desde el fondo de mi corazón estoy segura que lo amo y tú, también lo crees.
Louise estaba aturdida, pero con lo que dijo Siesta, su corazón volvió a iluminarse.
Siesta: ¡Lo amas! ¿Verdad? ¡Entonces deja de hacer eso y cree en él! ¡A pesar que yo lo amo, él está enamorado de usted, dijo que la protegería!
Los ojos de Louise nuevamente volvieron a la vida, ella tenía razón, había tirado la toalla demasiado pronto, ahora tenía un objetivo, buscarlo por sí misma.
Siesta: Sujétate. – decía mientras trataba de subirla pero se resbaló. – OH NO...
Ambas empezaron a caer. Mientras tanto, en el patio Vestri, Montmorency había sido llamada por Guiche.
Montmorency: Y bien ¿Qué ibas a mostrarme?
Guiche: Primero gracias por venir, me gustaría que fueras la primera en ver esto.
Montmorency: ¿Ver qué? – se sorprende al ver una estatua del Kenichi, posando como un héroe.
Guiche: Me tomó varios días para hacer esto, usando sólo las manos, pero finalmente lo logré. Ahora usaré mi alquimia para convertir el barro en bronce y traeré a Louise, al menos para que se anime un poco.
Montmorency: Perdón, creí que no tenías delicadeza. Eres amable Guiche, tienes un buen corazón. – se acerca a besarlo pero ve algo. – Guiche, hay dos chicas cayendo.
Guiche: ¿Qué? – Voltea y en efecto era Louise y Siesta.
¡KYAAAAA!
Para buena suerte, aunque mala para Guiche, las chicas cayeron encima de la estatua de barro, dando un efecto similar al colchón y amortiguó la caída.
Guiche: ¡Oigan! ¿Por qué tenían que caer ahí? ¡Tanto esfuerzo para hacer mi arte para nada!
Louise: ¿Arte?
Guiche: Era una estatua de Kenichi, tantos días trabajando, no puedo reconstruirlo.
Louise: ¿De Kenichi? – al lado de ella, estaba la cabeza de Kenichi, ambas habían caído en los hombros, destruyendo la estatua pero la cabeza quedó casi intacta. – Me salvó de nuevo.
Siesta: ¿Lo ves? Incluso como estatua nos salvó. Debe de estar vivo. – Louise se levanta esperanzada.
Montmorency: Louise ¿Estás bien?
Louise: Lo estoy, Siesta vámonos.
Montmorency: ¿A dónde van?
Louise: A buscar a Kenichi.
Montmorency: Pero.
Louise: Está vivo, relájate, no estoy diciendo locuras.
Guiche: Pero la puerta...
Louise: No, no voy a depender de eso, incluso ahora me protegió, pensaba que la puerta de invocación era definitiva, pero en el fondo de mi corazón me dice que Kenichi está con vida. Incluso si todos dicen que él ha muerto, no lo creeré si no lo vi con mis propios ojos, aún si la magia muestra lo contrario. No solo es mi familiar, es el hombre que yo amo. – finalmente lo admitió, sorprendiendo a ambos, sabían que había un acercamiento entre ambos, pero que ella lo admite, es algo que no se esperaban.
5 días después
Tanto Kenichi como Indra estuvieron trabajando y mejorando la situación del pueblo, además que Agnes estaba asombrada por la rutina de ejercicios del Uzumaki y de Dragneel, además que se hicieron buenos amigos con Tiffania.
Mientras tanto Louise y Siesta habían llegado a Rosais, para su sorpresa, los civiles estaban trabajando, ellas pasaron de incógnito, mientras se iban al lugar de la batalla, el lugar donde la peli rosa fue obligada a ir para frenar al ejército.
Ahora estaban descansando, pese a que Louise había mejorado un poco su resistencia gracias al pelirrojo con puntas negras, pero aún le faltaba mucho, así que estaban comiendo.
Siesta: Toma. – dijo dándole un plato de comida y Louise empieza a comer. – Se llama Yosenabe, un plato hecho por mi abuelo.
Louise: Está delicioso.
Siesta: Se adapta a todos los gustos. – empieza a sonreír. – Por cierto, mi abuelo viene del mismo país de Kenichi.
Louise: ¿Eso es cierto?
Siesta: Sí, hace años con ese avión. ¿No lo sabías? – Louise niega. – Al menos gané en eso.
Louise: ¿Qué ganaste?
Siesta: Mi abuelo y tu novio son del mismo país.
Louise: No es mi novio...aún no.
Siesta: Oh qué lástima, porque lo besé
Louise: ¿Qué?
Siesta: Muchas veces. – Louise temblaba pero da una sonrisa y se acomoda el cabello.
Louise: Pues yo también tuve besos con él.
Siesta: ¿Cuántas veces?
Louise: La primera vez fue cuando hice el contrato, se selló con un beso.
Siesta: Eso no cuenta, es sólo un contrato.
Louise: La segunda vez, fue cuando regresamos de Albion esa vez, me besó mientras estaba medio dormida.
Siesta: Imposible.
Louise: Sí, lo vi cuando él cerró sus ojos y me besó.
Siesta: Grrrr, continúa.
Louise: Fue cuando Kenichi estaba dormido y me tenté a besarlo. – dijo sin rodeos pero su sonrojo aumentaba.
Siesta: Aprovechándote mientras él duerme, continúa.
Louise: ¡Cuarta vez, fue en el bote y él me dijo sus sentimientos! – Hasta ese punto su sonrojo ya estaba compitiendo con el cabello del Uzumaki.
Siesta: Rayos.
Louise: Y quinta vez...- no dijo nada ya que no había quinta. - ¡Bueno, fueron 5 veces que me besé con él.
Siesta: ¿Ah sí? Pues yo me besé 8 veces ¡Y en una sola noche!
Louise: Eso solo cuenta como uno.
Siesta: Más te vale que no uses magia.
Louise: ¿Por qué?
Siesta: ¡Promételo! – ella siente. – Usé mi lengua.
Esa noticia no le gustó para nada a Louise y tembló de ira, se aseguraría que cuando se tope con el Uzumaki lo besará de la misma forma, luego de terminar su almuerzo siguen caminando, sin embargo, no notaron una mujer encapuchada con varias gárgolas y algo extraño es que la mujer tenía unas runas en la frente brillando. Tras unos minutos ellas llegaron a zona de batalla, se veía el desastre.
Louise: Aquí fue donde Kenichi peleó, tomó mi lugar y peleó con 70 mil soldados.
Siesta: Mira, hay un camino, podemos ir ahí. – dijo señalando el bosque.
Louise: Te encontraré Kenichi.
Hablando del rey de Roma, Kenichi, Indra y Agnes fueron a conseguir alimentos, haciendo que Tiffania cuidara a los niños, estaba ordenando algunas cosas, pero un niño que hacía de centinela ve a 2 personas dirigiéndose a su posición.
Siesta: Disculpa niño ¿Hay alguien con quien lidere el lugar para hablar? – El chico primero las ve por si no mostraban acciones hostiles para luego responder.
Niño: Sí, nuestra hermana mayor, síganme. – ellas vieron el pueblo, no era lo mejor pero tampoco lo peor, además que tenían que arreglárselas. – Tiffa-nee, tenemos visitas.
Tiffania: Oh, hola ¿Necesitan algo?
Louise: ¿No has visto a un chico de cabello pelirrojo con puntas negras y con cola?
Tiffania: ¿Kenichi?
Siesta: ¿Lo conoces?
Tiffania: Sí, él fue a conseguir comida con sus amigos.
Louise: Está con vida. – Pensaba emocionada. - ¿Cuánto tiempo tardará?
Tiffania: Cuando sea de noche. ¿Ustedes son?
Louise: Louise Valière.
Siesta: Y yo soy Siesta.
Tiffania: Oh, son las personas que Kenichi me contó, me ha dicho que son importantes.
Louise: Si.
Tiffania: Entonces esperen por favor, ellos volverán en la noche.
Tiffania les da una habitación pero Louise se quedó donde dormía el Uzumaki, había visto su chaqueta, que estaba destrozada, ella lo toma y lo abraza.
Louise: Su esencia ...cómo la extrañaba. – dijo mientras respiraba y se quedaba dormida abrazando eso.
Pero cuando era de noche, Louise despierta ya que Siesta la estaba llamando.
Siesta: ¡Vi a Kenichi-san! ¡Vamos! – Ellas estaba emocionada y Louise se prepara para ir al fondo del bosque, pero Louise frena ya que algo andaba mal, estaba yendo por un lugar alejado del sendero.
Louise: ¿Sólo a Kenchi?
Siesta: Sí, lo vi.
Louise: ¿Cómo se llama su mejor amigo? – De inmediato se dio cuenta que no era la Siesta que conocía por lo que prepara su hechizo. – ¡Disipar!
Después de causar un destello, ve a "Siesta" desmayada, pero ve que se desaparece y sólo queda una muñeca.
Louise: Un Alviss. - mira por todos lados. - ¿Quién está ahí? ¿Qué tratas de hacer? ¡Identifíquese!
¿???: Bueno, ¿Cuál crees que sea mi nombre?
Louise: No juegues conmigo.
¿???: Bueno, me llaman Sheffield, pero ese no es mi verdadero nombre.
Louise: ¡Explosión! – le da a la silueta pero desaparece. - ¡Tsk! ¿Dónde estás?
Sheffield: Mucho gusto en conocerte, usuaria del vacío. -decía mientras había varias figuras iguales a ella.
Louise: ¿Usuaria de gárgolas? - empieza a preparar su hechizo.
Sheffield: Tu hechizo es inútil contra mis muñecas y te diré algo, a diferencia de Gandalfr, la mano izquierda de Dios, aquel que usa todo tipo de armas. – Louise abre los ojos por esa información pero se sorprende más al escuchar lo siguiente. – Yo soy la mente de Dios, Myoznitnirn, otro familiar del vacío.
Louise: ¿Es algún tipo de broma? ¿Cómo puede haber otro familiar del vacío?
Sheffield: Si no me crees, es tu problema, ahora, dame el Libro de Oraciones del Fundador.
Louise: ¿Y si me reúso?
Sheffield: Pues no me culpes si mueres.
Louise: Inténtalo. – dijo dándole otra explosión a Sheffield.
Sheffield: Estás en desventaja, estas son gárgolas, no son tan útiles contra los soldados y espadachines, pero sí en contra de la magia, son grandes asesino de magos.
Eso molestaba a Louise, tenía que usar disipar, pero era una gran cantidad numérica, cosa que la frustraba.
Sheffield: Mejor ríndete y dame el libro, sin Gandalfr, no tienes oportunidad. – pero se sorprende que Louise lanza una esfera de ki, haciendo que exploten. - ¿Pero qué?
Louise: Tengo mi as bajo la manga. – dijo mientras se rodeaba de un aura blanca y arrojaba varias esferas de ki, eliminando a un gran número pero dado que no tenía buen control, empezaba a agotarse y aún había una gran cantidad de gárgolas, por lo que trata de escapar mientras Sheffield disfrutaba de eso, la peli rosa seguía corriendo pero tropieza con una raíz de árbol.
Louise poco a poco empezaba a sentir el miedo, pero seguía avanzando a pesar de la caída.
Louise: Kenichi...por favor...vuelve. – se detiene y prepara el hechizo de invocación. – Yo, Louise Françoise Le Black de la Valière... en nombre de los 5 elementos mágicos. A raíz de mi destino, ¡Convoco a mi familiar!
Momentos antes, Kenichi estaba regresando con grandes cantidades de suministros, hasta que escucha una explosión cerca de la villa de Tiffania.
Agnes: Eso es...
Kenichi: Espera, siento... ¡La energía de Louise! ¡Ella está aquí!
Indra: Pero para que esté así...
Kenichi: Está siendo atacada. ¡Vamos! – pero nota un resplandor desde su espalda.
Indra: Acaso eso es...
Kenichi: La misma puerta que vi en aquella misión.
Indra: Es tu decisión amigo.
Derflinger: Así es compañero, pero, la decisión que tú elijas yo estoy contigo.
Agnes: Te alcanzaremos, ve. – Kenichi asiente, para escuchar el grito de Louise y el Uzumaki sin dudarlo se dirige a la puerta mágica.
Louise estaba acorralada, y cerraba los ojos mientras pensaba una cosa.
Louise: Él vendrá, Kenichi estará aquí, estoy segura de eso. -justo cuando una gárgola iba a atacarla...
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Pero alguien la atrapa de la cabeza, no era otro que Kenichi quien detuvo a la gárgola a tiempo.
Kenichi: Lamento la tardanza Louise. – la peli rosa estaba derramando lágrimas de alegría, frente a él, estaba Son Kenichi Uzumaki, con una mirada seria, listo para pelear.
Fin del capítulo.
Espero las haya gustado...
https://youtu.be/ht6HidxKYnQ
No olviden dejar su comentario y su estrellita, sin más que decir, hasta la próxima.
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