Capitulo 10
Elizaveta
Todo es tan confuso.
Abdías a veces me mira de una forma como si le importase y después me mira como si mi presencia le estorbara. Intente esperarlo para que comiéramos juntos, ya que nunca he comido sola, pero simplemente no se presento.
Así que decidí ir a acompañar a la cocinera y algunos empleados que comen en la cocina. Al entrar todos se sorprenden y bajan la cabeza, la cocinera se precipita a donde estoy.
- Señorita, ¿No le gusto lo que prepare? ¿Hay algo mal hecho? – pregunta con nerviosismo.
- No, tranquila. Aun no he probado bocado porque no suelo comer sola. Y me preguntaba ¿No les molestaría si como con ustedes?- le sonrío tratando de calmarla.
- Claro, puede sentarse con nosotros.- contesta sorprendida.
- Gracias.- me siento en una de las sillas desocupadas. Los noto nerviosos y callados.- pueden seguir hablando, estoy acostumbrada a estar rodeada de voces.
Tímidamente comienzan hablar se presentan y ahora no me siento en desventaja porque todos sabían mi nombre. La comida transcurrió en un ambiente ameno y distendido, al terminar busco a Wen. Y le pido llevarme a una de las habitaciones para descansar.
Soy llevada a una habitación espaciosa y acogedora, quedo absorta ante tanta belleza. Está decorada con colores verde limón y blanco, una pared verde limón engalana al entrar al lugar siendo el fondo de una cama tendida tan pulcramente con sabanas de seda con un verde más oscuro; y encima de esta pared se encuentran pintadas figuras de un lobo y una luna. Al lado derecho se encuentran unos ventanales que permiten que los rayos del sol penetren a la estancia aportando su brillo de matices que armonizan con los colores que se constatan en ella. Fuera de estos ventanales hay un balcón decorado con un sofá pequeño junto a una pared de ladrillos con luces, una mesita de vidrio separando el sofá de dos puff negros.
Amo este balcón, me siento en el sofá y dejo que mi mente fluya con el paraíso que tengo enfrente. Las últimas horas se repiten constantemente, lloro por mi familia y porque no podre estar en su sepultura.
¿Cómo sanare si ni siquiera podre despedirlos como se debe?
Cada gota retenida para que no me vieran llorar son derramadas, es como si el dique que las contenía se rompió por la presión de este proceso. Es duro cuando se pierde una madre, pero es más duro cuando pierdes toda tu familia y te quedas sola.
Sola con tus penas, sola con tus lagrimas que no resolverán nada y sola con lo que pudo y no será.
Mi madre no tenia familia y la de mi padre no quiso saber de él cuándo se caso con mi madre. Nunca han querido saber de nosotras, decían que éramos hijas del pecado. Esa fue la razón que mi padre tomo para alejarnos de todo.
Mis parpados pesan, mi cuerpo se siete cansado y la somnolencia invade mi sistema arrastrándome a un relajante sueño que tanto mi cuerpo necesita por todo lo vivido recientemente.
***
Escucho un estruendo que me sobresalta, sacándome del valle del sueño donde me encontraba sumergida. Unas voces llenan la estancia, por el indiscutible tono me percato que una mujer discute acalorada con alguien.
La curiosidad que me envuelve me insta a averiguar de primera mano quién y por que discute la susodicha. Al entrar a la habitación, esos ojos color avellana se posan en mí y su mirada altanera repasa con odio mi silueta. Desde que fui objeto de su mirada la joven que conocí en la comida se retira.
- ¿Qué rayos haces en esta habitación?- pregunta enojada.
- Wen...
- Tenía que ser ese inútil, se adjudica cosas que no le incumben. – me interrumpió.- ¡WEN! Ven acá inútil.- grita enojada provocando que la cabeza me comience a taladrar y mis manos intenten proteger mis tímpanos.
Sentía que su enojo brotaba cada segundo que pasaba, un apurado Wen y sumiso llego ante nosotras, con su mirada baja se dirigió a la amiguita de Abdías.
- Dígame señorita Alana.- pregunta con nerviosismo.
- Quiero saber ¿con que autoridad trajiste a esta...- me miro de arriba abajo con desprecio brillando en sus ojos.- "Señorita" a esta habitación?
- El señor Abdías la trajo es como una hermana pa...
- No te pregunte quien es esta para Abdías. Me acuerdo de ella perfectamente. Y me contó todo lo que necesitaba saber de ella.- me sorprendo porque Abdías le haya contado de mi.- y no me gusto nada de lo que me contó. Responde.
- Ella quería descansar y la traje aquí.
- ¿Con que intención estúpido?
- Con ninguna señorita solo para que descansara. La pobre a pa...
- No me importa saber nada de ella. No la quiero en esta habitación. No sé qué pretendes al ponerla junto a Abdías, este lugar es donde duerme Abdías. Así que búscale otro lugar para que duerma. ¿Entendido?
Podía ver la rabia de Wen brillar en sus ojos, pero por algo se reprimía.
- Si señorita, como ordene.
- Ahora lárgate. Y tu niñita síguele.- fruncí el ceño ni podía comprender que autoridad tenia esta señorita y porque alguien del tamaño de Wen parecía tenerle miedo o no querer meterse con ella.
- ¿Por qué rayos debo hacerte caso?- no dejaría pisotearme de esta diva.
- Porque yo soy la prometida de Abdías y pronto seré la reina y señora de esta manada.- me guiño el ojo y salió carcajeándose del lugar por la sorpresa evidente que se refleja en mi rostro.
No puedo creer que Abdías este comprometido con ella, no me sorprende porque ella es muy bella; lo que me sorprende es que es una mujer y el siempre rechazaba los avances de las que se le insinuaban. Es obvio que la ama.
***
Ha pasado un mes desde que estoy aquí.
Días en los cuales mi estado de ánimo constantemente variaba. Es que siento que me falto pasar más tiempo con mi familia, debí ser mejor hermana con Zoe y asistir a sus presentaciones de Danza pero siempre tenía algo pendiente.
Cuando el dolor se hace más fuerte solo puedo sostener mi cadenita de plata que mis padres me regalaron en mi cumpleaños. Wen me dijo que recordara las cosas hermosas que había vivido junto a ellos, que eso alivia un poco el dolor y nos ayuda a llegar a la etapa de aceptación.
Abdías me había llevado a un psicólogo quien me ha estado ayudando mucho con la perdida. Según él debía vivir mis etapas y hacer algo productivo que me distrajera y pudiera estar activa. Además de rodearme de personas que me apoyaran.
A pesar de tener poco tiempo en la manada me siento como si estuviese en mi hogar, todos se han comportado muy amables conmigo. Bueno, excepto la insufrible de Alana y es que su "soy la prometida de Abdías y debes hacer lo que diga" me tienen harta.
Llanamente se la ha ensañado conmigo, siempre esta burlándose de mi perdida y haciendo cosas para hacerme sentir mal. Mentiría si dijera que soy una blanca paloma, he descubierto ciertas cosas que le molestan y aprovecho cuando Abdías esta cerca para que se dé cuenta quien es su prometida.
Es tan hipócrita que merece el premio a la mejor actriz estelar y de paso el galardón de la villana.
Termino de organizar los documentos que Abdías me pidió, ahora soy su asistente, fue plan de Wen aunque no se para que. Siempre me pregunta que como ha estado actuando el Rey, nombre que nunca le diré mientras respire, pero siempre lo veo normal alejado de mi y cortante más que una espada de doble filo.
Entro a su oficina y encuentro otra nota, si porque a veces se comunicaba de esta manera conmigo.
Elizaveta, si ya terminaste con lo que te pedí puedes ir a comer. Tuve que salir a una reunión. No sé a qué hora regrese.
Estrujo la nota y la desecho en el zafacón. Odio que sea así conmigo.
Como costumbre cuando llego a la cocina me siento y Verak me sirve la comida, no le gusta que nadie se sirva porque según ella es su trabajo. Una vez los nueve nos sentamos comenzamos a comer.
- Eliza.- verak susurra mi nombre.
- Dime verak.
- Ehh... es que no sé cómo decirte esto.- dice mientras juega con sus manos y esta algo incomoda.
- Solo dilo, te escucho.- le sonrío tratando de tranquilizarla.
- Es que... dilo tu Wen.
- Ashhh, pero practicamos esta conversación. Tú eres la mejor para decirlo. Dilo Mara.
- Yo, pero es Verak.- de este modo empezaron cada uno a pedir que el otro hable.
- Chicos, por favor dejen de pelear y díganme lo que quieren no me enojare.
- Bueno, está bien yo lo diré.-dice Wen algo dubitativo.-Nos es difícil porque es algo delicado. Y esperamos que nos entiendas y puedas aceptar.
- Te escucho.- le aliento a que continúe.
- Veras, conoces como es en realidad la Alana esa.- asiento para que avance.- Desde que la rescatamos no es la misma y ha dado un cambio de 360 grados. Esa niña era lo más dulce y amoroso que alguien con lo que había vivido podía ser. Ahora es una víbora con ambición de poder, se siente superior a todos.
- Si, lo que queremos pedirte mi niña es que seduzcas al Rey.- dice Verak como si no hubiese arrojado una bomba.
- ¿Qué? Están locos, es imposible.
- Claro que no.- dice Mara.- sabemos por como lo miras y por lo que ha dicho la Alana que tu estas enamorada o sientes algo por el Rey.
- Esperen un minuto. Aunque eso sea cierto, que lo es, Abdías nunca dejaría a Alana por mí.
- ¿Por qué estas tan segura?- dice Nicolás el jardinero.
- Varias razones. Una ya he intentado en el pasado y no funciono.
- Pero este es el presente y estamos seguros que funcionara.- dice Kil, Kul, Kaila; la hermana de Mara, que nunca recuerdo su nombre.
- Además no contabas con nuestra ayuda.- dice Zara.
- No estoy de acuerdo. Dos le pidió matrimonio.
- ¿Y? aun no se han acoplado. No la ha marcado y ella sabe que tú eres un peligro para sus planes.- dice Verak.
- Ella intuye que el Rey siente algo por usted.- secunda Wen.
- Esto es una tontería.
- No, no lo es. – dice Verak.- mi niña salve a nuestro Rey y a nuestra manada de una pésima reina. Ella es una maldita perra fría.
- Abdías la eligió a ella.-digo lo obvio.
- No es así. El se siente obligado por lo que le paso.- dice Mara.
- Todos aquí en la manada y sobre todo Alana sabe que él se siente culpable por lo que le hicieron. Y ella se aprovecha de eso, ¿crees que alguien que dice amar a otro lo obligaría a estar con ella aunque no la ame?- Wen agrega mirándome a los ojos.- Soy un hombre lobo, lo que significa que puedo recoger ciertas emociones y sentimientos. Desde que usted llego a la manada el Rey es un terremoto de emociones. Observo la mirada que le da cuando usted no lo está viendo, cuando se acerca se pone nervioso y es tosco, sale corriendo y evita estar a solas con usted.
- El siempre ha sido así conmigo.
- Estoy seguro que siente algo por usted.- todos los presentes asienten.- por favor ayúdenos. No tiene nada que perder.- dice Verak.
- Y si mucho que ganar.- dice Zara guiñándome un ojo.
- ¿Qué dice?- esperan expectante mi respuesta.
- Es que no se.
- Mire vamos hacer una prueba, solo tres meses y si en esas semanas el Rey no cae rendido a sus pies. La dejaremos en paz.- dice esperanzado Wen.
No puedo creer lo que me están pidiendo, pero peor que esté pensando seriamente en aceptar.
- Está bien acepto, solo serán tres meses y después olvidamos todo.- todos se emocionan gritando de felicidad.
- Tenemos que brindar.
- Espero no estar cometiendo un error.
Wen sirve un vino que según él es de ocasiones especiales como esta.
- Brindo por nuestros plenas.- dice Wen
- Tenemos que colocarle un nombre a nuestro plan.- emocionada Kaila agarra del brazo a su hermana.
- Sí, que tal. Destruir a la víbora.- Mara concuerda con Kaila.
- No, mejor "Tres meses para seducir al rey"
- Ja,ja esta buena pero más corta. "Seducir al Rey"- Verak zanja la conversación
- ¡Salud!
- ¡Salud!- decimos todos a coro.
En serio me he confabulado con los ocho miembros de la manda para seducir a Abdías, no lo puedo creer. Me siento culpable de inmiscuirme en una relación. Es posible que destruya un compromiso, hasta dónde has llegado Elizaveta.
***
Hola, por fin termine el capitulo. Anoche lo avance y hoy la luz me permitió terminarlo, ya que estaba en mantenimiento.
CelesteFer✍
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