Les dejo foto de Ruddy.

Capítulo dedicado a Nattymadrid.

Después de que Thompson hizo la revisión del perímetro, ingresó a la casa y se quedó de pie mirando por la ventana. Si no es porque sé que es real, puede pasar por un muñeco de cera, no se movió ni un centímetro, en definitiva toma muy en serio su papel de guardián.

Escuché a Jere llegar y subir las escaleras a toda prisa, si pensaba que no le iba a preguntar nada, se equivocaba. Señalé la página en la cual había quedado y me dispuse a tener una sincera charla con mi hermano. Por educación toqué la puerta y él me autorizó a entrar, encontrándolo sentado en el borde de la cama con las manos en su regazo y los dedos entrelazados.

-¿Sabes a lo que vengo? –Lo miré fijo y él lo hizo de reojo.

-Tengo una idea. –Sonríe sin ganas.

-Mira que en la vida todo se devuelve. –Capto su atención.

-¿A qué te refieres? –Se levanta cruzándose de brazos.

-Antenoche me reclamabas que no comprendías mi cambio de actitud con Drag y hoy tu relación con Ruddy da un cambio radical, porque me has dicho hasta el cansancio que la ves como una amiga, "Casi hermana" –Recalco lo último haciendo comillas en el aire. –Y ahora resulta que te alimentas de ella y casi llega a segunda base.

-Soy un imbécil Annia. –Deja ir frustrado.

-Explícate. –Le consulto.

-Todo es cierto, nunca he pensado en Ruddy como algo más, pero desde que me alimenté de ella la primera vez hubo una conexión. No lo entiendo, creo que ahora concibo porque dicen que el compartir tu sangre con otro vampiro o alguien más es algo muy íntimo. Yo no pensé en eso, no hasta que me sucedió.

-¿Y? –Levanto mi ceja impaciente.

-Después que te fuiste, ella me recalcó que me amaba, y yo... No podía decirle lo mismo, y cuando guardé silencio, comenzó a llorar. No supe cómo reaccionar, la abracé y me sorprendió con un beso, fue pequeño y tímido pero, algo en mí se removió inquieto, una sensación en el estómago. –Me vuelve a ver.

-Sí, comprendo a lo que te refieres, continua. –Le solicité.

_No paraba de llorar, me pedía que le diera una oportunidad, que ella se ganaría mi corazón. "Por favor Jeremy" "Por favor" repetía, cuando me di cuenta nos besábamos, y fue todo, una cosa llevó a la otra.

No supe qué decir, lo miraba comprendiendo en cierta forma la situación pero a la vez, eso no era una excusa para lo que hizo.

-¿Qué sientes por ella? –Lo encaré.

-No estoy seguro. –Bajó la mirada.

-No puedo creer que te aprovecharas de lo que siente por ti, sin siquiera tener seguridad de tus sentimientos hacia ella. –Le hago saber con dolor en mis palabras.

-Lo sé, no he dejado de reprochármelo.

-¡Maldita sea Jeremy! –Estallé furiosa.- ¿Por qué a Ruddy? No pudiste simplemente ser firme. –Le reclamé.

-Crees que no me arrepiento, me dejé llevar por el momento, mis sentimientos son un lío.

-Pues resuélvelos. –Le sugerí.

-No es tan sencillo y.... –Duda si continuar pero parece recobrar el valor y lo deja ir: -Estoy con alguien.

-¿De qué demonios hablas? –Espeté confusa.

-Recuerdas la mujer que te dije que era mi amiga, donde nos quedamos cuando huimos de Draggon.

-Sí, la mencionaste. –Frunzo el ceño sin entender.

-No es solo mi amiga Annia, esa cabaña se la regalé yo, te mentí, no vivía ahí, era nuestro lugar de encuentro, y ahora gracias a tu prometido, es solo cenizas.

-¿Qué? –Me quedé atónita. -¿Es humana o vampiro? –Lo interrogué.

-Humana, ya le hablé a papá sobre ella.

-Le dijiste a papá y no a mí. –Realmente estaba dolida.

-Con qué tiempo, desde que llegué Stone ha sido el tema de conversación, no quise cargarte con mis asuntos también, pero pensaba hacerlo en algún momento.

-¿Y ella sabe lo que eres?

-Lo sabe Anni, y está de acuerdo en convertirse cuando llegue el momento.

-¿Y Ruddy? –Un vacío crecía en mi interior.

Guardó silencio, bajando la mirada. Abrí la boca sorprendida, el rumbo que tomaba la conversación no me gustaba.

-No me mires así Annia, no soy un oportunista. No quise jugar con ellas, yo quiero a Ruddy.

-Entonces ¿Por qué le causaste ese daño?

Se quedó callado unos largos segundos para luego agregar. –No debió pasar, ahora lo sé, y además traicioné a Tessa, no tengo cara con que volverla a ver.

-Tessa –Repetí. – ¿Así se llama tu novia?

Él asintió y la situación se volvió realmente perturbadora.

-Sabes que no es correcto lo que le hiciste a Ruddy, pero ya está hecho, mientras no definas tus sentimientos, mantente a distancia de ella.

-Hablamos cuando la dejé en su casa.-Me respondió.

-¿Qué hiciste Jeremy? –Mi voz salió cargada de frustración.

-Le conté sobre mi relación con Tessa, quise explicarle lo confundido que estaba pero no me dejó terminar, me dijo que no me preocupara que ella comprendía, que lo que acababa de suceder entre ambos fue hermoso, pero que no me sintiera comprometido a estar a su lado por ello.

Aquellas palabras me despedazaron por dentro.

-No me odies Annia, no tú.

-Jamás podría odiarte, te amo demasiado, pero me decepcionas.

-Lo lamento. –Se disculpó.

Nos abrazamos y él sumergió su cara en cabello, su respiración me hizo cosquillas.

-Me iré. –Me susurró.

Mi corazón se oprimió pero no podía retenerlo, no en contra de su voluntad.

-¿Cuando?

-Pronto.-Nos separamos pero él sostuvo mis manos entre las suyas.

-Debo decírselo a Tessa, y si me perdona le pediré matrimonio.

-¿Y qué pasa si no? –Lo cuestiono.

Sonríe con amargura y su mirada se pierde en la pared.

Viajaré un tiempo, creo que lo conveniente ahora es mantenerme alejado de aquí. Lamento romper mi promesa traviesa.

-Está bien. –Las lágrimas se agolpaban en mis ojos. –Lo importante es que regresarás, siempre lo haces. –Continué.

Él sostuvo mi rostro entre sus manos y limpió mis lágrimas para luego darme un beso en la frente.

-¿Me perdonas? –Su mirada era suplicante.

No le contesté, lo abracé con fuerza, Jere me abandona de nuevo, y no sé cómo sobrellevarlo.

*************

Narra Draggon:

Llegue a casa y Rose me topo apenas entrando, la conocía, estaba angustiada y noté su mejilla derecha inflamada y roja.

-¿Qué te pasó? –La toque con cuidado.

-Ella está aquí señor, le dije que no podía entrar y me empujó para luego abofetearme. Me llamó insecto y se fue a su habitación, lo lamento.

Sequé las primeras lágrimas que se precipitaron, y me sentí realmente molesto con Aranella. Le tenía aprecio a Rose, era como una hija para mí ¿Qué se creía al golpearla? Sonreí para mis adentros, ¿Qué me hacía diferente a ella?

-No te preocupes, ve a tu cuarto, yo lo resolveré.

Rose se alejó y con paso rápido llegue a mi recámara donde ella yacía desnuda.

-Te tardaste, me hiciste esperar.

Comencé a recoger su ropa dispersa por todos lados y al terminar, la arrojé en su dirección.

-Vístete, te quiero fuera de mi casa. –Le dije severo.

-No te atrevas a hablarme así. –Me miró furiosa.

-Nella, no me hagas repetírtelo.

-¿Quién te crees? –Me gritó

Me acerqué y la tomé del brazo tratando de no ser brusco, arrastrándola fuera de la cama. Ella gritó de rabia y me miró con resentimiento. La solté para pararme cerca de la puerta con los brazos cruzados. Ella comenzó a mudarse en silencio.

-No puedes tratarme así, no después de todo lo que he hecho por ti. Tú me buscaste cuando mataron a tu esposa e hija, me contaste sobre ellas, lloraste sobre mi hombro, te deje entrar en mi vida y en corazón, me debes tu lugar en Villa Olivia en este momento.

-¿Ahora me reprochas? –Espeté molesto.

-Estabas destrozado cuando llegaste a mí ¿Recuerdas? Yo te infundí valor, coraje, te incentive a continuar, te aconsejé cambiar tu actitud dócil y ser fuerte. Por mí la gente te teme, por mí, has forjado un reinado de paz, donde nadie se atreve a cuestionarte.

-Por favor Aranella, escucharte ha sido mi peor error. De que vale que te teman si el respeto ha sido ganado por medio del miedo. No soy un buen gobernante, pero empezaré a serlo.

-Ella te está cambiando, que no se te olvide que el amor es una debilidad.

-¿En serio? ¿Entonces que sientes por mí? Porque si me amas te estás contradiciendo.

-Eso es diferente. –Me dice dolida.

-¿Cuál es la diferencia? No la comprendo.

-Pronto Stone, pronto tu castillo de naipes se vendrá abajo, y esta vez no estaré ahí para ti.

-¿A qué te refieres? ¿Me estás amenazando? –La miré fijo.

-Te quise dar una segunda oportunidad, pero tengo dignidad. Adiós Xavier, disfruta de tu felicidad mientras dure.

Dejé que se fuera, Thompson tiene razón, Aranella es de cuidado, ordenaré que la vigilen sin que ella sepa, no me gustan sus palabras, presiento que quiere hacerle daño a Annia, y no se lo permitiré.

*************

Narra Ruddy:

-¿Qué haces aquí?

La voz del guardaespaldas de Annia me sobresaltó.

-Yo solo vine a.... –Titubeé. –Hablar con mi amiga. –La peor excusa que pude inventar.

Él me miró con una pizca de compasión y lo odié.

-Sé que no estás aquí por eso. Escucha Ruddy ¿Cierto?

Asentí y me abracé, de verdad que tenía frío.

-No te conozco y no debería decirte esto, pero olvida al chico, tiene novia, incluso lo escuché hablar de matrimonio.

Captó completamente mi atención, algo en mí se rompió y comencé a llorar. Lloraba como una niña, yo sabía que Jeremy no me amaba, pero deseaba tanto estar con él, que mi amor fuera correspondido.

-Ya deja de llorar, él no lo vale.

Thompson secó mis lágrimas y se quitó su saco dándomelo. Me lo puse de inmediato.

-Gracias. –Musité

-De nada. –Me sonrió

Comenzó a nevar y la nieve a cubrir los alrededores, como el dolor abrigaba ahora mi corazón.

-Te daré un consejo chiquilla, tómalo de un hombre que tiene bastante experiencia en el asunto. Si un hombre no te desea, déjalo ir, no lo busques, no lo acoses, no lo presiones, de lo contrario sólo obtendrás salir lastimada.

-Pero lo amo. –Dije entre sollozos.

-Pero ¿Te ama él a ti?

Sus palabras me dolieron profundo, quería pensar que sí, pero después de la conversación que tuvimos donde me conto sobre Tessa, toda esperanza se desboronó.

-Por ejemplo ¿Qué haces aquí? ¿Sabes lo peligroso que es que andes sola? Ya tengo trabajo con la prometida de Stone para tener que cuidarte a ti también.

-Sólo quería saber si ya se fue.

-No, está discutiendo con su hermana.

-Annia. –Susurro, ¿Cómo la vería ahora a la cara? Me sentía tan avergonzada.

-Regresa a tu hogar. –Me aconsejó.

Me quise quitar la chaqueta pero no me dejó devolvérsela.

-No, consérvala, la necesitas más que yo.

Comencé a caminar cuando me llamó por mi nombre.

-Ruddy, vales mucho, date tu lugar, y la próxima vez, que sea el hombre el que te busque y no viceversa.

Asentí con un gesto de mi cabeza, y mis pasos me llevaron de regreso a casa, sabía que Thompson tenía razón, pero eso no evitaba que el corazón se me partiera en mil pedazos.

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Narra Annia:

Era tarde ya, papá había llegado hace unos minutos y se encerró en su estudio. Jere se fue a dormir temprano, su partida me dolía mucho, pero lo apoyaba, esta vez era lo mejor. La puerta del cuarto se abrió y mi mundo se iluminó cuando lo vi entrar, me levanté y lo recibí con un abrazo.

-¿Ya no usas la ventana? –Le sonreí.

-Ya no tengo por qué. –Me sonríe de regreso.

-¿Papá está de acuerdo en que te quedes? –Quiero saber.

-Sí ya hablé con él, acepto siempre y cuando me comporte como un caballero. –Pone los ojos en blanco.

Bostecé y restregué mis ojos, estaba cansada.

-No se va dormir señorita Collin, acabo de llegar.

-No, claro que no. –Recosté mi cabeza sobre su pecho y cerré los ojos involuntariamente.

Me levantó entre sus brazos y me arropó, acostándose a mi lado. Me rodeó con su brazo y busque refugio en estos.

-¿Día difícil eh? –Me preguntó.

-No tienes idea. –Volví a bostezar y lo escuché sonreír. -¿Se burla de mí señor Darcy?

-¿Señor Darcy? –Repitió.

-Orgullo y Prejuicio. –Comenté con los ojos cerrados, me pesaban sobremanera.

-Así que soy el señor Darcy.

Asentí ya perdiendo el conocimiento.-Duerme bien mi bella Elizabeth. –Sentí sus fríos labios sobre mi frente y fue todo, me quedé completamente dormida.

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Bueno, muy triste, lo que muchas sospecharon, Jeremy no ama a Rudy, todo fue la pasión del momento. Al menos para Annia las cosas van bien, exceptuando la visita de Aranella a casa de Drag. 

Tengo muuuuuuchas dedicatorias, apenas puedo, las subo. Espero les haya gustado el capítulo, muchas gracias por su apoyo. Un abrazo.