Yoongi gruñía por lo bajo mientras mantenía la bolsa de hielo contra su frente y sus dientes apretados.

Jimin salía del baño con un camisón color azul bebé y un supresor recién ingerido. Lo miro con una sonrisa inocente y pidió disculpas con los ojos, Yoongi solo lo ignoro y siguió mirando todo con un rostro serio.

Seokjin entraba en el living con un botiquín y una cara apenada. Yoongi lo miro y gruño por lo bajo.

—Ya he pedido perdón.—

—No me sirve tu perdón, Omega.—

—Ya Yoongi, no le hables así a mi primo.—

—Solo curame está mierda para que pueda irme a mi departamento.—

Jimin hizo un puchero mientras bajaba la mirada y se sentía culpable.

Luego de que yoongi allá entrado en el departamento y Sokjin, primo de jimin, allá pensado que era un alfa desquiciado con intenciones de violar y el, le halla tirado una botella en la cabeza. Luego de todo eso, jimin despertó de su pequeña siesta y aclaró ante su primo que yoongi era su alfa y seguramente estaba propuesto a ayudarlo con su celo.

—¿No te quedaras alfa?—

—No.—

—Alfa...—Alargo la última vocal

—No.—

—Bien jimin, esto ya está armado, solo tienes que curarlo. Yo debo irme con namjoon así que te dejo con tu alfa para que aclaren sus cosas.— murmullo en el oido del menor.— Suerte, usa tus caderas.

Jimin se sonrojo, Jin le guiño un ojo y Yoongi gruño.

—Adiós Yoongi.—

—Vete.—

Jimin suspiro cuando escucho la puerta ser cerrada y con una mirada miedo y apenada, se dirigió a paso lento a el alfa sentado en el sillón.

—¿Estás enojado?—

— Tu qué crees.—

— Okay...¿Te quedaras a dormir ? Me siento más tranquilo y cómodo si tú estás aquí y puedo sentir tu aroma.

Yoongi lo miro sin ninguna expresión en su rostro y luego de suspirar, cogió la nuca del menor jalando y dejando sus rostros a centímetros. Jimin levanto su mano y acarició la mejilla de su alfa mientras Yoongi masajeaba la piel de su nuca.

El alfa se acercó y cepillo sus labios con los propios sacándole suspiros de aceptación a su Omega mientras esté empezaba a corresponder sus caricias. Jimin se movió despacio hasta quedar sentado a ahorcajadas del mayor. Yoongi se acomodó de modo que quedarán muy cerca con sus narices rozándose y compartiendo el mismo aire.

Ambos se amagaban besos y se miraban de una forma tan intensa que les robaba el aliento, creando una atmósfera sensual avivando la pequeña llama de fuego que se instalo desde que quedaron solos. Jimin arrastró sus caricias de las mejillas del mayor hasta su cabello, jalando y masajeando, tirando con fuerza medida, para hacer que el alfa se inclinará y pudieran rosas sus labios con más impetud.

Yoongi no se quedó atrás y deslizó sus manos por su fina espalda hasta su trasero donde masajeó, apretó y nalgueo sacándole suspiros satisfactorios a su Omega.

Deslizando sus labios hasta la mandíbula definida del menor y dejando pequeñas mordidas inocentes yoongi murmuro.

—Me vuelves loco, en todos los sentidos jimin.— su voz salió ronca y profunda, dejando al Omega en una ensoñación extraña por la dominación de su alfa sobre el.— Me encantas y perteneces desde el primer momento, Omega. Que no se olvide.

El alfa levanto sus caderas y apretó el trasero del menor para mantenerlo quieto mientras fingía embestidas y jimin las acompañaba con sensuales movimientos de caderas. 

— Y-yoongi...

— Se acabaron los juegos niño.

Esas fueron las últimas palabras coherentes que se escucharon en ese departamento antes de que el alfa cargara con jimin a su habitación y el deseo se hiciera cargo de sus cuerpos como sus lobos de sus pensamientos y dieran paso a los ruidos obscenos.

A las promesas y palabras sucias dichas en susurros íntimos.

La marca se formó de una manera tan intensa y apasionada, llevando a ambos al clímax y dando el comienzo de una larga noche.