25

Yoongi se quedó en la habitación vacía, el doncel le había hecho una cortada en su abdomen, él miró para la ventana y luego a la cama. Jimin por su parte, estaba afuera cortando unas fresas, le había dado antojo y las estaba cortando, escucho un ruido y no se molestó en ver quién era.

—¿No es muy tarde para comer? —escucho una voz.

—Es mi casa. —se giró y vio al rubio. —yo hago lo que quiero.

Yoongi miro como el pelinegro volvía a su labor de cortar fresas, él se acercó y Jimin lo seguía ignorando. El rey miró de reojo al chico, este al terminar de cortar las fresas se dirigió a su pequeño pozo y sacó agua para lavarlas y llevarse una a la boca mientras sonreía.

—¿Usted sabe la historia de un príncipe que fingió ser pobre para entrar al concubinato de otro reino? —preguntó el doncel.

—Jamás la había oído. —dijo Yoongi.

—Ya que parece que no quiere dormir y yo no tengo nada que hacer, le contaré la historia. —habló Jimin mientras que miraba a la luna.

Yoongi se acercó y se sentó al lado del doncel, el cual se llevó otra fresa a la boca. El rubio miraba al doncel, el cual sonrió mientras parecía recordar la historia.

—Hace mucho tiempo. —dijo Jimin. —a un príncipe le asesinaron a su familia. —miro al rubio. —él tuvo que ocultarse para vivir.

—Fue inteligente. —hablo Yoongi.

—Él solo quería volver a su reino. —miro a la luna. —pero para ello debía de pasar desapercibido. —sonrió. —entrar al palacio de otro reino era su objetivo.

—¿Por qué? —preguntó el rey.

—Información de su reino. —contestó. —las semanas pasaban y el rey fue bueno con él, que el príncipe creó sentimientos por ese rey. —sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas. —sentimientos que no debía de sentir.

—El amor es inevitable. —miro hacia el bosque.

—El rey lo consentía y cuidaba mucho. —sonrió Jimin. —pero todo cambió cuando llegó alguien más, que hizo que el rey lo lastimara.

—Si era su concubino, era de esperarse. —hablo Yoongi. —para los reyes y emperadores los concubinos son poca cosa.

—El rey descargó su ira en el joven príncipe. —inconscientemente, llevo su mano a su espalda. —treinta azotes le dio al chico que se suponía amaba.

—El chico quizás confundió las cosas. —le dijo Yoongi.

—A pesar de que el chico le suplicaba que se detuviera, el rey no hizo caso. —las primeras lágrimas salieron. —el rey descargó su ira y enojo en el concubino que le hacía pensar que era diferente al resto.

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