Especial #2: Afecto de Padre
Era un día de otoño en las Tierras del Reino, y el calor del ambiente se había reducido bastante. Sin embargo, se podía percibir aún una sensación de calor. No muy lejos de la roca del Clan, unos cuatro cachorros estaban jugando alegremente con un coco.
"¡Aquí te va, Akira!" gritó Shany, pasándole el coco.
"¡No te lo creas!" le detuvo Jabari, tomando el coco, "¡Ja! Fui más rápido esta vez"
"¡No tanto!" respondió Akira, quitándole el coco, "Jajaja. Y ahora..."
"¡No te apresures!" gritó Dan, quitándole el coco, "Lo tengo..."
Desde la Roca del Clan, Simba los miraba alegremente: le recordaba buenos y viejos tiempos como cuando veía a Kion jugar con Bunga y el resto de sus amigos. De dentro de la cueva, salió Kovu y se le acercó a su suegro.
"¿Cómo está Kiara y Koda?" preguntó Simba.
"Bien y descansando" respondió Kovu, mirando también a los cachorros, "¿Cómo va el juego de los demás?"
"Pues están bastante entretenidos. Solo míralos"
Kovu contempló al grupo de cachorros. En ese momento, Dan estaba pasando el coco a Jabari mientras trataba de esquivar a Akira. Kovu se sintió nostálgico.
"Que bien se lo pasan ellos" dijo, en tono desanimado, "Yo nunca pude divertirme cuando tenía la edad de ellos"
"¿Zira no te dejaba jugar?" preguntó Simba.
"No... todo era pelear y pelea. Mi madre quería que fuera fuerte para tomar el puesto de Rey de las praderas. Es irónico que ahora lo sea, pero no de la forma que ella quería"
"El rencor la cegaba. La última vez que la vi, no quiso cambiar; Kiara quería ayudarla, pero no aceptó su ayuda y cayó al río. Pensé que murió sin cambiar, y luego, me entero que había sobrevivido..."
"Yo también creía que había fallecido... hasta que Kion me contó lo que sucedió con ella y Dan. Estoy tan orgulloso de este cachorro como... un padre por su hijo"
"Y yo de ti, por haberlo aceptado como tal"
"Gracias Simba"
"Por cierto, ¿crees que hicimos lo correcto al elegir a Dan como el heredero a rey de las praderas?" preguntó Kovu, "Hace poco, lo vi desanimado"
"Hablé con él" le respondió Simba, "Lo que pasa es que tiene inseguridad de ser rey. Pero, hace un tiempo, tuve un sueño"
Hubo un minuto de silencio. Luego, Simba explicó:
"Vi a mi padre y me habló. Me dijo que, cuando falleció, su corazón se conectó con del de alguien que acababa de nacer, aunque no sabía dónde: ese era Dan. El espíritu de mi padre vive fuertemente dentro de él"
"Entonces, es como si Mufasa hubiera regresado..." dijo Kovu, "Pero, ¿y Koda?"
"También me dijo que un espíritu puede renacer su así lo desea" volvió a decir Simba, "Otro espíritu se ha unido al de Koda..."
(Simba se lo dijo, pero no se revela aquí, sino en su respectiva obra)
"Entiendo..." dijo Kovu, "Bueno, para mí, lo importante que ambos estén bien y vivan tranquilos. Si son el rey de las praderas y el líder de la guardia del león, creo que todo irá bien en un futuro"
(Unos minutos después...)
El juego entre los cuatro cachorros aún continuaba. Para Dan, era todo felicidad aquello, pues nunca tuvo amigos verdaderos con los cuales jugar. No obstante, se sentía un poco mareado por momentos.
"Oye Dan, ¿te sientes bien?" preguntó Shany, al notar un momento de distinción en su amigo.
"Eh, sí... es solo una sensación rara" le respondió Dan.
"Detengamos el juego por asuntos reales" declaró Akira, deteniéndose.
"Me siento bien Akira, y no es necesario que llames 'asunto real' a algo que me pase"
"Creo que lo dice porque allí viene tu papá" dijo Jabari, haciendo que Dan se dé la vuelta.
Kovu caminaba hacia ellos, sin molestar y solo con un rostro de felicidad.
"No detengan su juego" les dijo, "Solo quería ver si todo estaba en orden"
"Todo en orden majestad" respondió Jabari, "Nadie está jugando fuera de los límites de las praderas ni cazando exageradamente"
"Sí, solo un normal juego de cocos..." le dijo Dan, pero antes de que continuara, se sintió terriblemente mareado y se derrumbó justo en las patas de Kovu, pues este le estaba mirando que se iba a desmayar.
"¡Dan! ¿qué te pasa?" preguntó asustado Kovu, "¡Responde hijo!
"Papá..." solo musitó Dan.
Kovu se asustó mucho, pero no queriendo asustar también a Kiara, cargó rápidamente a Dan con Rafiki, pues era el único que podía ayudar.
(En el baobab de Rafiki...)
Rafiki y su aprendiz Rahisi, atendieron al joven cachorro. El mandril anciano le tocó la cabeza y examinó su nariz antes de decir:
"Pobrecillo, está ardiendo en fiebre y tiene la nariz seca..."
"¿Puedes ayudarlo, Rafiki?" preguntó Kovu.
"Pues claro que puedo" respondió el Mjuzi, "Pero necesito unas cuantas flores púrpuras especiales que solo crecen en los interiores de las cavernas Nandembo, para preparar un elixir que lo sane. Y son muy difíciles de conseguir"
"Mal momento... Vitani y la guardia del león están ayudando a un grupo de leopardos atrapados en una tormenta de arena en un lugar algo lejos... No importa, yo mismo iré si es lo que se debe hacer..."
"¿Estás seguro Kovu? Recuerda que eres ahora el rey y de ti depende todas las Tierras del reino"
"Lo sé, pero..." dijo mirando a Dan, "...ahora también soy padre y Dan también es un hijo para mí. Hizo lo que ni yo ni Kiara pudimos: cambiar a mi madre. Ahora, me toca ser responsable y cuidar de él"
"Bien, si es así, te ayudaré" respondió Rafiki. Luego, se volvió hacia su aprendiz, "Rahisi, cuida de Dan hasta que vuelva"
"Sí, maestro Rafiki" dijo Rahisi.
Entonces, Kovu cargó a Rafiki sobre su lomo y saltaron bajando del árbol del Mjuzi. Luego, se dirigieron a las Cavernas Nandembo. Estas cavernas eran un complicado conjunto de cavernas retorcidas que guiaban a un camino subterráneo debajo de las Tierras del Reino. Muchos se habían perdido por varios días allí.
"Este lugar está tan oscuro como la última vez que vine" dijo Rafiki mientras se internaban en la oscuridad.
"No te preocupes, encontraremos esas flores" repuso Kovu, apresurando el paso, "No me voy a dar por vencido por una simple oscuridad si es mi hijo el que necesita esa medicina"
"¡Espera!" gritó Rafiki, poniendo su bastón frente a él.
Por poco, pues Rafiki había evitado que Kovu diera una pata en falso hacia un enrome agujero (en el cual podría caber hasta un elefante) que casi no se veía por la oscuridad. No se podía ver bien el fondo, pero había al menos unos 3 o 4 metros de profundidad (en términos humanos). El laberinto no dejaba de sorprender a cualquier aventurero desprevenido.
"Uff, gracias" dijo Kovu.
"Bien, pero ahora hay que rodear y buscar una forma de bajar..." dijo Rafiki, "Las flores crecen en esa profundidad... ¡Ah!"
Sin pensarlo, Kovu volvió a subir a Rafiki a su lomo y, antes de que el mandril supiera lo que estaba pensando, este se arrojó hacia el fondo, clavando sus garras con las paredes para evitar caer precipitadamente. El viejo Mjuzi solo se aferró fuertemente a su cuello para evitar caerse. Cuando llegaron, el corazón de este último palpitaba bastante.
"Y pensé que la cabeza de Mufasa estaba loca..." se dijo para sí mismo. Luego, se volvió hacia Kovu, "Un día de estos me desmoronaré por la vejez"
"En serio lo siento, pero no quería esperar ni un momento más para llegar"
"No te desesperes, Dan estará bien..." respondió Rafiki, volviendo a recuperar el aire. Luego, miró hacia el suelo, "Y más porque ya entramos las flores de cueva"
"Bien, ahora sujétate: volveremos a salir"
Ni modo, Rafiki tuvo que sostenerse con fuerza y las flores que llevaba en la calabaza de su bastón mientras Kovu ascendía de nuevo. Cuando llegó, rápidamente salieron de aquel oscuro lugar y regresaron al Baobab de Rafiki. Allí, Rahisi cuidaba del enfermo Dan con una especie de ungüento en una hoja.
"Lo has cuidado muy bien Rahisi, has progresado bastante" dijo Rafiki al ver el desempeño de su aprendiz, "Ahora, hagamos el elixir"
"Muchas gracias por cuidar de Dan, Rahisi" le dijo Kovu, "Seguro que algún día serás un excelente Mjuzi"
En menos de 5 minutos, Rafiki preparó un elixir y se lo dio en la boca al inconsciente Dan. En todo ese proceso, Kovu mostraba cualquier inquietud al cambio de su hijo.
"Listo, se recuperará en una hora" anunció Rafiki. Luego, se dio la vuelta para ver que estaba anocheciendo, "Deberías llevártelo antes de que Simba, Nala o Kiara se preocupen"
"Sí..." respondió Kovu, levantando al ahora dormido Dan, "Muchas gracias: a ambos"
"No se preocupe, majestad" respondió Rahisi.
Kovu salió bajando con suavidad hacia el suelo, debido a que llevaba cargado a Dan dormido. No bien hubo llegado al suelo, le esperaban los amigos de Dan.
"¿Dan está bien, majestad?" preguntó Shany, como la primera, "¿Cuándo se recuperará?"
"Dentro de poco" le contestó Kovu, "Miren cachorros... ya se hace tarde y sus familias seguro se preocuparán por ustedes. Descuiden, seguro que podrán ver a Dan mañana. Ahora, volvamos a la roca del clan"
Los cachorros aceptaron y, guiados por Kovu, todos regresaron a la roca del Clan y, en el camino...
"Aaagh..." musitó Dan.
"¡Dan!" gritó de felicidad Shany, "¡Ya estás bien!"
"¿Cómo te sientes, Dan?" preguntó Kovu, girando su cabeza para verle.
"Un poco cansado, papá..." respondió el cachorro.
"Tranquilo, te traeré algo de comer en unos momentos: a todos. Mientras tanto, quiero que se queden en la roca del Clan. Shany, Jabari, Akira, ¿pueden cuidar de Dan mientras voy a cazarles algo?"
"Sí" respondieron los tres al unísono.
"Gracias papá..." le dijo Dan a Kovu, "Por cuidarme..."
Kovu sonrió: cuando era cachorro, nunca tuvo a alguien como un padre. Ahora, cuando alguien más necesitaba un padre, él lo es para este cachorro... y era feliz con eso.
"No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos"
Friedrich Schiller
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