Cicatrices

https://youtu.be/mRKZ7P79llw

La guerra había terminado, unos días pasaron y en la academia Guiche estaba presumiendo de sus logros, en especial, cuando tomaron Saxe-Gotha, los magos voluntarios se hicieron famosos después de que terminara le guerra, sin embargo Montmorency fue a bajarlo de su nube, además estaba enojada porque se fue de voluntario y no poder enviarle cartas, además le dijo que no se ponga a celebrar.

Guiche: Tranquila Montmorency, no me pegues.

Montmorency: Entonces deja de hacer eso, hemos perdido a un gran maestro. – Guiche se entristeció un poco, la noticia de que Colbert murió, estaba a los oídos de la academia, por más que Montmorency trató de curarlo, se le agotó su magia. – Yo voy a dar mi mejor esfuerzo para mejorar mi magia de agua, así puedo ayudar a los demás.

Guiche: Ya veo, te estaré apoyando, te lo prometo. – dijo amablemente.

Montmorency: Además, Louise está deprimida por lo que le pasó la persona que más le importa, incluso Indra no ha hablado, dado que era su amigo así que sé mas considerado. ¿De verdad es momento para alegrarse?

Guiche se acordó de eso, Louise pidió a los altos mandos que volvieran para salvar al Uzumaki, pero se rieron, el rumor de que un chico fue solo contra un ejército, cosa que Indra no lo soportó y les dio la peor golpiza que se acordarían por el resto de sus vidas.

Al llegar y ser recibidos por Henrietta, el responsable de la misión, el general Wimpffen estaba a punto de ser premiado Indra lo toma del cuello y lo estrella contra una pared.

Indra: ¡TÚ MALDITO BASTARDO!

Agnes: ¡DETÉNGASE! – dijo apuntándole con una pistola pero Henrietta la detiene.

Henrietta: ¿Qué pasa?

Indra: Este es un grandísimo bastardo.

Wimpffen: ¡PLEBEYO INSOLENTE! ¡Quién te crees que eres para atacar a un general!

Indra: ¿UN GENERAL COBARDE QUE IBA A USAR A LOUISE CONTRA UN EJÉRCITO DE MÁS DE 50 MIL?

Henrietta: ¿QUE HIZO QUÉ? - empezaba a enojarse.

René: Pues Indra nos dijo que el general Wimpffen ordenó a Louise a pelear contra el ejército sola.

Henrietta: ¿Eso es verdad?

Wimpffen: Pero ella era nuestra herramienta. – pero Indra le da un golpe al estómago.

Henrietta: Dije claramente que no se aprovechen del poder de Louise y eso hizo.

Wimpffen: Pero su majestad...

Henrietta: Quedas relevado del cargo, Louise elegirá el casti...- dado que ya había dado luz verde, Louise le arroja una esfera de ki, dejando sorprendida a su amiga.

Louise: Ya vámonos. – dijo con los ojos cubiertos por su cabello mientras se iba, no estaba de ánimo, ni siquiera para hablar con su amiga, Indra también se va, Henrietta supuso que el ser usado como arma era razón de estar así, pero no sabía lo que en realidad pasó.

Guiche y René estaban sorprendidos, aunque el rubio con la varita en forma de rosa lo estaba más, sabía que Kenichi era el que hacía técnicas así, pero supuso que le enseño a Louise.

Luego de eso, volvieron a la academia, sin embargo Indra no ha hablado y apenas salía a recargar el tanque de agua o para comer, la frialdad se sentía por lo que le dejaron tranquilo, a pesar de todo, el rumor de que Kenichi se quedó a pelear contra el ejército llegó a la academia, ganando fama por no solo ser un familiar legendario, también el que tuvo el valor de pelear contra un gran número, por eso debía ser recompensado. Sin embargo, Louise era la más dolida, se había encerrado.

Esa noche, Guiche había salido del cuarto de Montmorency, hasta llegar al patio Vestri, el rubio recordó cuando tuvo un duelo con él y mostró su valor a pesar de la diferencia en ese momento, luego cuando hizo la tienda de campaña por la torre de artillería, en ese momento había sido despedido por Louise y pasaba el tiempo ahí, hasta recordó el momento que bebieron como grandes amigos. Eran pocos recuerdos pero eso deprimió al rubio.

Guiche: A pesar de la diferencia social, eras un gran amigo. – en eso ve que algo salía de la tienda, resultando ser Verdandi. – Oh Verdandi. ¿Dónde estabas?

Él se acerca y a caricia a su familiar, lo veía triste.

Guiche: También lo extrañas – dijo mientras lo abrazaba, luego se pone de pie y da una mirada determinada. - Kenichi, eres un héroe y haré algo para ti ¡Verdandi! Prepara mucha tierra.

Su familiar da un asentimiento y empieza a escarbar con eficacia.

Guiche: Soy un mago de tierra. Por eso, te haré este regalo, de esta tierra, haré una gran estatua, así serás recordado. Kenichi, eres un gran guerrero, tú no usabas magia por lo que, haré esto con las manos. Es mi respeto hacia ti guerrero de Aiur.

Aunque a Indra, Guiche y Montmorency estaban tristes, la más dolida era Louise, quien estaba encerrada en su habitación, sentada en su cama y abrazaba sus rodillas, con el uniforme de la academia y con un sombrero extraño, aunque en realidad, era el suéter que le regaló al Uzumaki. En su mesa, estaba el retrato de ella con Kenichi durante la cita en la ciudad.

Louise empezó a recordar cuando se conocieron y le enseñó nuevas cosas, ahora estaba triste, mira el colgante, lo primero que Kenichi compró al recibir esa recompensa, ese recuerdo la hizo sollozar.

Louise: Siempre estabas conmigo, se convirtió en mi escudo. Cuando iba a ser aplastada por Fouquet, cuando casi soy asesinada por Wardes, cuando nos enfrentamos contra el buque de guerra en Tarbes, cuando Henrietta fue manipulada y atacó con ese tornado de agua...y ahora, dio su vida para evitar que yo me enfrentara contra el ejército. - Eso la deprimía. – Siempre me defendió, siempre fue amable y tenía sentimientos por mí, pero ¿Cómo lo traté bien? No, era una obstinada, arrogante, una idiota. Me dijiste que me amabas y yo no pude decirlo.../ Justo cuando te iba a decir que yo también estoy enamorada de ti, pero...me dejaste sola.

Ella mira con lágrimas el retrato nuevamente, haciéndola llorar más.

Louise: Sin ti...no puedo dormir.

Indra estaba en la casa que había instalado, tomando licor, había fallado en cuidar a su mejor amigo, ¿Cómo le diría esa noticia a su madre? ¿Con qué cara les diría a sus hermanos que Kenichi murió? Esa frustración hace que tire la lata de cerveza, no podía emborracharse, y la marca en su frente no se iba, estaba furioso consigo mismo, por ser débil.

Indra: ¿por qué amigo? ¿Por qué fuiste solo? – dijo mientras miraba el techo.

¿??: ¿Quieres más poder?

Indra: ¿Qué?

¿??: Tú quieres poder, así perderás a nadie más. -dijo de forma siniestra.

Indra: Creo estar alucinando. – dijo negando y se iba a lavar.

Mientras tanto, en el palacio, Henrietta no se sentía bien, primero la derrota, las bajas, luego el hecho de que iban a usar a Louise como arma.

Mazarino hacía lo posible para animarla, pero Henrietta estaba frustrada, tenía que escatimar los gastos, por lo que tuvo que vender muchas de sus cosas, tener que lidiar con estas cosas a tan temprana edad era frustrante.

Mazarino: Al menos no vendió la cama Su Majestad, trate de descansar un poco. – Dijo dando una reverencia.

Ella antes de descansar se pone a ver la lista de bajas, Mazarino dijo que murieron con honor y por la patria, pero ella se tapa la boca al ver a un nombre extraño y el por qué Louise estaba de malas cuando llegó.

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Era un nuevo día, Kenichi estaba despertando por el ruido de una alarma, cosa que le pareció raro, además, estaba en su casa., el Uzumaki estaba aturdido, pero supuso que todo era un sueño y se dirige a la cocina, encontrando a su madre quien estaba haciendo un desayuno.

Kenichi. Buenos días mamá. – decía tranquilo mientras tenía un aire de nostalgia.

Gine Buenos días hijo, come tu desayuno rápido, dijiste que ibas a salir.

Kenichi: ¿En serio? No me acordaba. – decía mientras comía rápido, supuso que se reuniría con Takao y Satoshi por lo que decide disculparse con ellos, tras comer una gran cantidad se cambia y se dirige a la salida. – Nos vemos luego mamá.

Gine: Cuídate mucho hijo. – dijo feliz.

Kenichi sale de su casa, tras unos minutos llega a la ciudad, su casa está entre la zona rural y zona tecnológica, la comodidad perfecta, hasta que escucha a alguien.

¿??: Kenichi-san! – dijo abrazándolo por la espalda, el Uzumaki voltea y queda sorprendido al ver a Siesta.

Kenichi: ¿Siesta? – Las dudas rondaban por su mente, ¿Qué hacía ella aquí?

Siesta: Al menos llegué a tiempo, que vivas a las afueras de la ciudad y tenga que esperarte lo hace más emocionante.

Kenichi: Oh entiendo. – dijo asimilando la situación para seguir avanzando, pero Siesta lo abraza del brazo. - ¿Sueles hacer esto?

Siesta: A mí me gusta. – dijo sonriendo, pero Kenichi es derribado, el Uzumaki voltea y ve a Louise quien lo estaba abrazando.

Louise: Te habías tardado mucho así que fui a tu casa, me llevé una sorpresa que no estabas ¡Debiste esperarme idiota! – dijo con un puchero.

Kenichi: ¿Louise?

Louise: ¿Acaso no reconoces a tu novia? – decía enojada

Kenichi. Es que verte aquí me sorprende, además ¿Desde cuándo somos novios?

Louise: Pero si vivo cerca de tu casa, además lo somos desde hace un año, recuerdo ese día, gritaste a los cuatro vientos que yo te gustaba. – dijo sonrojada mientras jugaba con sus mejillas.

Siesta: No es justo señorita Valiere, sabe bien que yo lo quiero.

Louise: *sacándole la lengua* Pero él me quiere y ahora. -dijo cerrando los ojos, confundiendo al Uzumaki. – Siempre me das un beso cuando nos vemos.

Kenichi estaba confundido pero la besa, al separarse ella estaba con una sonrisa y con un rubor pero Siesta los separa.

Siesta: Vamos Kenichi, dijiste que irías a reunirte con los demás. – dijo jalándolo pero Louise toma su brazo.

Louise: Soy su pareja así que este brazo es mío.

Kenichi: Yo no entiendo nada. – pensaba confundido, pero se reúne con Indra y su novia Kurome.

Indra: Buenos días amigo. – dijo mientras daba un saludo amistoso.

Kurome: Buenos días Kenichi. Te quedaste dormido. – dijo mientras comía sus galletas.

Kenichi: Comiendo galletas como de costumbre.

Kurome: Por eso no te invitaré galleta.

Kenichi: Qué mala. – dijo con lágrimas estilo anime.

Siesta: Yo puedo hacer unas galletas Kenichi. – decía con una sonrisa.

Louise: Yo lo haré.

Siesta: Pero no eres buena cocinera.

Louise: ¡Dije que yo lo haré!

Kenichi: Cálmense las dos,

Takao: ¿Tan temprano y ya se pelean?

Kenichi: ¡Takao, Satoshi!

Satoshi: ¿Qué tal amigo?

Kenichi: Estoy bien ¿Qué hay de ustedes?

Takao: Estamos bien, la guerra terminó y ahora podemos estar tranquilos.

Kenichi: ¿Guerra?

Takao: ¡Claro la de Tristain contra Albion! – Kenichi estaba sorprendido, hasta que nota una silueta brillante, cegándolo por unos segundos.

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El Uzumaki despierta y respira de forma agitada, todo fue un sueño, hasta que se da cuenta que no estaba en el bosque, estaba en una cabaña, se pone a ver su cuerpo y nota algunas heridas en su cuerpo, algunas se cerraron pero otras si dejaron marca, como las perforaciones de lanza o la quemadura en su brazo izquierdo.

Kenichi: ¿Cómo llegué aquí? – pensaba mientras examinaba el lugar hasta que ve a varios niños observándolo, el Uzumaki se levanta, pese a estar un poco adolorido, se levantó. - ¿Disculpen? ¿Saben dónde estoy?

Niño: Deberías descansar.

Kenichi: Ya he descansado lo suficiente.

Niña: Entonces espera un rato, iremos a buscar a nuestra hermana mayor. – dijo mientras se iban de ahí.

Kenichi: *suspirando y sujeta su cuello pero no estaba su collar* Un momento, ¿Alguien sabe dónde está mi collar?

Niña 2: ¿Es este señor? – dijo sujetando un colgante con un cristal verde.

Kenichi: Sí es ese, por favor ¿Podrías dármelo?

Niña 2: Si juegas con todos nosotros entonces sí.

Kenichi: Bueno, es lo justo.

¿???: No deberías hacer eso, eso le pertenece. – decía con un tierno toque de regaño, la niña hace un puchero y se lo da, para luego mirar al Uzumaki. - ¿Te encuentras bien?

Kenichi: Si, eso creo. – decía algo confuso. - ¿Cómo llegué aquí?

¿??: Bueno, unos niños te encontraron en el bosque con múltiples heridas así que te traje con cuidado. – dijo mientras le daba el collar y el Uzumaki se lo colocaba. – Se ve que lo aprecias mucho.

Kenichi: Me lo dio mi hermana menor.

¿???: Ya veo, niños ¿Podrían dejarnos hablar a solas? – todos asienten y se van de la cabaña. – Qué bueno que hayas despertado, estabas inconsciente casi 2 semanas.

Kenichi: ¿He dormido tanto?

¿???: Sí, te curé lo mejor que pude, aunque me sorprendí que tu cuerpo empezara a cerrar esas heridas pequeñas por su cuenta.

Kenichi: Bueno, soy de la familia Uzumaki, la longevidad es alta y nos permite curar nuestras heridas más rápido que una persona normal.

¿???: ¿Uzumaki?

Kenichi: Sí, me llamo Son Kenichi Uzumaki, un saiyajín. – decía mientras seguía examinando su cuerpo.

Tiffania: Había arreglado tu vestimenta, sin embargo, tu abrigo terminó muy dañado. – dijo dándole su polo.

Kenichi: Oh, gracias. – respondió mientras se colocaba su polo.

Tiffania: Por cierto ¿Qué es un saiyajín? – preguntó curiosa.

Kenichi: Una raza guerrera, nos hacemos fuerte por cada combate, aunque creí que no la contaba con la cantidad de heridas que recibí, pero dado que en parte soy Uzumaki pude curarme lentamente.

Tiffania: No había oído de eso antes, es interesante.

Kenichi: Aunque también, otra característica de un Uzumaki es que mi cabello sea rojo, aunque por parte de mi padre, tengo puntas negras.

Tiffania: Te queda bien tu color. – dijo con una sonrisa. - me llamo Tiffania.

Kenichi: Mucho gusto, por cierto ¿Dónde están mis espadas?

Tiffania: Están en la habitación de al lado, dado que una hablaba, sería malo si te despertara.

Kenichi: Típico de Derflinger...ahora que me doy cuenta. ¿Qué pasó con la guerra?

Tiffania: Algo pasó pero no estoy involucrada con ellos. - decía un poco temerosa.

Kenichi: ...Te creo, porque un enemigo no me curaría. – en eso un viento pasa por la habitación haciendo que el sombrero que llevaba Tiffania salga volando y el Uzumaki se sorprende al ver unas orejas puntiagudas. – Vaya...

Tiffania: ¿No tienes miedo?

Kenichi: ¿Por qué tendría miedo?

Tiffania: Es raro que alguien no le tenga miedo a un elfo.

Kenichi: ¿Elfo? – había escuchado eso antes, estaban en el desierto rumbo a Rub al'Khali, pero jamás se esperó ver a uno.

Tiffania: Bueno, soy semi elfo en realidad. ¿Tienes hambre?

Kenichi: A decir verdad sí, me gustaría comer un buffet completo.

Tiffania: ¿Tanta hambre tienes? – preguntaba sorprendida.

Kenichi: SÍ, mi raza saiyajín tienen un metabolismo avanzado por lo que necesitamos grandes cantidades de comida, ¿Podrías indicarme dónde puedo conseguir fruta?

Tiffania: Claro, yo te ... ¡KYA! -se había resbalado pero antes de caer el Uzumaki la atrapa como una princesa.

Kenichi: ¿Te encuentras bien?

Tiffania: *Avergonzad* SÍ, estoy bien.

¡HÉROE!

El Uzumaki nota que los niños lo estaban observando todo el rato, y todos decían lo mismo o caballero, Tiffania estaba avergonzada mientras que el Uzumaki reía nervioso mientras bajaba a la rubia y se iban a la otra habitación.

Kenichi: Hola Derf.

Derflinger: ¡Compañero! ¡Qué alegría!

La espada le explica lo que pasó cuando casi iba a herir al general, cuando apareció malherido en el bosque y cuando la chica apareció.

Derflinger: Estaba triste, habías muerto ya que tu corazón se detuvo por unos minutos.

Kenichi: Ya veo...- decía mientras trataba de analizar lo que pasó. – bueno, estaba en un pésimo estado, había pasado por un ataque cardiaco y sobreviví, pero mis energías estaban bajas y al pelear con ese ejército, rompí mi limitador.

Tiffania: ¿Te enfrentaste contra el ejército tú solo y ni siquiera estabas recuperado por completo?

Kenichi: No tenía opción, Albion iba a arrasar a las tropas de Tristain, pero con todas estas heridas, ¿Cómo pudiste salvarme?

Ella estaba dudosa pero le muestra un anillo, base de plata con un pedestal color mate.

Kenichi: ¿Con el efecto del anillo?

Derflinger: Te equivocas compañero, ella usó magia antigua dado que es una semi elfo.

Kenichi: Si la magia antigua curativa puede hacer esto, no creo imaginar cómo sería la magia de ataque.

Tiffania le explica con detalle de cómo su madre era un elfo, de cómo obtuvo el anillo, aunque se agotó cuando lo curó.

Kenichi: Tiffania, quiero darte las gracias por haberme salvado la vida. – dijo dando una reverencia. – como pago, te ayudaré en lo que pueda.

Derflinger: Esto compañero, también quiero decirte algo.

Kenichi: ¿Qué pasa Derf?

Derflinger: Mira tu mano izquierda. – El Uzumaki hace lo que le indica y queda sorprendido ya que las runas que solían estar en su mano izquierda desaparecieron. – Dado que tu corazón se detuvo por minutos y se te creyó muerto, las runas desaparecieron.

Kenichi: Esto no me lo esperaba...Al menos me siento feliz de que Louise esté a salvo, te debo una Julio. – Pensaba mientras daba un suspiro. – Aún así, estoy en deuda contigo Tiffania.

Tiffania: Tranquilo y llámame Tiffa, es más cómodo, ahora vamos a conseguir fruta. – dijo alegre y él asiente.

Volviendo con Louise, ella estaba tratando de dormir un poco, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, a la vez de no dormir mucho, cuando alguien toca la puerta.

Louise: ¿Quién? – decía desanimada, pasó un momento de silencio hasta que escucha una voz que ella conocía.

¿??: Soy yo, he regresado.

Ella se levanta, cubierta con la manta y se acerca a la puerta.

Louise: ¿De verdad eres tú?

¿???: Claro que sí, estoy de vuelta. – Louise abre la puerta y ve a la persona que más ama.

Louise: Kenichi: - ella iba a desmayarse pero Kenichi la atrapa.

Kenichi: Lamento por la tardanza.

Louise: ¡Tú!

Kenichi: ¿Yo?

Louise: Tú... ¡Grandísimo idiota! – lo abraza con fuerza mientras lloraba. - ¡Estaba muy preocupada porque tu energía se desvaneció! ¡Me asustaste mucho...Waaaaaah!

Kenichi: Lo lamento, estaba realmente agotado pero pude irme y tomar un barco.

Louise: ¿Por qué te fuiste solo? Me dejaste sola en el barco, estaba tan asustada idiota. – decía mientras golpeaba su pecho pero esos eran golpes muy débiles.

Kenichi: Descuida, estoy bien.

Louise: Pero me abandonaste.

Kenichi: Sabes bien por qué lo hice. – dijo mientras la toma de la mejilla. – porque te amo y no dejaría que nada malo te pasara.

Louise: *ruborizada* Kenichi... – decía mirándolo con intensidad. – yo...yo también t-t-te...

Kenichi: Tartamudeas.

Louise: Déjame decirlo, fuiste sincero conmigo y yo lo seré contigo. – toma la mejilla del Uzumaki. – Yo...también...te amo.

Ella toma la iniciativa y lo besa, un minuto después se separan por falta de aire y el Uzumaki la lleva a su cama, pero ella lo abraza del cuello.

Kenichi: ¿Louise?

Louise: No me vuelvas a dejar sola.

Kenichi: No lo haré. – dijo mirándola con una sonrisa. – Diablos señorita, no me imaginaba que usarías así, ella estaba con el traje de gata negra que usó en Albion.

Louise: *desviando la mirada* Me puse esto...p-para ti. – dijo sonrojada, Kenichi se acerca y la besa de nuevo hasta que empezaba a besar su cuello. – Ah...Kenichi...

Kenichi: ¿Me detengo?

Louise: No, no lo hagas. – decía mientras lo miraba a los ojos.

Kenichi: ¿Estás segura? – Ella asiente y cierra los ojos, pero no pasó nada, ella abre los ojos y ahora estaba en la colina de Albion, donde debería estar, con su uniforme, aunque ya estaba amaneciendo.

Ella caminaba por todo el lugar, había rastros de sangre, cráteres, flechas, estacas de hielo, espadas tiradas, banderines destruidos, pero más adelante, hasta que ella se tapa la boca al ver al hombre que amaba, con varias armas incrustadas en su pecho y respirando de forma débil.

Louise: ¡Kenichi! – dijo acercándose con y retira con cuidado las armas para evitar un desangrado.

Kenichi: Lo...Louise...

Louise: ¡Resiste! ¡Te llevaré a un lugar seguro!

Kenichi: N-no creo...poder...aunque...estoy feliz de verte...una última vez. – ella nuevamente empieza a llorar mientras la mano del Uzumaki tocaba su mejilla. – No llores.

Louise: ¿Cómo no voy a llora? ¡Estoy viendo al hombre que amo malherido!

Kenichi: Je... Al fin lo dijiste, eso me hace muy feliz. – dijo dando una débil sonrisa.

Louise: Espera, deja que vaya por ayuda, sólo resis... - pero nota que la mano del pelirrojo que estaba en su mejilla cae a la vez que los ojos se cerraban para no volverá abrirlos. – No, por favor, no me dejes ¡Dijiste que estarías conmigo! ¡Por favor no te vayas! ¡Kenichi! – decía en lágrimas abrazándolo.

Louise abre los ojos, dándose cuenta que estaba en la cama, había tenido una pesadilla, mira a los alrededores pero se sorprende al ver a Julio para enojarse.

Louise: Y no estamos en guerra así que no puedes meterte a donde se te dé la gana. – Julio le muestra un papel de autorización.

Julio: ¿Con eso no hay problema?

Louise: No deberías entrar a la habitación de una mujer sin permiso. – decía enojada.

Julio: Pero en parte estamos conectados. – decía mientras extendía su puño derecho con guante, pero Louise no estaba de ánimos.

Louise: Déjalo así.

Julio: Decidí volver a Romalia, pero vine a despedirme.

Louise: Pues gracias.

Julio: ¿Deprimida? – ella sólo baja la mirada y aprieta los puños. – Deberías darme las gracias.

Louise: ¿Por qué me lo dices?

Julio: Yo fui quien te llevó al buque.

Louise: Por petición de Kenichi, pero él...

Julio: Deberías ser realista, él ya está muerto.

Louise: Basta...

Julio: No lo haré, él cumplió con su deber.

Louise: ¡TE DIJE QUE BASTA! – gritaba furiosa mientras extendía su palma y preparaba una esfera de ki, Julio sólo levanta los brazos en señal que no hará nada. - ¿Cumplir con su deber?

Julio: Es el destino de Gandalrf señorita usuaria del vacío.

Louise: ¿Cómo es que sabes todo eso?

Julio: Soy sacerdote de Romalia. Un país con la investigación más avanzada del mundo.

Louise: Apenas de este mundo. / Guárdate tu teología.

Julio: Romalia te necesita.

Louise: Déjame en paz.

Julio: Louise, lo amas ¿Verdad?

Louise: Si, lo amo.

Julio: Entonces sigue adelante por él y usa el portal de invocación.

Louise: Mejor lárgate antes de que te arroje esta esfera.

Julio: Tranquila, ya me voy, rezaré por ti. - dijo mientras se iba.

Louise desactiva la esfera y apretaba los puños a la vez que su cuerpo temblaba.

Louise: Kenichi no está muerto...está vivo. Debo ser fuerte. – en eso tocan la pueta otra vez. – Si es Julio juro que le tiro esa esfera. / ¿Quién es?

Montmorency: Soy yo Louise. – la peli rosa abre la puerta. – Sé que estás deprimida, pero necesitas ir a clases. La guerra acabó y no puedes estar en la habitación todo el tiempo. Además, hay posibilidades de que esté vivo.

Louise: Es verdad, él es un guerrero, duro de roer, sobrevivió contra ese psicópata. – ambos asienten y recordaron una anécdota de René, le contó que se peleó contra un psicópata, quedando malherido al igual que Indra.

Montmorency: Así es, es posible que siga vivo.

Louise: Lo voy a confirmar.

Guiche: ¿Cómo? – Pero Montmorency se dio cuenta de lo que iba a hacer.

Montmorency: ¿Vas a usar la invocación?

Louise: Sí, si está con vida no se completará el hechizo.

Guiche: Pero ¿Qué pasará si...? – Montmorency le cubre la boca.

Montmorency: Será mejor que te prepares.

Louise: Si no lo hago ahora, nunca lo haré.

Todos cierran los ojos y Louise empieza a hacer el hechizo de invocación, sus manos temblaban, su corazón estaba latiendo a mil, hasta que lo completó.

Louise: Yo, Louise Françoise Le Blanc de la Valière, en nombre de los cinco elementos, convoco un familiar.

Pasaron un poco de tiempo, Montmorency no quería abrir los ojos y Louise no decía nada, por lo que le pide a Guiche que mirara.

Montmorency: Guiche ¿Cómo fue? – pero no hubo respuesta, ella abre los ojos pero lo que vio la hizo caer de rodillas.

Guiche: Lo perdimos, realmente lo perdimos. – decía triste por perder a su amigo.

Montmorency: Louise...

Frente a ellos, estaba la puerta del familiar, el hechizo se había completado.

Montmorency: ¡Ciérrala! – la peli rosa hace caso y cierra la puerta, estaba a punto de llorar por lo que la rubia lo abraza por detrás.

Sin que lo sepan, en el bosque, en las afueras de Saxe-Gotha, el Uzumaki estaba durmiendo después de dar un aperitivo nocturno, hasta que siente algo brillar en su delante.

Kenichi: ¿Qué? – se frotaba los ojos y los abre, pero no había nada. – Qué raro, tal vez era un sueño.

Volviendo a Tristain, mientras que Louise estaba reunida con Montmorency y Guiche, Indra había guardado todo, la casa y la máquina de gravedad, de vuelta en sus cápsulas, mira por un momento la academia pero empieza caminar.

Indra: Louise está devastada, pero yo me niego a creer que está muerto, en cuanto la encuentre le daré un golpe por hacerla llorar, te traeré de vuelta. – pensaba decidido mientras se cubre la capucha con su gabardina, con el dinero que Kenichi había ganado en su trabajo, se disculparía por tomar prestado sin permiso su dinero.

Habían pasado unos 4 días, el Uzumaki estaba entrenando pero no dejaba de mirar su mano izquierda, su cuerpo ya estaba en óptimas condiciones por lo que no tenía problemas, aunque los niños lo miraban con admiración además que unos pocos empezaron a imitarlo, cosa que le sorprendió al Uzumaki.

Kenichi: Muy bien chicos, deberían descansar un poco, apenas están empezando con el entrenamiento, sus músculos deben acostumbrarse y una vez hecho eso, pueden aumentar más sus repeticiones. – los 8 niños que lo acompañaron entre ellos, 2 niñas, que querían proteger a su hermana mayor Tiffania. – Bien chicos, vayan a asearse.

El Uzumaki se sienta a tomar un poco de refresco, cortesía de Tiffania quien se sienta al lado suyo y empiezan a conocerse más, la rubia le contó de su infancia, algo triste ya que su madre murió cuando apenas era una niña, pero se las arregló para seguir adelante y se asentó en la villa Westwood cuidando a los huérfanos, hasta que en eso, carga a Tiffania y salta del lugar de las leñas ya que cayeron unas flechas.

Tiffania: ¿Un cazador? – pero no era uno, eran varios y tenían pinta de ser mercenarios.

¿???: Oigan ustedes ¿Quién está a cargo de este lugar?

Tiffania: ¿Para qué?

¿???: Oh miren qué belleza. En medio de un bosque y alejados.

Tiffania: ¿Son mercenarios?

¿???: Ex mercenarios, desde que acabó la guerra, volvimos a nuestro viejo oficio.

Tiffania: ¿Qué oficio?

¿???: Robar. – dijo el líder que era un hombre algo pequeño pero con una sonrisa perversa. – Tal parece que este lugar no tiene dinero, pero tienen una mina de oro, tú.

Kenichi: Ya he escuchado suficiente. – dijo colocando su brazo como escudo a Tiffania.

¿???: Oye mocoso mejor lárgate y deja que nos divirtamos con esta chica.

Kenichi: Eso fue tu boleto para hospital. – dijo mientras mira a Tiffania. -aléjate y no te asustes por lo que voy a hacer.

¿???: Así que elegiste ese camino mocoso.

Derflinger: ¿Qué piensas hacer compañero? ¿Usarás tu transformación?

Kenichi: Usaré a Incursio. – dijo mientras desenvaina la espada.

¿???: Este mocoso se lo buscó ¡Ataquen!

Kenichi: ¡INCURSIOOOOOOOOOOO! – Para su sorpresa el dragón nuevamente apareció y empezó a cambiar la apariencia de su armadura, los mercenarios temblaron un poco con esa armadura.

¿???: ¡Eso no será suficiente para...! – no dijo más ya que el Uzumaki le da un poderoso puñetazo al estómago, mandándolo contra un árbol, dejándolo con varios huesos rotos, los otros bandidos trataron de atacarlo pero Kenichi usaba la parte sin filo de la espada para dejarlos a todos heridos.

El líder estaba furioso así que prepara un hechizo contra los niños, pero Kenichi escucha un cántico similar a los que hace Louise y una fuerte ventisca rodea al líder, una vez se disipa haciendo que el líder de los bandidos reaccione confundido.

¿???: ¿Dónde estoy?

Tiffania: Tú y tu equipo salieron muy heridos, llévatelos de ahí.

Kenichi: Y más les vale no volver porque no aceptaremos a soldados en una villa pacífica, si desobedecen. – se trona los puños, el líder estaba nervioso por lo que se lleva a sus compañeros sobre una carreta que llevaba para el botín, el Uzumaki desactiva la armadura y mira a Tiffania.

Tiffania: Yo usé un hechizo para borrar su memoria.

Kenichi: Esa magia, no tenía nada que ver con los 4 elementos básicos...es

Derflinger: El vacío compañero.

En Londinum, se estaba realizando una junta de todos los líderes, Tristain, Germania, un embajador de Romalia y el general Hawkins de Albion, quienes esperaron la llegada del rey Joseph.

Necesitaban discutir de todo lo acontecido en la guerra, lo bueno es que no hubo ningún conflicto, aunque el rey Joseph de Galia, pese a su edad se comportaba un poco extraño además que sólo estuvo por poco tiempo, se hizo la paz y durante la fiesta se fue de ahí.

Henrietta no estaba de ánimo por todo lo sucedido por lo que se iba a retirar pero Hawkins le pide hablar con ella en privado.

Hawkins: Muchas gracias por responder mi petición.

Henrietta: Y yo agradezco de su hospitalidad, pese a los daños de la guerra.

Hawkins: Es un castigo pero dejando eso de lado, le diré algo Su Majestad, su ejército fue salvado por un héroe. ¿Usted sabe quién es?

Dado que Henrietta escuchó de esa misión suicida y al leer la lista de bajas sabía de quien se trataba, pero los altos mandos decían que era una mentira, que el ejército de Albion tuvo un percance y no los alcanzó, por lo que la verdad no fue a la luz.

Henrietta: Sí, lo conozco, es una persona especial de mi mejor amiga.

Hawkins: Ya veo, los altos mandos fueron unos cobardes, sólo querían salvar su propio pellejo.

Henrietta: Si.

Hawkins: Nuestro ejército ya iba a llegar a Rosais y para nuestra sorpresa, un guerrero nos detuvo, eliminó a varios y dejó heridos a un gran número, en especial a los oficiales, haciendo que pierdan el mando, no importó las heridas que tuvo, él siguió peleando hasta que colapsó cuando iba a por mí.

La princesa estaba triste, todo tenía sentido, todos se salvaron gracias a Son Kenichi Uzumaki, un saiyajín de otro mundo, quien su único motivo para enlistarse a la guerra es por Louise, él fue el salvador, de no ser por él, toda Tristain sería sometida y la reina habría sido esclava o peor.

Hawkins: Su Majestad, pese a que yo fui su enemigo en el pasado, respeto a ese joven guerrero por su valor al detener nuestro ejército, por favor, hágale una adecuada ceremonia de honor.

Henrietta: Lo haré, gracias. – decía temblorosa.

Ya era de noche y Henrietta estaba en una habitación de posada, había llamado a su mosquetera de confianza.

Agnes: He venido lo más rápido que pude Su Majestad.

Henrietta: Muchas gracias, tengo algo que pedirle. – ella le explicó lo que Hawkins le dijo.

Agnes: Así que quiere que busque al familiar de la señorita Valière. – la princesa asiente.

Henrietta: Así es, él nos salvó, al ejército y la madre patria, debemos confirmar si está vivo o muerto, dijeron que estaba por Saxe-Gotha, al noreste de Rosais.

Agnes: Entendido, me prepararé para ir a primera hora.

Henrietta: Gracias, cuídate mucho. – la mosquetera asiente y se va.

Mientras tanto, en Rosais, Indra había llegado, había tardado un día entero para llegar a Albion, estaba viendo los escombros, cosa que lo dejaba confundido, hasta que ingresa a un castillo y ve el cadáver del emperador.

Indra: Es una lástima que haya muerto, porque yo le quería romper los huesos por manipular mi mente. – decía mientras se iba al lugar donde luchó Kenichi, había detectado su energía, pero antes, se acerca al cadáver y recoge el anillo. – Por ahora descansaré aquí, mañana temprano continuaré.

Se va a una posada abandonada y se duerme en la habitación menos dañada.

Fin del capítulo.

Espero les haya gustado...

https://youtu.be/ht6HidxKYnQ

No olviden dejar su comentario y su estrellita, sin más que decir, hasta la próxima.

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