Traiciones
En el pueblo había un apersona llamada Pedro Tz'ikin Q'ij, de familia pobre, pero muy humilde, tenía 40 años, tenía un hijo y una esposa de los que no se tienen registros alguno, a pesar de ser muy cristiano, él tenía que robar para hacer un poco de dinero para llevar al pan de cada día al hogar.
Él no hablaba mucho español, por eso no tiene trabajo en ningún lugar, nada simplemente vive en la calle con su familia. Pero todo eso se terminaría.
Un día decidió de la nada empezar a robar, la primera casa que robo fue la casa de Don Santiago de Almallena, persona rica de la época que se había asentado en ese pueblo, una persona que nunca salía de su casa, no se sabe que fue de él, simplemente sé sabia que alguien vivía en esa casa, pero no sé sabia quien. Pedro tenía necesidad, pues él no tenía trabajo y no tenía donde caer muerto junto a su familia y así fue.
Entro a la casa en plena luz del día, entro por patio trasero, no había nadie, entonces entro, entró por la puerta y vio un montón de cosas muy valiosas, desde figuras y manteles de los más puros y finos materiales, entro aún más adentro y se adentró entre la cocina, le parecía extraño que no hubiese nadie, ya en la cocina vio como estaba lleno de comida, postres como pasteles y helados, sopas de tomate y un buen pollo, él casi no se podía resistir, pero siguió a pesar de que no hubiese comida ya desde hace 1 semana.
Siguió aún más y ahí fue donde encontró las joyas, al parecer el señor tenía o tuvo esposa, porque había muchas joyas para mujer, eran muy finas y brillantes, había de todo tipo, de oro, plata, perlas, esmeraldas, rubíes, de todo tipo, agarro 4 de ellas, después escapo lo más rápido posible para evitar que alguien lo vea, pero a pesar de que no había visto a personas en la casa, decidió irse rápido para evitar ser visto por si alguna persona lo vio durante la salida.
Salió totalmente de la casa y fue a vender las joyas, le dieron 9028 maravedís, no era mucho, pero le servía para pagar las algunas deudas de los bancos.
Seguía robando para empezar a pagar sus deudas, pero aun así él no llegaba a ver la gran fama de ladón que se estaba dando, pero aun así nadie sabía quien era.
El cómo ladrón era muy sigiloso, él no hacia ningún ruido, simplemente era como si no estuviera, simplemente no había ninguna persona más, siempre entraba a robar durante la noche siempre.
Un día él llegó a la iglesia y se dirigió al altar para robar alguna cosa valiosa de la iglesia, pero vio como el padre confesaba, pero era la confesión de una persona que hablaba demasiado fuerte, cuando se dirigió por fin a la sacristía, Fernando estaba ahí, estaba arreglando muchas cosas de la iglesia, pero solo algunas cosas quedaron afuera, antes de que Fernando lo vea, se fue de la iglesia.
Durante la mañana él salía a buscar trabajo, pues él quería trabajar, pero no seguir robando, pero en la noche empezó a robar, pues no tenían dinero y lo tenía que conseguir de alguna manera, siempre estaba en cualquier sitio, pero nunca en la escena, porque él era sigiloso.
Así estuvieron los días durante aproximadamente un año y medio, cuando de pronto una noche se le ocurrió entrar a robar de nuevo a la primera casa donde robo, era de noche casi como las 12 de la noche, si mucho a esa hora solo lo acompañaba la llorona, buscando a sus hijos.
Entro en la misma, abrió la ventana del cuarto desde que entro para no entrar por la puerta de atrás, y cuando vio, ahí estaba el señor de la casa, durmiendo, no quiso pasar más, pero vio como en la mesa había una diadema de plata, entonces entro sigilosamente, sin ningun afan de despertar a nadie y de pronto
-¡quien está aquí!-dijo gritando Don Santiago
Pedro se quedó inmóvil, pues no sabe como el señor pudo oír sus pisadas.
-si no me dices quien eres, te juro que traeré mi escopeta y te llenaré de plomo-dijo Don Santiago
-soy Pedro -dijo apenado
-vete de aquí, no te quiero matar-dijo perdonándolo
de inmediato salió corriendo sin dudarlo, simplemente se fue.
Él estaba arrempetido por todo lo que había cometido, simplemente eso, arrempetido, cuando él se quiso ir a confesar, llego con la sorpresa de que la iglesia había sido cerrada por tiempo indefinido, él no lo podía entender, pues la iglesia está para que siempre esté abierta, entonces él quiso entrar, pero la policía lo atrapó lo llevaron a que Santiago Buenaventura, alcalde segundo lo juzgara para sacarle la verdad, por alguna razón para el juicio no llego Vinicio Sen, solo estaban: Santiago Almallena, unas cuantas personas que supuso que eran las criadas del señor, un fiscal y Santiago Buenaventura, el alcalde segundo.
Durante ese juicio pedro estaba confesando con gran arrempentimiento el robo que el habia cometido en su casa.
-Si señor, yo entre a robar a la media noche a su casa.
-te condeno a 5 meses de carcel, tambien deberas de pagar todo loque has robado a este señor.
El alcalde vio a Pedro muy de lejos y supo que el habia entrado a robar a la casa de unas de las personas mas ricas del pueblo, entonces le intereso mucho proponerle la gran oportunidad de poder hacer algo que el podia hacer y bien.
hablo ese mismo dia con Pedro sabiendo que lo que le ofresia era algo muy doloroso para el que era cristiano, pero, mientrasm el alcalde le decia la propuesta el sintio dentro de el como se poderaba algo, un sentimeinto de odio, pero quie seria eso, acaso no habia algo que tenia que hacer para obtener la llibertad, o quedarse aqui por mas de 5 meses sabiendo que su familia moriria de hambre, pero habia algo que el no comprendia todavia, ese sentimiento era de odio o de saber que porfiin tenia la oportunidad de salir.
el acepto la oferta, traicionando su fe, pero quedando en libertad a los 5 meses de haber sido encarcelado.
salio el dia 24 de agosto de 1820, salio y se dirigio a la casa del alcalde, donde lo resibio la esposa del alcalde Zahori, el alcalde estaba sentado junto a un achimenea, teniendo en sus manos un papel donde estaban lo que el alcalde queria que robara, eran objetos de mucho valor, pues no eran solo cosas que solo eran de arrancar, si no mas bien tenian que ser arrancadas, rotas y sin ningun descuido quitadas de su lugar,estas eran las cosas que tenia que traer:
Las joyas de la Virgen de concepción.
Las piedras del sagrario
Todos los cálices, copones, cruces, candelabros y velas, dejando solo algún vaso de menor precio o que sea de latón
La custodia de oro sobrado
Y lo más especial, el san Bartolomé de plata, pero déjale las partes de madera, solo quiero la plata.
Pedto tenia en su interior un sentimiento de arrempetimiento por lo que el hiba a hacer, pero ya no podia hacer nada, simplemente no habi nada que hacer, solo seguir y no desepcionar al alclade porque lo mas seguro seria que lo mandase de nuevo a la carcel o que el alcalde influenciara para darle la pena maxima.
Antes de irse la esposa de Jose el alcalde, zahori, salio y le dio un abrazo algo extraño y le dijo al oido:
"hazlo, no tengas miedo de robar, piensa en tu familia"
Pedro por poco se pone a llorar, pues no sabia nada de su familia en tres meses, entonces entre lagrimas se dirigio a la iglesia esa misma noche, mientras caminaba por las calles, se seintia ya el olor a brisa que caia, era la noche del 23 de agosto "la noche en que el diablo anda suelto" el sentia como el diablo se apoderaba de el, llego por fin a la iglesia pero habia algo que le faltaba las fuerzas para poder hacerlo, se sentia mal porlo que hiba a hacer entonces vio a lo lejos a unam persona de color negro, con gorro gigante y llevaba una guitarra, entonces le dijo:
-Que esperas, hazlo por tu familia.
El hombre desaparecio luego de decir esas palabras que le ayudaron a Pedro a levantarse y poder realizar el sacilegio.
pero habia algo le le sostenia la firme fe que el tenia, pero luego algo le atravezo el alma y siguio para continuar el cometido...
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