SIENDO SINCEROS
Me dirigí directo a mi habitación, me recosté sobre la cama, procesando toda la información recibida. Me encontraba dándole vuelta al asunto cuando escuché que tocaron la puerta aunque estaba abierta, cuando levante la vista era Jeremy, le sonreí.
-¿Puedo pasar? –Consultó.
-Claro. –-Él se acuesta junto a mí.
-Casi no hemos hablando desde mi liberación. –Me encontré con sus ojos olivo.
-No, ¿Estás bien? –Con mi mano acaricio su mejilla, él la toma y la besa y la sostiene entre la suya.
-Sí, ofuscado con todo lo ocurrido, me preocupé mucho cuando desapareciste.
-Lo sé, lo lamento.
-Por suerte te encontramos, algo tengo que acreditarle a Stone.
Arrugo la cara cuando lo escucho nombrar.
_¿Hay alguna forma de romper un pacto de sangre? –Consulto.
-No lo sé, creo que no. –Me responde perdiéndose su mirada en el cielo raso.
-No quiero casarme con él.-Afirmo colocándome de medio lado para tenerlo de frente, él hace lo mismo.
-Cásate conmigo entonces. –Sonríe.
-No estoy para bromas. –Lo golpeo en el pecho.
-No estoy bromeando. –Me dice serio.
-¿Estás hablando en serio? –Me enderezo, él lo hace conmigo.
-Sí, casándote conmigo se acabó el problema. Los matrimonios son sagrados, una vez hecha la unión y consumido la sangre del otro en mutuo acuerdo se forma el lazo ¿Lo sabes? Es inquebrantable. Conozco a un sacerdote que lo haría, me debe algunos favores.
-¿Harías eso por mí? –Frunzo el ceño.
-Haría todo por ti Annia. –Me pierdo en su mirada.
-Pero no nos queremos de esa forma.
-No, eres mi hermana y te amo como tal. Estoy dispuesto a renunciar a este derecho con tal que seas feliz y no tengas que atravesar por esta pesadilla. Lo sé es descabellado, pero no veo otra opción, no podemos huir, me siento tan impotente.
Miré a mi hermano con adoración, una vez que un vampiro enlazaba su vida a otro era para siempre. El día de la boda se llevaba a cabo una ceremonia antigua, que al beber la sangre del otro, le pertenecías y viceversa.
-No te merezco. –Me acerco a él y lo abrazo. –No te haré ese daño.
-Anni. –Susurra a mi oído.
-Shhhhh, no te preocupes por mí.
Me sentí mal por involucrarlo, ya una vez desafió a Drag por mí, no quería ni pensar lo que haría si cometíamos tal locura. Además tampoco sería feliz, porque mi amor por Jere era fraternal, no del que se supone debe existir entre una pareja normal, aunque tenía claro que en realidad no teníamos parentesco.
Unos pasos nos advierten que alguien sube las escaleras. Nos separamos y Ruddy ingresa.
-Hola. –Saluda con la mano. –Jere se le queda mirando y ella automáticamente se sonroja.
-Hola, ¿Vienes a verme? –Pregunté.
-En realidad viene a verme a mí. –Añade mi hermano y Ruddy nuevamente se ruboriza.
-Me perdí. –Intercambio una mirada entre ambos.
-He estado bebiendo sangre de paquete. –Hace una expresión de asco. –Necesito sangre fresca y por lo de mi recuperación y luego tu desaparición no he podido, tú sabes.
-¿Le pediste a Ruddy que fuera tu donante? –Lo encaro.
-En realidad yo me ofrecí. –Responde la aludida. –Le dije que si algún día quería...... Que me avisara. –Juega con sus dedos nerviosa.
-Eso es extraño, pero adelante. _Los dejo solos.
Salgo con una sonrisa dibujaba en mi rostro, después de todo existía la posibilidad de que estos dos quedaran juntos, el que un vampiro comparta su sangre con otro es algo muy íntimo, no se hace con cualquiera a menos que... Me quedé petrificada, ¿Cómo no lo vi antes?
Salí de prisa de casa, con dirección a la casa de Stone, sonreí al ver que nevaba, amaba la nieve, dejé que los diminutos copos mojaran mi rostro. Continúe con mi recorrido hasta llegar a su residencia. Me quedé como una tonta de pie frente a la puerta ¿Qué demonios hacía ahí? Estaba a punto de irme cuando la puerta se abrió.
-Hola señorita Collin. –Rose me hizo señas para que entrara. –Le avisaré al señor Stone que está aquí. Por favor tome asiento frente a la chimenea para que se caliente.
Me quité el gorro y los guantes y me mantuve de pie impaciente. Sentía que el corazón se me salía por la boca. ¿Por qué estás aquí Annia? ¡Maldita sea! Esto no es buena idea. Me decido a irme cuando él entra a la estancia. Su mirada es de asombro, es obvio que no esperaba verme ahí después de lo que le dije.
-¿A qué debo el honor de tu visita? –Me sonrió. Lucía tan atractivo, incluso parecía más juvenil y menos lúgubre que de costumbre.
-¿Quiero que hablemos? Y que lo hagas con sinceridad.
Me señala el sillón, ambos tomamos asiento.
-Adelante. –Me mira a través de aquellos ojos azules, pero algo ha cambiado, su mirada es tierna, no refleja aquellas facciones duras e inexpresivas.
Su cercanía me incomoda pero en el sentido que me pone nerviosa, me siento un poco como Ruddy ante Jere.
-Dos veces me has ofrecido tu sangre, ¿Lo has hecho con alguien más?
-No. –Me sostuvo la mirada.
-¿Nadie ha bebido nunca tu sangre? –Vuelvo a preguntar para estar segura.
-No. –Repitió pausado.
Mi corazón late tan aprisa que martillea con fuerza y por alguna razón que no me explico empiezo a hiperventilar. Me pongo de pie para disimular y me acerco a la chimenea. Claro, disimular, él puede escuchar los estúpidos latidos de mi corazón de aquí en un kilómetro.
-¿Por qué lo hiciste? Sé que no sientes nada por mí, ni siquiera sé porque me escogiste entre tantas. Y no me digas que por ser híbrida, ya que no soy la única. No lo había analizado antes, el hecho de lo que significa compartir tu sangre con alguien más–Lo encaro.
Él se mantiene pasible, entrelaza sus manos, sus codos rebozan en su regazo. Por un momento se queda pensativo, han sido los segundos más largos de mi vida.
-Porque eres mi prometida. –Deja ir y me mira de reojo.
-¡Oh por favor! Me engañas con Aranella, no existe fidelidad de tu parte hacia mí. Dame una mejor excusa Stone.
Sonríe para sus adentros, afuera el viento comenzaba a soplar con fuerza y veo que la nieve empieza a cubrir la ventana, por lo visto se aproxima una tormenta.
-Eres la mujer que he elegido como mi esposa, lo de Aranella no significa nada, no hay ningún sentimiento que me ate a ella, no lo volveré a hacer, te prometeré fidelidad solo a ti.
Me quedé boquiabierta, ¿Lo decía en serio? me sostuvo la mirada mientras me lo declaraba.
-Eso no cambia todo el daño que me has hecho. –Le reclamo
-Tienes razón, he sido un patán y lo admito.
-¿Qué hiciste con Draggon Stone? Porque este que tengo al frente no es él.
Sonrió con amargura para agregar: -¿Deseas que me comporte como el Drag posesivo y que te maltrata? –Me pregunta.
-No, en definitiva no. –Contesto de inmediato.
-No puedo borrar lo que te hice Annia, pero prometo respetarte de ahora en adelante y tener una conducta distinta contigo, tienes mi palabra.
-La palabra del rey es inmutable. –Le repongo.
-Lo sé. –Sonrió a medias.
-Perdona pero simplemente no puedo creer que cambies de la noche a la mañana, no es tan sencillo.
-Deja que te lo demuestre.
¿Qué demonios estaba ocurriendo? ¿Por qué este repentino cambio? Algo no calzaba aquí. Se fue acercando, con aquel paso firme y seguro, aunque me mordiera la lengua tenía que aceptar que Draggon es apuesto y mucho. Lo tenía a escasos centímetros de mí, ¿Qué intentaba?
-Lamento haberte lastimado Annia, a ti y a tu hermano, me dejé llevar por los celos.
Guardó silencio como si lo que acabara de decir, saliera sin su autorización.
-¿Sientes celos por Jeremy? –Sonrío ante la idea. –Es mi hermano. –Le afirmo.
-Lo sé, no me mal interpretes, es que entre ustedes hay una unión, que envidio, es todo.
-¡Draggon Stone envidia amor! -Recalco con sarcasmo
-No se tiene todo en la vida, recuerda lo que te conté hoy.
-¿Por qué yo?
-¿Por qué no? –Me devolvió la pregunta.
Vi sus intenciones, se encontraba muy cerca de mi boca, quería mandarlo al diablo, alejarme de él, pero mi traicionero cuerpo no se movió ni un centímetro. Su labios rozaban los míos, lo sentí inseguro, quizás esto era difícil para él, como para mí.
-Annia. –Susurró mi nombre, su boca se posó sobre la mía y en ese instante la puerta se abrió, era Rose, reaccioné saliendo del embrujo en el cual me encontraba y me alejé.
-Lo... siento señor, acaban de avisarnos que viene una tormenta, los caminos están cerrados
-No te preocupes Rose, gracias.
Ella hizo una reverencia y se marchó.
-Creo que tendrás que quedarte. ¿Sabe Bernard que estás aquí?
Moví la cabeza en negación.
-¿Siempre acostumbras salir sin decirle a nadie a dónde vas?
Me encogí de hombros y él me sonrió.
-Yo le avisaré, ve a la cocina, debes tener hambre, le pedí a Rose que te preparara de comer, luego te mostrará tu habitación.
Miré hacia afuera, como el viento azotaba con rudeza la ventana y se formaban remolinos de nieve. Asentí y salí de ese lugar con las piernas en un temblor. ¿Qué sucedió ahí? ¿Iba a permitir que Stone me besará? ¿Olvidé tan pronto todas las ofensas recibidas? ¿El maltrato hacia mi hermano? Estás más loca que él Annia, controla tus hormonas o terminaras cometiendo una imprudencia.
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Narra Draggon:
Me quedo mirando como la tormenta llega siendo presagio de que el invierno se asentaba en definitiva. No puedo creer que de verdad funcionara, Bernard debió hacerme la recomendación mucho antes.
Tenía razón, cayó bajo mis encantos tan fácil que aún no lo creo, pensé que me costaría más lograr acercarme a ella. Con mis dedos toco mis labios, todavía siento los suyos temblando, ansiando ser besados. Sonrío ante la interrupción de Rose, pero quizás fue mejor, mantener la expectativa.
Muevo mi cabeza a los lados, aunque no desee admitirlo mi viejo amigo tiene razón, su hija me atrae de una manera que me enloquece. Por eso he actuado como un desgraciado con ella, porque me molesta su rebeldía, me enfurece ver como desquebraja mis defensas, aquellas murallas que me tomo tanto esfuerzo construir. Cuando le dije que sí a desposar a Annia, no solo fue porque me lo pidió, sino que desde antes ella me atraía, dejó de ser aquella niña traviesa y se convirtió en mujer, y una muy bella.
Tengo miedo de entregar mi corazón de nuevo, me costó mucho recuperarme de la última vez. No sería tan sencillo ganarme a Annia, lo de hoy ha sido un avance pero no el final de la batalla, debo tener paciencia, controlarme y ser condescendiente con ella, es la única manera de lograr que esta relación funcione.
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Holaaaa, ¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Espero sea de su agrado.
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