Capítulo 9: Canciones del Corazón

Josh abrió la puerta del salón de música con un aire de grandeza que no le quedaba mal. El lugar era el mismo de siempre, nuestro pequeño refugio donde no teníamos que ser nada más que lo que éramos. Los taburetes desgastados nos miraban desde el centro de la sala, casi como si estuvieran ansiosos de escuchar lo que íbamos a crear hoy. Los amplificadores ya estaban conectados, lo que era una señal de que al menos el equipo estaba más preparado que yo.

Lara echó un vistazo a la sala, sus ojos curiosos pero serenos. Se acomodó con una tranquilidad que casi envidiaba, como si este fuera su territorio y no el mío. Mientras tanto, yo luchaba con el taburete como si fuera una batalla épica. El crujido de las patas y el frío del asiento no ayudaban mucho a calmarme, y mis manos, que no podían quedarse quietas, me delataban por completo.

—¿Qué tal si empiezas vos? —le sugerí a Lara, tratando de sonar casual, pero probablemente sonando más como si estuviera a punto de enfrentarme a un examen final de física cuántica.

Lara, por supuesto, no parecía notar mi pánico interno. Sonrió y dijo con total tranquilidad: —Claro, pensaba en "All Too Well".

En cuanto esas palabras salieron de su boca y la primera nota de la canción sonó, supe que estaba en problemas. Porque, claro, de todas las canciones posibles, esa. Mi mente se puso en modo detective, conectando puntos donde quizás no había nada que conectar. ¿Por qué esa canción? ¿Era un mensaje? ¿Una pista? ¿Una advertencia?

Mientras mi cerebro iba a mil por hora, Josh se inclinó hacia mí con su típica sonrisa burlona.

—Estás bien, ¿no? Tienes esa cara de que estás pensando demasiado otra vez.

—¿Por qué "All Too Well"? —murmuré, tratando de no sonar como un paranoico, aunque lo estaba logrando a medias. —Es... intensa. ¿Crees que está diciendo algo con esto?

Josh se rió, como siempre, y negó con la cabeza.

—No todo es un complot, Trevor. A veces, la gente solo elige una canción porque, no sé, les gusta. Relájate.

—No lo sé... —dije, bajando la voz aún más. —Esa canción es sobre recuerdos y pérdidas. Y con Jake en el panorama... ya sabes a lo que me refiero.

Josh puso los ojos en blanco, claramente disfrutando de mi desvarío.

—Jake, Jake, Jake. De verdad, hermano, vas a volverme loco. No todo gira en torno a él. Concéntrate en la música, no en tus teorías conspirativas. No tienes que leer entre líneas todo el tiempo.

Miré a Lara mientras se preparaba para cantar, y traté de hacer lo imposible: no pensar demasiado. Spoiler: fracasé estrepitosamente.

—Sí, tal vez tengas razón —dije, pero solo porque necesitaba que Josh dejara de observarme como si yo fuera un caso de estudio. —Es solo que... no sé, hay algo...

Josh soltó una risa suave, porque claro, todo para él es más simple que un menú de comida rápida. —O tal vez solo le gusta esa canción, amigo. De verdad lo estás sobre pensando. Concéntrate en tu canción.

Concéntrate en tu canción", dijo Josh, que ni siquiera tenía que lidiar con el peso invisible de una relación fallida que nunca existió mientras trataba de recordar acordes. A pesar de lo que Josh decía, esa sensación en el pecho no desaparecía del todo. Era como si algo estuviera ahí, esperando a ser descubierto, o tal vez solo era mi ansiedad, como siempre, disfrazada de intuición.

Entonces Lara empezó a cantar, y me olvidé de todo. Su voz llenó la sala, no de esas que son técnicamente perfectas, sino de las que te sacuden por dentro y te hacen sentir demasiado. Mientras la escuchaba, sentí que cada nota venía con una carta personal sellada con sus emociones. Yo sabía que Josh estaba disfrutando en silencio de mi estado mental desmoronándose a su lado, pero no podía dejar de mirarla. No era solo la melodía; era la forma en que Lara vivía la canción. Algo en su voz, en la forma en que la hacía sonar, me dejó pensando que esta no era solo una canción para ella, sino una especie de catarsis emocional en clave de Taylor Swift.

Oh, your sweet disposition and my wide-eyed gaze...— cantaba Lara, con una nostalgia que te daba una bofetada directa al corazón. No, en serio. Cada palabra sonaba como si la arrancara de un diario secreto, y yo ahí, atrapado en su mirada como un ciervo en los faros de un coche. No estaba solo cantando, estaba desenterrando sus demonios, y de repente, lo entendí: esta canción no solo estaba empapada en recuerdos del pasado, también traía una buena dosis de su presente en el paquete. Jake, obviamente, esa presencia tóxica que nadie menciona pero todos saben.

Mientras Lara seguía con esas líneas desgarradoras sobre momentos en un auto, hojas cayendo y esas cosas que suenan poéticas hasta que te das cuenta de que son una forma elegante de decir "estoy hecha pedazos", su voz tembló ligeramente. Y sí, esa pequeña vulnerabilidad fue todo lo que necesité para darme cuenta de que no estaba interpretando la canción. La estaba viviendo, como si cada verso fuera un recordatorio de lo que sigue rompiéndola por dentro.

—Ey, ¿sigues ahí o necesitas un mapa para regresar? —susurró Josh, inclinándose hacia mí con una sonrisa burlona.

Sus palabras me sacaron de golpe del laberinto de mis pensamientos.

—Estoy aquí —respondí, sin apartar los ojos de Lara mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

La vulnerabilidad en su voz era como un eco de una lucha interna que nunca verbalizaba, pero que todos podíamos sentir.

Josh soltó una risita y se estiró para ajustar uno de los amplificadores, como si fuera lo más natural del mundo. Mientras tanto, ahí estaba yo, cuestionando cada cosa que había pensado sobre la "tranquilidad" de Lara. Todo el mundo sabía que Jake era una pésima idea, pero claro, el amor es sordo, mudo y ciego, como la canción de Shakira. La gente sigue metida en la trampa como moscas en miel. Y yo, por supuesto, tenía que estar aquí, interpretando cada suspiro, cada mirada, preguntándome si la estaba viendo desmoronarse o si solo soy un idiota con exceso de imaginación.

Mientras seguía cantando, con su voz temblando en los momentos exactos que te harían llorar si tuvieras algo de humanidad (yo no, obviamente, soy un robot), traté de convencerme de que no todo tenía que ver con Jake. Pero era difícil no conectar las piezas cuando todo parecía gritar su nombre, incluso si yo no quería escucharlo.

Jake. Esto tenía que ver con Jake, ¿verdad? Ella no lo mencionaba, pero todos sabíamos que su relación con él era como un accidente de tren a cámara lenta. Y esta canción, "All Too Well", era básicamente un documental sobre ello.

And I know it's long gone —cantó Lara, y en ese momento, sentí que me hablaba directamente. Era ridículo, lo sé, pero cuando sus ojos se encontraron con los míos, fue como si estuviera confirmando algo. Ahí estaba ella, desmoronándose en una canción que, claro, no era sobre Jake... pero tampoco no lo era.

Intenté mantenerme estoico, pero las palabras golpeaban más fuerte de lo que quería admitir. "That magic's not here no more. And I might be okay, but I'm not fine at all". Genial, ahora no solo estaba hundido en mis propios pensamientos paranoicos, sino que además la canción me estaba dejando KO emocionalmente. No hay nada mejor que ser sacudido por una canción mientras tratas de mantener tu fachada de tipo tranquilo.

Cuando terminó, el silencio fue tan pesado como mis pensamientos. Lara bajó la mirada, claramente agotada. Y ahí estaba Josh, con su puntual sentido del humor, listo para destrozar cualquier resquicio de profundidad emocional que hubiéramos logrado.

—Vamos, Trevor. Admítelo, sigues creyendo que esta canción es sobre su relación, ¿no? —susurró, con esa sonrisa de "sé exactamente lo que piensas" que me volvía loco.

Le di un codazo suave, intentando no reírme.

—Cállate, Josh. Estoy concentrado.

—Sí, claro, concentrado en los sentimientos —se rió entre dientes, disfrutando el espectáculo.

Y justo en ese momento, Lara rompió el silencio, levantando la vista con una sonrisa suave, como si no acabara de dejarnos emocionalmente destrozados con su interpretación. Sus ojos aún brillaban con toda esa intensidad, pero su voz, por supuesto, era tranquila y relajada.

—¿Y? ¿Cómo lo vieron?

Josh, sin perder un segundo, respondió con su típico sarcasmo mezclado con sinceridad.

—Lo hiciste genial, Lara. De verdad, estuvo excelente.

Yo asentí, aún sintiendo el impacto de lo que había escuchado. Traté de sonar lo más natural posible. —Sí, estuvo... increíble. Muy emotivo. Realmente lo sentí.

Quise decir algo más, algo profundo que le hiciera justicia a lo que acababa de pasar, pero mis habilidades de comunicación emocional estaban, como siempre, en modo "parálisis". Josh me lanzó una mirada divertida, como diciendo "sí, claro que lo sentiste", pero por una vez, se quedó en silencio. Porque, aunque no lo admitiera, él también había sido golpeado por esa interpretación.

Pero claro, él era Josh, y nunca dejaría que eso lo afectara por mucho tiempo.

Para variar Josh, siempre buscando la forma de meterme en aprietos, se inclinó hacia Lara con una sonrisa traviesa, como quien está a punto de soltar una bomba.

—Pero dime, Lara, ¿esa canción tiene algún mensaje cifrado o qué? ¿Todo esto está conectado con tu relación?

Lara levantó una ceja, medio divertida, medio intrigada.

—¿Un mensaje cifrado? ¿De qué hablas? —preguntó, aunque ya sabía perfectamente por dónde iba la cosa.

Y Josh, sin perder el ritmo, disparó: —Bueno, Trevor tiene la teoría de que estabas expresando algo más profundo ahí, ¿verdad, T?

Si pudiera haberme disuelto con el suelo en ese instante, lo habría hecho. Mis mejillas empezaron a arder como si alguien hubiera decidido que mi cara era el lugar perfecto para hacer un asado.

—¡Josh! ¡Yo no dije eso! —protesté, mientras mis ojos buscaban desesperadamente una salida que no existía.

Lara, lejos de incomodarse, soltó una carcajada que, en lugar de hacerme sentir peor, alivió un poco el nudo en mi estómago.

—Oh, ¿en serio, Trevor? ¿Eso piensas? —dijo, con esa sonrisa cálida que siempre usa cuando sabe que estás al borde del colapso. —No sabía que mi interpretación daba para tantas teorías.

—¡No, no! —balbuceé, tratando de recomponerme. — Solo pensaba en lo intensa que es la canción, nada más. No estoy inventando teorías locas ni nada.

Josh, por supuesto, disfrutaba de mi miseria. Se rió por lo bajo, con esa sonrisa de "yo sé exactamente lo que hago".

—Tranquilo, amigo. Solo bromeaba. Aunque, admito que fue una interpretación intensa. Tal vez hay algo de verdad en lo que estabas pensando.

Lara me lanzó una mirada comprensiva, pero con una chispa de diversión en los ojos.

—Está bien, Trevor. Aprecio que te hayas conectado tanto con la canción. Al fin y al cabo, de eso se trata la música, ¿no? De hacernos sentir algo profundo.

Genial. Ahora, además de avergonzado, también estaba a un paso de convertirme en el cliché del "sensible con la música".

—Sí, claro... Lo sentí. Fue... increíble —murmuré, tratando de sonar casual, aunque estaba seguro de que parecía más nervioso que otra cosa.

Josh, como no podía dejar las cosas ahí, dio la última estocada con su típica sonrisa traviesa.

—Ya ves, Lara. Trevor siempre ha sido el más sensible cuando se trata de la música. Y bueno, amigo, es tu turno. ¿Listo para tocar?

Respiré profundamente, intentando sacudirme los nervios y los chistes.

—Vamos, —le dije, intentando sonar más decidido de lo que me sentía.

Josh tomó su guitarra y empezó a tocar las primeras notas, dándome un guiño.

—Dale, Trevor. Esta es tu oportunidad.

Con Lara aún sonriendo por la pequeña broma, tomé aire y me preparé para nuestra actuación. Iba a dejar atrás las bromas, el rubor y la ansiedad, y poner todo en la música. O eso, o hacer el ridículo de forma épica.

Pero justo cuando iba a empezar, algo me detuvo. Una idea, o más bien, un impulso irracional que me atravesó.

No podía dejar que Lara escuchara esa canción. No aún. No mientras mi cabeza estaba llena de dudas.

—Espera —dije, interrumpiendo a Josh en medio de su solo. Mi mirada se deslizó hacia Lara, que estaba tan concentrada que no parecía haber notado nada.

—Cambio de plan. —Tomé la guitarra, y sin pensarlo mucho, cambié el acorde que estaba a punto de tocar.

—¿Qué? —Josh frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir algo más, comencé a tocar una canción completamente distinta.

Un temblor recorrió mi cuerpo. No estaba seguro de qué estaba haciendo, pero ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.

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