El mal de los mil años

Era una fría mañana de invierno, en la que reinaba el silencio en toda la mansión. Ni el viento se atrevía a asomar su cabeza aquel día. Me levanté tiritando y me miré al espejo. No pude creer lo que divisaba detrás mío.

La figura de mi esposo fallecido hace ya unos años, pero no lo podía creer, por eso grité con espanto y dije: –¡No puede ser verdad! Tú has muerto.

Enseguida él me habló con una voz tétrica: –Estoy muerto, tienes mucha razón, pero no soy tú amado esposo, Soy tu peor pesadilla Anna.

Entonces el espectro tomó su forma original, Este era un demonio con una túnica que estaba mugrosa y desalineada, esta le cubría el rostro pero su semblante desfigurado era bastante notorio; pero de pronto sentí su respiración en mi cuello mientras me cogía la mano en un agarre sublime, mas desperté del trance en el que me tenía aquel ente y este musitó en susurros tenues: –Soy el mal de los mil años que asecha a tu familia desde el primer día en que tu estuviste viva, yo maté a tu esposo y ahora vengo por ti. Nunca te librarás de mí porque soy parte de tu ser.

Entonces comencé a sollozar y a implorar que no fuese verdad, pero me di cuenta de que no podía darme por vencida, SI este era mi destino, podía modificarlo; así que me agarre con todas mis fuerzas el pecho mientras presionaba mi corazón para que este no colapsara del pánico y le dije: –No acabaras conmigo espectro, soy un ave libre; estoy en esté mundo y tú ya tienes que volver al averno de donde viniste y eres rehén.

Dicho esto, retrocedió y al no poder confrontarme este desapareció, luego con la respiración agitada y las manos temblorosas, os cogí la pluma y escribí una epístola a mis padres por la cual les pedía una explicación.

Mis padres, no mandaron una contestación, porque llegaron pasado unas semanas y me contaron que hace mil años mis ancestros habían estado en una expedición a las afueras del río Nilo en África y encontraron unas catacumbas en donde decía en la entrada: "Todo el que quiera tesoros y riquezas de esté lugar que saqueé todo lo que quiera, pero maldito estará y por mil años su familia sufrirá ". Ellos no hicieron caso a lo que estaba escrito, por eso entraron a saquear las riquezas de ese templo maldito.

Mi padre creyó que la maldición había terminado con la muerte de mi esposo, pero no fue así, terminó cuando me enfrenté al espectro en persona y desde aquella vez nunca jamás hubo desgracias en mi familia.

https://youtu.be/Kw3d6Pi9m30

---Este cuento ya fue publicado antes por mí, pero como es corto me dio ganas de volverlo un Audio cuento para este libro--

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