Estoy aburrida en casa hechada con una almohada en la cabeza, almohada hecha de paja y algodón con triple tela y más que cocida parece amarrada. Pero está almohada es algo plana, por tanto, no me encoge mucho la cabeza cuando duermo así que algo de eso me agrada, me deja dormir tranquila soñando con mis deseos privados, no soy más que una pobre tonta que vive a las afueras de un gran reino muy alejado para mí. Está más de 400 millas. Cerca a los dos lagos de ultraterra. Mi abuela debe estar llegando a esta hora a levantarme por un día de trabajo bien pagado y de eso sí no me puedo quejar. Yo tengo 16 años y no sé si voy a ser casada o voy a vivir toda mi vida soltera, tengo amigas de mediana edad que son solteras y viven tranquilas. Pero ambas opciones aunque muy diferentes no me parecen malas. Está de moda entre nosotras las pocas aldeanas estar un poco gorditas. Luego les diré porque, tiene que ver con una sospecha muy interesante.

Mi abuela entra a la pequeña sala, se le ve algo cansada, tiene ojos grandes como dos aceitunas rodiadas por dos claras esferas, mi abuela nunca ha tenido carnosidad en los ojos, ni los ha tenido rojos lo cual me parece extraordinario para su edad, cuando yo me miro en el espejo veo todo lo contrario voy a terminar ciega cuando llegué a su edad, si es que llego. No tengo metas muy claras en mi vida así que para que llegar a tanta edad, no sé. Tal vez puedo cambiar de opinión y de manera de pensar en algunos años es que me siento tan joven.

-Toma trigo conmigo nieta.

Saca de su pequeño costal trigo en grano negro y lo deposita en la mesa pequeña, mesa redonda de madera oscura, jala una silla mi abuela para que yo me siente

-Otra vez trigo abuela, es que no sabemos tomar otra cosa podremos combinarla con café.

Eso es imposible. Eso es una agresión al estómago querida y respetada nieta. Acuérdate que se han enfermado tantas mujeres acá en esta Villa. María se preparó un día algo que la mandó a morir de fiebre; Lucía frío gusanos y hongos y hasta ahora tiene alucinaciones. Mejor comer lo que uno sabe es sano.

-Me estás hablando de mujeres, señoras que ya tenía su edad y que no era antes muy saludables tampoco.

-Siéntate a la mesa y no trates de combinar bobadas. Los inventos gastronómicos no se han hecho para ti. No te van.

-Puedo servirme en esta otra taza?

-Sí esa tasa es muy bonita sirvete alli nomás si tanto quieres.

Mi abuela me habla de su pasado. De su pasado de cuál me generan muchas dudas y preguntas que pocas veces suelo mencionarle, me gustan que las cosas queden como un mito. Mis amigos Tal vez hacen lo mismo cuando hablan con sus Parientes más antiguos.

-Antes las cosas eran más difíciles pero por eso mismo uno nunca se aburría, desde hace 50 años las cosas han cambiado mucho, tanto que no me puedo reconocer en ese tiempo. Ya no hay guerras y dos festividades del año han sido borradas los que viven en el castillo ya no salen ni para pasear. Con eso nomás ya te puedo asegurar que es mucho lo que ha cambiado todo. Cuando se levantó el castillo se hizo en un tiempo récord jamás te lo hubieras imaginado nieta. Tal vez soy muy ignorante por eso no comprendo las cosas de la historia.

Acaricio un gato negro que pasa por entre la silla y mis pies.  mi abuela se despide con un pequeño abrazo, tengo que irme de nuevo al trabajo regreso en la noche.

Llego del trabajo a mi casa. Me acomodo en la ventana del balcón. Observa la pista a pocos metros la esquina hacia la derecha y hacia la izquierda la otra esquina que termina la calle. No es una bonita vista saliendo al balcón todo está tapado por las otras casas como se pueden imaginar casas de un piso y de dos de adobe madera. Más madera que adobe en algunos casos y poco de pintado el pintado normalmente es blanco y los techos son techos especiales para las lluvias.

Hablo con alguien de la calle. Que me saludas desde la pista donde pasa de vez en cuando algún carruaje o alguien con su triciclo. Normalmente llevan los vegetales pescado y pollo.

Ese chico que está en la calle es Alex.

Fin de la primera parte