Capitulo 8: En la aldea
Ojala os guste ;D
Dejen comentarios como siempre
gracias a las que leéis mi historia
El sacrificio de la sacerdotisa
Capitulo 8: En la aldea
Los arboles pasaban como flechas verdes a su alrededor y saltaba pequeñas grietas sin detenerse en ningún momento. Ni siquiera sabía si seguía corriendo en línea recta como había hecho al salir del palacio de Tomoe.
¿Por qué lo había hecho? No tenía respuesta.
Se detuvo para recuperar el aliento, seguía en el bosque pero ya no podía ver el palacio de Tomoe por lo que debía estar bastante lejos. Cerca pudo escuchar el sonido del agua por lo que debía haber un rio cerca de allí.
Llego a los pocos minutos y tal como supuso había un pequeño riachuelo donde una señora se afanaba limpiando la ropa junto a una niña pequeña que jugaba con el agua bajo la mirada atenta de su madre.
Nanami se acerco temerosa, y se mojo las manos haciendo que la niña volteara la vista y la viera.
-¿Eres un hada del bosque?-Pregunto inocente, no debía de tener más de 5 años, vestía un kimono de rayas y su cabello de color oscuro estaba recogido en una coleta. Sus ojos verdes la miraban con curiosidad.
-N-No...yo...-¿Qué iba a decirle?
-Rika, deja a esta señorita en paz-Dijo su madre, amablemente y la niña obediente asintió-¿Eres forastera?
-Sí, bueno...
-Tienes que tener cuidado, one-chan-Dijo la niña, asomando la cabecita por encima del hombro de su madre-Cerca de aquí vive un demonio malvado que se lleva a las chicas guapas, tienes que tener cuidado.
-Rika-La regaño su madre. Nanami asintió a lo dicho por la niña pero en su mente solo se le paso un nombre y un rostro. El de Tomoe. Estaban hablando de él-De todos modos vienes del bosque, ¿Seguro que estas bien?
-Estoy bien-Dijo lentamente y sonrió a las dos quienes le devolvieron la sonrisa.
-Podrías quedarte con nosotras un tiempo-Dijo Rika y tiro levemente de la manga del kimono de su madre quien asintió dulcemente y después de recoger la colada, la llevaron a la pequeña aldea que estaba a unos kilómetros al final del riachuelo.
La aldea era pequeña pero contaba con bastantes habitantes, las casas eran planas, típicas de la época meido, había algunos templos junto a la colina y los habitantes cosechaban arroz y trigo junto a las casas.
La casa de Rika y su madre, Fuyumi, estaba situada bajo el cerezo más grande de la aldea, junto al templo donde descansaban los restos del padre de Rika.
Era pequeña pero acogedora, con pocos muebles y decoraciones pero a Nanami le causo muy buena impresión y dejo que Rika le hiciera de guía por todas las habitaciones (que eran dos habitaciones pequeñas, un baño y un pequeño salón donde había una cocina adjunta).
-One-chan
-Puedes decirme Nanami-Le dijo dulcemente.
-Nanami-chan-Se corrigió Rika-Tu kimono es muy bonito, ¿Dónde lo conseguiste?
Ella bajo la mirada hacia la prenda, la tela era realmente elegante, tan bien bordada y le sentaba como un guante a pesar de ser bastante revelador y el largo de la falda era a su opinión demasiado corto.
-Pues...me la regalaron-Algo le decía que no debía contar su pequeña relación con Tomoe. Llamadlo intuición femenina racional.
-Me gustaría conseguir uno tan bonito como ese-Comento soñadora. Recibió una regañina por parte de su madre y poniendo un mohín de disgusto se puso a preparar la habitación para que ella y Nanami pudieran pasar la noche cómodamente.
-Tengo curiosidad...-Se atrevió a aventurarse a preguntar cuando estuvieron solas en la habitación de Rika.
-¿Sobre qué Nanami-chan?
-Antes...hablasteis de un demonio...¿Puedes contarme de que iba eso?
Rika se quedo callada un momento, como meditando si debía o no contarle a Nanami aquella información.
-Todo ocurrió hace varios años, yo aun era bastante pequeña por lo que no me acuerdo de todo pero según la leyenda que circula en nuestra aldea un demonio decidió venirse a vivir a la cima de nuestra montaña y desde entonces atemoriza a todos nosotros.
-¿Atemoriza?-No daba la sensación de que Tomoe fuera una persona que se dedicara a hacer daño a la gente aunque ella tampoco es que lo conociera tan bien como para estar segura de ello.
Él la había besado de una manera muy dulce, como si tuviera miedo de hacerle daño a la vez que le acariciaba la cara con delicadeza. A pesar de todas las cosas que habían pasado entre ellos, cosas malas la mayoría de ellas, Nanami no pensaba que fuera una mala persona.
!Pero eso no significaba que a ella le gustase Tomoe¡
-Ese demonio secuestraba a las chicas jóvenes de la aldea. No sabemos qué hacía con ellas pero después de que se metieran en aquel castillo no las volvíamos a ver. Desde entonces cada principios de mes, una de nuestras mujeres es dada como ofrenda al demonio para que no nos ataque.
-¿Ofrendas?-Nanami no podía creerse que en verdad tuvieran que hacer aquello. Ella no había visto a ninguna mujer en el castillo y eso que se había recorrido varios de los pasillos.
-Por eso tienes que tener cuidado, tu eres muy hermosa y si ese demonio te encontrara no creo que te dejara vivir.
Nanami se sonrojo por lo dicho por la niña. ¿Había dicho que era hermosa? Le dieron ganas de abrazarla pero se contuvo. De nuevo le vinieron pensamientos sobre Tomoe, se había ido corriendo después de haberse besado y no le había dicho nada. ¡Había salido corriendo sin decirle nada¡ ¡La iba a matar cuando la encontrara¡
¿La encontraría? ¿Y si lo hacía que pasaría?
-Problemas-Grito la madre de Rika, entrando en la habitación y tirándose literalmente sobre ellas-Esta aquí, ha venido.
-¿Quién?
-Tomoe, el demonio-Dijo sobre ellas. A Nanami se le acelero el corazón. Tomoe había ido a buscarla.
-¿Qué querrá? Aun no es fecha de la ofrenda-Dijo con lágrimas en los ojos Rika, agarrándose de la manga del kimono de su madre.
-No os mováis
Nanami intento calmarse, ella era la culpable de que el demonio apareciera en aquella aldea y quizá si no conseguía lo que quería le haría daño a aquellas personas inocentes.
No podía dejar que pasara eso.
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