Capitulo 9.
Aceptas...?
El sol se levantaba nuevamente en las praderas tiniendo todo con su cálida luz, los animales seguían en su sueños pronto seria hora de despertar y empezar a hacer sus cosas. En la roca del rey los primeros rayos de la gran esfera luminosa empezaban a colarse por la entrada y los huecos de esta. Aunque hoy era algo distinto a lo que se estaba acostumbrado, toda la familia de leones seguía durmiendo descansando de la batalla del día anterior, ese día Rafiki lo iba a tener bastante ocupado curando a las leonas lastimadas.
Los suaves y cálidos rayos del sol chocaron con el rostro de cierto león de melena rojiza que empezaba a abrir lentamente sus ojos, luego de por fin mantener ambos abiertos levanto su mirada viendo a su alrededor, todos seguían durmiendo incluyendo a Kopa, cuidadosamente se levanto para no despertar a nadie, antes de salir hecho un último vistazo y se encontró con el cuerpo adormilado de su amada cheeta que se encontraba en el lugar en donde él se encontraba anteriormente. Bajo su cabeza hasta estar cerca a la de Fuli y deposito un tierno beso en su mejilla.
Al salir el suave calor del sol lo recibió, cerró los ojos para poder sentir tan cálida sensación, pero al instante una suave pero fresca brisa movió su melena y pelaje haciendo que un escalofrió se sintiera por todo su cuerpo. Abrió los ojos nuevamente y se acerco a la punta de la roca para poder ver el extenso reino de sus hermanos, hubiese querido sonreír al verlo, pero su sueño era mayor así que un gran bostezo salió de su boca, volvió su mirada a la cueva, no quería que nadie se levantara tan temprano después de lo que paso ayer, por suerte el ruido de su bostezo no despertó a nadie.
Un suspiro de alivio salió de sus labios, luego dio media vuelta y empezó a bajar por la roca en busca de agua para beber. Luego de caminar unos cuantos metros, no muy alejado de su hogar, encontró una pequeña charca para saciar su sed. Bebió el liquido lentamente, aun se encontraba adormilado, después de terminar miro su reflejo en el agua, torció sus labios al ver que su melena no estaba en su sitio así que mojando su pata en el agua se acomodo su tan característico flequillo que siempre ha tenido, luego con la misma pata mojada se la paso por toda la cara intentando así despertar.
Ya terminado todo esto volvió por donde vino y se acostó en una roca plana intentando pensar, en la noche anterior le fue muy difícil conciliar el sueño, millones de preguntas se le venían a la mente, no tenía claro el porqué tantos animales de tan diversas especies vinieron a atacar las praderas, en especial sabiendo que ninguno de ellos habitaban en las Praderas y los leones nunca habían hecho algo contra ellos. Definitivamente era muy extraño para Kion pensarlo, pero en su mente rondaba una pregunta muy importante, más importante que averiguar lo que pasaba con esos animales y la responsable de esa pregunta era nada más ni nada menos que Fuli. En la noche anterior, antes de dormir, el león notaba a su amada distinta, pero algo distinta que le gustaba y que no quería perder, definitivamente amaba más que nunca a su querida cheeta y ya era hora de dar un paso más en su relación.
...
Ya habían pasado unos cuantos minutos de que Kion había despertado y en la cueva aun se veían a los leones dormir a pesar de la luz solar que entraba, allí en la poca oscuridad que quedaba en ella el león más viejo de la manada empezaba a despertar, aun acostado levanto su cabeza para ver a su alrededor. Noto que su hijo mayor no se encontraba entre los presentes –*debe de estar ocupándose de los desastres que quedaron de ayer*- pensó Simba. Sintió un suave roce en su melena, al ver que era se encontró con Nala que estaba recostada sobre esta, una sonrisa estaba implantada en sus labios pese a que estaba dormida, Simba sonrió al ver tan tierna escena y se acerco para dejar una lamida en su frente, la leona de ojos claros incremento su sonrisa al recibir el cariño de su esposo.
El de melena volvió a mirar el interior de la cueva y pudo percibir a su hija que estaba recostada en el lomo de su esposo, ambos se encontraban profundamente dormidos, y con sus tres hijos durmiendo sobre ellos. El ex rey no pudo no soltar un *oww* al ver a la familia, siguió observando y se encontró con Vitani que estaba durmiendo en una posición un tanto extraña, la de flequillo se encontraba boca arriba con ambas princesas sobre su estomago –"esa es una posición bastante rara y no creo que sea muy cómoda para dormir."- pensó el de melena rojiza.
Aunque alguien llamo su atención entre todos, era Fuli quien estaba durmiendo dentro de la cueva, para él esto resulto extraño ya que ella no dormía con la familia real y no es que ellos se lo negaran, al contrario, Kion le había ofrecido en varias ocasiones que se quede a dormir con ellos pero la felina sencillamente se negaba. Dormía en la cueva de la guardia, como ya no era utilizada la oji-verde pidió permiso para poder utilizarla como su nueva guarida y la manada no se negó a tal pedido.
-*si Fuli está aquí y Kion no se encuentra eso quiere decir que ya despertó*- dedujo el de ojos carmesí.-*¿me pregunto que estará haciendo?*- se pregunto en su mente y se levanto cuidadosamente para no despertar a Nala e ir en busca de su hijo menor.
...
Simba ya había salido de la cueva y salió a buscar a su hijo menor, camino un rato por las tierras de Kopa y encontró a Kion recostado sobre una roca, lo noto pensativo con la mirada perdida en el horizonte. Simba, extrañado, se acerco al de melena rojiza.
-¿hijo? ¿Pasa algo?- hablo su padre manteniendo un poco de distancia.
-¿Por qué lo preguntas?- interrogo Kion aún mirando al horizonte.
-te noto muy pensativo.-dijo y se sentó al lado de su hijo.- ¿qué sucede?
-bueno, me atrapaste.- contesto él mirando a su padre.- estoy pensando en Fuli, ayer cuando todos se fueron a dormir yo me quede afuera un rato hasta que Fuli me hizo compañía. Padre, creo que ya tome la decisión, tengo que proponerle matrimonio.- declaro al fin el de ojos naranjas.
-eso.... Es ¡grandioso Kion!- Simba abrazo a su hijo, por fin se animaría a tal paso.
-pero... y si me dice que no.- se soltó del abrazo de su padre para mirar al suelo tristemente.
Simba suspiro, y poso su pata en el lomo del ex guardián.- ella te ama Kion y tú también ¿no es así? – El menor asintió con su cabeza.- entonces ¿Qué pierdes? Nada, solo las dudas.
Kion miro a su padre con una sonrisa, él tenía razón.-gracias padre.
...
Narra Kion.
Hoy es el día, ¡Hoy es el día! Salte de mi "cama" emocionado sin tener miedo de despertar a alguien por el ruido que hice al levantarme. Corrí hacia afuera desesperadamente como si mi vida dependiera de eso, ya habían pasado dos días de la decisión que había tomado y de allí estuve planeando todo, el lugar, la comida, las palabras, sobre todo las palabras, como se lo iba a decir, como iba a iniciar la conversación ¡todo! Debo de admitir que he estado distanciado de Fuli, pero es que no quiero que se entere antes de tiempo.
Elegí el lugar de antemano, no quiero salir con ella y no saber donde llevarla, era una pequeña colina que daba a los arroyos que alimentaban nuestras tierras. Pensé varias veces que el lugar no era suficiente romántico o cautivador pero Kiara me ayudo a quitar esas dudas de la cabeza, después de todo lo importante era el momento. Ya ahí empecé a limpiar el lugar sacando las ramas y hojas, y aplanando el suelo para que sea más cómodo al sentarse, respecto a la comida ya tenía planeado lo que iba a cazar. Termino de arreglar todo y esparcí unas cuantas flores formando un circulo con ellas, había ocultado una muy especial, con ella le propondría matrimonio a mi querida y amada Fuli.
Pensé que no había tardado tanto armando el lugar, pero al darme cuenta ya era pasado el medio día, le prometí a Fuli buscarla al anochecer ella me dijo que me esperaría debajo de la roca del rey. Fui por algo de comer, en realidad no tenía hambre por la emoción que recorría mi cuerpo, de igual manera tengo que comer algo aunque sea para no pasar hambre en el día. Me fije en una pequeña familia de gacelas que estaban bastante distanciados de su grupo así que escondiéndome en la hierba alta me acerque a ellos, entre los cuatro integrantes de la familia habían una pequeña cría de gacela, ella será mi objetivo.
En cuestión de segundos ya estaba con el cuerpo del pequeño en mi mandíbula, me acosté en el suelo y empecé a comer, no tenía prisa, la verdad quería que el tiempo pasara más rápido, ya quería que anocheciera. Al terminar mi comida decidí ir a la sombra de un árbol para poder dormir un poco, ya que aun faltaba mucho para la hora, apenas serré los ojos y ya había caído rendido en el sueño.
Abrí los ojos de repente, mire a mi alrededor el sol empezaba lentamente a bajar, todavía en el cielo no se encontraban esos hermosos colores naranjas, rosados y violetas pero no faltaba mucho para que eso sucediera. Me levante y empecé a caminar hacia mi hogar –Fuli ya debe de estar esperando- pensé y apure la marcha. Mientras caminaba pase cerca de un lago lo mire de reojo, no soy fan de los baños pero era una ocasión especial y mi Chita lo merecía, así que me metí al agua a darme una ducha helada, -lo que hago por ti mi amor- pienso, y salgo temblando para luego sacudirme mientras me arreglo la melena dejando mi flequillo para atrás como me gusta. –Qué hermoso me veo – me digo mirando mi reflejo.
-Ahora, a ir por mi amada-
Llego a la Roca del Rey para buscarla, la veo ya esperando bajo de la cueva, esta preciosa, recuerdo que Kiara me dijo que la ayudaría a prepararse sin revelar el secreto, rio por dentro al pensar que la obligo a tomar un baño, mi cheeta es la felina que menos ama el agua en la tierra o al menos eso es lo que yo creo. Detrás de su oreja tenía una pequeña pero hermosa flor rosa, le queda tan bien.
-que hermosa estas hoy Fuli.- dije guiñándole el ojo.
-jeje gracias, pero ¿porque tanta pinta hoy Kion, no era sólo una caminata nocturna?- pregunta confundida.
- sí, pero me quise arreglarme para mi amada.- dije y me puse a su lado.
-bueno ¿vamos o qué?- note sus mejillas sonrojadas al hablarme.
- por supuesto mi amor.- y empecé a caminar.
Dicho esto nos encaminamos al lugar que acordé....
-¿y qué te parece el lugar que elegí?- pregunte entusiasta.
- es muy hermoso Kion, te amo.- Dijo ella y nos sentamos un rato a descansar.
El sol ya estaba demasiado bajo en el cielo, las primeras estrellas empesaban a aparecer en este y la luna llena empezó a brillar en el fimamento, los colores naranja, rosado y violeta daban paso al oscuro cielo nocturno y las luciérnagas empezaron a revolotear y brillar por el lugar.
Estábamos cerca muy cerca, tanto que podía ver con sumo detalle esos hermosos ojos verdes que brillan con tanta intensidad que me hipnotizan, tan cerca que sentía su respiración caliente y pacífica que puede calmar todos mis miedos, definitivamente quiero pasar toda mi vida al lado de ella. Estábamos casi por basarnos, pero algo nos interrumpe, un ruido parecido a un gruñido que se sitúa a bajo de Fuli.
-ay perdón, no comí nada esta tarde.- su mirada no se apartaba del suelo y pude ver que estaba apenada y algo sonrojada.
- Ho, no te preocupes yo traigo la cena.- le sonreí.
-no, no hace falta Kion.-
-no Fuli, de verdad yo lo hago y no aceptaré un no como respuestas.- le dije con un tono de firmeza.
-bueno.- su voz notaba que estaba desconforme con la decisión.
Me separe un poco del lugar donde había una manada cebras, una de las comidas favoritas de Fuli, así que me puse en posición de caza y avance silenciosamente para no asustarlas, me enfoque en una de edad avanzada y empecé la caza, después de unos segundos ya volvía triunfante con el premio en mi boca para dárselo a Fuli.
-aquí está mi amor, ahora podrás saciar tu hambre.- dije dejando al animal en el suelo.
-muchas gracias amor, pero me gustaría que me acompañaras, claro si es que quieres.- me ofreció.
-bueno, si eso es lo que desea hermosa dama, lo haré.- le sonreí y me acerque para poder cenar.
Así que nos pusimos a comer silenciosamente, nadie nos miraba sólo éramos la noche y nosotros todo estaba saliendo a la perfección, aunque ahora se viene lo difícil, decirle de una vez por todas que quiero pasar mi vida con ella. Terminamos de comer y nos quedamos mirando las estrellas.
-bueno Fuli, ahora que estamos aquí solos te quiero preguntar algo.- empecé nervioso.
-pues pregunta.- estaba relajada, no se espera lo que voy a confesar.
- es algo...complicado.- sentía mi corazón escapar de mi pecho en ese momento.
- sólo dilo, no pasa nada.-
-bien,..- respire hondo.- nos conocemos desde pequeños y nos hicimos amigos, formamos un grupo muy lindo que defendía las praderas, teníamos nuestras diferencias, pero siempre seguíamos adelante, hasta que crecimos y algo se apoderó de nosotros dos, algo muy bonito llamado amor.
Y yo quiero que esto siga para toda la vida, quiero levantarme todas las mañanas y verte a mi lado, tener una familia contigo y quiero que mis últimas palabras sea tu nombre, por eso Fuli- agarro la flor que tenia escondida.- ¿te..Gustaría casarte conmigo?
- yo..Yo.. Yo.. – tartamudeo, pienso que me dira que no, que es una locura.- po..por supuesto que quiero.- dijo con sus ojos llenos de lagrimas de felicidad, me abraza y me tumba en el piso llenándome de besos.
-gracias Fuli, eres lo mejor que me pasó en la vida.-
Después de años les pude traer un capítulo nuevo, sepan perdonarme.
Pero bueno acá lo importante chicos es ¡QUE KION Y FULI POR FIN SE COMPROMETIERON! Se que muchos estaban esperando un capitulo Kiuli y aquí esta y pronto será la boda de estos dos tortolitos.
Si les gusto no se olviden de votar y comentar. Aquí les dejo unas pequeñas preguntas que quisiera que respondan:
¿Que les gustaría ver en los siguientes capítulos? Puede ser de un personaje en específico o de algún suceso.
¿Que les gustaría ver o saber de nuestro leon misterioso? Ya saben el que se topó con Mheetu la otra vez.
¿Piensan que Kion tenga que actuar de forma "mala" después de lo que le pasó con la cicatriz? Si no entienden esta pregunta esta referida al capítulo 5.
Bueno hasta aquí estas tres preguntitas.
Nos vemos pronto Bye.
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