Sacrilegios

—Durante la noche del 23 de agosto del año 1820, la ciudad de San Bartolomé Zapotitlán dejo de existir, no se sabe muy bien las razones, pero se sabe que las personas de dicho pueblo sufrieron de folie buscando una imagen de san Bartolomé que presuntamente fue robada, se cree que entre ellos se destruyeron y por lo mismo su destrucción sospechosa.-dijo el canciller

—¿Hay alguna razón para que ellos hicieran eso?-dijo el presidente interesado

—simplemente, fue el fanatismo religioso, provocado por el sacrilegio que sufrió su iglesia-dijo muy seriamente

—¡debemos de ignorar todo!-dijo el obispo— guardad todo por ahora y desapareced a todo aquel que diga algo...

Durante la noche del 23 de agosto, sucedió que la iglesia del pueblo sufrió un sacrilegio, todo lo hemos se apagó, todo lo sagrado fue arrancado, Dios y el diablo habían estado planeando esto para un futuro, el día malévolo había llegado, nunca más se volvería a saber nada bueno en ese pueblo y en Guatemala.

Durante esa noche, muy oscura y fría al pueblo, le fue arrebatado todo lo que para ellos era más sagrado, su tesoro preciado, lo que para ellos era su hijo, su iglesia que con mucho esmero fue construida.

Pedro Tz'ikin Q'ij movido por una fuerza extraña dirigió a una de las ventanas de la iglesia, una de las más cercanas, la abrió y entro sin hacer ningún ruido.

El padre Don Virgilio de la Paz estaba en su habitación pensando sobre lo que pasaría el día de mañana, 24 de agosto, día de san Bartolomé, él estaba muy inquieto por lo que pasaría, estaba tan preocupado que no se percató que había alguien en la iglesia.

Pedro se dirigió directamente a la sacristía, cuando ya estaba en la sacristía dijo: ustedes que sirvieron durante la sagrada liturgia, ahora servirán para dar riqueza y poder.

Y con la bolsa que él traía tomo todo, tomo todos los cálices, los copones, las vinajeras y los candelabros directamente con las velas, dejando solo los objetos de latón, tomo absolutamente todo, dejando todo totalmente vacío.

Se le había arrebatado todo el oro con el que fue consagrado la sangre y cuerpo de cristo, había sido derramado, todo lo que para ellos era sagrado fue derramado en ese momento.

Después se dirigió al altar y con un fierro que él traía entre la bolsa, fue y se dirigió a cada una de las imágenes, despojando así de todo el oro que tenían las imágenes, dejándolas sin sus lujos que se merecen por ganar el cielo.

Se dirigió entones después al sagrario y dijo en la puerta, casi al oído: Señor, que por lo menos el oro que tienes aquí sirva para alimentar a tu pueblo.

Entonces arrebato con todas las fuerzas cada piedra preciosa que tenía en él, dejando al sagrario sin perlas.

Y por último se subió encima del sagrario, donde estaba san Bartolomé, dijo con acento indígena y lleno de oro:

—tata tolo, si en tu pueblo tus paisanos te despellejaron, aquí también haremos lo mismo, con la única diferencia de que tu pellejo nos servirá para sacar provecho, mientras que tus paisanos nada pudieron sacar.

Después con el fierro saco un tornillo de plata que sostenía el resplandor de oro, bajo la imagen con mucha delicadeza y la puso sobre el altar, y con todas sus fuerzas, pudo separar las partes de madera de las de plata, y después todo el cuerpo lo puso en la bolsa, subió los restos de la imagen al retablo y con las mismas se fue de la iglesia, cuando salió, por el peso de las cosas de plata, hizo tremendo ruido, el ruido hizo que el sacerdote despertara de su sueño muy pesado y triste, bajo a ver y vio algo horrible, vio a su iglesia sin toda las cosas lujosa, con el oro arrancado y san Bartolomé despellejado, triste y sin ilusión, el sacerdote callo de rodillas y lloro entonces si enloqueció y fue directo al campanario a anunciar el terror.

Mientras subía escucho gritos desgarradores y lamentos muy agresivos, demonios y ángeles peleando entre sí y la virgen María llorando la desgracia, cuando subió por fin al campanario como tal grito de independencia toco y a todo el pueblo despertó, bajo lo más rápido posible y anuncio el horror.

Cuando estaba en la torre toco la campana con todas sus fuerzas, muchísimas fuerzas, que despertó a todo el pueblo con los grandes toques angelicos, pero un ángel no era quien lo tocaba, bajo tan rápido, que casi caía por las escaleras, bajo con todas sus fuerzas, cuando por fin estaba abajo, grito con todas sus fuerzas:

—¡pueblo mío!-dijo con todas sus fuerzas— ¡nuestra iglesia ha sido víctima de un sacrilegio!

Todo el pueblo conmocionado estaba y con mucha ira y desgarro empezaron a enloquecer y a buscar desesperadamente todos los objetos de la iglesia.

Toda la noche estaba tan oscura y fría, la llamada había sido atendida, la gran muchedumbre entonces empezó a armarse.

Esa noche realmente el diablo estaba suelto, pues había hecho su cometido, sentarse frete al retablo junto a sus 7 pecados.

Durante esa noche el pueblo buscaba por donde quiera, locos de remate, hasta que alguien grito:

—toso fue culpa del padre, si tan solo no hubiera cerrado la iglesia, nada de esto hubiera pasado

todo el pueblo exasperado por lo que había pasado, casi mataban al padre, qué salió corriendo hasta la iglesia, donde se encerró y no salió, lo primero que hicieron fue quemar la iglesia, con el padre adentro, así lo hicieron, fue quemada la iglesia por Vinicio Sen, el alcalde indígena, el padre fue llevado a la gran tribulación, entonces fue quemada como tal estrella cuando llega a su fulgor.

Mientras la iglesia estaba en llamas, el sacerdote quedo entre las llamas, no había por donde salir, quedo atrapado entre las llamas, no había más que hacer, pero el padre no sintió dolor ni tampoco sintió desolación, simplemente no sintió nada y simplemente ya no hubo nada en todo su cuerpo, como san Lorenzo no sintió nada, solo el olor a incienso salía de la iglesia.

Tal espectáculo fue mal tomado, pues el sacerdote que había ayudado a construir el pueblo, muerto está, sin alivio ni consuelo, murió entre brasas, quemado, la estrella, su fulgor dio, un ángel posiblemente lo acogió, pero al diablo se lo llevo.

Desesperados fueron directo a la alcaldía y fue quemada para saberles a las autoridades que estaban totalmente molestos, entonces después se dirigieron a la casa del alcalde, en el cual estaba ya Pedro entregándole la ofrenda del sacrilegio, cuando Vinicio toco la puerta la que les atendió fue Zahorí a la que muy cordialmente dijo:

—Que desean

—queremos a san Bartolo-dijo Vinicio

todos gritaron al unísono y con tal bullicio zahorí grito

—¡aquí no hay nada!

—como que no-dijo Vinicio con una botella en galardonada-nosotros sabemos que el alcalde no es cristiano, ni usted es cristiana.

Ella dijo muy acertadamente

—no seremos cristianos, pero somos buenas personas, y no estamos desesperados como para matar al fundador de su pueblo

entonces, el pueblo muy furioso se abalanzó en contra de la esposa casi matándola, entraron entonces a la casa y encontraron al alcalde con la gran bolsa de oro.

El pueblo enfurecido empezó a rechinar los dientes y empezaron a ir en contra del alcalde, el alcalde por su parte salió huyendo por la ventana con la bolsa llena de oro junto a Pedro.

—señor alcalde, porque no vamos por allá-dijo Pedro señalando el convento.

—sería buena idea-dijo el alcalde.

De repente algo quebró al alcalde, que hizo que pensara en matar a Pedro; cuando por fin llegaron a al convento, El alcalde Jose Dijo:

—tus pecados deberás pagar y tú en el infierno arderás.

Diciendo esto, le pego en la cara con la bolsa llena de oro, lo que hizo que Pedro Cayera al suelo, la risa del diablo se olía, se escuchaba al llegar, el pueblo endemoniado, agarraron a pedro por las extremidades, y con la cara llena de ira jalaron sus manos y pies, desmembrando a Pedro, tales gritos salieron de la boca de Pedro, pero ya no podía hacer nada, sus hijos habían muerto junto a su esposa de hambre, Pedro ya no tenía nada que perder en esta vida, pero el dolor lo hizo desgarrar, un ángel lo llevo y le dio consuelo y al diablo se lo entrego.

Cuando el alcalde llego a la puerta del convento y con gran nerviosismo entro al convento con la idea de que el pueblo no lo haya visto, cuando de la oscuridad, apareció una figura encapuchada de blanco que le dijo:

—Alcalde, ¿por qué huye?

El alcalde asustado vio al ser, pero se percató que era un monje

—no ves que están llegando por mí para matarme?-dijo el alcalde muy explícitamente.

—porque tú siempre estás en contra de tu pueblo?-dijo el monje con una voz muy pacífica.

¿—ellos son ignorantes-dijo el alcalde muy seguramente-y yo porque te estoy diciendo eso?

¿—no lo sé-dijo el monje muy serenamente-talvez será que tú quieras llevar tu orgullo a otro nivel?

El alcalde tenía en sus manos la posibilidad de regresar a la normalidad o de terminar con el pueblo por histeria colectiva, el alcalde estaba pensando por un momento, pero el pueblo estaba muy furioso que quemo el convento con todos los habitantes monjes ahí, pero no se podía hacer nada ya, los monjes seguían orando con gran serenidad, y con gran singularidad empezaron a orar muy fuerte, que parecía un coro angelico muy sublime y muy grande.

El alcalde, quedo impactado por el coro angelico, empezó a llorar, mientras la llamas lo consumían por todas partes.

El alcalde junto a los monjes murieron y el oro fue calcinado entre las llamas.

El alcalde había muerto justo como el padre Virgilio, entre llamas y con gran arremetimiento, las llamas lo consumían, pero él disintió dolor, miraba al lado si solo vio como el coro de los monjes ante el altar seguían cantando arrodillados ante una imagen de San Bartolomé, este, sin embargo, no era de plata, el alcalde estaba en los últimos minutos de su vida, lleno de fuego y sangre, un ángel lo llevo y al diablo se lo entrego.

Las llamas que salían del convento eran tan hermosas y tan grandes que después de quemar todo, el pueblo se dio cuenta de lo que había hecho, entonces arrempetido, fueron a la iglesia, pero ya nada se podía hacer, pues la iglesia había sido consumida por las llamas junto al sacerdote.

Ya no sabía qué hacer, entonces uno de ellos dijo:

—la culpa es de Vinicio

Vinicio con todas sus fuerzas salió corriendo, hasta llegar a uno de los barrancos que estaba entre la ciudad; todo el pueblo estaba furioso, entonces en un intento de matarlo, Vinicio dijo:

—hasta aquí ha llegado el reinado de Dios...

Y se lanzó.

En las manos llevaba una antorcha y cuando cayó al abismo, el fuego Sen propago muy rápido, tan rápido que hasta incluso llego solo a esa ciudad en tan solo 2 minutos, pero el fuego solo se dirigió a esa ciudad nada más, era como si supiera su misión.

El pueblo al instante enloqueció y todos empezaron a querer salir de este pueblo, absolutamente todos no pudieron salir, pues no había como salir, la única salida estaba ante llama y todo solo sería tirarse al suelo y suicidarse, pero el fuego llego primero, y el gran espectáculo luminoso comenzó, entre llamas solo salían gritos y grandes blasfemas, el olor era a azufre muy fuerte, tanto que incluso llego a olerse en la ciudad capital, no había nada que salvar, simplemente nada, entre las llamas justas y pecadores salieron al descubierto, y los ángeles se los llevaron y al diablo los entregaron, pero no a todos, pues al Dios unos pocos conocieron y el resto al infierno cayeron.

Sucedió entonces que los peregrinos llegaron y solo encontraron ruinas y cuerpos calcinados por tal incendio que se originó, solo eso encontraron, nada más, ningún alma viva, se dirigieron al la iglesia y lo único que encontraron fue el cuerpo del sacerdote junto a todas las imágenes calcinadas y lo único que pudo sobrevivir fue el sagrario que protegió a las hostias.

Los peregrinos con tanta devoción sacaron el cuerpo de cristo, que recorrió toda la ciudad llena de cuerpos calcinados, el copón era de oro con un grabado que decía: Et regni eius non erit finis, que significa: Y su reino no tendrá fin.

El santísimo era portado por el obispo de la localidad, junto a un número inmenso de fieles y sacerdotes, pues ese año toda la diócesis decidió ir a ese pueblo, pero solo encontraron cuerpos.

Tal escena del santísimo pasando en frente de todo un pueblo calcinado con

Esa noche el pueblo fue limpiado y destruido de toda maldad idólatra que había, pero entonces queda la duda ¿por qué fue olvidado? Y ¿por qué Dios dejo que eso pasara?

Pues no se sabe a ciencia cierta como es que todo fue olvidado, talvez la iglesia decidió que era mejor olvidarlo o simplemente fue ignorado por toda la generación, nadie sabe de ese pueblo, ni donde quedo, hasta incluso a que Diócesis pertenecía, talvez fue sacado para olvidarlo por completo, pero si fue así, entonces ¿por qué? Pues simple, todo lo malo no merece ser recordado, incluso si lo malo, fue bueno para un futuro.

Y sobre la segunda pregunta solo les diré algo:

Dios es un ser fantástico que no necesita explicación, porque si lo explicamos, nuestra mente nos explotaría.

Su reino no tendrá fin...


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