Voldemort, el ser más frío, sádico, un hombre incapaz de amar, todo por un frío error que causó el desinterés por el sentimiento empalagoso y sobre-protector en el mago oscuro. Un hombre como él, es incapaz de llorar, nunca por dolor, nunca por amor, mucho menos por compasión. Lógicamente, esta descripción se fue por el caño, debido a cierto mocoso, Gryffindor, para variar, a quién se le ocurrió la "fantástica" idea de romper el hechizo indoloro que apresaba al corazón del mago oscuro. 

Harry Potter, un mocoso, nada más ni nada menos, que uno niñato extrovertido, a veces algo tímido, y demasiado torpe para el gusto Slytherin, sin embargo, tras haber causado la destrucción de la prisión que la madre del Señor de las Tinieblas había implantado en él, provocando que este pudiera volver a sentir, causó cierto cambio, grotesco y desagradable (en el opinión de Voldemort) entre la relación que ambos llevaban como nemesis, enemigos pre-destinados. El agrado por la situación causó gracia al Gryffindor, mientras que en el Slytherin, causó repulsión, odio seco, y desdén. 

Estos sentimientos, confrontados, no duraron mucho, hasta que ambos llegaron al reiterado, (y aún repulsivo) punto, en el que los dos magos recibieron a regañadientes los sentimientos que el uno por el otro habían comenzado a contraer, y no, no eran los sentimientos, ya acostumbrados, de odio y rencor, no, eran los patéticos y ridículos sentimientos empalagosos que, Tom, siempre había intentado rechazar y alejar. Ninguno de los dos discutió cuando el mayor comenzó con un abrazo, tampoco reprocharon cuando Harry besó la mejilla del más alto, ni cuando el contrario siguió hacía los labios del menor. Una cosa llevó a la otra, y al finalizar 4 meses juntos, podría decirse que eran siameses, ninguno se separaba del otro bajo ninguna circunstancia. Claro, que ante la repentina, y ya de por si, muy prolongada desaparición del "Salvador del Mundo Mágico" durante un período de 4 meses completos, alteró la paciencia y sentidos sobre-protectores del Viejo Director de Hogwars, quién inmediatamente mandó y ordenó a que regresaran al niñato a su instituto. 

La búsqueda contra "El Niño Que Vivió", se convirtió en una persecución. Tom Riddle huyó, con un adormilado niño entre sus brazos hacía Romania, donde fue bien recibido (bajo un amenaza de su Lord) en una mansión oculta de uno de sus mejores Mortífagos, Lucius Abraxas Malfoy. Al rubio platino no le cayó ni en la más mínima gracia el tener al Gryffindor en su casa, a lo cual, decidió dar fin tras unas semanas de fastidio por parte del menor. Lucius, pasó dos meses enteros llenando-le la cabeza de que él le estaba causando muchos problemas con su huida al Lord Oscuro, y con el pasar del tiempo, Harry comenzó a creerle, al tal nivel, que al cuarto mes, regresó, él sólito, a Hogwars, dejando a cierto Malfoy con una satisfacción tan grade como su ego. Al regresar el Lord a la mansión, y al darse por enterado de la huida de su pequeño león, se enfureció a tal nivel, que en el más mínimo descuido, mando a por su niño una esfera de fuego localizador, a quién dio origen Lucius, bajo amenaza de su Lord, quién le había ordenado la creación de la figura que traería nuevamente a su cachorro a su lado. 

Por falta de atención, o tal vez por falta de cordura e intelecto momentáneo, Voldemort dejó solo a Lucius en plena creación ante el juramento. Esta situación fue bien aprovechada por él, ya que dio un drástico giro al hechizo, convirtiendo al mismo en un hechizo localizador-exterminador, sin más preámbulos, y siguiendo las instrucciones de su amo, casi al pie de la letra, soltó la esfera de fuego. La cual fue ágil-mente perseguida de cerca por Voldemort, quién la siguió a caballo, lo mejor que pudo.

Harry lloraba, y lloraba el haberse tenido que alejarse de su amado, no le agradaba la idea de huír así del único ser que le comprendió, del único hombre que finalmente le había resguardado y entregado en cara la verdad cruel y calculadora de Dumbledore "Solo te utiliza para tus fines, no por otro asunto, siempre odió a los Potter, por su altanería y discriminación ante los Slytherin, eso te incluye...pero yo igual te amo". Esas palabras, hasta su momento, le despellejaron el alma. 

Sin mucho que hacer, el Gryffindor salió entre lagrimas, totalmente arrepentido, de su cuarto. Tomó a paso veloz el corredor que lo llevaría hacía las escaleras, y subió las mismas que lo llevarían a la puerta de salida. Pasó por alto los llamados de atención de el Profesor de Pociones le atinaba por las horas de la noche en las que él vagaba. Potter hizo caso omiso al momento de abrir los portones, corrió aterrado por su propia soledad a lo largo del puente de piedra, tratando de ver claramente su camino, debido a la dificultad que le otorgaban sus propias lagrimas.

Sin claridad, no pudo distinguir a su amado, pero si pudo notar, rápidamente, la esfera esmeralda de fuego que contra él se volvía. Esta no le dio tiempo a Harry a moverse, que ya se había echo contra su cuerpo de tal manera, que su sustancia fogosa se arremolinó contra su ser. Harry no podía respirar, y se dio a entender cuando sus propias manos se arremetieron contra la piel de su propio cuello, desgarrando la piel del mismo, en un nulo intento de obtención de oxígeno ausente. Voldemort no pudo hacer más que saltar del caballo y correr hacía su asqueado, adolorido y sufrido novio, quién estaba tan ciego del dolor que no notó su presencia.

El fuego se deshizo al momento en el que el Lord ordenó un hechizo negativo y refutante contra la misma. El fuego se desvaneció en el aire, dando paso a la grotesca imagen de un Harry Potter totalmente desangrado, con poca cordura y vida, desparramado en el suelo, aún con sus uñas encajadas en su segunda capa de piel, dando a ver la piel viva que quedaba de la sección del cuerpo alterada. Riddle, no pudo hacer más que caer ante él y gritar que resistiera, que porque no lo había esperado, que porque no se había quedado. Sus venas hirvieron al enterarse de las frescas palabras celosas de Lucius, e inmediatamente sacó su varita, con la clara intención de asesinar a un muy alejado Malfoy. No solo el mayor sufriría, sino que su hijo también, no por culpable, sino por venganza.

Harry tan solo musitó un lento y distorsionado "No" . Voldemort dejó caer sus mil y un lagrimas, no podía, y no se le permitía asesinar al asesino de su pareja, esta no se lo permitía. "No" volvió a repetir Harry, al notar la clara intención de llevar su acción a cabo de todas formas. Un ligero "expelliermus" arrebató su varita, y esta acabó en las manos de Dumbledore, quién se mofaba de ambos amantes a tan solo 12 metros de ellos. Voldemort hizo caso omiso a la presencia del Director, y tan solo pudo gruñir al escuchar otro "no" de parte de Potter.

Potter contradijo con otro "no" al notar que su pareja oscura intentaba crear un hechizo  sin necesidad de varita, para así poder arreglar su garganta destrozada. Voldemort se alteró, su pareja no quería ser salvada, o al menos no por él. Harry solo volvió a musitar "no"_"no" _"no", siempre le decía lo mismo. En otra ocasión, o situación, Tom lo abría dejado pasar, pero ahora no, esta situación tenía a su amado en un acantilado, y este se dejaba hacer.

-¡Harry! ¡¿porque no me dejas ayudarte?! ¡¿que es que no quieres vivir?!- "No"

- ¡¿Pero porque no quieres vivir?! ¡¿que es que no te gusta?!- "No"

- ¡¿Porque?! ¡¿no me quieres?!- "No..." 

Su corazón se detuvo, y el del Gryffindor junto al del mago oscuro, Dumbledore utilizó el momento para su auto-beneficencia, y asesinó así a los dos amantes. Como diría aquel, mató a dos pájaros de un solo tiro.

Harry Potter, descubrió su frío y templario plan. Sin interés ni emociones, asesinado por su tutor y segundo padre.

Tom Riddle, Voldemort, verdadero salvador del mundo Mágico. Asesinado por su antiguo mentor, atacado por la espalda tras el segundo espía del viejo.

Dumbledore Albus, asesino sin piedad ni remordimientos. El mismísimo Lord de las Tinieblas, el original y real. No todo es lo que parece.