Revelaciones

—Porque no empezamos a ver esta cuestión.

El padre Virgilio estaba organizando ya desde noviembre las actividades navideñas, pues el sacerdote tenía que algunas recolecciones y permisos.

—Sería mejor que no tuviéramos problemas con el alcalde,desde que le amenazo, él se negó a otorgarle más permisos.-dijo su sacristán— aparte usted es muy cariñoso y bueno y no quiero que nada se le ponga en su camino para no seguir en sus buenas obras.

—Yo sé que España tiene problemas, pero no es razón para que él me  amenace y no seguir contando mis planes para la organización de algo que a nuestro pueblo le ayudaría a mejorar.

Durante este mes a fray Virgilio lo habían amenazado a muerte por no darle la tercera parte de los ingresos de la iglesia al alcalde, pues estaban exigiendo mucho dinero que incluso era casi imposible ya pagar los impuestos.

El padre se levantaba a las 6:00 de la mañana para celebrar misa, era una rutina para el sacerdote, mucha gente acudía a misa diaria y después de la misa el sacerdote se quedaba confesando, pero una vez, fue diferente, durante una confesión alguien le fue a decir algo extraño:

—Ave María purísima-dijo el sacerdote como de costumbre.

—Sin pecado concebido-dijo el "fiel".

—Desde hace cuánto no te confiesas.

—Desde que nací-respondió el "fiel" con una voz muy grave.

El sacerdote sintió miedo por tal respuesta reveladora.

—Dígame sus pecados hijo.

—Solo le diré algo que cometeré— dijo el fiel con voz desgarradora.

El ambiente se puso tenso, pues al padre Virgilio empezó a sentir miedo.

—Pero hijo, no puedes confesar algo que no has cometido— dijo el cura interrumpiendo.

—Entonces no quieres saber.— dijo el "fiel" con voz intrigante.

—Dime, quiero saber— dijo el sacerdote nerviosamente.

—Verás prontamente este pueblo arder, los verás descender y sepultarse en el infierno, pues, su misma religión lo conllevara a hacer— dijo el ser con una voz muy grave que se  llegaba a escuchar hasta el altar.

—¡Quién eres tú!— dijo el sacerdote con voz potente pero a la vez nerviosa

—¡Soy el que atacara muy pronto, soy también el que hará que veas al mismo diablo en presencia de todos!-dijo el ser muy potentemente también.

Cuando el sacerdote iba a actuar, el ser ya había desaparecido.

El sacerdote quedo muy inquieto por tal encuentro, y así estuvo durante muchas semanas, día y noche, él no paraba de pensar en esa supuesta profecía, todas las noches escuchaba ruidos en su habitación, veía cosas. Una noche un ruido lo despertó, bajo a ver y vio como unas sombras entraban y se dirigían hasta donde estaba el sagrario, el sacerdote supuso que solo era producto de su imaginación por lo que había escuchado, pero no estaba muy seguro.

Después de esa "alucinación", tuvo más, oía voces también, voces muy siniestras que le decían:

«Se acerca el día en que el rey de las tinieblas triunfara y será un día de gloria para el infierno, mientras que para el pueblo católico, será día de luto y opresión, ya los verás».

Durante la misa de navidad, tuvo una visión, tanto así que él después de esa visión ya no fue el mismo.

Antes de la misa el sacristán vio al padre muy mal.

—Padre Virgilio, ¿qué le pasa?— dijo el sacristán muy preocupado.-usted no es así, es más carismático. — dijo el sacristán animando.

—No nada Fernando (Fernando es el nombre del sacristán)

—Usted no es así, simplemente de un día para otro cambio mucho, como si hubiera visto un fantasma— dijo Fernando

Fernando vio a el padre muy asustado.

—Padre tanto cambió que hasta incluso ya no organizo la caridad que la iglesia siempre hace en navidad.

—No, simplemente estoy cansado, estoy viejo, tú crees que a mis 65 años de edad tengo las mismas fuerzas que tenía cuando estaba en España— dijo el sacerdote un poco molesto.

—Pues cuando llego a nuevo mundo hizo muchas cosas nuevas como la evangelización de este pueblo.

El sacerdote entró a la iglesia y se dirigió al altar, mientras caminaba al altar, vio como en el incienso se formaban formas muy extrañas y poco comunes.

La misa prosiguió de forma muy normal hasta que durante la consagración, tuvo una visión

"El altar se puso oscuro y el pueblo se transformó en parte del infierno, vio como en el retablo había demonios que tiraban las imágenes y caían al abismo, después vio como 7 demonios intentaban abrir el sagrario, mientras que la forma del mismo se hacía un poco más cuadrada, después vio como la cúpula se rasgaba y caía".

Cuando el sacerdote volvió del sueño, se dio cuenta que el cáliz con la sangre de cristo había caído al suelo, el pueblo estaba casi furioso por lo sucedido, pero al ver que él no hacía nada, decidieron casi subir al altar y recoger la sangre de cristo con delicadeza.

Todos se preguntaban que había pasado, ya que algo así nunca había sucedido, pues el sacerdote parecía sano, y no es algo normal que una persona de repente se desmaye en el altar.

El padre, al darse cuenta del revuelo, quiso calmar al pueblo, pero el pueblo no lo escuchaba, porque lo que había pasado es un sacrilegio, levantó la sangre con la más delicada tela y fue puesta en una jofaina.

Después de este incidente, el pueblo se preguntaba constantemente que había pasado con el padre, muchos decían: él era muy sano, nunca menciono sobre alguna enfermedad.

Otros decían: él ya es viejo, se debería de retirar.

Lo sucedido llego ante los oídos del alcalde, y  quería aprovechar la oportunidad para sacar a la iglesia del camino y el ser el único mandamás.

Mientras tanto, el sacerdote se encontraba muy mal por lo sucedido, pues él, a pesar de lo que vio, se sentía culpable por derramar algo tan valioso para la iglesia católica, así que desapareció y no se relacionó con el pueblo durante 3 meses, lo único que hacía era levantarse, celebrar la misa, cerrar la iglesia y no salir para nada...

Fernando, que a pesar de lo sucedido, apoyaba al sacerdote con toda devoción, dijo:

—Padre Virgilio, yo sé que usted está muy mal por lo sucedido en la noche de navidad, pero será mejor que se confiese y reinicie.

—No puedo hacerlo, sé que por alguna razón he tenido visiones raras, sé que son una señal que a mí me mandan por alguna razón.-dijo el padre Virgilio muy indistintamente.

—¿Qué visiones?—pregunto Fernando, interesado.

—He tenido visiones extrañas, y hasta muy macabras, pero por alguna razón a mí me llegan como que si yo tuviera que ver en algo malo que va a pasar— dijo el padre Virgilio muy acelerado.-

— ¿Qué fue lo que vio exactamente?-dijo Fernando.

—Está bien, te lo diré, pero prométeme que no se lo dirás a nadie.-dijo el padre Virgilio muy inexpresivo y sombrío.

—Está bien.

—Vi como 7 demonios entraban e intentaban entrar al sagrario.-dijo el Padre Virgilio de manera violenta y sin ninguna emoción que se reflejase en su cara.

—Es en serio lo que me dices-dijo Fernando muy sorprendido

—Si tú crees que alguien como yo estaría mintiendo sobre algo tan fuerte como esto, tan sagrado como mi pueblo y tan inquietante y fantástico como esas visiones-dijo el Padre Virgilio aceleradamente.

— ¿Visiones?

—Si tuve muchas y muy espeluznante para que la mente humana las pueda procesar y analizar con calma.-dijo el padre Virgilio, muy atemorizado.

—Y ahora, ¿tienes alguna interpretación de sus visiones?

—No

¿Qué otras visiones tuvo?

— Vi como mi pueblo caía en el abismo sin ninguna forma de regresar, también vi como del sagrario salían llamas, y la más reciente, vi como una persona atacaba directamente a la iglesia y de él unos demonios salían de su boca, serpientes enormes y de su lengua el mismo diablo colgando como en su trono.

—Y entonces, ¿tú piensas que algo malo pasara?

—Por todo lo que he visto y oído, sí— lo dijo de una manera muy segura.

—Bien— dijo Fernando ya un poco preocupado.

— ¿Tú crees que estoy loco acaso?

—No— dijo Fernando un poco asustado y nervioso.

Pasaron los días, la semana santa se aproximaba y el padre Virgilio lo sabía, pero no estaba seguro de celebrarla por su cuenta, pero, a pesar de las muchas críticas que su pueblo había dicho, de los muchos sucesos extraños que le habían pasado, las visiones y los susurros, tuvo que orar para empezar a levantarse y continuar con su misión.

Así que después de 3 meses sin acercarse a su pueblo, por fin iba a salir y empezar a relacionarse de nuevo.

Así que él empezó de nuevo con las confesiones y con las salidas y visitas a enfermos, y con todas las necesidades que su pueblo tenía.

Él celebró la Semana Santa, todo fue normal, pero el jueves santo vio algo:

Sintió como todo se desvanecía poco a poco a su alrededor todo se convertía en un infierno, volteó a ver atrás y vio cómo su pueblo estaba en el abismo.

En medio de la iglesia apareció un gran agujero en donde todo su pueblo caía en él, justos y pecadores caían entre los 7 círculos del infierno, Dios se había olvidado de su pueblo, su misericordia ya no llegaba hacia nosotros, muchos habitantes del pueblo caían alrededor del trono del diablo, el trono era muy grande que la punta del mismo llegaba hacia la tierra.

El padre Virgilio bajo del altar y se dirigió hacia el agujero y se asomó, el infierno es como una gran torre parecida al coliseo Romano, en el fondo solo se miraba en llamas y grandes gritos salían de él, el pueblo caía al fuego, mucha gente caía en las manos del diablo y el diablo se las comía.

El agujero desapareció y el sacerdote vio como los ídolos mayas intentaban apoderarse de las pobres almas del pueblo, volteo a ver al altar y vio como del altar salían 7 demonios, eran los 7 pecados capitales, los demonios tiraron las imágenes y les arrebataron su lugar, se sentaron en el retablo dejando un espacio en medio, el espacio de San Bartolomé, era el espacio de alguien más el diablo entonces apareció y se sentó ahí, el sacerdote estaba ya horrorizado, no podía soportarlo más, él quería salir pero no podía, del horror, el Padre Virgilio cayó al suelo desmayado.

Cuando despertó estaba en su habitación recostado en su cama, el único que estaba a su lado era Fernando el sacristán.

Era viernes santo por la mañana, se había desmayado durante la consagración dejando así ese día al pueblo sin comunión, el padre no podía creer lo que había pasado.

Fernando le dijo:

— Padre Virgilio, usted sabe que las personas que se desmayan no tienen buena salud ¿verdad?— lo dijo de una forma no tan digna.

— ¿Qué me quieres decir con eso?-dijo el padre Virgilio preocupado.

— Que usted ya no tiene la capacidad de trabajar en una parroquia tan grande y extensa como esta— dijo Fernando tratando de apaciguar sus palabras.

—Pero acaso supones que ya estoy viejo.

Fernando se quedó callado, hubo silencio durante un buen tiempo hasta que el padre Virgilio rompió el silencio:

— Yuve otra visión, esta vez fue más fuerte que la anterior, fue muchísimo más fuerte-dijo muy tranquilamente.

—¿Qué fue lo que vio?— dijo Fernando muy acelerado

—Vi al mismo diablo.

El ambiente se puso muy inquietante, cuando el padre dijo "el diablo", ya que en ella vienen las verdades más ambiciosas más del mismo hombre.

Llegando las 12 del día el sacerdote se levantó y se dirigió al templo, el padre ya se sentía mejor.

Después de que el padre Virgilio se desmayó, todo su pueblo lo levanto, y lo llevaron a su casa, después de estabilizarlo, cuentan que abrió los ojos y grito:

—¡El diablo está cerca, protejan sus almas!

Después de decir eso, todo el ambiente del pueblo empezaba a volverse más turbio y más escalofriante que un bosque oscuro, esa noche mucha gente escuchaba pisadas, muchos pensaban que era el diablo, pero otros pensaban que se acercaba algo muy oscuro y siniestro, recordemos que este era un pueblo muy cristiano, la gran mayoría de sus habitantes eran de la cultura maya y había muy pocos habitantes criollos, muchos de ellos practicaban todavía la brujería maya, así que eran muy supersticiosos, pero esta superstición muy pronto se volverá realidad.

Después de que el sacerdote se levantó y fue al presbiterio, vio a poca gente orando, casi era la hora de celebrar los santos oficios, así que los iba a celebrar junto a esas personas, así que hizo lo que en los libros litúrgicos indican, pero mientras estaba realizando los ritos, reflexionó en algo que nunca en ningún momento había pensado.

¿Qué tal si alguien muy cercano al pueblo va a ejecutar un acto sacrílego, un acto que haría que el pueblo entre en un momento de histeria y empezarían destruirse? Pero, si eso era así, ¿por qué sucedería en este pueblo?, tal vez sería porque es un sitio de peregrinaje en Guatemala muy concurrido, pero ¿qué sería lo que robaría? tal vez fuese la eucaristía para la brujería, o ta vez a san Bartolomé, que es lo más seguro, pero, ¿Por qué a nosotros?, ¿acaso hay alguien tan siniestro para hacer ese caos?, el alcalde podría ser, pero no le conviene hacer eso, pero entonces ¿cuándo seria?...

Comprendió entonces todo lo que había visto, Dios se las había revelado a través de siniestras visiones, Dios sabía que le resultaría más impactantes a él ver eso, pero había una pregunta todavía ¿por qué Dios permitiría ese suceso tan malévolo?

Paso la noche del viernes santo, con el aire, la procesión del santo entierro pasaba por la oscura ciudad; sin embargo, el sacerdote ya sabía lo que pasaría muy pronto, solo rodada esa pregunta tan insignificante, pero profunda a la vez: ¿por qué Dios permitiría eso?

Entre el olor del aserrín y el incienso, el viernes santo término, el sábado santo inicio, la vigilia de pascua era por la noche, pero había algo que no le pasaba por la mente, antes de iniciar la vigilia, el sacerdote le pidió al Señor que le dijera por qué dejaría hacer tal sacrilegio.

Durante la vigilia, en la consagración, tuvo una epifanía:

Sería tal vez para que Guatemala no cayera de en la idolatría, se estaba viendo como en Santiago de los caballeros y nueva Guatemala de la Asunción, caían en cargar en estos días imágenes de nuestro Señor Jesucristo dándole más devoción a esto que a la santa misa, esto reemplazaría  el santo sacrificio de la misa, que hasta incluso en un futuro no muy lejano, sustituiría la santa misa por una procesión muy estrepitosa y elegante, pero sin fin y fundamento, con mucha devoción irían a cargar, pero sus pecados se volverían más pesados por dejar al señor solo en la iglesia, entonces la semana santa y muchas festividades de la iglesia, caerían en idolatría e incluso muchas celebraciones ya no se harían según lo que manda la iglesia.

Casi el sacerdote caía en crisis, pero se mantuvo, porque pensó en no volver a hacer el ridículo durante una misa, en especial, esta.

Durante el domingo todo transcurría muy normal para las personas, pero durante la última hora del día, vio algo que consolaria su corazón.

Mientras él cerraba la iglesia, pensaba que alguien no entraría después de la misa, olió entonces un olor a rosa fuerte, un olor agradable que provenía del altar, el padre Virgilio se aproximó a investigar sobre el olor, cuando llego al presbiterio, oyó una voz que cantaba venite spiritu creator proveniente del retablo, específicamente del lugar donde está la virgen de concepción, se dirigió a ella y vio desde el pie del altar a la virgen que parecía muy normal, pero escucho de nuevo la voz y el sacerdote exclamo:

—Señor mío, si quieres mostrarme otra visión, por favor te suplico que esta vez no sea tan terrorífica.

Después vio como la virgen de concepción cobro vida diciéndole:

—Hijo mío, tú sabes que Dios es poderoso y justo, ¿tú crees que después de muchas visiones Dios te enviaría más cuando tú ya has comprendido las visiones?

El sacerdote cayó de rodillas diciendo:

—Oh madre Santa, ¿a qué se debe la presencia de su divina majestad?

—Vengo a consolar tu corazón, hijo mío, las visiones que tuviste son muy fuertes para tu mente tan frágil— dijo la virgen maría consolando al padre Virgilio— mientras tú miraste las visones y ya las comprendiste, pero ahora tu corazón está afligido, yo ahora vengo a decirte que todo sucederá en un futuro para dejar en previsto si el pueblo no cambia.

—Pero, ¿porque a nosotros?

—Sucedió ya en Santiago de los caballeros, con el terremoto en 1773, sucederá ahora con San Bartolomé Zapotitlán, sucederá en un futuro con Quetzaltenango y luego con Guatemala de la Asunción, Dios mostrara su ira, pero mostrara también su misericordia, pero tu culpa no será, será del mismo pueblo por el fanatismo.

—Señora mía, como yo puedo ayudar a que esto no suceda.

—Por ahora tú no puedes hacer nada, pero serás reconocido en el cielo por tus acciones, tus hazañas serán contadas en el cielo, por construir el reino de Dios.

— Pero ¿y los justos de este pueblo perecerán?

—Algunos de ellos darán su vida para tratar de amortiguar el viento, pero estos justos serán reconocidos, mientras que los pecadores caerán en el abismo.

—Señora, ¿quién será el que haría tal atroz cometido?

—Alguien del pueblo, muy conocido, el mismo espíritu de judas entrará en él, incluso creo que ya está en él, y si no es cristiano, compensará y aumentará el odio a la iglesia, y cometerá sacrilegio, alguien más lo cometerá en nombre de él, pero será más pecador el pensante que el cometedor.

—Pero ¿yo no puedo hacer nada verdad?

—No.

El sacerdote quedo muy pensativo por las revelaciones que le dio la virgen María, pero él quería resguardar el pueblo por tal amenaza que se le aproximase, ¿pero habrá algo que él pudiera hacer?

La respuesta es sencilla, no, después de esa respuesta, el padre le agradeció a la virgen por las revelaciones y él descansó.

Pudo pasar la noche, pero había algo que él no podía pasar desapercibido, por qué no podía hacer nada, así que pensó:
Sería mejor que él, después de cada misa, no saliera del presbiterio, después, cerraría la iglesia y no la abriría sino hasta mañana.

Posteriormente, ya no confió en nadie, incluso en Fernando, que fue despedido a la semana después de la aparición, pasaron 6 meses, cada día hacia lo mismo, cerraba la iglesia y se aseguraba que nadie estuviera en él, sería mejor que contratara un personal de seguridad, pero él no confiaba en nadie, llego entonces agosto, el pueblo estaba furioso por lo que el padre estaba haciendo, pero él sentía que era lo mejor, se dejó ganar por la paranoia y no dejaba entrar a nadie entrar en el templo a orar, el pueblo ya casi remataba en contra del sacerdote, pero su pueblo sabía que contra él no podían.

Llegó así el día 23 de agosto «la noche en el que el diablo anda suelto», un día ante de la fiesta de san Bartolomé, en la noche pensó en muchas cosas, pensó en las personas que llegarían, pensó en la forma de como ese día se cometería el sacrilegio, pero llegarían los peregrinos, y ¿si en cualquier momento los peregrinos entraban a la fuerza? no, lo mejor será dejarlos pasar a rezar a la imagen; entonces haría lo siguiente: dejaría pasar a las personas,pero el estaría vigilante  hasta la hora de la misa, y despues saldría la procesión que organiza la cofradía y los dejaría salir para que todas las personas acompañen la procesión y la iglesia se vaciaria, pero acaso...

Un ruido despertó al sacerdote del trance que tenía, el sacerdote bajo a ver y entonces vio lo que tenia que pasar, el día había llegado, la hora correcta era, el frío estaba en su mayor punto y el diablo estaba suelto listo para el ataque, la imagen no estaba, solo sus pies, manos y cara, su plata y oro habían sido arrancado y las perlas ya no cantaban, la ultima hora había llegado, la hora de alertarse;entonces el padre se puso de rodillas y lloro amargamente mientras veía la obra del mismo diablo, se había sentado en su retablo, no había ya nada que hacer...

O talvez si...

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