Capítulo Diez: Tres no son multitud (+)


Capítulo Diez: Tres no son multitud. (+)

Azhar.


Su vestido es azul. Su cabello rubio ahora tiene un tinte rojo en lo alto...Ella gira, se tambalea y cae.

Quiero gritar, pero no puedo, hay una advertencia, alguien diciendo que no puedo hablar.

Ella cae y todo se va desdibujando.

Ya no hay arenas, ahora escucho chapoteos. Unos jeans negros están en mi visión, estoy en el suelo y estiro una mano queriendo que me ayuden. Me falta el aire.

Chapoteo, chapoteo y luego silencio.

Unos brazos toman mis codos queriendo ponerme de pie, mi vista es borrosa, se va oscureciendo...

«Eso es, Azhar. Ya no tienes que ver más, déjate ir»


Abro los ojos y veo el techo de mi habitación mientras tomo una profunda respiración y luego toso ahogada en mi propia saliva. Me incorporo y ya ni siquiera me molesto en intentar entender el sueño o pesadilla, me da igual. Supongo que tendré que vivir con ello.

Me estiro y bajo de la cama, salgo dirigiéndome hacia la cocina y tomo leche con los cereales que estoy segura son de Shaina, dicen que caducaron ayer, pero no me importa. Estoy en una etapa de mi vida en donde estoy siendo mucho más indiferente hacia las cosas ¿De qué sirve preocuparme? Claramente al parecer he visto cosas que no debía y estoy en mejor estado mientras las ignoro.

Nunca he sido una chica buena, pero todas estas pesadillas van más allá de la realidad. Cuando despierto se siente cómo tantear algo borroso, ni siquiera puedo sostener las imágenes, entonces, si voy a la estación de policía ¿Qué exactamente diré? ¿Que tengo sueños extraños en donde no veo rostros y donde al despertar no recuerdo casi nada? Sí, eso suena muy convincente.

Tomo una cucharada del cereal, bastante molesta porque las hojuelas se pusieron blandas mientras pensaba en todo ello. Salgo de la cocina para dirigirme al sofá y me doy cuenta de que ninguna de mis dos compañeras de piso ha escrito en nuestra pizarra, razón por la cual tomo el marcador y escribo un: ¡Feliz martes!

De camino al sofá voy a la habitación por mi teléfono antes de volver e instalar mi culo en la comodidad del sofá. Tengo un mensaje de Caleb – un hombre que conocí en una fiesta y con que el que he follado varias veces – preguntándome si me apetece pasar el rato, le digo que estoy ocupada, siento que está demasiado deseoso de apropiar mi tiempo y la última vez tuvo una conducta posesiva que no me gustó nada. Riendo leo los mensajes en el grupo con mis amigos y les hago saber que el día de ayer no fui al almuerzo porque estaba ocupada escribiendo, no menciono el fin de semana porque no sé qué estuve haciendo; ya sabes, lagunas mentales.

Tengo un mensaje de África, pero antes de escribirle voy hacia mis contactos y de nuevo evalúo el nombre de Leonid ahí. Nunca me cuesta ir por lo que quiero, sería fácil llamar o escribirle, pero hay una parte de mí – una que ignoraba desde hace mucho – que quiere ser un poco amable y evitarle a Leonid todo el desastre que puedo traer a su vida.

Albert me dejó en claro que Leonid siempre ha sido un buen hombre y que en cuento a su relación, su novia es muy afortunada porque se aman, son fieles y parecen no aburrirse, son una pareja perfecta si es que eso existe. Pero vi grietas en él, me tienta, es algo más llamándome, no es un capricho.

Si Leonid fuese un capricho, no tendría estas dudas sobre alejarme y no volverme un caos en su vida, si fuese un capricho todo sería más fácil.

— ¿Te estás debilitando, Azhar? —susurro.

Dejando la vista fija en el techo, siento como si mis ojos estuviesen cerrándose, mi visión comienza a distorsionarse, así que sacudo la cabeza y parpadeo continuamente ¿Qué demonios? Por un momento sentí que iba a desmayarme o quedar noqueada.

—Locura, tumor cerebral o espíritus —repito las posibilidades con las que vivo bromeando—. ¿Cuál de todas es tu realidad, Azhar Beckett?

Salgo de mis contactos decidiendo que hoy tampoco es el día en el que llamaré a Leonid, decidiendo que tal vez nunca lo haga.

Finalmente abro el mensaje de África, uno muy interesante que no me toma por sorpresa porque conozco las prácticas de esa perra pretenciosa – con cariño – y un par de veces me he visto envuelta.


Azhar: Sí estoy libre cual es el plan??

África perra frívola: Es un club, quedé con alguien. No le molesta que nos veas

África perra frívola: él sabe que eso me enciende

Azhar: así que solo iré a ver porno en vivo?

África perra frívola: no nos importa que te des placer

África perra frívola: tampoco creo que le importe si quieres jugar

África perra frívola: quién diría que no a un par de tetas más? Unos hoyos más nunca se rechazan

Azhar: Uhmmm lo pensaré, pero definitivamente quiero ver. Eso me ayuda a escribir luego

África perra frívola: ahí te veo, nena.


El nombre del club junto a la dirección no tarda en llegar al igual que una membresía de invitado a mi nombre, ella me dice la hora y me pasa el nombre de su nuevo juguete sexual, no lo conozco de nada y tampoco me importa hacerlo, no es necesario.

Luego hay un toque en la puerta principal y cuando la abro, me encuentro con la mamá de Shaina. En un principio ella no dice nada, solo me mira y resulta un poco incómodo.

—Hola, señora Hawk —digo haciéndome a un lado para que entre en el apartamento.

La escucho suspirar y creo que murmura algo, cierro la puerta y de verdad que agradezco que pese a que es la dueña de este lugar, siempre se tome las molestias de tocar, dándonos la opción de dejarla entrar o al menos conmigo lo hace.

— ¿Quiere un café o algo de tomar?

—No, cariño, solo pasaré a la habitación de Shaina a buscar algo que necesita.

—Está bien, siéntase a gusto de hacer lo que desee —Le sonrío.

Todo lo que hace es verme y luego la cosa más loca pasa, una lágrima cae por su mejilla. Mierda, espero y no comience a llorar porque soy horrible en cualquier tipo de consuelo, carezco de empatía y solidaridad.

— ¿Se encuentra bien, señora Hawk?

—Sí, sí. Solo estoy un poco sensible —Lo descarta—. Shaina no vendrá por un par de días, así que no te preocupes por ella. Se está quedando en casa, no se sentía bien.

—Oh, espero mejore pronto —respondo y desbloqueo mi teléfono para enviarle un mensaje por cortesía.

Azhar: hola! Escuché que estás algo enferma. Espero mejores pronto Besitos.

Presiono enviar y un teléfono suena, alzo la vista y me encuentro con los ojos de la señora Hawk pareciendo sorprendida. Pruebo enviando un emoticon a Shaina y el teléfono suena de nuevo.

¿Qué mierda? ¿Por qué trae consigo el teléfono de Shaina? Es algo privado y lo trae consigo cómo si fuese la dueña.

—Tengo su teléfono —Se apresura a decir—, está esperando una llamada importante, pero está indispuesta así que le dije que atendería.

—Claro —digo con lentitud viéndola fijamente—. Eso tiene mucho sentido ¿No?

Se ve un poco nerviosa, cómo si la hubiese atrapado haciendo algo malo.

—Hago lo que es mejor para mi hija. Haré lo que sea por ella, la cuido.

El escalofrío que siento ante sus palabras es real, hay algo raro en su declaración y la forma en la que lo dice. Ella no me deja hablar al respecto, descarta lo que sucede haciendo su próxima pregunta.

— ¿Está Priscila en su habitación?

—No ha estado aquí en los últimos dos días, pero así es ella, no es una sorpresa.

—Es una buena niña, solo un poco complicada.

Me encojo de hombros porque no sé qué decir sobre alguien que básicamente no conozco y que tiene tanto rechazo hacia mí. La señora Hawk me sonríe y va a la habitación de su hija, dejándome la sensación de que podría estar ocultando algo.

***

Bajo del taxi que me deja frente al club exclusivo y que se ve muy caro. Estoy imaginando que este es el lugar en donde toda la elite y lo mejor de Sydney dejan salir sus fetiches y deseos más oscuros. Cuando me acerco a la puerta, los enormes tipos de seguridad le dan un vistazo a mi minifalda ajustada, las botas y el top en donde cuyo pezones dejan muy en claro la falta de sujetador. Me veo como si fuese a realizar algún trabajo de stripper y no me molesta o me siento indigna, vine para la ocasión y me encanta.

Muestro mi membresía de invitada junto a mi identificación en donde queda en claro que soy mayor de edad. Primero debo detenerme en una habitación en donde firmo un acuerdo de confidencialidad y el número de la clienta que pagó mi membresía de invitado.

Me guían hacia la habitación reservada por África, porque pese a que le gusta ser vista aun prefiere algo más privado que las enormes salas llenas de mucha faena, en donde se hace todo tipo de prácticas. Mientras caminamos por el área de las habitaciones, algunas tienen las puertas cerradas y otras no, así que en el camino veo una escena de sexo gay que me hace lamerme los labios y detenerme.

Hay algo sobre ver a dos hombres tener sexo que me encanta, no sé de dónde viene la fascinación, pero es algo que me excita así que no me extraña que al ver a dos tipos follar – uno de ellos atado – me hace sentir un cosquilleo bastante familiar y mis bragas comienzan a humedecerse.

El hombre rubio, no atado y dominante, voltea a verme y me sonríe con lentitud, le devuelvo la sonrisa antes de llevar un índice a mi boca y chuparlo con lentitud, él tipo deja sus embestidas y enarca una ceja hacia mí, me encojo de hombros y continuo caminando. La mujer pacientemente me espera para llevarme a la habitación, acostumbrada a que los invitados se distraigan con todo lo que ven en el camino.

Muchas puertas están abiertas y me detengo por segunda vez, viendo a una mujer vestida de cuero azotar con una fusta a un hombre con los ojos vendados llamándola ama, antes de que ella se arrodille y comience a chuparlo. ¡Ufs! Aquí todo es tan estimulante.

Para cuando llegamos a la habitación en donde me esperan, ya estoy bastante en sintonía con el ambiente. La puerta se cierra detrás de mí y observo la enorme cama en donde África y un pelirrojo desconocido ya se encuentran calentando motores en ropa interior mientras se besan. No hay saludos ni presentaciones porque eso no es para lo que me quisieron aquí.

Arrastro la silla más cerca de la cama y me dejo caer sentada, prestando absoluta atención a la película que comenzarán a protagonizar estas dos personas.

El pelirrojo besa el cuello de África y sus manos le aprietan las tetas con fuerza, ella gime y ladea su cabeza viéndome. Sus ojos marrones se encuentran dilatados y sus labios me sonríen, le devuelvo el gesto. Ah, qué agradable es mi amiga, incluso en medio de su diversión es feliz de verme...O de que la vea.

—Llegas tarde —Me dice.

—Pero a tiempo para la diversión —respondo.

Él pelirrojo me mira mientras se deshace del sujetador de África y luego me mira aún más emocionado mientras chupa uno de los pezones de mi amiga.

A África siempre le ha encantado que la vean follar, es algo que la enciende y que oculta en su vida en sociedad, un par de veces me ha arrastrado a esto y no me importa, lo disfruto y luego lo escribo. Mayormente sus amantes no se esperan esto, pero experimentan con ella, puedo decir que a este tipo le está encantando todo esto de ser visto.

Dejando una mano sobre mi rodilla, hago lentos círculos y también me pongo más cómoda en la silla con las piernas abiertas. Mi pulso comienza a ponerse al día con todo lo que veo, mis pezones se fruncen y siento la humedad en mis bragas aumentar con rapidez. Cuando la mano de él se desliza debajo de las bragas de África mientras mordisquea uno de sus pezones, ella gime con fuerza y me ve antes de asentirme.

No es que necesitase su autorización, pero subo todavía más mi mano hacia la fuente de calor y humedad que clama por atención. Dejo ir una respiración temblorosa mientras me acaricio por encima de la tela humedad, me gusta todo lo que veo. Es ver porno en vivo sabiendo que los protagonistas en realidad son felices de follar y no están actuando.

Para cuando ambos se encuentran desnudos en la cama, mi falda se amontona encima de mis caderas y hago a un lado mi ropa interior para tocar mi piel desnuda mientras ella se coloca sobre sus manos y rodillas para darle libre acceso a lo próximo que sucede: él sumerge su boca desde atrás, devorándola con sonidos obscenos que la hacen gemir y que me encienden mucho más a mí.

Presiono mi dedo contra ese punto lleno de placer que me hace soltar un leve gemido, eso que las mujeres tenemos la fortuna de poseer: clítoris. Algo a lo que muchos parecen tener miedo a darle poder en voz alta, pues no es mi caso, tengo un enorme amor hacia mi clítoris porque tocarlo o que lo toquen siempre me hará sentir muy, pero muy bien.

Lo veo sumergir dos de sus dedos dentro de África y ella gime con fuerza presionando su rostro del colchón y luego lo gira para verme con una sonrisa lasciva.

— ¿Te gusta lo que ves? —Me pregunta.

—Me encanta —respondo deslizando un dedo dentro de mí, ella gime— y parece que a ti también te gusta verme.

—Espero estar dándote un buen espectáculo.

—Tú nunca me decepcionas, perra frívola —Es mi respuesta mientras subo una de mis manos para acunarme un pecho antes de tirar de la punta fruncida.

Me encanta ser capaz de ejercer mi sexualidad a mi manera, todavía no encuentro algo que me escandalice o me haga juzgar. Cada quien tiene derecho a encontrar placer de la manera que le plazca – mientras no dañe a nadie – y todos tienen el derecho de gozar su sexualidad y descubrirse tanto cómo quieran.

Si a África la pone caliente que la vean ¿Quién soy yo para llamarla rara por ello? Teniendo en cuenta que no me molesta mirar, le aplaudo que vaya por lo que le gusta en la cama y se sienta a gusto con ello.

Mis movimientos al darme placer a mí misma no son rápidos, no quiero correrme todavía y aun no me encuentro en ese punto, sin embargo, mi amiga gime con fuerza estremeciéndose al alcanzar el punto máximo de placer. Levantando el rostro, el pelirrojo me da un vistazo del estado en el que se encuentra: barbilla húmeda, sonrisa extasiada y complacida junto a una polla que deja muy en claro qué tan duro está.

Así que África cae sobre su espalda y él sube a horcajadas sobre su cuello, sin dejar caer su peso, y la alimenta con su dureza, dirigiendo las estocadas dentro de la boca de mi amiga. Es evidente que África disfruta que la atragante y a mí me encanta los sonidos de placer que él emite, su cabeza está hacia atrás, sus abdominales están tensos y su dureza se desliza una y otra vez en la boca de mi amiga por lo que reluce en humedad.

Mi respiración es más agitada, un dedo se vuelve dos y alzo mi camisa para acariciar de mejor manera mis pechos desnudos. Los ojos del pelirrojo se abren y lame sus labios viendo mis tetas, le sonrío y guiño un ojo.

A África siempre le han ido los niños bonitos y buenos porque siente placer en corromperlos y romperlos. Así que no hay duda en que este pelirrojo es atractivo de una manera elegante y que te deja en claro que es el hombre que deseas presentar a tus padres, pero queda bastante claro que en la cama es algo más.

Me gusta que tenga control sobre su placer, porque cuando parece que va a correrse, baja de mi amiga y de esa manera nuestra fiesta no se termina tan rápido. Ella lo hace acostarse boca arriba y se encarga de cubrirlo con látex. Observo cómo sube sobre él y se roza antes de hacerlo hundirse dentro de ella. Suspira y voltea a verme.

—Parece que necesitas más ¿Quieres unirte? —Me pregunta.

Lo pienso por pocos segundos. Puedo darme un orgasmo a mí misma o puedo sacar provecho del guapo pelirrojo. No tengo que pensar mucho mi respuesta.

Mientras África se mueve lentamente sobre él, me desvisto, cómoda con mi desnudez. Me pongo de pie y me acerco a la cama. El pelirrojo, cuyas manos se encuentran en las caderas de África, me devora con la mirada. Me inclino hacia él y lamo sus labios, percibiendo un almizcle que supongo viene de comerse a África. Lo miro fijamente mientras digo mis próximas palabras:

— ¿Me dejas jugar con tu boca, pelirrojo?

—Sí —responde con un gemido.

Le doy una sonrisa y subo a horcajadas sobre su rostro, dándole la espalda y estando frente a África. Gimo de placer cuando siento la humedad de su boca devorarme, las manos de África van a mis hombros mientras rebota con fuerza sobre él y luego ella se inclina hacia mí, no me importa, también lo hago y su boca está sobre la mía, me besa y lo acepto. Su beso es un desastre húmedo e intenso lleno de gemidos y pequeñas mordeduras contra mis labios, luego su frente se presiona de mis hombros mientras gime sin control moviéndose con más rapidez.

Las manos de mi amiga se deslizan por mi abdomen y luego me agarra con fuerza los pechos. La cosa buena de que una mujer te manosee las tetas, es que ella sabe perfectamente cómo jugar con ellas porque también tiene un par y es intuitiva sobre lo que mayormente nos gustas. Así que mientras los dedos de África pellizcan y aprieta, más humedad hace presencia en mi entrepierna, más saborea el pelirrojo.

Mi vista es borrosa ante el placer, debo decir que la lengua de este tipo es muy buena y que es una sobrecarga con todo lo que estoy experimentando. Las manos de él se presionan en la carne de mis nalgas mientras me come con más avaricia. Soy la primera en correrse, seguida de él, cuyo cuerpo se convulsiona debajo de mí, dos segundos después África muerde mi hombro mientras gime con fuerzas y tiembla.

Ah, todos felices. Qué buen intercambio de placer.

Rio por lo bajo y me deslizo fuera de la boca del pelirrojo sentándome en su pecho, África alza la vista y me sonríe.

— ¿Bueno?

—Nunca es decepcionante aceptar tus invitaciones —respondo dejando un beso en su mejilla y bajando del tipo.

Él luce cómo un muñeco que ha sido demasiado usado y también luce cómo una persona que no puede creer haber conseguido tanto placer. Le sonrío y bajo de la cama yendo por mi ropa en el suelo.

—Tengo la habitación para toda la noche ¿Te quedas? —pregunta mi amiga.

Me giro mientras subo mis bragas. África encuentra tirando el condón usado y luego está acariciando de manera distraída el cabello sudado del pelirrojo cómo si fuese una mascota.

—No, ya estoy lista para irme. La pasé bien, sigan con la diversión sin mí.

—Fue un placer... —dice el pelirrojo esperando que complete el espacio con mi nombre.

—No hay necesidad de saberlo, pelirrojo.

Termino de vestirme y arrojo un beso a ambos antes de salir de la habitación. Me siento tan relajada cómo te puede dejar un buen orgasmo.

Esta vez tomo el camino más largo, pasando por uno de los salones libres en donde se hacen todo tipo de prácticas sexuales. Es como si tuvieran alguna música de gemidos sonando, pero solo son múltiples personas teniendo sexo por todas partes. Siento de nuevo la pulsación de deseo comenzar a arder en mí, después de todo, no fui penetrada y lo anterior fue como algún juego previo, pero por hoy creo que terminé.

Una mujer borracha, con las tetas al aire y unas bragas diminutas se tambalea hacia mí y luego me abraza.

—Nunca pensé encontrarte aquí —dice arrastrando las palabras.

No la conozco de nada, pero todo lo que hago es asentir. Se aleja lo suficiente para que vea a sus ojos desenfocados que me hacen saber que hay alguna droga en su sistema. Su sonrisa es bobalicona mientras agarra mis brazos.

— ¿Te va esto? No lo pensé, no se veía cómo lo tuyo... ¿Cuál es que era tu nombre? Lo olvidé.

—Azhar, cariño —Le digo sonriendo pese a que no nos conocemos y me debe de estar confundiendo o va muy colocada—. ¿Por qué no vuelves con tu diversión?

— ¡Azhar! ¿Quieres unirte?

—Por hoy cerré las invitaciones —digo riendo—, pero ve, diviértete.

—Lo haré, espero verte de nuevo ¡Recordaré tu nombre cuando te vuelva a ver! Y guardaré tu secreto de que te va esto —Lleva un dedo a sus labios—. Shh.

Le sonrío como si estuviese agradecida y continúo mi camino para salir del club. Es un desperdicio que con una membresía de invitado tan cara no la aproveche al máximo, pero quiero ir a casa y hacer lo que ya he decidido: llamar a Leonid y concertar un encuentro, dar inicio al caos en el que está por convertirse su vida.

***

Con una copa de vino, que claramente no es mío, y sentada en la comodidad de mi cama luego de un baño en donde me provoqué un orgasmo con mi vibrador, estoy lista para llamar a Leonid. Así que no lo pienso mucho y presiono llamar, sin importarme que es casi la medianoche.

Él responde y sonrío.

Bueno, Leonid, prepárate para mí. Este es el comienzo.



No fui yo, fue Patricia. Okno, en este caso fue Azhar la que se lanzó esta narración explicita y caótica como quería jajajaja.

Para más noticias de la historia: Instagram: DarlisStefany / Twitter: Darlis_Steff / Younow: DarlisStefany

Espero les guste.

Un beso.

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