CAMBIO DE TÁCTICA

Narra Draggon:

-Tú hija es imposible. –Le digo consternado a Bernard.

-Lo sé, pero ella tiene una imagen errónea de ti.

-¿Y qué se supone debo hacer? –Casi grito.

-Primero trata de ser más gentil, tienes que admitir que no has sido precisamente un caballero con ella.

Fulmino con la mirada a mi mano derecha, no me puedo enojar cuando me dicen la verdad.

-Es que ella es tan... ¡Demonios! –Muevo mis brazos en el aire, para luego pasar mis manos por mi rostro, la frustración se apodera de mí. –Ni siquiera me agradeció que la salvara, tú lo viste, corrió a los brazos de tu hijo y a mí me reprochó por haber matado a Edgar, al hombre que por cierto, intento asesinarla. –Cada vez elevaba más mi tono de voz sin poderlo evitar, de verdad ardía en coraje y necesitaba liberar aquella presión que llevaba por dentro.

-Draggon, sé la obligación que tienes aquí, y el hecho de que debes gobernar con mano dura, lo comprendo, pero si continuas actuando como lo has hecho hasta el momento con mi hija, no llegarás muy lejos. La conozco, ella siente algo por ti, lo puedo notar cuando te mira aunque trate de negarlo, sólo intenta cambiar de táctica y verás que las cosas se irán dando.

-No tengo paciencia Bernard, nunca la he tenido, y la boda está programada dentro de un mes, ¿Crees de verdad que si cambio mi forma de ser con ella, me dará una oportunidad?

-Con Annia nunca se sabe, es inestable emocionalmente, pero al menos inténtalo, nada pierdes.

-¡Maldita sea Bernard! ¿En qué momento permití que me convencieras de desposarla?

-Jamás te he pedido nada Stone, siempre he sido leal, nunca he cuestionado una orden tuya, es el único favor que te he pedido y el último, tenlo por seguro.

-¿Estás seguro que vendrán por ella? –Lo cuestiono.

-Sí, y temo lo peor, como tu reina, nadie podrá tocarla.

-¡Ves en el apuro en que me pones! –Exclamo.

-¿Por qué vas todas las noches a verla? –Su pregunta me llegó por sorpresa.

-No lo tengo claro. –Me limito a contestar.

-Drag, eres mi amigo y te aprecio, y agradezco que hagas esto por mí, pero amo a mi hija y quiero que sea feliz. Sé lo que sientes por ella, aunque tampoco quieras aceptarlo, ustedes dos son tan obstinados que resultan tal para cual si me lo preguntas.

Sonrío ante la idea ¿Somos tan diferentes y a la vez coincidimos en tantas cosas?

-Date la oportunidad de volver a amar, abre tu corazón, permite que Annia ocupe un lugar importante en tu vida, no la conquistarás si la sigues tratando con tanta rudeza.

Me miró severo pero a la vez con resignación, trataría no por él sino por ella, Annia definitivamente despertaba emociones en mí, quizás Bernard tenía razón, usaría otra estrategia.

-Tú ganas, veremos que resulta.

Ambos sonreímos mientras pienso ¿En qué lío me estoy metiendo?

****************

Narra Annia.

Tomo una larga ducha, quitando el resto de sangre de mi cuerpo. Mientras seco mi cabello con la secadora, pienso en ese pobre hombre, Draggon le arrebató sus ganas de vivir al quitarle a la persona que amaba.

-¿Por qué esa devoción de mi padre hacia él? No lo entiendo. Stone me ha humillado de todas las formas posibles, pero mi padre parece no ver lo obvio, y además torturó a Jere, únicamente porque se atrevió a desafiarlo al ayudarme.

Me recojo el cabello en un moño y salgo del baño, cubierta con una toalla, casi me da un infarto cuando veo a Stone sentado sobre mi cama, mirándome de una manera que hizo que me ruborizara.

-¿Qué haces aquí? –De inmediato busqué algo que ponerme encima. Me metí atrás del biombo, obsequio de Jey cuando fue a China. Me coloqué una bata de paño y ropa interior para no sentirme tan desnuda.

-¿Qué no puedo venir a ver a mi prometida? –Repuso

¡Qué imbécil! Lo mismo que yo le dije cuando fui a reclamarle lo de Jeremy.

-Largo, no estoy de humor para discutir contigo. –Espeto de mal modo.

Él sonríe de medio lado y baja la mirada, para luego observarme de reojo, no logro describir su sonrisa, pero es tan sensual que por primera vez algo en mí se remueve inquieto.

-Llamaré a mi padre. –Lo amenazo.

-Hazlo, él me dejo entrar, sabe que estoy aquí.

Me hablaba con mucha calma, le había alzado el tono de voz y no reaccionó como siempre lo hacía.

-Demos un paseo. –Se levanta y se dirige a la puerta. –Tienes cinco minutos, no me hagas esperar Annia, estaré abajo. –Me indica.

Trago saliva pero no digo nada, me quedó claro con su conducta la última vez que me negué a hacerlo.

Me pongo un jeans negro, una blusa de lana color crema cuello de tortuga, botas y chaqueta de cuero café. El invierno está entrando y el frío se siente calando profundo en mi piel como agujas, me coloco mis guantes y el gorro, bajo las escaleras, encontrándolo junto a la puerta. Él llevaba una camiseta de algodón blanca y suéter gris oscuro, con jeans azules y tenis, parecía casi una persona normal.

Su escolta lo esperaba afuera, comenzamos a caminar y nos adentramos en el bosque, no tengo noción cuánto trayecto recorrimos pero fue largo, hasta que nos detuvimos. Noté como sus hombres se quedaron atrás y nosotros continuamos llegando a un claro donde dos tumbas se visualizaban.

Él se quedó de pie mirándolas por unos segundos, su semblante cambió, fue sombrío, metió de nuevo sus manos en las bolsas de su jeans, casi puedo asegurar que estaba triste.

-¿Qué hacemos aquí? ¿De quién son estas tumbas?

Su mirada se perdió en el follaje de la corteza de los árboles, y una sonrisa amarga se formó en su rostro.

-Ni siquiera estoy seguro por qué te traje, nadie ha puesto un pie aquí, solo tu padre a parte de mí, claro.

Me quedé en silencio escuchándolo, por como actuaba me iba a hacer una revelación y sentí curiosidad.

-No sabes muchas cosas de mí Annia, y la verdad no tienes que conocer todo mi pasado, pero sí una parte. Cuando era la mano derecha del antiguo rey.... –Se quedó meditativo, notaba cómo le costaba continuar. –Tú eras una niña en ese entonces. Siempre me ha gustado perderme en el bosque, me ayuda a pensar. Una mañana de otoño, mientras hacía mi recorrido, me encontré con una humana, parecía perdida, así que me acerqué para ayudarla. Lo que sentí al verla, no te lo puedo describir, pero fue como si una corriente eléctrica me recorriera, y pude ver en sus ojos que ella también lo percibió.

Estaba sumergida en el relato de Stone, por lo que poco que me estaba contando al parecer estuvo enamorado. Seguí en silencio escuchando atenta.

-No te daré muchos detalles pero, me enamoré de ella, comenzamos a vernos y con el tiempo surgió una atracción entre ambos. Tuve miedo de decirle la verdad sobre mi naturaleza, pero cuando lo supo, muy al contrario de lo que creí, me aceptó y le pedí que fuera mi esposa.

Me quede petrificada, esta parte de la historia no me le esperaba, ¿Draggon estuvo casado?

-Nos casamos y ella me dio una hija, la llamamos Ángela, mi esposa se llamaba Sorem. Nadie supo de ellas porque lo mantuve en secreto, no vivían en Villa Olivia, sino en las afueras, tenía muchos enemigos y temía por ellas. Sólo el rey y tu padre conocían sobre su existencia.

¡Oh por los mil demonios! ¡Tuvieron una hija! ¿Por qué nunca supe de esto?

-Una noche cuando regresé a casa, encontré la puerta abierta, busqué a Sorem por todas partes y al entrar a nuestra habitación, su cuerpo yacía tendido sin vida y una mujer se alimentaba de mi pequeña Ángela, sólo era un bebé.

Dejé de respirar por unos momentos, no pude evitar mostrar en mis facciones el asombro de lo que me estaba siendo revelado, sentí pena por Drag, y no quería saber el final, lo sospechaba.

-Ella no pudo conmigo, soy mucho más fuerte por antiguo, ese día algo en mí sucumbió, al ver a mi esposa e hija muertas, sin poder protegerlas, mi corazón se desgarró, una ira me invadió, cambié. Esa mujer que me viste torturando, era la que mató a mi familia. No justifico la manera en que la traté, pero debes comprender que debía pagar por su agravio, y no me arrepiento de haberlo hecho.

Sus manos se hicieron un puño y sus palabras salieron con rabia reprimida, ahora todo tenía sentido, al menos esa parte de su vida.

-Endurecí mi corazón, y me convertí en el hombre que ves hoy, me prometí nunca más volver a amar a nadie, ser insensible, el amor es una debilidad que te destruye, y me negué a la posibilidad de entregarme a otra persona.

Cuando me miró sus ojos albergaban dolor, sentí una gran necesidad de correr hacía él y consolarlo, pero recordé todo lo que me había hecho, lamentaba su situación ¿Pero que tenía que ver yo con todo ese rollo? Su comportamiento conmigo es injustificable.

-Trataré de cambiar contigo Annia, sé que no he sido precisamente un pretendiente modelo. –Sonríe para sus adentros. –Dame la oportunidad de mostrarte que puedo hacerlo.

Me crucé de brazos, y respondí: -Lamento mucho lo de tu esposa e hija, debe ser insoportable el dolor que atravesaste, si algo le pasara a Jere o a mi padre no sé cómo reaccionaría, pero debes saber que lo que me acabas de contar no altera nuestra situación actual. Me están forzado a casarme contigo, y sí, no has sido justo conmigo.

Quise seguir hablando pero al verlo directo a los ojos y notar su mirada de angustia, callé. Comprimí mis labios en muestra de frustración y agregué: -Quiero regresar, hace frío.

Él no objetó, asintió y regresamos sobre nuestros pasos, sus guardas espaldas nos siguieron y en silencio, marchamos hacia casa.

*********

Ok, otra parte de la vida de Drag revelada, creo que le costará ganarse la confianza y el amor de Annia, esperemos que nuestra chica se doblegue un poco.

Aprovecho para agradecer a todos sus votos y comentarios, no me puedo creer que el Rey Vampiro alcanzara ya las 19.3 k visitas, 2.15 k votos y 979 comentarios en tan poco tiempo.

Graciasssssss mil, un abrazo.

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