Especial #6: Una amistad que se transforma con el tiempo

¡Feliz Mes de Febrero!

"¡Vamos! ¡Será divertido!" exclamó Shany emocionada, "¿No tienes miedo, o sí?"

"No, solo que... no me parece tan buena idea" dijo Dan.

Era temprano, y este cachorro, junto con su amiga Shany, corrían a través de las praderas, con dirección a las madrigueras de los osos hormigueros. Según la cachorra, su madre le había hablado de unas cuevas con cristales brillantes en alguna parte subterránea a las guaridas de los osos.

"No sé si sea buena idea molestar a los osos hormigueros para ver una cueva de cristales" dijo Dan, "Además... ¿cómo sabemos que realmente existe una cueva allá abajo?"

"Tranquilo, ni siquiera vamos a despertarlos" comentó Shany, notando algo en Dan, " Además, ¿es que no tienes espíritu aventurero? ¿O tienes... miedo?"

"Eh... Bueno... Sinceramente..."

"¿Sinceramente...?"

Dan suspiró, sabiendo que no podía ocultárselo.

"Cuando era niño... es decir, cuando era niño humano, un día me quedé solo en casa porque mi tío se había ido con sus colegas a... bueno, no sé... pero, la cosa es que hubo un apagón por un rayo y me quedé solo con todas esas cosas que él guardaba y yo... me oculté en mi cama y no salí hasta el amanecer, tampoco pude dormir casi nada"

"Oh, siento escuchar eso..." se disculpó Shany, "No pensé que te daba miedo la noche"

"No me da miedo la oscuridad de noche, porque tengo a las estrellas y la luna alumbrando... pero sí quedarme solo y encerrado en un lugar oscuro como ese"

"Entiendo. Pero no tienes que tener miedo por dos razones. La primera, estamos juntos y te prometo que no te dejaré" ella levantó su pata, "¿Promesa de pata?"

"¿Promesa de pata?" preguntó Dan, extrañado.

"Sí, solo levanta tu pata"

Dan hizo aquello, y Shany puso la suya sobre su amiga.

"Ahora repite después de mi: Contigo en las buenas y en las malas..." le enseñó la cachorra, "Y mueve la pata conmigo mientras lo dices"

"Esta bien..." contestó Dan mientras lo hacía, "Contigo en las buenas y en las malas..."

"...cuando ríes y cuando llores, cuando nadie más este para escucharte porque conmigo siempre has de contar. Promesa de pata, nunca has de olvidar" terminó ella.

"...Promesa de pata, nunca has de olvidar..." repitió Dan, "Que bonitas palabras"

Luego, Shany retiró su pata.

"Son palabras que una tortuga vieja me dijo un día" explicó la cachorra, "Me dijo que, si la compartía con mi mejor amigo, incluso aquella amistad se transformaría en algo más asombroso"

"¿Qué quiere decir eso?" preguntó Dan, extrañado.

"Bueno... no sé. Creo que no la entendí muy bien porque hablaba medio raro. El punto es que eres mi mejor amigo Dan, y te prometo que todo será esta vez será muy divertido y nada de peligro. Además, la oscuridad no tiene nada de malo. Solo son cosas que uno imagina. Crees ver cosas aterradoras y por eso tienes miedo"

"Supongo... woah, me gustaría tener el sentido de valor que tú tienes"

"En realidad, cuando era más cachorra también me asustaba la noche, pero mi mamá me enseñó lo mismo que te acabo de decir, es algo que le enseñaron cuando... ¡eh, mira! ¡llegamos!"

Las guaridas eran unas pequeñas entradas circulares que conduce al interior de la tierra, rodeadas con una gran cantidad de hierba y algunas rocas dispersas. Con el sentido del olfato, Shany se puso a buscar a las afueras de cada madriguera, tratando de encontrar una por la que entrar sin molestar a ningún oso hormiguero.

"Aquí hay un lugar" le dijo Shany, casi susurrando, señalando una de las entradas "No hagas ruido, y seguro que no molestaremos a nadie"

La cachorra se metió sin ningún temor y, sabiendo que debían estar juntos, Dan le siguió y se encontró rodando hacia abajo por un largo y oscuro túnel. Cuando creyó que aquello no tendría fin, el recorrido terminó y se sintió caer sobre algo blando. A su alrededor, la caverna estaba tan oscura que apenas podía ver las paredes cubiertas de raíces.

"Dan, ¿te molestaría?" le preguntó la voz de Shany quien, por casualidad estaba debajo de él.

"Oh.. lo siento..." se disculpó Dan (no se veía por la oscuridad, pero se había sonrojado), "Es que... está muy oscuro"

"¿Recuerdas lo que de dije? No pienses que hay nada malo y no le tendrás miedo"

"Sí, de acuerdo... oye, ¿crees que podamos salir de nuevo por ese túnel?"

"Es seguro, pero primero quiero que me ayudes a encontrar esa cueva con cristales"

Ambos se levantaron y caminaron juntos por el largo y oscuro túnel que estaba frente a ellos. En más de una ocasión, el túnel se dividía o se bifurcaba y los cachorros debían decidir qué camino tomar, lo que resultaba abrumador para Dan: ¿cómo podrían encontrar el camino de vuelta? Shany dejaba marcas en las paredes con sus garras, pero, con la oscuridad de la cueva, casi no se veían. Cuando estaba aún más oscuro, Dan pareció desesperarse.

"Shany, creo que deberíamos regresar otro..." empezó a decir, pero se cayó al sentir algo raro en el suelo al escuchar algo resquebrajarse.

"¡Dan!" gritó Shany al darse cuenta de qué ocurriría.

El suelo debajo de Dan se rompió al mismo tiempo que Shany intentó agarrar a su amigo, solo para caer junto a él por un largo túnel. El recorrido fue tan largo como el primero, pero pareció irse a una zona aún más oscura. Dan cerró los ojos para evitar ver a dónde terminarían.

Luego de un rato, Dan se despertó rodeado de oscuridad y no podía ver casi nada a su alrededor. Al darse cuenta de ello, se sintió aterrado... como aquellos días de miedo y tristeza que vivió en el pasado. Al pensar en ello, recordó la promesa de Shany y se puso a buscarla alrededor. Ella yacía a su costado, desmayada.

"Shany, ¿estás bien?" le preguntó, zarandeándola, "Por favor, levántate"

La cachorra musitó dormida, pero no logró despertarse. Dan se preocupó: debían salir de aquellas tétricas y oscuras cuevas y regresar con ella a la Roca del Clan. El problema era... ¿podría él llegar a alguna parte en aquel oscuro lugar? Sin su amiga para darle valentía, al cachorro podía sentir como le temblaban las patas.

"No... no es momento de sentir miedo..." se dijo una voz en su interior, "Debo sacar a Shany de aquí..."

Tomando valor, Dan levantó a Shany sobre su lomo y se dispuso a caminar por el túnel que tenía enfrente, con la esperanza de que fuera la salida. Sin embargo, el caminar a ciegas tampoco era la solución, pues el camino le pareció interminable y de vez en cuando se encontraba con bifurcaciones. Por mucho que intentara usar el olfato (aunque Vitani le había enseñado), no encontraba el olor del aire fresco que significaría la salida.

Cada minuto que pasaba mientras Shany estaba dormida y la oscuridad le acechaba era un martirio... hasta que un gruñido diferente le hizo saltar el corazón: parecía el sonido de una criatura a punto de atacar.

"¡Salgan de mis túneles!" gritó una voz y, casi de inmediato, algo pequeño de color dorado se pegó al hocico de Dan.

Si bien al principio gritó de miedo, luego aquel extraño ser se agitó en su nariz de tal manera que le causaba más risa que pavor. Mientras intentaba quitarse al mismo tiempo que reía, no notó que Shany estaba volviendo en sí.

"¿Dan?" preguntó al despertarse, "¿Qué sucede?"

"No... ja.... sé...." respondió este, a punto de estornudar, "Aaaaaaaa...chuuu!"

La criatura de su nariz salió disparada de su hocico, pero aterrizó con un bote en el suelo. Mientras que Shany volvía a levantarse por sí misma, el pequeño se acercó: era un topo color dorado, sin ojos.

"¿Quién se atreve a invadir mis túneles? Deben ser muy valientes para ello"

"No pretendíamos molestar señor" se disculpó Shany, "Solo queríamos encontrar una cueva de cristales acá abajo"

"¿Cueva de cristales? ¡Están hablando de mis cuevas!"

Los dos cachorros se miraron el uno al otro: estaban en problemas sin duda.

"Un minuto..." olfateó el topo, "Ese aroma..."

Se acercó a los dos cachorros y primero se puso a olfatear a Dan desde las patas hasta la cabeza. Meneando la cabeza en negación, continuó con Shany. Solo hubo olfateado sus patas cuando dijo:

"¿Tiffu?" preguntó, "¿Eres tú?"

"Er... no" respondió ella, "Ella es mi mamá"

"¿Tu mamá? ¡Ya sabía que ese olor era familiar! Me llamo Kuchimba, y yo conocí a Tiffu cuando era de tu edad"

"¿En serio?"

"Así es. Si no me equivoco, ella llegó con sus amigos hace años, escapando de un incendio. Era una cachorra asustada por la oscuridad, como tu amigo"

Dan se sintió mal porque Kuchimba notara ello sin siquiera ver.

"Lo siento Shany, mientras estaba desmayada..." empezó a decir, pero ella le interrumpió:

"¿Bromeas? ¡Me llevaste sobre el lomo y te adentraste a la oscuridad sin apoyo! Esta vez eres tú el valiente"

"Tu amiga tiene razón" le apoyó Kuchimba, "Pude notar el miedo que tuviste cuando estaba en tu nariz, pero aún así resististe para ayudar a tu amiga"

"Bueno, yo... gracias"

"Bien, en honor en esa actitud, los llevaré por una visita guiada a mis túneles. De paso, les mostraré la salida, vamos"

Kuchimba les guio a ambos por enfrente del túnel. Un dato curioso del topo era que, a pesar de ser ciego, parecía guiarse muy bien incluso esquivando rocas que se cruzaban en su camino.

"Y para su entretenimiento, ¡mi hogar!" declaró luego de que caminaran un rato y una luz apareciera enfrente.

Lo habían encontrado: aquella cueva era luminosa en comparación de los oscuros túneles, y esto se debía a una gran cantidad de cristales brillantes que un humano podría llamarlo mina.

"¡Lo sabía!" se emocionó Shany, "¡Mamá me lo dijo! Aquí es"

"Increíble..." comentó Dan, sorprendido.

"No debería ser increíble para ti" le preguntó Kuchimba a Dan, "No hay nada que temer a la oscuridad. Después de todo, si no la hubieras enfrentado por ayudar a tu amiga, nunca hubieran llegado a mi casa"

Dan se sintió mucho mejor al escuchar al pequeño topo.

"Muchas gracias Kuchimba" le dijo Dan a su nuevo amigo.

Luego de contemplar por un rato aquella belleza subterránea, Kuchimba llevó a ambos cachorros a través de sus cuevas hasta que volvieron por el túnel principal. Esta vez, Dan y Shany iban riendo bastante, por la divertida aventura,

"¿Qué es ese escándalo? Por favor, algunos dormimos a estas horas"

Un oso hormiguero salió de entre unas rocas: tenía pelaje marrón bastante erizado, mientras que su cara y vientre eran más claros. Sus orejas eran puntiagudas y una estaba ligeramente rota. Por su parte, sus garras eran de color gris, y su nariz y cola eran de color marrón claro. Ambos cachorros se quedaron callados mientras este animal olfateaba a ambos.

"¿Tú de nuevo?" preguntó el extraño, observando a Shany, "¿No te había mostrado la salida?"

Dan miró a Shany extrañado, pues esta misma le había dicho que era la primera vez que había venido. Sin embargo, ella no había mentido:

"¿De nuevo?" preguntó ella, igual de extrañada "Disculpe, pero es la primera vez que lo veo"

El animal se acercó a ambos, todo el tiempo olfateando con su largo hocico.

"Ya me decía..." comentó, "Te pareces mucho a Tiifu. Eres su cachorra, ¿no es así?"

"Sí" respondió Shany, " Y él es mi amigo, Dan"

"Buenos días, señor..." empezó a decir Dan, pero

"Para mí son buenas noches.... Me llamo Muhangus, y ustedes dos están dentro mi madriguera, por si no se enteraron" luego, procedió a bostezar, "Parece ser que los amigos y familia de Tiffu siempre me han de despertar en mi momento más relajante del día. Por favor, salgan por allí y déjenme descansar"

Muhangus señaló a una luz al final del túnel. Era allí: allí estaba la salida.

"Buenas noches..." dijo el oso hormiguero antes de escarbar un hoyo e irse por allí.

"Buenas noches" se despidieron los dos cachorros antes de salir al exterior.

El aire fresco del exterior les recibió finalmente, así como la clara luz del sol. A lo lejos, ambos pudieron ver la Roca del Clan.

"Gracias por ayudarme cuando estaba desmayada, Dan" le dijo Shany mientras caminaban de vuelta a casa, "No solo me cargaste, sino también encontraste la cueva de cristales que estábamos buscando"

"Yo no la encontré: la encontramos" le contradijo Dan, "Por lo otro, yo no podía sentir miedo si tú me necesitabas. Somos amigos, ¿verdad?"

Ambos cachorros chocaron patas como antes.

"Por supuesto, eres mi mejor amigo" le respondió ella.

"¡Shany!" se oyó la voz de Tiffu.

"¡Dan!" también se oyó la voz de Kiara.

Ambas madres leonas se aproximaron a sus cachorros.

"A sí que aquí estaban los dos" dijo Tiffu, como cualquier madre preocupada por su hija, "¿Dónde se habían metido? Espero que no se hayan metido en problemas, los veo... bastante sucios"

"Una simple guerra de barro en los pozos de fango, mamá" se excusó Shany.

Esto no pareció convencer mucho a Tiffu, pero Kiara le apoyó.

"Tiffu, creo que podemos hablar de eso luego" dijo ella, "Ahora, ambos necesitan un baño"

Y así terminó el día de ambos amigos, con un baño bien merecido por su pequeña aventura. Pero a Dan no le importó pues, estaba en un gran hogar y con una gran amiga... sin saber que aquella amistad se convertiría mucho más tarde en algo mucho mayor.




"Alma a alma así es que nace, una amistad verdadera, a fuerza de ser muy sincera, corazón a corazón, es una entrega de amor, sin contratos ni promesas. Porque existe comprensión, porque existe aceptación, sin precisar de perdón. Pues si se entrega sin reservas, la amistad tú la conservas, cuando solo existe amor"

Autor: José de Arias Martínez

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