INTENTO DE SECUESTRO

Desperté y me di cuenta que Draggon ya no estaba, pero me encontré una nota que decía:

"Mi muy estimada señorita Elizabeth, perdón por dejarla sola pero necesito atender un reino, nos veremos más tarde para continuar con los preparativos de nuestra boda. Tuyo el señor Darcy"

Sonreí como una tonta, llevando la nota a mi pecho. Si me hubieran dicho meses atrás que ésta sería mi relación con Stone, no lo hubiera creído. Drag dio un giro de ciento ochenta grados, era completamente otra persona, aquella que recordaba de niña, y estaba segura que yo era el principal motivo de ese cambio. Claro, tuve que poner de mi parte también, ya que debo ser sincera, si no lo hubiera hecho, la situación continuaría igual o peor, y el daño me lo hacía yo.

No me arrepentía de la decisión que tomé, porque ahora tenía presente que amaba a Drag, y aunque él no me lo dijera aún, sabía que tenía sentimientos hacia mí que me encargaría de acrecentar, la verdad, nuestra relación iba sobre ruedas.

Pero mi alegría se ensombreció al pensar en Ruddy. La puerta del cuarto de Jere seguía cerrada, se iría hoy y eso también me entristecía. Bajé las gradas y me encontré a Thompson leyendo el periódico.

-Buenos días señora Collin.

-Buenos días Thompson. Quisiera ir a visitar a Ruddy.

-No hay problema. –Me responde, continuando con la lectura.

Desayuné en silencio, ya que Thom no era muy conversador. Cuando estuve lista nos dirigimos a casa de mi amiga. Parqueó el auto y aunque le pedí que entrara conmigo, prefirió esperar afuera. Toqué el timbre y Guiselle, la mamá de Ruddy me abrió.

-Oh Annia, que gusto que estés aquí. –Me abraza.

-¿Todo bien? –Pregunté extrañada ya que se reflejaba en su rostro la angustia.

-Es Ruddy, ha estado actuando extraño desde ayer, lloró toda la noche, y no ha querido decirme nada. Sé que algo le ocurre, le he preguntado infinidad de veces pero no me ha dicho nada. Tengo que ir al centro, las dejaré a solas, quizás a ti te cuente.

Me sentí fatal, sabía de antemano por quién se encontraba así "Mi hermano". Al recordarlo, me sentía molesta con Jere, lo amaba pero también Ruddy me importaba, y su dolor era el mío. Guiselle salió, a los pocos minutos escuché el sonido del motor alejarse.

Me dirigí al dormitorio de Ruddy, la puerta estaba abierta y ella se encontraba de pie, frente a la ventana mirando hacia afuera.

-Hola. –Mordí mi labio inferior, ¡Demonios que esto iba a ser difícil!

Se volteó despacio y un remedo de sonrisa se dibujó en su ojeroso rostro. Pronto las lágrimas se precipitaron y corrió hacia mí, recibiéndola mis brazos extendidos. No hablamos, la abracé con fuerza mientras que yo misma no podía evitar llorar con ella. Pronto su copioso llanto se convirtió en sollozos y nos miramos. Con cuidado enjugué sus lágrimas y le dije: -Lo lamento tanto. Ella sonrió con amargura y agregó: "Tú me lo advertiste".

Tomamos asiento en su cama, sostenía su mano en la mía y el silencio inundó la estancia durante unos segundos.

-Hablé con Jere, su comportamiento contigo no tiene excusa.

-No es su culpa. –Me sorprendió su respuesta.

-¿Qué? Jey no debió llegar tan lejos, menos sabiendo lo que sentías por él, y el hecho que se encuentra comprometido.

-No Annia, eso no es del todo cierto, yo lo provoqué, cuando nos besamos fue maravilloso, había fantaseado en mi mente tanto ese momento, mi mayor deseo se cumplía. Estaba obsesionada con él, me negué a aceptar la realidad, y recibí lo que quería ¿No? Jeremy terminó sucumbiendo, me alegro que fueras tan oportuna y evitar que sucediera una situación más bochornosa.

Acaricié el cabello de mi amiga, sus palabras calaban profundo en mi ser, me puse en su lugar, pero Ruddy era fuerte lo superaría.

-Encontrarás a alguien que te merezca, que te amará con tanta intensidad que solo tú serás su mundo.

-Lo sé, ahora lo entiendo, te tienen que pasar cosas como estas para que entres en razón.

Me quedé con ella el resto de la mañana, almorzamos juntas y después decidí regresar a casa, Jey se iría en la tarde.

-¿Puedes entregarle esto a Thompson? –Me da un saco de vestir.

La miré extrañada y ella se apresuró a explicarme: -Anoche llegué a tu casa como un ladrón, merodeando por los alrededores, quería verlo antes que partiera y Thompson, me encontró y conversamos.

-Conversaron –Repetí

-Sí, me dio buenos consejos y su chaqueta, hacía frío.

-Claro, se la daré. –La abracé.

-¿Estarás bien?

Ella asintió, tomaría tiempo pero conocía a Ruddy, sé que lo lograría. Salí y Thompson de inmediato me abrió la puerta del copiloto.

-Ruddy te devuelve tu saco.

Él lo recibe y sonríe de medio lado.

-Gracias por hablar con ella anoche, sé que estaba mal.

-Sí bueno, me cae bien la chiquilla.

Sonreí y moví mi cabeza en negación, Thompson era un enigma, quería mantener una apariencia ruda pero en el fondo era un gatito.

-Draggon desea que te lleve al Palacio Municipal, parece que quiere saber tu opinión con respecto a las flores y esas cosas de decoración para la boda.

-Perfecto. –Contesté sonriendo ante la idea de verlo.

La única estación de radio en Villa Olivia se llama "Momentos" sonaba una pieza de los 60's, amaba a los Beatles, para mí el mejor grupo que ha existido hasta el momento. Comencé a cantar "Love me do", me encantaba el sonido de la armónica, pero algo sucedió, un árbol cayó precipitosamente cerrándonos el camino. Thompson frenó, el auto trastabillo dando varias vueltas para luego irse a un lado del camino y continuar su recorrido por una vereda chocando contra un árbol que impidió que cayéramos en un precipicio.

El cinturón de seguridad me retuvo, la bolsa de aire se infló, aun así me golpee un poco y mi nariz sangraba. Me encontraba aturdida, mientras que mis manos temblaban asimilando lo sucedido.

-Annia ¿Estás bien? –Me preguntó Thompson.

-Creo que sí. –Contesté con la vista borrosa.

-Eso no fue un accidente, alguien tumbó el árbol adrede.

Se bajó y al segundo lo tenía a mi lado, arrancó la puerta y me sacó acomodándome en el suelo, fue cuando me di cuenta que me había doblado mi tobillo.

-¿Puedes caminar?

-No lo sé. –Dolía pero con su ayuda, podíamos salir de ese agujero.

Thompson comenzó a ver para todas partes, él intuía algo que yo no.

-Quédate aquí, no te muevas.

-Pero....

-Sin discusión señora Collin.

-Señorita. –Lo corregí.

Él avanzó unos metros y de la manga de su chaqueta apareció una larga cuchilla, el primer vampiro salió a nuestro encuentro pero no pudo ni llegar, fue degollado. Siguieron llegando, eran al menos seis, a ninguno lo conocía, posiblemente de Villa Natividad. Thompson se enfrentó a todos, me asombró la habilidad y la destreza de sus movimientos, en cuestión de minutos, eliminó a los seis.

Llegó hasta a mí y me levantó entre sus brazos, no me opuse, subió rápidamente hasta llegar de nuevo al camino. Me colocó en el suelo e intentó hacer una llamada pero sin resultado, dejó ir un montón de improperios.

-No hay señal. –Me hizo saber. –Te tendré que llevar al pueblo en brazos, ¿Si no te molesta? O la otra opción es darte de mi sangre para que te regeneres y podamos llegar caminando, pero creo que Stone me decapitaría si lo hiciera, así que...

-Primera opción. –Me encojo de hombros.

-Primera opción. –Repite él.

Me carga de nuevo y empezamos la marcha, duramos alrededor de una hora en llegar, pudo correr pero creo que no lo hizo para no incomodarme. Al fin la ciudad se visualizó y me sentí aliviada, intentó llamar de nuevo y esta vez sí pudo comunicarse, escuchaba los gritos de Draggon al otro lado de la línea, pero luego se calmó, no tuvimos que esperar mucho cuando su auto llegó a toparnos. Drag se hizo técnicamente lanzado del vehículo y corrió hacia mí para luego abrazarme.

-¿Te hiciste daño? –Saca de su bolsa un pañuelo y me limpia la sangre de la nariz.

-El tobillo. –Señalé.

-Vamos. –Me ayudó a caminar hasta llegar al jeep al cual ingresamos.

-Ve con los demás. –Le indica a Thompson.

Este asiente e ingresa en el segundo auto.

-Tim llévanos a casa.

-Sí señor- -Pronto estábamos en marcha.

Stone se hizo un corte en la muñeca y me la ofrece, acepté gustosa, bebí su sangre y pronto me encontraba como nueva. Me llevó a su pecho y besó mi cabeza, no estaba acostumbrada a estas muestras de afecto, pero me agradaban.

-Ahora sé por qué contrataste a Thompson. –Nos miramos.

-Sí, ha sido una buena adquisición. _ Sonríe a medias, meditativo.

-Lo he estado meditando. –Me dijo. –Y he decidido que vengan a vivir conmigo, tú familia y tú.

Me le quedé viendo sorprendida.

-Es la segunda vez que intentan secuestrarte, y aunque Thompson es bueno, prefiero no arriesgarme.

-Yo no tengo problema, pero no creo que papá desee abandonar la casa, además por Jeremy no te preocupes, él se irá hoy.

-¿Y eso por qué?

Le conté todo, y él escuchó atento, sin interrumpirme.

-Creo que debí torturarlo más en el calabozo. –Me sonríe sin ganas.

-Heyyy. –Lo golpeo en el brazo. –Tú intentaste propasarte conmigo. –Le recuerdo. Su rostro se desfigura un instante para luego volverme a ver.

-Y no sabes cuánto lo siento.

-No importa, eso quedó en el pasado. –Me vuelvo a acurrucar en su regazo.

-No permitiré que nada te ocurra Annia.

-Lo sé. –Contesté sonriendo.

Cuando llegamos a su residencia, bajamos tomados de la mano y sacó su móvil, llamó a papá contándole lo sucedido, al principio no pareció contento con la idea de venirse a vivir con Draggon hasta el día de la boda, pero era una orden de su superior, tenía que aceptarlo quisiera o no.

Thompson se acercó a nosotros con su celular en la mano.

-Es tu hermano. –Me lo dio. Qué extraño, pero me di cuenta que el mío quedó en el lugar del accidente.

-Jey. –Respondí.

-Annia, estamos en problemas. –Su voz sonaba agitada.

-Estamos. –Repetí. Puse el altavoz.

-Ruddy me llamó, me dijo que creía que merodeaban la casa, se encontraba sola y asustada. Fui a verla y me encontré con dos vampiros.

-¡Oh por Dios! ¿Están bien?

-Acabé con ellos, tratamos de ir al pueblo pero un árbol tapaba completamente el camino, intente quitarlo pero sentí la presencia de más vampiros, así que nos devolvimos.

-¿Dónde están? –Esta vez fue Draggon el que habló.

-En casa, los escucho afuera.

-Vamos para allá.

Drag les hizo una seña a sus hombres, sabía que escucharon la conversación.

-Entra Annia, y no salgas bajo ninguna circunstancia.

-Déjame ir contigo.

-No. –Agregó severo. –Te necesito aquí, Bernard no tardará en llegar.

-Pero es mi hermano y mi mejor amiga.

-Y te quieren a ti, así que obedece, los traeré con bien, lo prometo.

Lo vi alejarse y subirse a uno de los coches, el corazón se me salía del pecho, ¿Sería posible? ¿Todo este rollo por mí? ¿Tan importante era? Rose abrió la puerta y me invitó a pasar pero no lo hice hasta que los autos fueron puntos oscuros y luego se desvanecieron.

Una angustia se clavó en mi corazón. -Por favor, que no les pase nada, por favor. –Repetía mentalmente.

-Vamos señorita. –Rose me sonrió. Había más hombres custodiando la casa, me sorprendió ver a Tom acercarse.

-¿No fuiste con él? –Le reproché

-Insistió que me quedara, parece que el papel de niñera, es el que mejor me va. y ya entra, convertida en paleta helada no ayudas a nadie.

Lo fulminé con la mirada pero él puso los ojos en blanco e ingresó, lo imité, rogando que todos los que amaba regresaran con bien.

*********
Nuevamente, intentan llevarse Annia, parece que son persistentes.

Esperemos que nada malo le pase a Jeremy y Rudy. ¿Los querrán como carnada?

Debo muchísimas dedicatorias, tengan paciencia, ya casi las hago, cuando los notifiquen, solo busquen su nombre y si no aparecen me dicen. 😉

Bye, un abrazo.

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